El inicio de una nueva campaña agrícola está en curso y la proyección para el nuevo ciclo de zafra de la soja apunta a las 10,5 millones de toneladas con la zafriña. Además, no se descarta una posible transición hacia una fase del fenómeno La Niña, aunque de carácter débil a moderado.

Según la consultora StoneX para el principal cultivo de Paraguay, de partirse del supuesto de una campaña climáticamente favorable, la productividad óptima por hectárea permitiría superar los 9,29 millones de toneladas en el primer ciclo, mientras que para la zafriña 1,24 millones de toneladas.

Señalaron que se espera mantener el área plantada ya consolidada en la región Oriental, con poco más de 3 millones de hectáreas y como ocurre al inicio de cada nuevo ciclo agrícola, la principal variable que definirá la productividad será el clima.

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Por otra parte, se esperan variaciones en el Chaco, que fue considerada como la nueva frontera agrícola del país, y debido a resultados inferiores a lo esperado en las últimas siembras, se estima una posible migración de áreas actualmente destinadas a algodón, chía y sésamo hacia la soja.

En cuanto a la extensión definitiva de las hectáreas aún está por definirse. “Inicialmente, se proyecta que de las 100.000 hectáreas actuales se podría pasar a unas 120.000 hectáreas en el próximo ciclo”, indicaron en el informe.

Factor climático

Señalaron que para lo que resta de 2025, se prevé que agosto esté marcado por lluvias tempranas e irregulares, especialmente en las regiones centro y sur del país. También existe la posibilidad de heladas puntuales en zonas más frías durante los primeros días de agosto y hacia mediados de mes, algo que “debe tenerse en cuenta para los cultivos de invierno o la implantación temprana del maíz”.

Para el verano de 2026, es decir, entre enero y febrero, los modelos actuales indican buenas condiciones de humedad y un retorno efectivo de las lluvias en todo el país. Este comportamiento favorecería el desarrollo de los cultivos implantados en primavera, contribuyendo a una perspectiva positiva para la campaña de verano.

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“Desde una perspectiva climática más amplia, se observa un enfriamiento en curso de las aguas del Pacífico, lo que sugiere una posible transición hacia una fase tipo La Niña”, agregaron. Este fenómeno podría condicionar especialmente la primavera, reduciendo las lluvias durante su segunda mitad, pero este escenario aún es incierto y requerirá un monitoreo constante.

En resumen, agregaron que el segundo semestre de 2025 presenta condiciones generalmente favorables para el inicio de la campaña agrícola. Asimismo, la vigilancia constante de las condiciones oceánicas y atmosféricas será clave para ajustar las decisiones agronómicas y reducir los riesgos climáticos.

Maíz zafriña

En cuanto al maíz zafriña, se señaló que la principal variable para el próximo ciclo será el nivel de precios y su influencia en la decisión final del productor sobre qué cultivo elegir. En tanto, el avance de otros cultivos como el sorgo vendría consolidándose como una opción adicional dentro de ese ciclo.

Respecto al ciclo actual, los rendimientos sorprendieron positivamente a nivel país, indicaron. Tanto en Alto Paraná como en Canindeyú, el promedio por hectárea pasó de 6 a 6,5 toneladas. En algunas regiones específicas, algunos productores incluso reportaron rendimientos de hasta 7 toneladas por hectárea, marcando uno de los mejores desempeños registrados en la historia del maíz nacional.

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