El joven artista paraguayo Marcelo Gabriel viene trabajando en su proyecto musical como solista, logrando elogios y aplausos de sus seguidores. Este 8 de setiembre presentó su nuevo sencillo, “A la Luz de tus Recuerdos”, una guarania que está disponible en todas las plataformas digitales.
Marcelo Gabriel es conocido junto a su dúo Sol Codas, conquistando varios escenarios nacionales e internacionales. Con mucha dedicación y esfuerzo lograron construir una gran comunidad de seguidores luego de incursionar en las plataformas de YouTube. Varios videos fueron viralizados con más de 26 millones de vistas.
Durante este 2023, el artista lanzó éxitos rotundos, entre ellos “Semana Santa”, “Amigo, te quiero” y ha días a de recibir a la primavera presentó “A la luz de tus recuerdos”, una guarania que nació un domingo por la tarde de tristeza con nostalgias, recordando a sus abuelos, donde iba recordando a cada uno de ellos y las enseñanzas brindadas a lo largo de su vida.
“Mis abuelos me enseñaron a cómo vivir la vida sin estar tan a las apuradas, a dar lo que tenga de todo corazón, compartíamos muchas cosas. Me contaban cómo la vida pasaba en el barrio mientras tomábamos mate, además la mezcla del jopará en la canción logra el complemento perfecto para erizar la piel cuando uno se identifica con ese recuerdo”, comentó el artista.
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“A la luz de tus recuerdos” tiene un contenido rico de nuestro dulce idioma guaraní, el ndavy’ái que solo el guaraní puede reflejar, si hay algo que marca la vida de cada ser humano son las enseñanzas de los abuelos. La idea se originó con Adrushca Valdez, manager de Marcelo Gabriel, y fue muy bien madurada, ejecutada, hasta convertirse hoy una realidad.
Este proyecto cuenta con un gran equipo de creativos, en la producción general, Adrushca Valdez (Adrushca Musical Manager); en la escenografía y arte, Ariel Me dicen y Ana Celina; en audiovisual, Jesús Almada, más conocido como “El fotógrafo ese”; fotografía y luces, por Koa Estudio; asistente de producción, David Mora y Manuel Vera; actor niño, Leandro Espínola; actor mayor: Arístides Recalde; video maker, Sol Codas; quienes lograron resaltar cada parte de la canción que viene con mucho sentimiento y conexión familiar de amor por el ser querido que ya no está.
Los interesados en conocer más sobre la muestra artística pueden seguir las cuentas oficiales de Instagram, Facebook, Youtube, o entrar al enlace del nuevo sencillo “A la luz de tus recuerdos” para saber más de su historia.
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Sergio Cuquejo grabó guaranias en Abbey Road
Un equipo de artistas paraguayos, encabezados por el productor y pianista Sergio Cuquejo, viajó hasta los míticos estudios Abbey Road de Londres (Reino Unido) para grabar “Guaranias en Estudio 3″ en homenaje al género musical creado por José Asunción Flores que en 2025 cumplirá 100 años, así como un tributo a Demetrio Ortiz, cuya obra “Mis noches sin ti” cumple 80 años.
“En la búsqueda de la excelencia escogimos el mejor estudio del mundo, a los mejores ingenieros y a los mejores intérpretes de la música paraguaya”, expresó Cuquejo en un comunicado de prensa. “El álbum fue grabado en vivo en el mítico estudio Abbey Road Studio 3, con arpa paraguaya, piano, guitarra y percusiones, dando lugar a la sinergia con los cantantes a tiempo real”.
La compañía discográfica EMI inauguró estos estudios en noviembre de 1931, que de EMI Studios pasó a llamarse Abbey Road en 1976. The Beatles grabó casi la totalidad de su discografía en sus tres salas; en 1969 grabaron “Abbey Road” y para la tapa se tomaron una famosa foto en el paso de peatones frente al estudio. Pink Floyd grabó allí “The Dark Side of the Moon” (1973). Otras estrellas que estuvieron en la sala 3 fueron Lady Gaga, Amy Winehouse, Bruno Mars, Florence + The Machine, Nile Rodgers (Chic), Dua Lipa, Liam Gallagher, The 1975.
