Teniendo en cuenta que ayer jueves la Subsecretaría de Estado de Tributación (SET) cerró por tres días las actividades de dos locales nocturnos a consecuencia de la no expedición de comprobantes de venta, desde la institución brindaron recomendaciones para evitar la clausura de más locales comerciales. En ese marco, Juan Vallena, director de Fiscalización Tributaria, indicó que las empresas están obligadas a expedir las facturas en todos los casos.
“A partir de G. 20 mil ya las empresas están obligadas a expedir las facturas, por debajo de eso sí pueden consolidar los montos pequeños y luego se emite una factura única, pero innominada”, explicó, agregando que si sobrepasa ese monto debe emitirse el documento. Asimismo, dijo que muchas veces se realiza la pregunta sobre si se prefiere comprobante de venta o no, pero esto no es beneficioso para el sistema.
Mencionó que los comercios deben expedirlas aunque las personas manifiesten no ser contribuyentes. “Igual se debe expedir, en tal caso va a salir innominado, pero se tiene que hacer eso porque es una obligación”, agregó a la 650 AM. Con la Ley N.° 125 del año 1991 ya se estableció la obligatoriedad y luego se dieron cambios a favor del contribuyente, permitiendo muchas deducciones para pagar el impuesto.
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“No tiene mucho sentido omitir o no facturar y tener que hacer una serie de ajustes para la contabilidad y poder disminuir el pago”, agregó. Refirió, además, que hay muchas facilidades a través de los medios informáticos y la SET los utiliza para detectar las ineficiencias. Los controles son realizados de forma aleatoria en un operativo barrido en zonas o localidades determinadas o con denuncias previas.
Comentó que la factura electrónica todavía cuenta con un universo pequeño, pero que se ampliará en al menos dos años. “Luego, cuando se va a cargar a los efectos de declaración del impuesto, se puede importar y ya forma parte del registro de compra del contribuyente, lógicamente te sirve para la liquidación”, agregó. En torno a ello, la administración tributaria seguirá realizando las verificaciones en todo el territorio nacional e instó a la ciudadanía en general a seguir denunciando irregularidades.
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El fisco recauda más por el mejor desempeño de los organismos impositivos
La Dirección Nacional de Ingresos Tributarios (DNIT) está llevando las recaudaciones impositivas a niveles nunca antes alcanzados y que por su importancia pueden considerarse históricas. Es uno de los organismos del Estado que mayor crecimiento ha alcanzado en los dos últimos años por el incremento de sus recaudaciones.
Está mostrando el camino del crecimiento mediante la mejor percepción impositiva y la incorporación de mayor cantidad de contribuyentes que se suman a la legalidad. En la dura tarea contra la informalidad tradicional está obteniendo éxitos importantes mediante los cuales va achicando la dimensión de la economía ilegal, que sigue teniendo un gran peso en la vida del país.
Un reciente informe sobre las recaudaciones tributarias en lo que va del año revela que de enero a julio de este año se recaudó un 9,6 % más de impuestos, comparado con el período de enero a julio del año pasado, tanto en tributos internos como en impuestos aduaneros.
La comparación de las cifras revela datos importantes en el aumento de lo que percibe el fisco. Hay que tener en cuenta que para que se produzca el incremento sustantivo de las recaudaciones impositivas no solo debe considerarse la suma de dinero en concepto de los pagos que se hacen, sino la incorporación de mayor cantidad de personas físicas y jurídicas que están abonando sus obligaciones tributarias. Esto significa que cada vez hay más contribuyentes que aportan a las arcas del Estado y menos infractores. Que, en otros términos, implica que va disminuyendo la economía ilícita y va creciendo la legalidad.
Esta es una de las tareas más importantes realizadas por la DNIT, pues es un avance de suma trascendencia en el campo del cumplimiento de las leyes. El 31 de diciembre de 2023, cuatro meses y medio después de la asunción del gobierno actual, había 1.108.479 contribuyentes sumando las personas físicas y las personas jurídicas. Luego de 18 meses, el 30 de junio de 2025 la cantidad de personas inscriptas en el sistema de recaudaciones ascendía a 1.232.698 contribuyentes, lo que representa un crecimiento del 11,2 %, o sea 124.219 personas más que pagan impuestos.
