Reunión evaluativa del Consejo de Desarrollo Trinacional en Foz de Iguazú, con presencia de directivos de los consejos de Presidente Franco y Ciudad del Este. Linda Taigen, de Codeleste, fue reconocida por sus cinco años en la presidencia. Foto: Gentileza
Consejo Trinacional se enfocará en turismo, tránsito fronterizo y seguridad
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Ciudad del Este. Agencia Regional.
El Consejo de Desarrollo de la Región Trinacional del Iguazú (Codetri) realizó su última reunión del año y proyectó acciones prioritarias para el 2024. Turismo, logística, movilidad y seguridad en las tres fronteras son los puntos que ocuparán al organismo trinacional, integrado por los cuatros consejos de desarrollo turístico: Puerto Iguazú, de Argentina; Foz de Iguazú, Brasil; Presidente Franco y Ciudad del Este, Paraguay.
Entre las acciones comunes específicas a ser enfocadas están el tránsito fronterizo, el avance de las obras complementarias al Puente de la Integración, las nuevas aduanas y el funcionamiento de los equipos de fiscalización y seguridad, entre otros, según divulgó el Codetri.
Linda Taigen, del Consejo de Desarrollo del Este (Codeleste) dijo que “entre los muchos asuntos que deben ser prioridad está el trabajo fuerte con los actores turísticos y en el flujo fronterizo que incluye la seguridad y movilidad”. “Son temas en los que necesitamos dedicarnos intensamente entre los cuatro consejos”, enfatizó Taigen.
A su turno, el presidente de Codefran (Consejo de Desarrollo de Presidente Franco), Iván Leguizamón dijo que en el municipio tienen un desafío grande que es, aprovechar su potencial turístico, a propósito del nuevo puente con Foz de Iguazú. Dijo que “para eso están trabajando en un plan urbanístico con el estamento público para que la región pueda crecer en forma armónica”.
Fernando Castro Alves, titular de Codefoz manifestó que la pauta principal de Foz de Iguazú será la agenda con 70 proyectos prioritarios que prevén inversiones de impacto positivo en la frontera.
“La agenda Acelera Foz ya fue entregada a Itaipú, a la prefectura municipal y a la Cámara de Vereadores (Junta Municipal). Al inicio del año llevaremos al gobernador de Paraná. La ejecución de proyectos grandes es lo que vamos a pedir”, dijo Castro Alves. En cuanto a Puerto Iguazú, el presidente de Codespi (Consejo de Desarrollo de Puerto Iguazú), Rodrigo Blanco, sostuvo que están dispuestos y abiertos para seguir trabajando por la integración en el 2024.
Observatorio de turismo trinacional
Los representantes de los consejos de desarrollos analizaron la creación de un observatorio de turismo trinacional, que deberá recibir a los diversos actores del sector para poner en práctica un documento firmado por Codetri y la Organización Mundial del Turismo, con la finalidad de producir datos, proyectos y articulaciones que contribuyan para visibilizar a la región trinacional como destino único.
El presidente de Codetri, Roni Temp, manifestó que “si bien existen grandes desafíos por ser una región trinacional, cuentan a favor con la unión, el diálogo y la voluntad de trabajar en conjunto, lo que es un ejemplo para regiones de frontera”. El mismo dirigió la deliberación y aprobación el documento sobre el plan estratégico del colegiado que contiene las metas y prioridades de cada consejo local.
La reunión fue también para un reconocimiento a la gestión de Linda Taigen, de Codeleste, por sus cinco años en la presidencia de Codetri. Destacaron el trabajo incansable para promover la integración entre Argentina, Brasil y Paraguay.
Cerro Vera, una de las grandes vistas del paisaje paraguayo
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Jorge Zárate
jorge.zarate@nacionmedia.com
Fotos: Jorge Jara
Para llegar al mirador del cerro Vera de Acahay, departamento de Paraguarí, se recorren senderos de bella vegetación, entre la que se destacan los caraguatás de gran tamaño, las flores silvestres, el aire de gran pureza. Recorriendo el área se pueden avistar los cerros vecinos, los campos preparados para cultivos, mirar la vida desde sus 348 metros de altura. Aquí un acercamiento a sus paisajes y características geológicas en la mirada de una especialista.
