Por Alba Delvalle

alba.delvalle@nacionmedia.com

La multinacional Millicom (Tigo) encomendó un estudio a la firma Telecom Advisory Services sobre “El papel de la economía digital en la recuperación económica de América Latina y el Caribe”. Por supuesto, los datos que competen a Paraguay, así como de la región, fueron de interés para este medio, que accedió a una entrevista con uno de los autores del citado informe y presidente de la consultora, Raúl Katz.

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Con relación al informe que vino a compartir en el país, señaló que lo más fundamental tiene que ver con Paraguay es la oportunidad que existe para acelerar el nivel de inversión en tecnologías de la información. Y en este sentido, tras un análisis con estadísticas locales sobre la importancia que las tecnologías digitales tuvieron en el crecimiento económico, creación de empleo, productividad y más, develan que el impacto es importante, dijo.

Para adentrarnos a fondo sobre el papel de la economía digital, el diario La Nación/Nación Media compartió un mano a mano con el experto Raúl Katz, quien es de nacionalidad argentina, pero actualmente está viviendo en Estados Unidos, es Ph.D. en Ciencia Política y Administración y MS en Ciencia Política por el Massachusetts Institute of Technology (Cambridge). También realizó una maestría en Ciencia Política (Assas) y una maestría en Ciencias de la Comunicación, recibiéndose con honores (Sorbonne).

–¿Cuál es el impacto de la economía digital a nivel regional según el estudio?

–El impacto de la economía digital se mide por el efecto asociado con el aumento de la penetración de banda ancha móvil, que los modelos económicos indican que si este incremento se da en un 10%, puede generar un aumento de 2,1% del producto interno bruto (PIB) de los países, lo que en la banda ancha fija el impacto es un poco menor.

–Y Paraguay, ¿cómo se encuentra en este aspecto?

–Lo más fundamental que tiene que ver con Paraguay es la oportunidad que existe para acelerar el nivel de inversión en tecnologías de la información y, a la vez, otro aspecto importante es entender el cómo se puede maximizar este impacto del aumento de la penetración de banda ancha móvil, cuyo elemento directriz es el aumento de inversión en el despliegue de infraestructura.

El experto indicó que el impacto de la economía digital se mide por el efecto asociado con el aumento de la penetración de banda ancha móvil. Foto: Christian Meza.

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–¿Cómo ayuda al crecimiento del PIB de un país la economía digital y que las empresas inviertan más?

–El nivel de digitalización en sí tiene un impacto en la productividad y el estudio que hicimos para Paraguay demuestra que históricamente existe una tasa de aumento en lo laboral y el capital como resultado de la digitalización, porque trae mayor eficiencia al comercio de bienes, desarrollo de nuevos productos y servicios, publicidad digital. Pero por el nivel intermedio que tiene el país, se puede seguir avanzando.

Para lograr mayor inversión de las empresas, se pueden construir modelos que permitan determinar o recomendar para maximizar esos niveles de inversión, como modificaciones en el marco regulatorio o el tributario que puedan permitir una aceleración en la inversión y, en última instancia, un aumento de la penetración.

–A más de esto, ¿cuál es el impacto económico directo de la banda ancha?

–Además del crecimiento del PIB, tenemos la creación de empleo, que en el caso de aumentar un 10% en la digitalización, se puede llegar a la creación de 44.000 puestos de trabajo, a más del aumento de productividad total de los factores.

–¿Qué hace falta modificar en el marco regulatorio y tributario?

–Las recomendaciones se enfocan en la disminución de la presión tributaria, no hablamos de impuestos generales porque todas las empresas deben pagarlo, pero sí aquellos específicos con el sector. En segundo lugar, temas de disponibilidad de espectro y el precio de acceso a este, así como los términos temporales de licencias, ya que si se disminuyen los precios de reserva y se incrementan los tiempos de otorgamiento de la licencia, estos aspectos tendrán un impacto en los niveles de inversión de las compañías.

–En términos de brecha digital, ¿cómo estamos?

–La brecha digital se da especialmente en el segmento rural a pesar de todo el avance que ya se pudo lograr en cuanto al despliegue de infraestructura. Y para avanzar en esto, reitero, uno de los puntos clave sería disminuir la presión tributaria, porque la inversión de capital está directamente determinada por las aspiraciones de crecimiento de las empresas y la disponibilidad de capital. Pero si logra disminuir parte de los costos o impuestos específicos como adquisición de espectros, se tendrá mayor capacidad de capital y, por lo tanto, más despliegue de infraestructura.

Una de las herramientas para llevar adelante la maximización de la inversión es reducir la presión tributaria, que puede materializarse no en impuestos a nivel nacional, sino también en las municipales que suelen ser los cuellos de botella respecto al despliegue de infraestructura como en los permisos de construcción que se adiciona a lo que ya se recauda a nivel general.

Las recomendaciones se enfocan en la disminución de la presión tributaria como impuestos específicos con el sector, temas de disponibilidad de espectro y el precio de acceso a este, términos temporales de licencias. Foto: Christian Meza.

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–¿Qué más se puede hacer para disminuir la brecha¿, ¿más acciones del sector público?

–Debe ser una combinación entre el sector público y privado. Primero, obviamente, inversión para el despliegue; acá insistimos en que las municipalidades no sean los cuellos de botella para el despliegue de infraestructura como algo fundamental.

Otro aspecto es lograr la asequibilidad. Los precios han bajado, pero el problema es que en el segmento rural hay personas muy desfavorecidas o vulnerables que más allá de la reducción de los precios, todavía no pueden acceder a la tecnología, entonces, ver qué tipo de apoyo se puede llegar a proveer aquí de modo de acceder a la tecnología.

