La recuperación en el campo genera grandes expectativas en todo el país por todo el impulso que dará a la economía nacional. La buena producción de soja genera mayor movimiento comercial debido a que aumentan las exportaciones y, por ende, el ingreso de divisas.
Desde la Unión de Gremios de la Producción (UGP), en su boletín mensual, señalan que la actividad agropecuaria se recupera y da un respiro a la economía nacional ya que la cosecha de soja alcanzó mejores resultados a lo esperado a fines de 2022 y los cultivos de zafriña van por un buen camino. Esto se dio pese a las dificultades que generó la falta de lluvias en diciembre y en los primeros meses del año, la campaña sojera obtuvo resultados razonablemente buenos, llegando a una cifra superior a los 9 millones de toneladas.
En ese sentido, Héctor Cristaldo indicó que se vive un buen panorama que recupera además el ánimo de la gente después de la desastrosa cosecha del año anterior. Explicó que se registran rendimientos dispares en diferentes regiones, pero apuntó a que a nivel nacional se tienen datos sobre mejores resultados de lo previsto en diciembre pasado.
Acotó que toda la cadena de comercio, servicios y la agroindustria está ligada a la producción del campo por lo que se espera que este sea un buen año para la recuperación económica. En ese sentido, destacó que no se registraron inconvenientes con los camioneros debido a que este año se llegó a niveles de cargamentos que permitieron un buen ingreso financiero.
Cristaldo agregó que las lluvias de los últimos meses generaron un ambiente favorable para los cultivos de zafriña, que están en desarrollo y muy bien encaminados. Explicó que mientras el tiempo acompañe, las perspectivas son buenas y se podría dar un crecimiento en la producción de maíz.
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Octavo, con mejor crecimiento entre 30 países. Leé la verdad
- Pablo Alfredo Herken Krauer
- pabloherken@yahoo.com
- Analista de la economía
En una economía mundial cuya producción aumenta al ritmo del 3,2 % (6,5 % en 2021), nuestra región madre América Latina y el Caribe (ALC) lo hace al paso del 2 % con un peso en el global mundial del 7,3 %, esto es comparando el valor del tamaño de las economías, con un dominio de fuerza de chinos y norteamericanos del 34 % en la cancha internacional.
En el mundo, la economía conjunta del Mercosur participa con un 3,2 % en la torta tierra. Y dentro de Latinoamerica, la economía conjunta del Mercosur pesa 43,4 % marchando a la velocidad del 1,1 %. Brasil y México poseen las economías grandes: en el primer caso 2,5 % y 33,8 % de suma en el mundo y en la región madre, respectivamente, con un crecimiento del 2,2 %. El país hispano en América del Norte, México, participa en la distribución del tamaño económico con un 2 % en el mundo y 27,1 % en la región mayor, avanzando a un ritmo del 2,4 %.
Dentro del Mercosur naturalmente el mayor tamaño económico corresponde a Brasil con 73,6 % (ya dijimos, con un ritmo de crecimiento del 2,2 %), ubicándose luego Argentina con 22,5 % (caída del -2,8 %), Paraguay con 2,1 % (3,8 %) y Uruguay con 1,8 % (3,7 %). En la economía mundial como un todo nuestra economía representa el 0,07 % del valor global. Valor que permite fijar su peso. Pero ojo, un país puede “ser más” o “tener más” o “vivir mejor” que lo que las estadísticas consolidadas establecen como su valor o su peso. O puede ocurrir lo contrario, para peor.
Pero más allá de lo mucho que no se dice con los valores y pesos y participaciones, es importante saber cuán grande o pequeño somos al andar, nadar, navegar, transportar, e integrarnos al mundo, y el mundo con nosotros. ¿Cómo jugar en un mundo con una tarjeta del 0,07 %? Para ganar. Brasil es actualmente la octava economía mundial por el valor de su tamaño en producción. La octava, con un peso del 2,5 %. En superficie, Brasil es el quinto país más grande el mundo, y tercero en América después de Canadá y Estados Unidos.