Los yryvu hu despliegan su plumaje negro, brillantes al sol. Parecen custodiar el paisaje imponente, el mbokajaty que se despliega en el valle y se trepa a los cerros; el camino de piedra y tierra colorada que se ve como un sendero desde la altura.
Trepar, subir la montaña, desde que el hombre es tal, tiene efectos terapéuticos, ayuda a valorar esfuerzo y consecución. Cuando se corona una cima, algo cambia para bien.
Ubicado a 130 kilómetros de Asunción, se encuentra en la compañía Pintos, de Acahay, y es uno de los espacios preferidos por jóvenes aventureros y viajeros que buscan adentrarse en el paisaje nacional.
Esta situación puede verificarse en las redes sociales, donde en pequeños videítos la gente se filma subiendo el cerro, acampando, en caminatas en familia, inclusive escalando, practicando montañismo.
ACCESO
Desde la capital se puede llegar a velocidad promedio en dos horas y media hasta el punto de entrada, que está sobre la ruta PY-18, en el tramo que une Acahay con La Colmena. El ingreso está indicado por un pequeño cartel que dice “Cerro Vera-Rubio Ñu”, aunque para más precisión se puede buscar en internet como “Entrada al cerro Vera” y obtener la guía de navegación y el mapa que lleva hasta el sitio.
Una vez allí, hay dos maneras de acceder. Se puede ir con vehículo familiar hasta un estacionamiento y después seguir la travesía a pie o, si se dispone de un 4 x 4, avanzar en un camino algo difícil que acerca hasta el mirador.
LA INMENSIDAD
Las rocas, la formación del cerro tienen una historia especial. Dice la geóloga Ingrid Godoy: “La verdad que es muy impresionante, siempre sorprende y hay cosas nuevas que nos dan una visión de lo pequeños que somos y de lo mucho que tenemos que aprender de lo impresionante que es la naturaleza”.
Lo hace mientras explica los pilancones, una formación especial que se avista en el mirador del cerro, suerte de pequeñas piletas que acumulan agua de lluvia y, al verlas desde cierta distancia, asemejan un rostro, una máscara.
“Es un ejemplo muy bueno de la fuerza de la naturaleza, del transcurrir del tiempo, porque eso se va formando por granitos de arena que se quedan en un hueco en la roca y con el paso del tiempo con ayuda del agua y del viento van puliendo la roca hasta formar oquedades que posteriormente forman estas piletas naturales”, indica.
Ingrid Godoy, geóloga. Foto: Jorge Jara
VEGETACIÓN
Las piedras tienen unas manchas muy particulares. “Son un tipo de alga llamadas líquenes que se forman en ambientes de aire puro, ya que no podemos encontrar en ambientes con aire contaminado. Entonces, eso ya es una característica de cierto tipo de lugares nada más y la vegetación también. Como estas son rocas que acumulan agua, entonces de a poquito las algas mismas van a ir evolucionando y dando origen a esta vegetación que vemos acá”.
También el verde hace su trabajo en la elevación. “La vegetación forma otro tipo de erosión, que es la meteorización biológica. Así se dice cuando las plantas mismas se van enraizando, van rompiendo la roca y formando de repente un poco de suelo también sobre los cerros”, comenta.
Allí desde el mirador se pueden apreciar dos formaciones erigidas en vertical que se escindieron del cerro Vera por obra de la erosión. “Estos son unos inselberg o iceberg de roca”, cuenta Godoy. “Aquí cerca tenemos el cerro Pa’û, donde por la erosión se fue construyendo ese paso que lo identifica, pero en este caso las formaciones quedaron un poco más alejadas”, dice.
Sobre ellos y entre las grietas vuelan y se posan los yryvu con gran señorío, se les admira la perspectiva, que apenas podemos imitar con el vuelo del drone con las imágenes de esas paredes de areniscas con cuarzos que el sol pone a brillar y que le dieron nombre a este bello cerro Vera.
UNA PRESENCIA DE MILLONES DE AÑOS
El cerro Vera está formado por areniscas del Ordovícico, característica del bloque Cordillerita y para adquirir su forma actual fueron necesarias erosiones tectónicas, fluviales y también eólicas, cuenta la geóloga Ingrid Godoy, de Geopetram E.A.S.