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Además de Cuquejo en el bajo acústico, los cantantes Pablo Simón, Susana Zaldívar y Marijó Obregón estuvieron en la prestigiosa sala de grabación de Abbey Road, acompañados de Luis Chaparro (percusiones), Fernando Garbarino (guitarra) y el arpista Marcelo Rojas. El 30 de abril se presentó el primer corte con un videoclip de la grabación en vivo de “India” de Manuel Ortiz Guerrero y José Asunción Flores, en la voz de Pablo Simón.
En total son siete guaranias, que incluyen de Flores “Nde rendape aju”, con Pablo Simón, y “Arribeño resay”, con Susana Zaldívar. Esta última también pone su voz a “Che pycazumi” de Eladio Martínez y “Tus lágrimas” de Demetrio Ortiz. Marijó Obregón canta en “Que será de ti” de Demetrio Ortiz. Los tres cantantes se unen en “Mis noches sin ti”.
“El álbum busca un rescate de la música folclórica con un exquisito balance de fusión con la música clásica”, destacó el músico. La producción cuenta con la colaboración de destacados profesionales de la industria, tales como los ingenieros de grabación Chris Bolster (Reino Unidos), Martín Kano (Estados Unidos) y Eduardo Martínez (Venezuela); y Gustavo Borner (Estados Unidos), ingeniero de mezcla y mastering. La producción ejecutiva estuvo a cargo de la fundación Demetrio Ortiz liderada por la doctora María Esperanza Ortiz y la dirección artística a cargo de Sergio Cuquejo.
Bajo la dirección de Cuquejo, las cuerdas fueron grabadas en Asunción por la Spirit And Sound Orchestra, que había grabado para el cantante español Marcos Vidal en su disco “Lo que vemos”, que en 2023 ganó el Grammy Latino al mejor álbum cristiano. Participaron Rudolfo Britos, Erika Zelada y Víctor Romero (violines), Derlis Ferreira (viola) y Santiago Olmedo (cello).
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Día Internacional de la Danza: la vida de un bailarín paraguayo en el Sodre
Por Paz Godoy, paz.godoy@nacionmedia.com
El bailarín paraguayo Junior Caballero (28), oriundo de Villa Elisa, departamento Central, es miembro del Ballet Nacional Sodre de Uruguay. El compatriota levanta la bandera nacional en el extranjero con su arte, y por el Día Internacional de la Danza charló con La Nación/Nación Media sobre sus inicios y contó cómo es la rutina de este importante cuerpo de baile charrúa.
“Comencé a bailar desde chiquito, pero a los 13 años ingresé al Instituto Superior de Bellas Artes (ISBA), donde me formaron básicamente, después de unos años ya estaba camino a representar a Paraguay en el Prix de Lausanne de Suiza. Obtuve una beca completa para estudiar en la Escuela Nacional del Canadá y me gradué con honores y obtuve mi primer contacto en 2014″, contó el bailarín.
Tras esta oportunidad, el paraguayo fue miembro del Canada’s Ballet Jorgen, lugar donde perteneció por 5 años. Por culpa de la pandemia, tuvo que hacer un corte a su carrera y regresó a suelo guaraní. Una vez aquí audicionó para el Ballet Clásico y Moderno de Asunción, logrando un cupo. En esta importante compañía local estuvo por un año y medio.
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Luego del mencionado período, la organización del Ballet Nacional del Sodre abrió una convocatoria, donde el paraguayo audicionó y fue contratado por una temporada. Fue a finales de 2021 que Caballero viajó a Montevideo; la primera obra que presentó con este grupo fue el ballet “El cascanueces”, donde desempeñó roles de solista y cuerpo de baile.
“Luego de mi desempeño en esa temporada, me ofrecieron un contrato oficial para formar parte de la compañía, el Ballet Nacional del Sodre (BNS) es una institución con 5 cuerpos artísticos, entre ellos está el ballet; contamos con 5 a 6 producciones al año, tenemos alrededor de 72 a 75 funciones al año, pero varía, depende de la producción”, explicó Caballero a LN/NM.
