Según adelantó el presidente del Instituto Nacional de Estadística (INE), Iván Ojeda, Paraguay cuenta con una economía informal del 65% en lo que va del 2022. Es por eso que, para obtener datos más precisos, ya están planeando las alineaciones para el Censo Económico previsto para el 2025. “Hay tres censos por excelencia. El primero es el Censo Agropecuario que se está desarrollando con el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), el otro es el Censo Nacional de Población que mide condiciones de vida, y el tercero es el Censo Económico. Este último mide el comportamiento de las unidades económicas del sector terciario”, especificó en el “Péndulo”, emitido por Unicanal.
En su momento, el titular del INE explicó que los US$ 43 millones de presupuesto, obtenidos a través de un préstamo del BID, son para varios proyectos, no solo para lo que fue este Censo Nacional. Esto contempla, según Ojeda, el Censo Nacional de Población y Vivienda, y el Censo Indígena. “Está proyectado para 5 años, pero recién estamos en el año uno. El desembolso se realizará por etapas, donde ya se cuenta con US$ 6 millones el precenso. Ahora, otros 5 millones de dólares para los viáticos y gastos de los censistas, que vamos a filtrar, mientras también se gastó en equipamientos y en campañas de publicidad”, indicó.
UIP Y LA OIT
Por otro lado, en julio pasado, en el marco de la Expo Internacional Mariano Roque Alonso, la Unión Industrial Paraguaya (UIP), con el apoyo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), presentó un programa de investigación para la medición de la economía informal en Paraguay a cargo de su Centro de Estudios Económicos y Comercio Internacional.
“Es un estudio que puede generar un valor añadido muy importante no solo para el gremio, sino también para todo el país. Puede aportar información valiosa y evidencias para demostrar que la formalización, como proceso de inclusión económica y social, impulsa el crecimiento de las empresas y constituye la vía efectiva para garantizar la protección de los derechos laborales de las y los trabajadores. Y así, contribuye al desarrollo del Paraguay, sin dejar a nadie atrás”, destacó Aram Cunego, oficial nacional del Programa de Trabajo Decente de la OIT en Asunción.
El programa se desarrollará en etapas, buscando aportar insumos a partir de datos confiables, y elaborar propuestas para la construcción de políticas públicas que ayuden a mitigar la informalidad, incentivar la transición a la formalización y promover una economía sostenible.
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La caída del sector primario afectó la cifra de desocupación hasta marzo
Desde el Instituto Nacional de Estadística (INE), detallaron que el “estancamiento” en la cifra de desocupación al cierre del primer trimestre del año se debe a la caída del sector primario. La desocupación general (desempleo abierto) afecta en la actualidad a más de 212.000 personas (6,9% de la fuerza de trabajo), aunque se mantiene el dinamismo en los sectores secundario y terciario.
“Para entender el aumento leve o el estancamiento de la desocupación tenemos que analizar los sectores económicos. Vemos que en el sector primario hubo una caída de los ocupados, principalmente de la mano de obra intensiva en el autoconsumo. Por ejemplo, mucha gente dejó de realizar cultivo para autoconsumo, que también se considera una ocupación”, explicó el titular del INE, Iván Ojeda, a la 1020 AM.
De acuerdo con los datos del INE, pese a que el sector primario registró unos 38.000 ocupados menos con relación al arranque del 2023, otros sectores mostraron gran dinamismo e incluso, lograron aumentar su nivel de ocupación.
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“En el sector secundario hay una dinámica muy robusta. Vimos que 65.000 personas lograron ocuparse (industria manufacturera y construcción). A su vez, el sector terciario, que ocupa el 60% de los ocupados del país, tuvo una dinámica muy interesante: 49.000 personas lograron conseguir un empleo”, explicó Ojeda.
En general, actualmente hay alrededor de 300.000 personas desocupadas o subocupadas (con algún tipo de dificultad para el empleo). La cifra representa al 9,8% de la fuerza de trabajo que, en comparación al primer trimestre del año pasado, muestra una leve reducción, según el titular del INE.
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FMI prevé que la economía argentina empezará a crecer este año
El Fondo Monetario Internacional insiste en que el plan de ajuste de Argentina está dando “resultados mejores de lo esperado” y prevé que la economía “empiece a crecer” en el segundo semestre del año, afirmó este jueves una portavoz de la organización financiera. El FMI está satisfecho con los progresos realizados desde que el presidente ultraliberal Javier Milei asumió el cargo en diciembre con un objetivo: cortar drásticamente el gasto, lo que denominó plan “motosierra”.
