El Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa) inició el Muestreo Seroepidemiológico Nacional 2025, una herramienta clave para sostener la competitividad de la carne paraguaya en los mercados internacionales.
En la primera semana se muestrearon 254 establecimientos y se tomaron 6.419 muestras para demostrar la ausencia de transmisión del virus de la fiebre aftosa, lo que representa un 25,4 % de avance del plan.
De forma paralela, se llevó adelante el operativo destinado a evaluar la eficacia de la vacunación aplicada al hato bovino. En este frente, se alcanzó un muestreo de 117 establecimientos con 1.392 muestras, equivalentes a un 23,4 % de avance. Estos resultados iniciales confirman la solidez del sistema de control sanitario del país y refuerzan la confianza en la trazabilidad de la producción pecuaria.
El impacto económico de estas acciones es directo. Paraguay destina más del 60 % de su producción cárnica a la exportación y la fiebre aftosa constituye la principal amenaza para la estabilidad de estos envíos.
Desde Senacsa afirman que cumplir con los estándares internacionales no solo permite mantener abiertos los mercados actuales, sino también aspirar a destinos de mayor valor agregado, donde la certificación sanitaria es un requisito innegociable.
Con este nivel de avance en la primera semana, Senacsa transmite al sector productivo y a los compradores externos una señal de previsibilidad. La transparencia en los datos y la eficacia en los procedimientos convierten al muestreo en un blindaje económico para una de las cadenas de valor más relevantes del país, que sostiene miles de empleos y aporta un peso significativo al Producto Interno Bruto (PIB).
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Cabe recordar que días atrás, los presidentes de las veinte regionales de la Asociación Rural del Paraguay (ARP), en representación de productores pecuarios de todo el territorio nacional, rechazaron de manera categórica cualquier intento de levantar la vacunación contra la fiebre aftosa mientras no existan beneficios concretos, significativos y debidamente comprobados para el sector y para el país.
“Un brote de fiebre aftosa significaría no solo un golpe devastador para miles de productores, sino también para la estabilidad económica nacional, el empleo rural y la confianza internacional en nuestra carne”, manifestaron.