Con una población de 218 millones de habitantes. En conclusión: el 2,5 % de Brasil es una medida de una medida mayor, muy difícil de cuantificar en cuanto valor e importancia. Contar lo que se produce con sus precios en los distintos mercados en un año no es tarea fácil, pero se puede hacer y se hace. Lo demás, demorará. Por último, pero no por ello, menos importante: la economía paraguaya y sus tarjetas de peso en el mundo: 0,07 % (mundo), 0,9 % (América Latina y el Caribe), 2,1 % (Mercosur). En 44 años, desde 1980, las economías de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay se agrandaron 94 %, 153 %, 377 % y 140 % respectivamente.
La economía paraguaya, según dos estadísticas internacionales, crecería este año 3,8 %. El Banco Central del Paraguay (BCP también se suma con esa misma proyección: 3,8 %). El pronóstico internacional del 3,8 % de expansión económica surgió en la reciente reunión anual de primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) celebrada en Washington, en la que como corresponde se divulga el informe “Perspectivas de la economía mundial” (World Economic Outlook, WEO) con la actualización de los datos de las economías y las proyecciones en cuanto al comportamiento futuro, fundamentalmente en producción y precios.
Después de un crecimiento del 4,5 % (FMI), 4,6 % (Banco Mundial), 4,7 % (BCP) en 2023, que dejó atrás la pálida del estancamiento del 0,2 % en el 2022, en gran parte gracias a la muy buena cosecha de soja, se pronostica una desaceleración para este año estimándose un crecimiento económico del 3,8 %. En términos de inflación, el FMI maneja un escenario de alza de precios del 4 % (fin de año) para este 2024 (3,7 % en 2023) y 2025. En términos de promedio anual, la inflación sería del 3,8 % y 4 % respectivamente (4,6 % y 9,8 % en 2023 y 2022).
El FMI incorporara en sus estadísticas los datos de 30 países de América Latina y el Caribe (ALC). Si confeccionamos un ranking por orden de mayor crecimiento económico en este 2024, tenemos a la economía paraguaya ocupando el octavo lugar con su 3,8 %. El año pasado ocupamos el noveno lugar con la tasa de crecimiento del 4,5 %. Nos situaríamos en la sexta posición con el ritmo del 4,7 %.
Hay que valorar nuestras tasas de crecimiento económico, sin exagerar en sus reales impactos positivos para la gente, en un escenario de muchas dificultades sociales, porque al mundo se le está haciendo cada vez más difícil crecer a velocidades que necesitamos. Si ya teníamos dificultades antes de 2020, con la pandemia del covid-19 las economías y sus gentes recibieron un golpazo que dañó, destruyó, desequilibró y cambió el escenario económico mundial de una manera nunca antes vista. Y aún se está en proceso de cura y arreglo, en un ambiente muy cambiante y desequilibrante. A lo que se agregó, en el peor momento, la invasión en Ucrania, fruto de la ambición imperial del dictador Vladimir Putin.
Analistas del FMI en su informe “La economía mundial sigue mostrando resiliencia (fortaleza, resistencia), pese a la disparidad del crecimiento y los retos por delante” señalan que las autoridades deben dar prioridad a las iniciativas para mejorar la resiliencia económica, como el fortalecimiento de las finanzas públicas y la revitalización de las perspectivas de crecimiento económico. Pese a las predicciones sombrías, la economía mundial sigue mostrando una resiliencia notable, el crecimiento se mantiene firme y la inflación se reduce casi con tanta rapidez como aumentó.
El accidentado camino comenzó con los trastornos en las cadenas de suministro como consecuencia de la pandemia, una crisis energética y alimentaria mundial desencadenada por la guerra de Rusia en Ucrania y la considerable escalada de la inflación, a la que siguió una contracción monetaria sincronizada a escala mundial. La resiliencia del crecimiento y la rapidez de la desinflación pueden explicarse por la favorable evolución de la oferta, en particular la disipación de los shocks de los precios de la energía y el notable repunte de la oferta de mano de obra al que han contribuido los importantes flujos migratorios en muchas economías avanzadas. Las medidas de política monetaria han contribuido al anclaje de las expectativas de inflación.