“La fuerte implicación y la aplicación decidida por parte de las autoridades de su plan de estabilización están dando resultados mejores de lo esperado”, afirmó Julie Kozack, directora de comunicaciones del Fondo en rueda de prensa en Washington. Citó el primer superávit fiscal trimestral en 16 años, la “rápida recuperación” de las reservas internacionales y una mejora del balance del banco central, así como una rápida reducción de la inflación, que pasó del 25 % en diciembre a en torno al 8,8 % en abril.
Kozack reiteraba así las conclusiones del equipo técnico del FMI que alcanzó esta semana un acuerdo con Argentina sobre la octava revisión del paquete de ayuda que permitirá el desembolso de casi 800 millones de dólares en cuanto obtenga luz verde del directorio. Es la primera revisión “en la que se han cumplido todos los criterios” del programa crediticio de Argentina con el Fondo, en virtud del cual el país sudamericano recibe 44.000 millones de dólares a 30 meses a cambio de que aumente sus reservas internacionales y reduzca el déficit fiscal.
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“Familias trabajadoras”
“Todos estos son pasos importantes en la dirección correcta y esperamos que la economía comience a crecer nuevamente en la segunda mitad de este año” pero “el camino por recorrer sigue siendo difícil”, recalcó la portavoz. El FMI estima que el gobierno debe atajar la crisis desde tres frentes: fiscal, monetario y la aplicación de reformas para generar empleo formal y atraer la inversión privada.
A nivel fiscal debe mejorar la eficacia del sistema tributario, pero también “seguir garantizando que la asistencia social sea suficiente y esté bien orientada para proteger a los más vulnerables” y asegurarse de que la carga del ajuste “no recaiga desproporcionadamente sobre las familias trabajadoras”.
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La política monetaria “deberá seguir evolucionando para anclar la inflación” y la cambiaria “deberá volverse más flexible con el tiempo”, declaró Kozack. La portavoz no mencionó el cepo cambiario que Milei quiere levantar, es decir el control de cambios vigente desde 2019 que limita el acceso a dólares en un país en el que la divisa estadounidense oficia de valor refugio para los ahorros.
Pero afirmó que los “cambios de política serán necesarios a medida que los controles cambiarios se relajen gradualmente” y las autoridades “hagan la transición” a un nuevo régimen mediante el cual “el peso y otras monedas como el dólar estadounidense pueden coexistir y ser libremente utilizables”.
Es lo que sucede en Perú y Uruguay, dijo. Tampoco mencionó que el FMI vaya a prestarle a Argentina más dinero que el acordado en el programa crediticio. “Las conversaciones actuales con las autoridades se centran en esta revisión en curso”, dijo la portavoz.
Fuente: AFP.
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En 30 años recibimos de las binacionales USD 12.823 millones (1994-2024), ¿somos un país eléctrico?
- Por Pablo Alfredo Herken Krauer
- Analista de la economía
- Email. pabloherken@yahoo.com
Si un país recibe un ingreso especial de 12.823 millones de dólares (fuente BCP) durante 30 años y 3 meses (1994-2024) de sus empresas hidroeléctricas binacionales (Itaipú con Brasil y Yacyretá con Argentina), el 87 % de la represa en sociedad con los brasileños, 11.105 millones de dólares y el 13 % con los vecinos del sur, 1.718 millones de dólares, se asume que hoy ese país tendría que ser un país avanzado en la generación, transmisión, distribución de energía eléctrica limpia y renovable, con hogares satisfechos por la calidad del servicio (y precio favorable para los usuarios, situación inferior a la de cliente), inversiones nacionales y locales alimentadas por una electricidad competitiva e, incluso, vendiendo la porción de la energía que nos corresponde a mercados del exterior, con toda la infraestructura necesaria para poder hacer todo lo anteriormente dicho.
¿Somos ese país electrizado, con mejor desarrollo? No. No lo somos. ¿Qué nos pasó? Hay varias fuentes de información para el cálculo del ingreso de dólares (divisas) de las binacionales. El del Banco Central del Paraguay (BCP) es una de ellas. Reitero: estamos hablando de un ingreso de dinero por 12.823 millones de dólares. A los efectos de hacer comparaciones y sacar una primera conclusión del país eléctrico que no somos, tomemos el período 2003-2023 y veremos que tuvimos un ingreso de 10.709 millones de dólares de las binacionales en dicho lapso: 9.104 millones de dólares vinieron de Itaipú y 1.605 millones de dólares correspondieron a Yacyretá.
