La pandemia afectó bastante a la región, y en Paraguay, pero la economía local supo sobrellevar la situación y actuar de una manera rápida para asistir al mercado. En ese sentido, estas acciones se ven reflejadas en el estudio realizado por la Fundación Getulio Vargas, en su Indicador de Clima de Negocios, que posiciona a Paraguay como el país con mejor índice.
El Indicador de Clima Económico (ICE) en Latinoamérica, medido cada tres meses por FGV, avanzó desde los 43,2 puntos negativos en el tercer trimestre para 39,3 puntos negativos en el cuarto. El clima económico para América Latina avanzó en todos los países analizados, excepto en Argentina y Brasil.
Entre los países que presentaron los mejores resultados para el índice fueron Paraguay, con 14,8 puntos negativos, Uruguay (21,4 puntos negativos) y Colombia (28,5 puntos negativos), según reporta al prensa internacional. La economía local, en agosto, reportó -70,4 puntos, arrastrado por los efectos de la pandemia que también lastró a la región. Los expertos estiman que la economía de Argentina será la más afectada entre los países investigados y esperan un desplome de 22% en el 2020, mientras que Paraguay deberá ser el menos golpeado, con una caída de 1,9% en su PIB de este año, según destaca con base en el reporte el diario Gestión.pe.
Con respecto al 2021, los economistas consultados prevén un crecimiento en prácticamente todas las economías, a excepción de Ecuador. “Existe un relativo optimismo para el crecimiento en el 2021, que se asocia con expectativas favorables en todos los países”, señaló FGV en el estudio. Sin embargo, recalcó que “el efecto de la crisis en el PBI de los países aún no se ha mitigado por completo”.
INFRAESTRUCTURA
El sondeo constató además que los economistas ven la falta de innovación, una infraestructura inadecuada, la corrupción, el aumento de las desigualdades de renta y una demanda insuficiente como los principales problemas para el crecimiento económico de sus países. De acuerdo con FGV algunos problemas citados son “cuestiones estructurales”, mientras que otros “dependen del ciclo económico”, como es el caso de “la actuación de los gobiernos ante la pandemia”, la “falta de confianza en la política económica” o la “inestabilidad política” vista en algunos países de la región.