El paraguayo trabaja 8 horas diarias en el ballet, que se dividen en clases, ensayos y entrenamientos. Caballero ha participado de todas las giras nacionales del ballet, desde que es parte, asimismo, ha visitado otros países con este importante ballet. “Realmente este es un lugar que tiene todas las herramientas para que un artista pueda crecer y potenciar su arte”, acotó el compatriota.
Algunos de los maestros que han formado la carrera del paraguayo han sido: Gloria Oviedo y Carlos Torres, profesores del ISBA; y Svea Eklof-Grey coach internacional. “Sin estas personas y sin estas instituciones, yo no creo que estaría donde estoy ahora, agradezco de corazón”, apuntó.
El compatriota señaló que los bailarines deben plantearse si quieren una vida artística profesional, para dedicarse de lleno a esta faceta. “El arte a mí me sostiene en mis días más brillantes y más oscuros, disfruto tanto que sea la danza un canal para mí, para poder experimentar, para mí, de esencia y de mi existencia. Feliz Día de la Danza a todos y todas”, concluyó.
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“La guarania es un enorme aporte a la humanidad en tiempos de imperiosa necesidad de la paz”
Entre guitarreo y guaranias, el cantante Ricardo Flecha comparte con Augusto dos Santos este “Expresso”, de GEN/Nación Media. La destacada voz del folclore nacional cuenta anécdotas fundacionales que lo llevaron a transitar con éxito el difícil camino de convertirse en músico a tiempo completo, desde sus primeras incursiones en el canto en una escuela del oeste de Asunción, sus influencias, su consolidación y el proyecto de gira nacional e internacional como parte de la campaña en pro de la declaración de la guarania como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad.
- Fotos Cristóbal Núñez
ADS: Don Ricardo, ¿en su casa había música?
–RF: Sí, había música. Mi hermano era un comprador compulsivo de discos. Había un negocio en la calle Estrella y 15 de Agosto. Creo que era de los Ríos, donde se vendían discos. Él trabajaba a una cuadra de ahí. Así es que música había, mi papá era músico.
–Suponía tener un tocadiscos en la casa.
–Claro. Teníamos uno de esos que se llamaban combinados, que era un mueble enorme. Ahí escuchábamos los discos que mi hermano compraba. También tenía la visita de algunos músicos amigos de mi papá, que era amigo de los hermanos Larramendia, un grupo de música con una historia brillante. Y también se cruzó un par de veces con José Asunción Flores. Él era un músico amateur, que acompañaba a Rubito y compañía a la serenatas que se hacían en aquel entonces. Estoy hablando del barrio San Antonio, en el límite con el barrio que hoy se llama Hospital, que era la zona del Hospital de Clínicas, toda esa zona de la Marinería y de la loma San Jerónimo.
–Y aprendiste de tu viejo entonces.
–Sí, algunas notas aprendí de él. Mi papá sabía algunas canciones paraguayas y, por supuesto, como era de esperarse, todas esas canciones mexicanas. Él tenía un cantor preferido, que se llamaba Ortiz Tirado.
–¿Alguna vez pensaste por qué hubo tanta hermandad entre Paraguay y la música mexicana?
–Creo que nos parecemos mucho más con los mexicanos que con cualquiera que está por acá cerca. A los mexicanos les gustan los tiros, les gusta el trago y los gritos como los paraguayos.
HISTORIAS PATERNAS
–Entonces, ¿se puede entender que la guitarra vino con el viejo?
–Sí, con papá y sobre todo las anécdotas. Mi papá era sistemático en contar historias. Entonces, me contaba la historia de algunas serenatas. Había unas historias que yo siempre le pedía que me contara una y otra vez, que era sus viajes a Buenos Aires. Él estuvo en el cuartel, él era marinero. Y entonces iba cada 25 de mayo a Buenos Aires con la cañonera y hacían los desfiles. Aprovechaban esos cuatro o cinco días que se quedaban ahí y se iban a ver partidos de fútbol. Él contaba que fue a ver un par de veces los partidos de Arsenio Erico. Él tenía dos íconos, que eran Arsenio Erico y José Asunción Flores.