En esos 21 años la recaudación de impuestos sumó 59.489 millones de dólares y los dólares de las binacionales, equivalentes al 18 %. Reemplazamos la mayor recaudación de impuestos que necesitábamos por el dinero de las binacionales. Y el mejor uso de las recaudaciones también. Encontramos en el dinero de las binacionales el parche salvador para todo tipo de gasto que los impuestos no alcanzaban a cubrir, y para financiar gastos diversos en una extraordinaria dispersión de recursos. Cuando más se quiere abarcar, incluso con buena motivación, la torta se parte en tantos pedazos que a todos les toca un poquitito, pero a nadie le satisface. Al final da la impresión de que todos están cubiertos con el dinero de las binacionales, pero la realidad es la desnudez en las necesidades insatisfechas. En 1998 Taiwán nos dio un préstamo de 400 millones de dólares. El gobierno de Raúl Cubas Grau era fuertemente resistido por su alianza con el golpista Lino César Oviedo, y el préstamo no fue aprobado hasta después del heroico marzo paraguayo de 1999. El equipo técnico de Cubas Grau (con Gustavo Leite a la cabeza) hizo un excelente trabajo al priorizar el uso del dinero en solo tres objetivos bien concretos y determinados, y con la mejor fundamentación venía la repartición de la torta para su correspondiente distribución. Vino el gobierno de la unidad nacional, aprobaron el préstamo y lo cortaron en 400 pedazos (hacer empedrados en donde hubiera necesidad), porque “tenía que llegar a todos”. Y el dinero, más temprano que tarde, se esfumó.
¿Qué estamos haciendo con el dinero de las binacionales? Cualquiera con un dedo de razón dirá que la prioridad en el destino del dinero de las binacionales debió ser y es Ande. Hoy tendría que ser una empresa cotizando en la bolsa de valores de Nueva York. La mayor, la más poderosa, la más moderna, la más competitiva, toda una fuente directa e indirecta de cuánto se pueda hacer o se pudo hacer para habernos convertido en un país eléctrico. Pero seamos realistas, el dinero de las binacionales en Ande se hubiera encontrado con la oposición a toda Ande potencia, porque sí o sí se necesita de la inversión privada nacional y extranjera para transformarla en una potencia. Pero el país no lo permitió, con excepciones honrosas, “Ande no se toca, es de todos los paraguayos”. Y los gobiernos y los propios directivos y trabajadores de la Ande abrazaron esa causa nacionalista o se aprovecharon para, volviendo al principio, usar el dinero de las binacionales como plazca. En mi opinión, que Ande no sea lo que pudo y debió ser es tanto culpa de los gobiernos como de la propia gente de Ande. No fue prioridad, no se hizo prioritaria. ¿Y ahora? Espero estar equivocado, pero nada ha cambiado. Seguimos despedazando la torta. Es de todos los paraguayos, más caramelitos hoy y menos pan mañana.
Y ese viejo como inservible discurso de “el dinero de las binacionales debe ir al Presupuesto de Gasto de la Nación para su correcto uso y mejor control”. Es que así se ha hecho. En el período 2003-2023 un total de 9.155millones de dólares pasó por el presupuesto, no será todo (está el dinero directamente administrado por las binacionales, lados nuestros). Pero ¡9.155 millones de dólares! En la última memoria de la Itaipú Binacional encontrarán un cuadro con los pagos que nos hizo la entidad: 1) Al Gobierno paraguayo por royalties y compensación por cesión de energía: 11.873 millones de dólares (período 1985-2023); y 2) a Ande por utilidades de capital y resarcimientos: 1.112 millones de dólares. Total: 12.985 millones de dólares. Claro que aquí estamos hablando de un lapso de 39 años. Pregunto, esos 11.873 millones de dólares “al Gobierno paraguayo”, ¿no pasó por el parlamento en los presupuestos? Para mí la transparencia y el control son sumamente importantes en la administración de los recursos públicos. Pero empezando por priorizar recursos escasos y finitos para necesidades múltiples e infinitas. La experiencia aconseja a nivel de Gobierno partir la torta en no más de tres pedazos, jerarquizando aquello que te produce comida y no el que te da la lista de los “invitados” a comer (supuestamente).
Aunque pecando de triunfalismo en un Paraguay hostil y autodestructivo, el Gobierno logra un acuerdo satisfactorio con Brasil (Itaipú) por donde se lo mire, al subir el precio político de la energía (15,4 %) y no continuar bajando (ya se achicó 26 %, podía seguir otro -36 %), asegurando así ingresos para cada tres años (2024-2026) por USD 1.250 millones de dólares (adicional de USD 320 millones) y un marco aceptable para negociaciones futuras con un vecino clave. Parece poco, pero no lo es. El papel aguanta cualquier cosa, hasta negociadores de papel. La verdad, si es verdad, es verdad. Was gesagt werden muss, muss gesagt werden. Duele decirlo, pero hay que decirlo. DDPHQDPH1885.