Teniendo en cuenta las recaudaciones obtenidas en lo que va de este año se observa un excelente comportamiento, con un aumento importante en lo percibido hasta ahora. Al 31 de diciembre de 2024 el monto total percibido en todo el año por el fisco ascendía a 23,0 billones de guaraníes. Cinco meses después, al 31 de mayo de este año, se ha recaudado 11,5 billones de guaraníes por los 150 días transcurridos.
Lo llamativo es que en cinco meses de operaciones se percibió un 49,9 % de lo recaudado en los doce meses de 2024, lo que implica que en todo el 2025 se podría llegar a un alza importante, dado que en menos de medio año ya se obtuvo prácticamente la mitad de todo un ejercicio fiscal
En cuanto a impuestos internos, hasta julio la dependencia fiscal recaudó un 10 % más como variación interanual. Mientras que lo percibido en concepto de impuestos aduaneros tuvo un alza del 2,6 % con relación al mismo mes del año pasado.
El incremento de lo percibido por impuestos internos se debe a los pagos realizados por el sector comercial, las entidades de intermediación financiera, la construcción, servicios a empresas, servicios a los hogares, transporte, aparte de los impuestos a las bebidas y tabaco.
El alza en la percepción de recaudaciones impositivas es una señal de que la actividad económica está teniendo un buen crecimiento mediante el incremento de la producción, el aumento en la comercialización tanto de las mercaderías como los servicios ofrecidos. Y sobre todo porque se han inscripto como contribuyentes más empresas y personas que producen, así como las que comercializan y que captan los impuestos que se cobran, como el impuesto al valor agregado (IVA) que pagan los compradores de bienes y servicios y los otros tributos.
Entre los impuestos internos el más importante es el IVA, porque la mayor parte de lo que se recauda en las transacciones comerciales es mediante ese tributo. Y sobre todo porque tributar ese impuesto implica que los comercios, industrias y personas están operando de acuerdo con la ley, lejos de las actividades irregulares, que es lo que pretenden los organismos estatales.
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Composición de los impuestos: el IVA lidera con más del 50 % del total recaudado por el Estado
Los impuestos son la principal fuente de financiamiento del Presupuesto General de la Nación (PGN) en el país. El Impuesto al Valor Agregado (IVA) representa el 53 % del total recaudado por el Estado. Le siguen el Impuesto a la Renta Empresarial (IRE), con una participación del 13 % y el Impuesto a la Renta Personal (IRP), que aporta el 11 % de los ingresos.
En cuarto lugar se ubican los gravámenes aduaneros, que contribuyen con el 10 % del total recaudado. El Impuesto Selectivo al Consumo (ISC), que se aplica a productos específicos como bebidas alcohólicas, tabacos y combustibles, representa el 8 %. Finalmente, el Impuesto a los Dividendos y Utilidades (IDU) aporta el 2 %.
Pero estos tres tributos (IVA, IRE e IRP) conforman la columna vertebral del sistema tributario paraguayo, según explicó Diego Domínguez, director general de Estudios Económicos de la Dirección Nacional de Ingresos Tributarios (DNIT), en un video realizado por la entidad.
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Domínguez recordó que una parte importante de estos tributos surgió a partir de la Ley n.° 6.380/2019, que reformó y modernizó el sistema tributario paraguayo. “El IRE, el IRP, la Renta Salarial, la Renta de Ganancia de Capital y el IDU fueron diseñados bajo esta normativa con el fin de generar un sistema más equitativo y eficiente”, señaló.
Recordó que esta reforma apuntaba a ampliar la base tributaria y mejorar la progresividad del sistema. Así también, sostuvo que todos estos recursos son esenciales para el funcionamiento del Estado. No solo sostienen los gastos en salud, educación, infraestructura y seguridad, sino que también permiten generar condiciones de mayor bienestar para la población y, especialmente, para las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes).