En lo que respecta a nuestra vecindad, el FMI expresa que la región de América Latina y el Caribe ha dado muestras de una resiliencia notable ante los recientes desafíos mundiales, y se ha recuperado de la pandemia con más fuerza de lo esperado. Ahora, el crecimiento se está moderando, de 2,3 % en 2023 a 2,0 % en 2024, ya que la mayor parte de las economías se encuentran en su nivel potencial.
Esta moderación también se debe a una coyuntura exterior más débil y al impacto que se está sintiendo de las políticas restrictivas dirigidas a frenar la inflación. La inflación se encuentra en una trayectoria descendente gracias a las prontas medidas de los bancos centrales de la región y a las tendencias de desinflación a escala mundial. Con la remisión de las presiones inflacionarias, la distensión de la política monetaria puede continuar de forma que equilibre la reducción duradera de la inflación hacia la meta y evite una contracción económica excesiva.
La política fiscal debería centrarse en acelerar los esfuerzos de consolidación para recomponer el espacio fiscal mediante la movilización de ingresos, sin descuidar los gastos sociales esenciales para mantener la cohesión social. La pobreza y la desigualdad todavía son altas en la región, así que es imperativo impulsar el crecimiento potencial, cuyo promedio de aproximadamente 2,5 % está al zaga de los de economías semejantes.
Las reformas estructurales para elevar el crecimiento deberían centrarse en reforzar el Estado de derecho, mejorar el clima empresarial, impulsar la participación en la fuerza laboral —en especial de las mujeres— y resolver el tema de la informalidad. Abordar los problemas de delincuencia y violencia también puede redundar en importantes beneficios sociales y económicos. La verdad, si es verdad, es verdad. Was gesagt werden muss, muss gesagt werden. Duele decirlo, pero hay que decirlo. DDPHQDPH1885.
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¿Por qué Uruguay es caro?
Con 3,4 millones de habitantes, Uruguay tiene el costo de vida más elevado de América Latina, según la plataforma global de estadísticas Statista. En la capital uruguaya, hogar de la mitad de la población del país, el pan cuesta tres veces más que en Asunción, una docena de huevos más del doble que en Tokio, y un capuchino un 66 % más que en Madrid.
“Lo que más me llama la atención es el precio del champú, el desodorante, la pasta de dientes. Pero también el de la fruta, la pasta, ¡el café! En el supermercado es flagrante la diferencia”, dice María Chaquiriand, radicada en Europa hace 28 años y siempre que visita a su familia se sorprende de lo caro que es todo en Uruguay.
A esta mujer de 48 años, gerente de mantenimiento de edificios industriales, también le resulta caro el transporte, los medicamentos, los artículos de bazar o los materiales de construcción en Uruguay. Según Numbeo, una base de datos colaborativa con precios de todo el mundo, Uruguay es el país más caro de Sudamérica, y ocupa el lugar 37 en esa escala entre 146 economías, por encima de Japón (47) o España (54).
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IVA de 22%
Los economistas señalan razones estructurales. “Uruguay tiene un Impuesto al Valor Agregado (IVA) de 22%, uno de los más altos del mundo. Y como no tiene buenos acuerdos comerciales, paga aranceles de hasta 25% a 35%. Si a eso se suma una tasa consular del 5%, un producto importado puede tener una carga tributaria del 50%”, dice a la AFP Alfonso Capurro, de la consultora CPA Ferrere.
En el combustible y los automóviles hay gravámenes adicionales. La gasolina en Uruguay es la más cara del continente americano y una de las más caras del mundo, a 76,5 pesos por litro (2 dólares), según Global Petrol Prices. Numbeo ubica a Uruguay quinto entre casi un centenar de países por el costo de un auto Volkswagen Golf 1.4 0km.
“La mitad del precio de un automóvil son impuestos”, resume Javier de Haedo, director del Observatorio de la Coyuntura Económica de la Universidad Católica del Uruguay. En el precio del combustible inciden también costos de distribución y comercialización, añade en diálogo con la AFP.
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“Happy problem”
Además de la presión fiscal, en Uruguay existen subsidios cruzados, como el 10% de retención en el precio del diésel para financiar el transporte público, apunta Capurro. Y pesan las regulaciones, protecciones y mecanismos de registro, que en la práctica implican barreras a la importación de frutas y verduras, y falta de competencia en el mercado de productos de higiene personal y limpieza.