“Fue formado por erosión estructural, por el evento que dio origen al rift de Asunción”, una acumulación importante de sedimentos que ocurrió en el Mesozoico, hace 60-65 millones de años aproximadamente. Aunque las rocas “sobre las que estamos parados tienen una formación de entre 440 y 480 millones de años aproximadamente”, explica.
“A este tipo de estructura se le llama tepuy, una clase de meseta especialmente abrupta, con paredes verticales y cimas relativamente planas y es parecida a la del monte Roraima en Venezuela. La diferencia es que allá tiene rocas precámbricas, pero acá en el cerro Vera lo que tenemos son rocas de edad ordovícica”.
SEDIMENTACIÓN
Las areniscas ordovícicas, rocas sedimentarias, se forman en ambientes marinos a través de la acumulación y compactación de sedimentos arenosos, que luego son cementados. “O alguna vez estuvieron bajo el mar y se elevaron o la erosión fue cavando los valles”, cuenta la especialista.
El Ordovícico es el segundo sistema y período del Paleozoico en la escala temporal geológica. Sucede al Cámbrico y antecede al Silúrico. Comenzó hace unos 487 millones de años y terminó hace unos 443 millones de años. Debe su nombre a la tribu celta de los ordovicos, que vivieron en el centro y norte de Gales, lugar donde el geólogo inglés Charles Lapworth identificó este sistema en 1879.
Sigue contando Godoy que el cerro Vera está compuesto de “areniscas feldespáticas que tienen mucho mineral de feldespato, son mayormente cuarzosas de óxido de sílice, pero también tienen mucho contenido de feldespato, que es lo que le da una coloración anaranjada y también podemos encontrar de repente zonas arcillosas, capas de areniscas intercaladas con arcilla. Minerales más duros como hierro en estas formaciones no hay”.
Apunta que a pesar de ello “pueden tener algunas concreciones de hierro, de manganeso, pero a nivel superficial, no como parte de la composición de la roca”.
El cerro Vera vendría a ser una “colita” de las formaciones que se aprecian en Cordillera: “Es como una continuación hacia el sur de lo que es la cordillera. En algún momento capaz estuvieron unidos, pero por los eventos estructurales, ya sean fallas o fracturas, se separaron”, sostiene.
ALTO INTERÉS TURÍSTICO
Todavía está pendiente la declaración de reserva natural y de interés turístico del cerro Vera desde su acceso hasta la cima, que facilitaría el acceso al sitio. Hubo acciones en este sentido desde la intendencia de La Colmena, iniciativas a nivel departamental en Paraguarí, pero también se busca interesar a los legisladores nacionales para avanzar en este tema.
La declaración de monumento natural sería una forma de proteger la vegetación y la fauna del lugar, una calidad que ya tiene el cerro Acahay, lo que daría más herramientas al Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades) para custodiar el lugar.
Unas decenas de hectáreas del cerro son de propiedad privada y en algún momento se llegó a prohibir el acceso a visitantes, situación que hoy en día no se da.
Vale recordar que el Código Civil Paraguayo, en su artículo 1898, indica: “Son bienes del dominio público del Estado:
a) las bahías, puertos y ancladeros; b) los ríos y todas las aguas que corren por sus cauces naturales, y estos mismos cauces; así como las aguas subterráneas c) las playas de los ríos, entendidas por playas las extensiones de tierras que las aguas bañan y desocupan en las crecidas ordinarias y no en ocasiones extraordinarias; d) los lagos navegables y sus álveos; y e) los caminos, canales, puentes y todas las obras públicas construidas para utilidad común de los habitantes. Los bienes del dominio público del Estado son inalienables, imprescriptibles e inembargables”.
Como se lee, el mismo no incorpora a los cerros, por lo que debería darse un tratamiento legislativo especial para garantizar el disfrute público del lugar de manera sostenible y respetuosa con el entorno.
Inician obras clave para mejorar la conexión entre el aeropuerto y el norte de la capital
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El Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) informó que iniciaron las obras preliminares para la construcción de un nuevo puente sobre el arroyo Itay, como parte del proyecto de mejoramiento y duplicación de la ruta D025.