“La recaudación no es un fin en sí mismo, sino un medio para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y fomentar el desarrollo económico del país”, finalizó el director de Estudios Económicos de la DNIT.
Recaudación
En junio, la DNIT recaudó G. 3.175.380 millones (407,9 millones de USD ), lo que representa un crecimiento de 16 % en comparación al mismo mes del 2024, cuando se obtuvo G. 436.885 millones más (USD 56,1 millones) que en junio de 2024.
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Derogar el IRP y reducir el IVA al 5 por ciento
- Víctor Pavón (*)
Adam Smith Center por Economic Freedom volvió a posicionar a nuestro país como el el mejor sistema tributario de América Latina. Dos elementos fueron tomados en cuenta para ello: Competitividad y neutralidad.
Sobre la competitividad se hizo notar en el mencionado estudio lo favorable del sistema tributario para atraer inversiones e incentivar la actividad económica. Y acerca de la neutralidad que las distorsiones impositivas son mínimas fomentando las decisiones de los individuos y las empresas.
Dicho de otro modo. Nuestro país tiene en su sistema tributario un activo de carácter estratégico a ser valorado y mejorado. Es de destacarse que estamos ante un logro importante que merece reconocimiento, aun cuando personalmente podríamos mejorar todavía más con la derogación del impuesto a la renta personal (IRP) y bajando el impuesto al valor agregado (IVA) del 10 al 5 por ciento y cuanto antes mejor.
Esto haría del Paraguay un faro en libertad económica, en el sentido tributario.
El argumento que vengo sosteniendo desde hace años consiste en convertir la competencia fiscal en un principio de la política fiscal (cuestión que los estatistas keynesianos y colectivistas desechan).
O dejamos que el libre mercado actúe en la economía, esto es, el sector privado sea el que decida qué y cómo hacer o se deja al arbitrio del intervencionismo estatal para que burócratas y políticos apliquen las ideas del desarrollismo, una vieja teoría para los cambios en la sociedad desde el poder gubernamental.
Lo primero es correcto, lo segundo un error. Si contamos con más libre mercado serán las personas y las empresas las que cooperarán entre sí y en competencia acrecentando la innovación y la creatividad, motivo por el cual el ahorro y la inversión serán absolutamente necesarios.
Sin embargo, dada la existencia del Estado también debemos alentar la competencia institucional desde el Gobierno. Esto se debe a que no podemos negar la existencia de este órgano coercitivo en nuestras sociedades.
Cuando se trata de impuestos, por ende, debemos incentivar a que los propios burócratas y políticos se persuadan que con bajos y pocos tributos también ellos se beneficiarán puesto que es una de las únicas maneras (junto con la seguridad jurídica) de lograr mejores condiciones de vida para la población que es lo mismo que decir para los electores.
Así, por ejemplo, si un país A cuenta con una tasa impositiva de 50 y el país B de 5, la tendencia será que los flujos de ahorro e inversión y hasta de migración se dirijan de A hacia B. La diferencia es sustancial para el mejoramiento de la población. De ahí que vengo proponiendo para nuestro país: derogar el IRP y reducir el IVA al 5 por ciento y cuanto antes mejor.
(*) Presidente del Centro de Estudios Sociales (CES). Miembro del Foro de Madrid. Autor de los libros “Gobierno, justicia y libre mercado”, “Cartas sobre el liberalismo”, “La acreditación universitaria en Paraguay, sus defectos y virtudes”, y otros como el recientemente publicado “Ensayos sobre la libertad y la República”.
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“Formalización, el único camino que nos va a sacar adelante como país”
- por Rodolfo Sosa
Paraguay hizo los deberes en cuanto a ajustar el sistema tributario para que sea más equitativo y más fácil, dijo.
Desde los tiempos bíblicos el recaudador de impuestos es visto con desdén, es un cargo que no goza de popularidad dada la naturaleza de sus funciones. Pero pese a esto, Óscar Orué, titular de la Dirección Nacional de Ingresos Tributarios (DNIT), lidera con firmeza la institución y tiene el propósito de que el Estado cuente con las suficientes herramientas para garantizar un futuro mejor a la población. Su trabajo se destaca con la elevación de la recaudación y el combate al contrabando.