–Ser marinero siempre te lleva más allá que de tu aldea.
–Exacto. Mirá cómo son las cosas que él traía los discos de (Carlos) Gardel. Tal es así que yo en mis primeras incursiones en las veladas yo tenía el peinado engominado de Gardel.
–¡Qué extraordinario Gardel!, su vida y como músico.
–Y de una visión que ya desapareció, porque Gardel era un cantante con mucho carisma. Y lo que son las cosas. Gardel se encuentra con Astor Piazzolla en una película en Nueva York y hay una escena cortita en la que Piazzolla hace de vendedor de diarios. A través de Gardel yo también me fui interesando por la música que no sea la música paraguaya.
DEBUT
–¿Cuándo fue tu presentación en sociedad como el pibe del barrio o de la escuela que canta?
–Y en la Escuela San Antonio, que es una escuela parroquial que quedaba a dos cuadras de mi casa. Yo le tengo que agradecer a mi profesora de música, que no recuerdo su nombre ni su apellido, que nos llevaba al salón de música, donde había un piano y ella nos enseñaba canciones patrióticas. Yo aprendí “Acosta Ñu”, “Nanawa”, las canciones sobre el mariscal López con la profesora de música.
–¿Cómo fue esa primera vez que cantaste la versión en español del himno de Los Beatles?
–Todo esto es culpa de mi hermano, que compraba los discos y por ahí yo escuché una versión en español de “Hey Jude”, que es una hermosa canción que le dedican al hijo de Lennon, que es Julian Lennon.
–¿Qué representó para vos este grupo?
–Era un sentimiento extraño porque en realidad no comprendíamos la letra de las canciones. Ahí aprendí que la música es un idioma universal porque más allá de no entender la música de Los Beatles nos marcó a todos. Uno después va reflexionando sobre la obra de Los Beatles y, más allá de Los Beatles, sobre la obra y la forma de ver el mundo que tenía John Lennon.
–¿Formalmente nunca hiciste un ingreso al mundo de la música con otro ritmo que no sea el folclore?
–La verdad que te voy a sorprender. Mi primer grupo se llamaba “Los caimanes del Caribe”.
–¿Hacías música tropical?
–Claro (risas).
–¿Cómo qué por ejemplo?
–”La piragua” y las canciones de Los Wawancó, que marcaron época. Entonces, hacíamos serenatas para la gente del barrio.
VOCACIÓN TEMPRANERA
–¿Cómo empezó toda tu vida en un mundo más formal de decir “soy músico”?
–Yo a los nueve años cuando subí por primera vez a un escenario ya quería ser músico y después pasó toda esa etapa de escuchar y cantar. El disco de Vocal 2 fue realmente un disco que me marcó para escuchar la música paraguaya. Hubo un lapso entre los 10 y los 13 años que escuché mucho rock and roll, porque a mi hermano le gustaba. Escuché “El lado oscuro de la luna”, Yes, Supertramp, Deep Purple. Tenía un vecino que tenía una terraza, que eran los Martínez, que tenían también un combinado y ahí nos encontrábamos todos y bailábamos. Cuando mi hermano en el año 73 compra el disco –y te digo esto porque es importante, ya que después el tiempo y la historia nos va a juntar– me llamó la atención como arreglador Óscar Cardozo Ocampo. Dije yo “qué genial, qué genio”.
–¿Ya empezabas a tener oído para el arreglo?
