El sector de la cons­trucción tuvo un año 2022 complicado, puesto que toda la cadena de pagos se vio retrasada por la deuda del Estado, y a pesar de esta situación las obras públicas siguieron ejecután­dose. Por ello, desde el Cen­tro Paraguayo de Ingenieros advierten que para que los trabajos no lleguen a dete­nerse ni el sector resulte afectado, las cuentas pen­dientes deben ser saldadas en este 2023.

Así lo explicó Amílcar Tro­che, titular del gremio, quien comentó que debe exis­tir un ordenamiento entre los diversos ministerios de manera a que el pago conti­núe. “Será fundamental que haya un ordenamiento, un cuidado, una disciplina entre el Ministerio de Hacienda y Obras Públicas para honrar las deudas, para que los tra­bajos que están en ejecución puedan terminar y las que tienen plazo superior a un año no resientan tanto este año político”, dijo a Unicanal.

Esto transmitiría confianza y seguridad a los constructo­res, puesto que ya desde fin de año otros representantes del rubro habían manifes­tado su preocupación al res­pecto. Además, afirmó que la coyuntura los impacta incluso en el acceso al cré­dito porque al no cobrar todos los eslabones son incluidos. Sostuvo que espe­ran que las empresas priva­das sigan activas para que a través de la inversiones puedan sostener la activi­dad económica.

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La Cámara Paraguaya de la Construcción (Capaco) y la Cámara Vial Paraguaya (Cavialpa) indicaron días atrás que ven con preocu­pación muchos elementos y que si bien al cierre del 2022 recibirían aproximada­mente 150 millones de dóla­res de lo adeudado, quedará un saldo de 300 millones de dólares. Según los datos de la Capaco, con esta crisis se perdieron aproximada­mente 40.000 empleos.

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