Orué recibió en su despacho a La Nación/Nación Media para ser parte de los Hacedores LN y responder a todas las preguntas desde su escritorio con vista a la bahía de Asunción. Fue categórico al señalar que el contrabando y la evasión son “pan para hoy y hambre para mañana”.
Recordó sus inicios en la función pública, sus mayores desafíos, sus logros como cabeza de la ex-Subsecretaría de Estado de Tributación (SET) y la hoy unificada DNIT. Apasionado por el fútbol, encuentra en este deporte una forma de relajarse tras las jornadas de trabajo y también disfruta del tiempo en familia con su pareja y su hija.
Es un funcionario de carrera. Comenzó a muy temprana edad en la función pública, ocupó cargos importantes en el anterior Ministerio de Hacienda hasta dar un salto en su carrera en la SET.
Se dedica también a la docencia, impartiendo clases en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Asunción (UNA), en la cátedra de Derecho Tributario.
-¿Qué le motivó a dedicarse al servicio público, en especial en un ámbito no tan popular como el tributario?
–Bueno (entre risas), yo empecé muy joven como funcionario público, pero sí me gustó desde muy temprano. Y abracé dos cosas, el ejercicio público, por un lado, y por otro la docencia. Entonces, son dos cosas que me gustan y que de alguna manera me permitieron llegar donde estoy.
También el Ministerio de Hacienda invirtió en mi capacitación, en mi educación. Entonces, quería llevar a la práctica todo lo que aprendí en el ámbito académico. Me dieron la oportunidad de ocupar cargos importantes y creo que he cumplido con la inversión que hicieron en mí, también en la parte del desarrollo y del trabajo que me toca realizar.
–¿Cómo encuentra equilibrio entre su vida personal y profesional?
–Yo lo encuentro compartiendo con la familia, compartiendo con mi pareja, con mi hija, también con mis padres, gracias a ellos también. Con mis hermanos, yo tengo un hermano que falleció en pandemia y otro con el que siempre comparto. Yo creo que el equilibrio es muy importante en cuanto a distribuir el tiempo de manera equitativa para no estresarse, porque el cargo es muy, muy pesado.
También realizo actividades físicas, fútbol. Eso me distrae un poco y también me da el equilibrio necesario para poder continuar el día a día. Creo que eso es muy importante: tener otras actividades y no estar concentrado solamente en la actividad laboral, que si bien es demandante, con el tiempo aprendí a delegar, aprendí a lidiar con los problemas y también con las presiones.
–¿Cuál es tu filosofía de liderazgo y de toma de decisiones?
–Soy una persona con valores morales y éticos muy altos y eso trato de transmitir a todo el equipo. Trato de llevar un liderazgo participativo, pero también con mucha decisión. Tengo un carácter fuerte para el cargo en sí, trato de imponer no solo respeto, sino principalmente la línea de trabajo con responsabilidad.
Creo que hay tres elementos para poder llevar adelante el trabajo: el talento, la actitud y la responsabilidad.
Un líder debe tomar decisiones que a veces no gustan a la mayoría, hacerlo en pos del desarrollo de toda la institución, que está por encima de las personas.
–A largo de su carrera como titular de la SET y ahora de la DNIT, ¿qué desafíos superó y qué aprendió en ese proceso?
-El desafío que superé es que vine del sector técnico y fui funcionario toda la vida. Tuve la oportunidad de ocupar cargos políticos no siendo político. Este fue el principal desafío, porque una cosa es llegar y otra es mantenerse. Mucha gente no creía en mí o simplemente decía que no tenía el perfil, que no iba a tener éxito en ese trabajo por mi carácter fuerte. Entonces, las críticas siempre estaban, de que no iba a durar mucho tiempo en el cargo, eso fue lo que más trabajé.
–En cinco años, ¿qué avances en materia tributaria se ha experimentado?