En tercer lugar, es preciso una alfabetización digital porque los sectores más desfavorecidos no tienen la capacidad necesaria para utilizar las tecnologías. Un último factor es la creación de aplicaciones que estén más adaptadas a las necesidades del mundo rural tanto lingüísticamente como desde el punto de vista de los contenidos.

–¿Cómo evolucionó la banda ancha en Paraguay?

–El despliegue de banda ancha ha evolucionado bastante, sobre todo en el marco de la pandemia, pues un 32% de los hogares paraguayos tiene banda ancha fija que tuvo un aumento importante con el confinamiento y alrededor del 45% de los individuos con banda ancha móvil.

–¿Y el desafío en este aspecto a nivel país?

–La tarea por cumplir es cómo cerrar la brecha sobre todo en la dicotomía urbana-rural, porque las cifras son mucho más bajas en sector rural y consiguientemente más altas en lo urbano. Aquí se pueden hacer muchas cosas, en primer lugar, el costo de inversión en tecnología para el área rural es mucho más alto, porque la densidad poblacional es menor y entonces la capacidad de nuevos usuarios es más baja, lo que se traduce en menos usuarios, menos ingresos, pero el costo de capital es igual. Pero esto a nivel regional, porque el ingreso promedio por abonado en todos los países en vías de desarrollo en América Latina es bajo, mientras que la adquisición de bienes de capital es en dólares en el mercado internacional.

El desafío país o la tarea por cumplir se centra en cómo cerrar la brecha en la dicotomía urbana-rural. Foto: Christian Meza.

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–¿Cómo se podría romper esta barrera de infraestructura en el sector rural?

–Una de las opciones es la compartición de infraestructura entre las operadoras mismas, que pueden acordar utilizar una sola torre o antena, que puede llegar a costar 40 mil dólares en áreas urbanas y hasta 100 mil dólares en la rural, esta sería una manera de reducir los costos de despliegue que son los que suman bastante.

–¿Qué trajo a Paraguay y a las empresas la digitalización?

–La digitalización aportó sobre todo en las áreas de la logística, en el comercio transfronterizo, en ciertas cadenas productivas o procesamiento de alimentos, pero todavía hay una oportunidad enorme de que esta digitalización pueda penetrar más en otros sectores económicos y hasta en empresas más pequeñas que no tienen la capacidad o el talento necesario para invertir.

–¿Cuál es el contexto actual de las tecnologías digitales en el país?

–Paraguay tiene un nivel intermedio de desarrollo en tecnologías digitales, que al hablar de los más avanzados se podría decir Chile, Argentina, Brasil, Costa Rica, mientras que los más rezagados se podrían mencionar Guatemala y Honduras. Por lo que todavía hay una amplia oportunidad de seguir desarrollándose.

–En materia de inclusión financiera, ¿qué más se puede hacer desde las telecomunicaciones?

–El siguiente salto sería aumentar todo lo que serían transacciones comerciales mediante la posibilidad de efectuar todos los pagos desde el dispositivo celular, más allá de la billetera electrónica, en todo tipo de pagos que puedan llegar a existir. Esto podría llevar a una eficientización del comercio de bienes, la eliminación del efectivo, que es a lo que se está migrando, y creo que Paraguay va a ir evolucionando en la misma dirección, que en comparación con la región está en un nivel intermedio con avances importantes.

–En el desarrollo de la industria de telecomunicaciones, ¿cuál es el nivel logrado?

–Yo pienso que Paraguay está en un nivel intermedio en desarrollo de tecnología, pero hay una oportunidad de seguir ampliando esto, sobre todo en términos de esa brecha digital de la que hablamos. Hubo avances según las estadísticas, pero de manera agregada todavía hay una posibilidad de seguir avanzando e invirtiendo.

Raúl Katz, argentino viviendo en Estados Unidos, es Ph.D. en Ciencia Política y Administración, y MS en Ciencia Política por el Massachusetts Institute of Technology (Cambridge). Foto: Christian Meza.

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–Un gobierno que proporciona conectividad a su población, ¿qué ventajas genera?

–Aquí hablamos de los efectos sociales, pues mayor conectividad se traduce a la posibilidad de acceder a educación a distancia, comercio electrónico facilitado a la vez por la inclusión financiera, la telemedicina con la posibilidad de acceder a servicios médicos de manera remota, al teletrabajo y a raíz de esta menor emisión de gases de carbono al no tener que trasladarse a la oficina, por la tanto mejor sostenibilidad ambiental.

–Y el Estado paraguayo, ¿en qué medida está propiciando esas ventajas?

–El Estado está tratando de impulsar esto. El problema que yo veo son dos temas importantes, más aún por la coyuntura actual. Uno es la necesidad de comunicación intersectorial entre todos los ministerios, porque todo de lo que hablamos, está muy relacionado con la infraestructura de telecomunicaciones y quizás esta relación entre los sectores del Gobierno no es tan fluida como debería ser.

En segundo lugar, esa coordinación se debe dar en el marco de un liderazgo político, pues todas las experiencias muestran que aquellas naciones que avanzaron drásticamente en el avance de la digitalización, lo han hecho bajo un liderazgo del Poder Ejecutivo. Es decir, no puede quedar librado a un regulador o cierto ministerio, pues la agenda digital debe ser responsabilidad central para el futuro del desarrollo del país y debe ser encarada por el nivel más alto del Ejecutivo.

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