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La cadena de la carne y su peso en la economía social del país
- Por Ing. Agr. Diego Heisecke
- Presidente Consorcio de Ganaderos para Experimentación Agropecuaria
- Por Lic. Hugo Jiménez de Recalde
- Asesor Consorcio de Ganaderos para Experimentación Agropecuaria
Nos hemos acostumbrado a tener una perspectiva “vertical o rubrista” de la agroproducción e incluso las políticas públicas han sido diseñadas entorno a ese concepto. Así conocimos el “plan del trigo”, “plan algodonero”, “programa lácteo”, etc.
Sin embargo, de la finca a la mesa o del tambo al vaso, interactúan otros múltiples actores y en los tres niveles de la economía (primario - secundario - terciario), por lo cual, es necesaria la mirada HORIZONTAL bajo el concepto de CADENA PRODUCTIVA.
Datos del Banco Central del Paraguay (BCP) refieren una participación de la ganadería en el producto interno bruto (PIB) del Paraguay, entorno a un 2,2 %. Sin embargo, la cadena de la carne no está representada por este número, ya que deja de lado sectores que también participan en la cadena de la carne bovina, como por ejemplo es el sector transporte del ganado, que realiza anualmente más de 75 mil viajes de las unidades de producción a las industrias frigoríficas.
En consecuencia, la cadena ganadera participa en la generación de valor a través de los distintos sectores, incluso antes de la producción ganadera, para la provisión de insumos productivos, los servicios logísticos que ya mencionamos, el sector financiero, el comercio exterior (fletes carreteros, aéreos, fluviales, etc.) y el interior, que implica movimiento en carnicerías, supermercados, etc. En todas estas operaciones se pagan impuestos, tasas, aranceles y gravámenes aduaneros, conforme apreciamos en la gráfica.
Los medios se hacen eco permanentemente de los avances y progresos en el posicionamiento de la carne paraguaya en los mercados de consumo global y la valoración positiva del producto pero, sin embargo, desde la tranquera para adentro, es decir, la finca o unidad productiva, desde hace un poco más de una década no pasa bien, debido a la caída en los precios recibidos por la ventas de animales a los frigoríficos.
AHORA BIEN, ¿QUIÉN O QUIÉNES SOPORTAN EL MAYOR PESO EN CUANTO A INVERSIONES NETAS Y GENERACIÓN DE EMPLEOS DENTRO DE ESTA CADENA?
La gráfica expuesta a continuación habla por sí sola.
Sin embargo, en términos comparativos entre los años 2011 y 2024, mientras el valor FOB de exportación de carne subió 21 %, el precio pagado al productor bajó 17 %.
Si estas condiciones persisten, uno pudiera concluir que la actividad productiva bovina presenta flujos financieros negativos, lo cual obliga al productor a una mayor faena para equiparar ingresos vs. gastos, ocasionando una disminución del hato ganadero y configurando así una actividad financieramente riesgosa.
La ganadería ha sido reconocida históricamente como una actividad vinculada al ámbito rural y la vida misma del pequeño productor, que ve en sus animales un escape financiero ante adversidades familiares de salud, malas cosechas, climas adversos, etc, por cuanto la venta de una o más cabezas puede significar un desahogo momentáneo. Las consecuencias en la persistencia de estas condiciones desfavorables de precios será más impactante en este segmento que en los medianos y grandes productores, por cuanto estos podrían migrar a otras actividades como la agricultura, la reforestación, etc.
Este es un país eminentemente AGROPECUARIO, donde los ingresos de divisas provienen en sus ¾ partes del campo, conforme apreciamos en la imagen siguiente.
Por todo esto, ha llegado la hora de construir consensos amplios entre todos los actores de la cadena, entendiendo que si al eslabón más INFLUYENTE en el antes y el después de la producción le va mal, eso se transmitirá a lo largo de la cadena.
Hoy, el sector productivo pecuario bovino está en un escenario de pérdida real en términos económicos, con una deuda bancaria significativa, con acceso restringido a los mejores mercados y el alto y decisorio peso del eslabón industrial que no solamente define los precios, sino además condiciona los niveles de faena, llegando incluso a reducir esta actividad a menos de la mitad de las capacidades instaladas.
El acceso a la información segura, oportuna y confiable para transparentar los procesos a lo largo de la cadena, desde la producción.