–Para los arreglos y a mí me encantaban esas reversiones históricas de la música paraguaya que ya tenían un sonido contemporáneo. Después aparece el disco de Mercedes Sosa homenaje a Violeta Parra y después Horacio Guaraní, Facundo Cabral y ahí el mundo va girando. Me impactó un reportaje que leí en una revista que se llamaba Radiolandia a Mercedes Sosa en el que decía “cantar con fundamento”. Se me quedó eso y escuchándole a otros me di cuenta de que el cantar con fundamento era una forma de vida y de hacer arte. Vi que Violeta Parra hacía lo mismo y después miré atrás y vi el disco de Vocal 2 y encontré “Kaaty”, “Minero sapukái”. Yo le preguntaba a mi papá, que viene de San Pedro del Norte, ¿qué lo que es el mensú? Entonces él me explicaba lo que era el mensú, lo que era un yerbal, todo lo que la gente sufría en eso. Entonces yo escuchaba que Flores era un cronista de su tiempo y a me gustó esa idea. Yo quería contar también las cosas que pasaban.
–¿Elegiste por influencia de la Negra Sosa el canto comprometido?
–Ya existía la nueva canción latinoamericana porque eso nace en el año 61 en Mendoza, con Tito Francia, Mercedes Sosa y (Óscar) Matus, que era la pareja de Mercedes, y Armando Tejada. Ese fue el germen y después se extendió por Chile con los Parra en el año 67, 68 y después en el 72, 73 ya con la nueva trova cubana. El nuevo cancionero argentino fue muy fuerte acá. Había un lugar que se llamaba la Guarida del Matrero con Santi Medina, Maneco Galeano, Óscar Gómez, que traían ese canto con fundamento.
–¿Cuál fue el primer grupo que integrás?
–Juglares.
PROYECCIÓN INTERNACIONAL
–¿Que fue también tu primera experiencia en un grupo que hacía giras internacionales?
–Sí. Llegamos a hacer giras nacionales e internacionales con Juglares. Juglares se separa en el 76 y los integrantes en aquel entonces eran Juan Carlos Chaparro, Juan Carlos dos Santos, Chondi Paredes y Jorge Crouch. El creador del grupo fue Carlos Noguera, que una o dos actuaciones tocó con ellos. Yo les veía a ellos en la televisión y me conmovió la formación de Juglares porque tenía guitarra, cello, flauta dulce. Había un programa que se llamaba “Tercer tiempo”, que se emitía desde el Hermitage, que era un restaurante con música y durante las siestas se hacía un programa deportivo con Edgardo Villalba Viccini y había como entremeses musicales. Ahí tocaba Juglares y yo realmente me quedaba prendido, porque son las dos pasiones que yo tengo, el fútbol y la música. En el 79 viene Chondi Paredes y me dice “queremos invitarte para rearmar el grupo”. Chondi me llama porque nos encontramos en uno de esos 15 de mayo, cuando en el barrio nos juntábamos 20 chicos y hacíamos serenata al Día de la Madre.
–¿Y ahí te escuchó?
–Sí, y en aquel entonces había como un renacer nacional, había un sentido patriótico y tiene que ver mucho también con el momento político que vivía el Paraguay. Había venido Nelson Rockefeller y había habido una represión. Era 72, 73. Había una izquierda nacional que estaba fomentando muchas cosas. Se llamó un tiempo el Movimiento Independiente, pero en el fondo eran todos progresistas y de izquierda. Se hizo el festival de homenaje a Flores y el homenaje a Emiliano R. Fernández en el estadio Comuneros. Todo ese momento yo pasé a través de mi hermano, que estaba en la universidad. En algún momento dado tuve diferencias con mi papá porque él tenía mucho temor de que yo me dedique a la música.
–¿Por qué?
–No quería que termine bebiendo y fumando. Una vez me escapé de la casa una noche para una serenata y cuando volví él me estaba esperando en la pieza con la luz prendida. Él entonces me encara y me dice “¿a vos te gusta la música?”. Sí. Yo tenía 12 años. “Yo te voy a dejar salir, pero con tu hermano, pero prometeme algo: ni vas a fumar ni vas a beber”, me dijo. Así empezamos una relación muy fuerte con mi hermano. Yo me iba a un colegio nocturno y mi hermano estaba en la Facultad de Derecho en la Católica. Yo me iba junto a él después de las clases para esperarle y le pedía permiso al profesor Telechea para entrar a la clase de Derecho Romano. Entonces me decía “usted se va a sentar allá atrás y se va a quedar calladito”.