Esta obra busca optimizar la conectividad entre el aeropuerto y el Acceso Norte, potenciando la logística y la movilidad en el área metropolitana de Asunción. Los trabajos se realizan a 500 metros de la intersección entre la avenida General Díaz y la calle Bernardino Caballero.
Las labores iniciales comprenden el despeje del terreno, la canalización de aguas superficiales y la instalación de un vallado perimetral en la zona de intervención. También ya se encuentra en el sitio la máquina pilotera, que se encargará de la perforación del suelo para la colocación de pilotes. Estas tareas no afectarán la circulación vehicular en esta etapa.
El futuro puente sobre el arroyo Itay tendrá una longitud aproximada de 60 metros, distribuidos en tres vanos de 20 metros cada uno. Contará con cuatro carriles para la circulación de vehículos, además de banquinas protegidas con barreras de hormigón centrales y laterales, garantizando condiciones de seguridad para todos los usuarios.
Esta obra forma parte de un paquete de intervenciones de gran envergadura, como el Corredor Vial Las Residentas y la autopista elevada en Luque. En conjunto, buscan transformar la infraestructura vial del área metropolitana y optimizar la movilidad en uno de los accesos más importantes a Asunción, beneficiando diariamente a miles de personas.
Ruta D025
La duplicación de la ruta departamental D025 desde el aeropuerto no sólo agilizará el tránsito y conectará eficientemente a Luque con Mariano Roque Alonso y Limpio, sino que también refleja el compromiso del gobierno con la movilidad sostenible. “La inclusión de una ciclovía promueve un desarrollo urbano más equilibrado”, manifestó al respecto la ministra de Obras, Claudia Centurión.
Policía Nacional fortalece operativos de prevención en Asunción
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Una operación conjunta entre efectivos policiales de distintas comisarías, con el acompañamiento de grupos tácticos, se realizó en la noche de ayer viernes y madrugada de este sábado. Se llevaron adelante diversas incursiones en la zona del Mercado 4 y los barrios aledaños con el objetivo de reforzar la seguridad.
Las calles del barrio Silvio Pettirossi, San Vicente, Añareta’i, la zona de la plaza de la Amistad y el Mercado 4 fueron los puntos focales de recorridode las cuadrillas policiales, que trabajan en operativos de refuerzo para garantizar la seguridad de comerciantes, clientes y peatones en general, realizando guardias, relevamiento de datos y recorridos.
El subcomisario Lorenzo Vera manifestó que, si bien existe un trabajo constante en las áreas ya mencionadas, debido a la cantidad de reportes de inseguridad se ha establecido un método de trabajo para mantener la presencia policial activa en horarios críticos, previniendo así cualquier tipo de hechos delictivos.
En conversación con los medios de prensa, el uniformado explicó que son zonas con mucha afluencia de peatones y que normalmente se da la detención de quienes estén en falta con la ley, al igual que la incautación de productos ilícitos y vehículos sin documentos, por lo que se puede considerar de exitoso este tipo de incursiones.
Hay que destacar que las fuerzas del orden cuentan con información de que estas zonas tienen varios pasillos y calles con salidas rápidas que, en la mayoría de las ocasiones, son utilizadas por los delincuentes para darse a la fuga u ocultarse cuando se ven perseguidos.
Desde la Dirección de Policía recordaron que este tipo de incursiones y operativos lo llevan adelante las 24 comisarías de Asunción con el fin de brindar seguridad a la ciudadanía de manera constante.
Esta ciudad del departamento de Alto Paraná se encuentra en proceso de crecimiento. Su economía gira en torno al comercio, la agricultura y la ganadería. Foto: Gentileza
Itakyry: una ciudad con rica historia que va posicionándose para el turismo
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A 435 kilómetros de Asunción se encuentra Itakyry, un municipio del departamento de Alto Paraná. Es una de las cinco ciudades más pobladas que integra el conurbano del Gran Ciudad del Este. Fue fundada en julio de 1946 y la superficie total es de 1.964 kilómetros cuadrados.
Lleva el nombre de Itakyry porque por muchos años fue habitada por comunidades aborígenes de la etnia Ava Guaraní y Mbya, que se asentaron a lo largo del arroyo Itakyry. Fueron ellos mismos quienes le dieron este nombre por su característica pedregosa.