Por otra parte, Uruguay se está transformando en un país de renta media alta, con lo cual el sueldo medio es elevado y los servicios, que tienen mucho componente de salarios, se encarecen, explica Capurro. “Somos más caros, obviamente, aunque en realidad eso es un ‘happy problem’, porque queremos ser ricos, no pobres”, aclara.
Uruguay tiene un Ingreso Nacional Bruto (INB) per cápita de 18.000 dólares, el mayor de Latinoamérica, según la última clasificación del Banco Mundial. El salario mínimo nacional actualmente equivale a unos 580 dólares. En Paraguay, el país con menor costo de vida de Sudamérica según Numbeo, está en 370 dólares.
“¡Carísimo es este país!”, exclama José Luis Díaz, un uruguayo de 54 años, empleado en una peluquería en Montevideo. “Aumentan los sueldos, pero la canasta básica aumenta mucho más. No alcanza la plata para vivir acá”. ¿Su estrategia para llegar a fin de mes? “Me cuido con el consumo de energía eléctrica, no salgo tanto a comer afuera, me fijo en las ofertas”, relata a la AFP.
Atraso cambiario
Uruguay es caro además por factores macroeconómicos. “En este ciclo 2020-2023, se combinaron muy buenos precios de exportación con una importante inversión extranjera directa, lo cual generó un flujo de dólares muy grande que terminó fortaleciendo el peso”, apunta Capurro. El combate a la inflación, prioridad del gobierno de centroderecha de Luis Lacalle Pou que asumió en 2020, también contribuyó a apreciar la moneda uruguaya.
Para restringir el consumo, el Banco Central subió su tasa de política monetaria. Y aunque la inflación en marzo se moderó a 3,8% a 12 meses, su nivel más bajo desde agosto de 2005, la tasa de interés de referencia se mantiene alta, en 8,50%. “El precio del dólar en términos nominales bajó 3% en el último año móvil y acumuló una disminución de 15% en los últimos tres años”, indicó días atrás el Instituto Cuesta Duarte, que asesora a sindicatos.
El desfasaje cambiario hace que Uruguay pierda competitividad frente a sus socios comerciales y se vuelva más caro en comparación, desatando reclamos de productores rurales, industriales y del sector turístico. “Si tomo como base 100 el promedio de lo que va del siglo XXI, estamos hoy en 28% de atraso cambiario con países de fuera de la región”, advierte De Haedo.
Fuente: AFP.
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El sur del país concentra a más de 39.000 mipymes
El Ministerio de Industria y Comercio (MIC) informó que un total de 39.127 mipymes formalizadas se encuentran en el sur del país, de las cuales 21.000 son microempresas. Esto, a través de su boletín de formalización, en el cual señalaron que están situadas especialmente en los departamentos de Itapúa, Misiones y Ñeembucú, siendo los polos económicos importantes para el país. Del total, alrededor del 88 % corresponde al sector de microempresas, unas 34.422; mientras que 3.916 están en la categoría pequeñas, cerca del 10 %. Por su parte, el 2 % restante pertenece a unos 789 negocios que son las medianas empresas.
El departamento de Itapúa es uno de los que cuentan con mayor número de mipymes, con el 7,8 % a nivel país, es decir, concentra unas 28.793 mixtas, pequeñas y medianas empresas. De esta manera, se sitúa como la cuarta región del país en albergar el mayor número de este segmento, pero con solo el 11 % de formalización.
CIFRAS DE MISIONES
Con respecto a Misiones, indicaron que se cuentan con unas 6.127 unidades, que representaron 1,7 % de la cantidad total. Las micro predominan en este departamento siendo unas 5.686; en tanto, las pequeñas y medianas alcanzan la cifra de 383 y 58, respectivamente. El nivel de formalización se ubicó en un 7 %. El departamento de Ñeembucú concentra a unas 4.207 siendo esto el 1,1 % del total a nivel nacional, según los datos del boletín. De ese número, unas 3.829 son microempresas, representando el 91 %, mientras que las pequeñas suman unas 308 con un 7 % y las medianas empresas unas 70, significando un 2 %. En el caso de la formalización se registró un 11 %, que fue muy cercano al nivel nacional, mencionaron.