–Hablanos un poco del nuevo cancionero paraguayo.
–La gente le encasilla al nuevo cancionero paraguayo como un grupo de músicos contestatarios, de canto de protesta. Odio ese tema porque yo creo que ese rótulo nos puso al enemigo. Nosotros seguíamos la tradición del canto social, pero si vos te ponés a pensar y analizar el nuevo cancionero dio muchísimas canciones que están en el gusto popular que no tienen que ver con eso.
RADIOGRAFÍA DEL PARAGUAYO
–Como cualquier encasillamiento no solamente es antipático, sino reduccionista.
–Mirian Pacuá me dijo una cosa fantástica. Es como decir que Flores lo único que hizo fue ralentizar la polca y nació la guarania, una cosa tan reduccionista. Flores fue un hombre increíble. Hay un trabajo intelectual demasiado grande que pasa por las dos vertientes de la guarania, la popular y el poema sinfónico. Si vos escuchás los 12 poemas sinfónicos que se grabaron en Rusia, son como una radiografía del paraguayo.
–¿Quién era Flores para vos?
–Flores fue un paraguayo fundamental, un hombre que tenía esa capacidad de resumir. Primero tenía la capacidad de mirar, ver y retratar porque eso es lo que hizo, retrató en su música al paraguayo. Yo no conozco ni un paraguayo hasta ahora que no se conmueva estando acá o estando en otro país con una guarania, eso ya es fundamental, es el ADN del paraguayo y Flores consiguió eso porque fue un hombre que caminó muchísimo y hay una elaboración intelectual en su obra. Hay una elaboración intelectual, hay como un ethos. Él descubrió eso, de tanto andar, de tanto mirar las culturas originarias, la Asunción de aquella época, que tenía todavía un vestigio fuerte del interior.
–¿Y él hizo un camino a los otros paraguayos que fueron a Buenos Aires?
–Allá se desarrollaron muchas cosas. Allá él se encontró con José Bragato, que era cellista de la orquesta sinfónica del Colón. Bragato le ayudó muchísimo en el tema de cómo estructurar las cosas. Antonio Pecci es el biógrafo oficial para mí de Flores, el que tiene la precisa. Todo lo que yo escuché, esto que te estoy contando yo escuché de Agustín Barboza, que fue uno de los cantores de Flores, yo compartí muchísimo con él. Y por suerte hoy aparece Antonio Pecci, que va escribiendo, que va haciendo la memoria de Flores.
–Los biógrafos son fundamentales.
–Sobre todo alguien como Antonio, que ama la obra de Flores y tiene una concepción de Flores, que también se hizo esa pregunta que vos te hacés porque ahí arranca también toda su investigación, quién era y por qué llegó a donde llegó.
LA MAGIA DE DOS GENIOS
–Hay un momento en que se produce un cruce histórico entre Flores y Manuel Ortiz Guerrero. ¿Qué es ese mágico momento?
–Es la magia de dos genios. Yo recuerdo un momento, por un lado triste y por otro lado sería, como dice la canción, entre el espanto y la gloria, que es el momento en que Ortiz Guerrero le dice “yo quiero hacerte la letra de ‘India’”. La letra de “India” ya estaba, fue hecha por Rigoberto Fontao Meza. Flores accede y es la versión que nosotros conocemos ahora.
–No te puedo creer que hay otra versión.
–Sí, se enojó Fontao Meza. Y ese es un momento duro, pero a la vez es un momento ícono de la unión de Flores con Ortiz Guerrero, que para mí es la dupla de oro de la guarania. Tienen “India”, “Buenos Aires, salud”, “Ne rendape aju”, “Panambi vera”. Tienen cosas que son irrebatibles.
–Una pluma maravillosa, un romántico que llegó tarde, pero llegó oportuno al mismo tiempo.
–Y hay un parecido extraordinario con un poeta que en aquel entonces era tan grande como Rubén Darío en Nicaragua, que tiene más o menos ese estilo de expresión.
–¿Cuáles son algunas de las obras que escribiste últimamente?
