Para la Pediatra y Magíster en Bioética, la Dra. María Magdalena Tatter, el hecho en que una menor de edad ingirió un compuesto químico que estaba a su alcance en el Instituto Privado del Niño, es responsabilidad directa de los directivos.

El pasado miércoles, una niña de 1 año ingirió -pensando que era agua- en el IPN un compuesto químico que estaba dentro de una botella de plástico que se situaba a su alcance, según denunció su madre.

La mujer culpó a las autoridades hospitalarias, cuestionando la presencia del compuesto en una botella -que usualmente se usa para el agua- y al alcance de cualquier niño/a, en un hospital especializado en pacientes infantiles. Mientras que, las autoridades del ente privado, mencionaron que la culpa en realidad tuvo la madre, por descuidar a su hija.

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No hay “responsabilidad compartida”

"Dicho elemento se encontraba al alcance de una niña o de un niño, por lo tanto es responsabilidad directa de la institución. Y la institución tiene nombre y apellido, en este caso, el director es la cabeza de dicha institución: no se puede alegar "responsabilidad compartida", aseveró.

En relación a la respuesta del Director del IPN, el Dr. Ignacio Iramain, en la que cuestiona a la madre e insta a educar a sus hijos a no hacer cosas que no corresponden, la profesional de blanco entrevistada por La Nación, afirmó que la situación se agrava, teniendo en cuenta que un pediatra (el Dr. Imarain) "sabe que el niño o niña, a esa edad, no puede diferenciar el contenido del recipiente".

Por otra parte, mencionó Tatter que lo "verdaderamente indignante es la actitud de la médica de la sala de urgencias", quien llevó inmediatamente la botella en cuestión "a otro lado".

Finalmente, refirió que dejar a simple vista y alcance esta clase de envases con compuestos químicos es una causa común de intoxicaciones en niños menores de 4 años de edad. "Aquí se trata de responsabilidad profesional", concluyó.

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