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El desempeño de la economía hace pensar que este será un año auspicioso
Los técnicos que analizan los datos que van surgiendo de los distintos capítulos de la actividad económica del Paraguay, desde los que representan a organismos internacionales hasta los especialistas locales, están de acuerdo en algo muy importante: este año habrá un buen desarrollo en distintos renglones, lo que significará una mejora para numerosos sectores económicos, financieros y sociales.
Teniendo en cuenta que los diversos indicadores de la economía del país revelan datos positivos, los especialistas estiman que estos buenos augurios hagan que en el 2024 se mantenga el crecimiento en buenos términos. Y se aguarda que dicho fenómeno aumente la generación del empleo, como parte del efecto derrame que puede generar. Es muy bueno que crezca la producción económica y que las ganancias de las empresas se multipliquen. Y resulta más positivo aún si el movimiento económico en alza genera el aumento de puestos de trabajo para mayor bienestar de la ciudadanía. Porque entonces ese fenómeno producirá lo que se pretende siempre de cualquier crecimiento económico, que las personas estén mejor, con un crecimiento de la calidad de vida.
Un análisis rápido de lo acontecido en los primeros tres meses y medio da pie para generar la convicción de que este será otro capítulo con buen crecimiento económico, con todo lo que ello implica en la realidad del país.
El alza de los precios de los productos de consumo que se registró hasta ahora hace creer que se podrá llegar al 4 % de inflación anual, como prevé el Fondo Monetario Internacional (FMI) para este año. El dólar está con una cotización relativamente estable, lo cual es bueno para el aumento de las importaciones y para estabilizar los precios de los derivados del petróleo, cuya variación también depende de la política internacional, especialmente en estos momentos del conflicto de Irán con Israel y sus posibles consecuencias. Si en Medio Oriente se calman los ánimos belicosos, el precio del crudo podría mantenerse estable
El aumento de las remesas de dinero que vienen de otros países también es saludable para el panorama local. Igual que el menor déficit fiscal registrado en el primer trimestre del año.
Un capítulo llamativo de estos primeros meses del año es que los ingresos estatales han tenido un aumento cualitativo. Según un reciente reporte de la Dirección Nacional de Impuestos Tributarios (DNIT), los ingresos del Estado han tenido un alza importante en el primer trimestre. El más significativo por su volumen es el del sector comercial, que ha aportado 1 billón 266.830 millones de guaraníes, lo que representa un aumento del 18 % con relación a lo recaudado en los tres primeros meses de 2023, es decir, 228 mil millones de guaraníes más que en similar período del año pasado.
El segundo mejor aportante es el del sector de intermediación financiera, que llegó a 564.995 millones de nuestra moneda, con un incremento de 26 % frente al primer trimestre de 2023. El tercero es el que corresponde a los tributos por servicios gubernamentales, que tuvo un crecimiento del 39 %, que es el segundo incremento porcentual más elevado.
El buen comportamiento de las recaudaciones tributarias del primer trimestre significa que el organismo recaudador está trabajando bien. Pero hay que destacar además que revela claramente que la actividad económica está en alza, lo cual es para celebrar.
Otro capítulo nada despreciable es que está disminuyendo el contrabando, sobre todo el que proviene de la Argentina, por la suba de sus precios. Esto hace que los supermercados y negocios del país estén aumentando sus ventas, lo que afianza el comercio local con más transacciones y la posibilidad de contratación de nuevos empleados.
Todos los aspectos señalados, más la estabilidad macroeconómica y financiera existente, atraerán la realización de más inversiones directas, lo que de hecho puede generar mayor actividad económica, con todos sus efectos en la generación de puestos de trabajo y la dinamización de los más diversos sectores.
Estos son hechos muy alentadores del momento que se está viviendo, que sin duda darán sustento a las mejores expectativas. Para ello, el país tiene que seguir trabajando con fuerza, lejos de las confrontaciones y de las rencillas estólidas de la politiquería.