–Acabo de hacerle una canción a Mirian y al amor que nos tenemos, que se llama “Colibrí de fuego”, y compuse parte de la música de “Aguyje, Maestro”, con Patrick Altamirano y la letra con la gente de Purahéi Soul y Mirian. También compuse una canción con Orlando Rojas, un paraguayo que vive en París y se llama “Estás”, que es también otro poema para Mirian.
–Contame la historia de Flores comunista y de Flores en la Unión Soviética.
–La obra de Flores está impregnada de su visión del mundo. No hay que olvidar que él nace en un momento histórico de todo ese movimiento mundial del socialismo y el comunismo, que era tan fuerte. Yo estoy de acuerdo con Carlos Pagura, el escritor cubano, que dice que fue la utopía traicionada del siglo pasado. Es como que alguien deje de ser cristiano porque hay curas que abusan de niños. Yo sigo pensando que ese es el norte y sigo pensando que con algunos cambios, algunas formas de ver el mundo más contemporáneas, se puede llegar por ahí a una sociedad mucho más justa, un mundo mejor es posible. Y Flores también pensaba en eso y por eso escribió todo eso.
PUENTE PARA LA PAZ
–Y Flores se proyecta ahora a un desafío universal con la declaratoria de patrimonio. ¿Cuál es el estado del arte de esa gestión? ¿Qué se espera para este año al respecto de ello?
–La carpeta ya se presentó en marzo de 2023. Previamente, y tengo que destacar la gestión de Nancy Ovelar, la embajadora paraguaya ante la Unesco, de cómo impulsó y organizó un concierto en la sede de la Unesco donde estuvimos nosotros presentando a la guarania, que fue como un encuentro con los de la Unesco, con los que van a votar, un acercamiento. Realmente después del concierto, muchísimos representantes de muchos países se acercaron a nosotros a decirnos “nosotros votamos para que la guarania sea patrimonio de la humanidad”. Fue un concierto en el que también contábamos los orígenes de la guarania y cómo se iba desarrollando y por qué pensábamos nosotros que era importante, porque la guarania tiende puentes, la solidaridad, la justicia social, de todo eso habla Flores. Y me parece que es un enorme aporte a la humanidad en este mismo momento donde hay muchos conflictos y donde es imperiosa la necesidad de la paz.
–Ojalá que suceda. Esto es en diciembre y es en Paraguay incluso (la reunión de la Unesco).
–Si se declara esto, un mes después, porque esto se decidirá entre el 2 y el 7 de diciembre, un mes después la guarania cumple 100 años, porque la primera guarania se escuchó en enero de 1925.
–¿Cómo ves la música hoy en Paraguay, sus cultores, su escuela, su promoción?
–Yo veo con mucho entusiasmo. Creo que esto de la guarania, la visualización de la guarania y que sea patrimonio cultural inmaterial de la humanidad nos va a obligar a nosotros, a los conservatorios, a echarle una mirada profunda a ese género musical que nos representa y que en cierta medida en el ámbito de la música Flores y Ortiz Guerrero reivindican el idioma guaraní, que en aquella época era perseguido.
–¿Entonces vos notás que hay una proyección hacia lo universal, pero que está bien aferrada a sus orígenes?
–Creo que tenemos que trabajar más, según mi criterio, que es discutible, a la parte de las raíces.
TRANSFORMACIÓN
–¿Murió el canto testimonial?
–No.
–¿Se transformó?
–Yo creo que sí. Si vos pensás que vas a seguir encontrando cantautores como (Joaquín) Sabina, Silvio Rodríguez o (Joan Manuel) Serrat, ya no. Fue parte de la historia y a partir de ahí el canto toma otro vuelo y entonces aparece René Pérez, de Calle 13, aparecen otros músicos importantes que te van dando, como decimos nosotros, la precisa, que miran la sociedad que les toca vivir, el mundo que les toca vivir, y van expresándolo a través de esos géneros musicales, que a veces tal vez no sean los nuestros, pero los cuales uno tiene que tomar. Por eso creemos que la guarania es una forma musical que deben tomar los jóvenes y contar las cosas de este tiempo con los sonidos de este tiempo. Vos te vas a la escuela, por ejemplo, y tocás una guarania como “Reservista purahéi” y puede que le guste a la gente, pero no habla de su realidad. Entonces, es importante ubicarle en el tiempo y esas canciones se escribieron en un momento histórico.