–En materia tributaria creo que Paraguay hizo los deberes en cuanto a ajustar el sistema tributario para que sea más equitativo y más fácil, pero manteniendo su esencia, eso creo que es lo más importante. ¿Por qué mantener su esencia? Porque nosotros no aumentamos impuestos.
Se hizo una reforma, pero no se tocaron las tasas, sigue siendo 10 % de IVA y 10 % impuesto a la renta. Pero sí se comenzó a equilibrar un poco mejor y establecer una equidad. Por ejemplo, el sector agrícola y pecuario se equiparó al sector comercial, industrial y de servicios, porque había una diferencia, uno pagaba menos que otro. Eso se equilibró y hoy están en igualdad de condiciones.
En segundo lugar, creo que el sector de socios, dueños y accionistas de empresas hoy pagan más en base a su capacidad contributiva, cosa que antes no pasaba con el impuesto a los dividendos de utilidad. Creo que estos fueron los dos cambios más importantes que tuvo el sistema tributario y que logró equidad y eficiencia.
Hoy los que tienen más pagan más, sin que eso signifique un aumento de tasas, que al final solo perjudicaría a la clase media y a los asalariados y principalmente al sector más carenciado. ¿Por qué? Porque si se aumentaba el impuesto al valor agregado, al final iban a terminar pagando los consumidores finales, entonces, nosotros apostamos a seguir manteniendo eso.
–¿Qué estrategias aplicaron para fortalecer los controles y garantizar el cumplimiento de las obligaciones tributarias?
–Tres aspectos fundamentales. Uno, elegir a las mejores personas en base a sus perfiles técnicos, a sus comportamientos, a su integridad y sobre todo al nivel de conocimiento y responsabilidad. Segundo, los controles gracias a los avances tecnológicos que tenemos, el cruzamiento de bases de datos de los sistemas, tanto de aduanas como de impuestos internos.Y un tercer aspecto que es el aspecto político, el blindar la institución del sector político y empresarial permitió que podamos tener estos resultados. El presidente Santiago Peña se comprometió a que la institución tenga autonomía, tenga autarquía y sobre todo también no se deje influenciar por los sectores políticos, que muchas veces utilizaban la institución, especialmente la aduana, como una institución prebendaria.
–Si hablamos de cultura tributaria, ¿cómo ve al paraguayo actualmente?
–Yo creo que la gente está empezando a darse cuenta de que para ser un ciudadano modelo no solamente tiene que exigir sus derechos, sino también cumplir sus obligaciones y ahí el pago de impuesto es fundamental. Hoy la gente ya entiende que pagando su impuesto puede no solamente exigir esos derechos, sino también poder de alguna manera influir en la sociedad.
Es importante esa idea de que el ciudadano modelo es aquel que cumple sus obligaciones y que trata de ser ejemplo en la sociedad. Hoy la gente comprende más que tenemos un sistema tributario sencillo, fácil, barato y que tenemos que aprovechar eso y continuar, porque al final la formalización es el único camino que nos va a sacar adelante como país y entender que, más que una carga, es una posibilidad de poder crecer.
–¿Qué mensaje le da usted como director de Ingresos Tributarios al contribuyente?
–Que cuide nuestro sistema tributario. En la medida que todos cumplamos y todos tratemos de apoyar a que se formalice la gente, se va a redundar en beneficios, porque si solamente se apuesta a aumentar impuestos, los que siempre pagan van a terminar pagando todo. La idea es que se equilibre eso, que se amplíe la base, de tal manera a concienciar y no pensar que uno es más pobre que otro y por eso no va a cumplir. La formalización es el único camino para salir adelante.
El contrabando, por ejemplo, es pan para hoy y hambre para mañana. Yo sé que a veces pensamos que es más barato, pero en realidad le perjudica a aquellos que están cumpliendo, perjudica a aquel pequeño productor que tiene alguna tierra que está cultivando. Es fundamental entender que todos juntos construimos el Paraguay que queremos y que todos tenemos no solamente derechos, sino también obligaciones.