Paraguay experimenta un crecimiento económico sostenido y un aumento en la generación de empleo; sin embargo, los ingresos de las familias perdieron capacidad de compra, según un análisis del economista Daniel Correa, quien consideró que esto afecta la percepción general sobre la situación económica del país.
Correa, analista y asesor económico, explicó a La Nación/Nación Media que existen signos positivos en la creación de empleos, principalmente en sectores como la construcción y los servicios, además de una creciente formalización laboral.
No obstante, mencionó que los ingresos reales de los ocupados cayeron 2,2 % en el primer trimestre, afectando principalmente a los trabajadores del comercio y servicios.
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“En este sentido, el aumento de los precios de la canasta familiar es la hipótesis más fuerte de este fenómeno. La otra tiene que ver con la creación de empleos en la capa más baja de los ingresos, y la última es la movilidad del empleo informal al formal”, dijo a LN.
Consultado sobre las razones por las que el Índice de Confianza del Consumidor mostró reducciones, explicó que existen componentes internos y externos para tal escenario, posicionándose como elemento central la presión inflacionaria que degrada la capacidad de compra de los consumidores.
“Debemos recordar que en los primeros meses del año se registró una presión sobre el tipo de cambio, que ya en este último tiempo fue estabilizada por las señales del Banco Central del Paraguay y las externas, relacionadas con el escenario de incertidumbre en las economías internacionales por las decisiones de imposición de aranceles en el mercado mundial y sus posibles impactos en la economía doméstica. De todos modos, pareciera un fenómeno coyuntural porque los aspectos estructurales de la economía son ciertamente positivos”, sostuvo.
Detalló que, dentro de la presión inflacionaria, los productos que más incidieron son los bienes alimenticios, especialmente los cortes de carne, los lácteos y algunas verduras. También señaló los bienes de educación y los productos de limpieza, con factores estacionales.
“Como vemos son artículos básicos de la canasta familiar los que impactan directamente en el presupuesto de las familias”, mencionó a LN.
Sobre la consulta de si existe una desconexión entre la macroeconomía, estable y dinámica, y la microeconomía, Correa aseguró que no existe tal situación, sino más bien un retardo en sus efectos, además de otros factores que influyen negativamente sobre la capacidad de compra.
“En la medida en que las presiones al alza de los precios se vayan disipando por la contención de las políticas públicas, así como por la continuidad de la dinámica de la actividad económica (crecimiento), eso debe traducirse en mejoras de los ingresos. El mercado laboral de Paraguay tiene fricciones y rigideces, y particularidades (formal e informal) que no permiten una lectura lineal de los eventos que deberíamos esperar”, afirmó.
El economista mencionó que el consumidor mide la temperatura de la situación económica en función de lo que sucede en su situación particular.
“Si él siente que los ingresos o su capacidad de compra se reduce, lógicamente el crecimiento de la economía no le está llegando o está llegando a una capa de la población con determinadas características socioeconómicas como el nivel educativo, ser del sector urbano, trabajar en determinados sectores, etc., que permite capturar esa dinámica positiva”, señaló.
Para el analista económico, este sería el momento para pensar en el relanzamiento de medidas para enfrentar la situación, en un contexto en el que la inversión pública viene recuperando su dinámica y acelerar proyectos de inversión con iniciativa privada y con financiamiento seguro para “romper toda inercia de ejecución” y destrabar los procesos públicos para fomentar la formalización y el financiamiento, principalmente para las mipymes.
“Agilidad en la apertura de cuentas, facilidades para su registro, y la ruptura de todas las marañas administrativas que generan costos innecesarios para poder operar no solo este segmento sino también en las medianas y grandes empresas ayudaría a mejorar la competitividad de nuestra economía”, sostuvo.
Correa concluyó recomendando que lo positivo logrado en materia impositiva, de apertura de mercados, de estabilidad macroeconómica y contención social, debe coronarse con una mayor diversificación de las fuentes de crecimiento en los próximos años y con la realización de reformas en sectores que podrían ser un riesgo futuro, como las pensiones, la fiscalidad y la energía.
“El legado no debe estar la estabilidad de hoy sino en aumentar la capacidad de crecimiento futura”, manifestó.
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