–Ricardo, ¿qué cosas vas a hacer de inmediato, de futuro? ¿Estás en producción?
–Tenemos dos proyectos, uno que es Guarania Universal, donde este primer corte de “Aguyje, Maestro”, que comparto con Patrick Altamirano, con El Princi, con Purahéi Soul, con Juan Cancio, que es una producción de Mirian Pacuá. Y la otra producción de Mirian Pacuá que se viene ahora, que es Guarania Inmortal con el Grupo Generación. Vamos a hacer nueve locales y uno en Buenos Aires. Es una gira nacional con lo mejor de las guaranias esperando diciembre. Estos son los dos proyectos grandes que tenemos.
“Flores fue un paraguayo fundamental, un hombre que tenía esa capacidad de resumir. Primero tenía la capacidad de mirar, ver y retratar porque eso es lo que hizo, retrató en su música al paraguayo. Yo no conozco ni un paraguayo hasta ahora que no se conmueva estando acá o estando en otro país con una guarania, eso ya es fundamental, es el ADN de los paraguayos y Flores consiguió eso porque fue un hombre que caminó muchísimo y hay una elaboración intelectual en su obra”.
“La guarania tiende puentes, la solidaridad, la justicia social, de todo eso habla Flores. Y me parece que es un enorme aporte a la humanidad en este mismo momento en el que hay muchos conflictos y donde es imperiosa la necesidad de la paz. (...) La declaración como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad nos va a obligar a nosotros y a los conservatorios a echarle una mirada profunda a ese género musical que nos representa”.
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Sonidos del alma paraguaya: el merecido reconocimiento de la guarania en el escenario mundial
- Por César Palacios
- Comunicador y docente, director general de comunicación estratégica del Mitic
Como paraguayo apasionado por nuestra rica cultura, me llena de orgullo y emoción la noticia de que la guarania, ese género musical que encierra el alma misma de nuestro país, pueda ser reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.
Desde su creación por el ilustre compositor asunceno José Asunción Flores, la guarania ha sido mucho más que una simple melodía; ha sido el eco de nuestras emociones más profundas, la banda sonora de nuestras vidas. Cada acorde, cada estrofa, nos transporta a los rincones más íntimos de nuestra identidad nacional.
La iniciativa liderada por la ministra de Cultura, Adriana Ortiz Semidei, en colaboración con el equipo técnico del Viceministerio de Comunicación del Mitic, es un paso crucial en el camino hacia el reconocimiento internacional de este tesoro cultural. La próxima reunión del Comité de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco en Asunción será una oportunidad histórica para mostrar al mundo la importancia y el significado de la guarania en la historia y la cultura paraguaya.
Es inspirador ver cómo nuestras autoridades culturales están trabajando incansablemente para promover y proteger nuestro patrimonio inmaterial. La creación del Comité Impulsor Interinstitucional y el diseño de estrategias comunicacionales para difundir la campaña muestran un compromiso serio y dedicado hacia la preservación de nuestra herencia cultural para las generaciones futuras.
El eslogan de esta campaña es “La guarania, el sonido del alma paraguaya”, y encapsula perfectamente la esencia de este género musical que ha perdurado a lo largo del tiempo, tocando los corazones de todos los paraguayos. Es más que una canción, es más que una melodía; es parte de nuestra identidad colectiva, una expresión auténtica de nuestra alma nacional.
Esperamos con ansias el lanzamiento del calendario de hitos de la campaña y seguros de que, con el esfuerzo conjunto de nuestras instituciones culturales, lograremos que la guarania sea reconocida y valorada en todo el mundo como el tesoro que realmente es. Es hora de que el mundo escuche el sonido de nuestra alma paraguaya y se maraville con la belleza de la guarania.