En contacto con La Nación/Nación Media, el intendente de la ciudad, Miguel Ángel Soria, contó que el distrito está creciendo bastante y se posiciona como un lugar ideal para realizar turismo interno. Señaló que los habitantes de Itakyry se dedican mayormente al comercio, la agricultura, la ganadería y últimamente muchos están incursionando en el emprendedurismo. Anteriormente, era conocida como una de las principales productoras de yerba mate de manera artesanal. Allí existían especies de yerba nativa.
Itakyry era conocida como una de las principales productoras de yerba mate de manera artesanal. Allí existían especies de yerba nativa. Foto: Gentileza
Entre los atractivos turísticos más importantes de la ciudad, mencionó al Festival Internacional del Tereré que se desarrolla en febrero y ya lleva 27 años de celebración. También cuenta con espacios para conectarse con la naturaleza y para recreaciones que serían los arroyos, la plaza central Francisco Pagen, la plazoleta del Tereré y la doble avenida el Mensú que en todo su trayecto es alegórico a la explotación de la yerba mate .
Hospedaje
Acerca de los lugares ideales para hospedarse en Itakyry, Soria indicó que la ciudad cuenta con 15 hospedajes entre posadas, hoteles y hostales. Hay un promedio de 10 habitaciones en cada una. Es decir, más de 100 camas disponibles en la localidad.
Población
El jefe de la comuna precisó a LN que Itakyry cuenta con 45.000 habitantes, de los cuales el 60 % corresponde a la población adulta y el 40 % restante a jóvenes, según el último censo realizado por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
“Itakyry se encuentra en proceso de crecimiento, gracias a las gestiones de las máximas autoridades municipales. Hoy se está construyendo una pujante ciudad, a pesar de su corto presupuesto”, manifestó a LN el intendente Soria.
Resaltó que se logró, gracias a varias gestiones, que Itakyry fuera uno de los distritos priorizados por el Gobierno para seguir trabajando en beneficio de las comunidades, apostando por mejoras y oportunidades de crecimiento.
Gran parte del territorio de Itakyry está irrigado por una importante red hídrica, conformada por el río Acaray, el Ytambeý y sus afluentes. Foto: César Arias
Su posición geográfica destaca a esta comunidad del Alto Paraná y se convirtió en un destino importante para la explotación forestal. Su principal vía de comunicación terrestre es un ramal que parte de la supercarretera, que es la que la conecta con las ciudades de Hernandarias y Ciudad del Este por las rutas PY02 y PY07.
Origen del nombre
El nombre Itakyry está formado por la unión de dos vocablos: itaky, que quiere decir piedra no saturada, en proceso de formación, y ry, que quiere decir corriente de agua. Combinando ambos vocablos se concluye con: Itakyry, es igual agua que corre sobre piedra en proceso de formación.
Arroyos
Gran parte del territorio de Itakyry está irrigado por una importante red hídrica, conformada por el río Acaray, el Ytambeý y sus afluentes. Esta abundancia de cursos de agua convierte a la zona en una región fértil y rica en biodiversidad. Entre los arroyos más destacados se encuentran el Piraitý, Ytú, Itakyry, Santo Tomás, Capiibary y Paso Itá.
Todos ellos fundamentales para el ecosistema local y el desarrollo de actividades agrícolas y ganaderas. El río Acaray, que bordea gran parte del distrito, se encuentra rodeado de extensos humedales y pantanos, lo que contribuye a la singular belleza paisajística de la región y potencia su atractivo para el ecoturismo.
Literatura
La historia de los yerbales en Alto Paraná está marcada por relatos de explotación y sufrimiento, especialmente en torno a la figura del mensú, el trabajador de los obrajes yerbateros. Esta realidad fue denunciada por escritores como Rafael Barrett en su ensayo “Lo que son los yerbales”, donde describe las condiciones inhumanas en las que vivían y trabajaban los mensúes, sometidos a un sistema cercano a la esclavitud . Augusto Roa Bastos también habló sobre esta temática en su novela “Hijo de hombre”, reflejando la dura vida en las plantaciones de yerba mate.
La historia de los yerbales en Alto Paraná está marcada por relatos de explotación y sufrimiento, especialmente en torno a la figura del mensú. Foto: Gentileza