La importación de carne al cierre de julio totalizó un acumulado de USD 35,6 millones, cifra 105,1 % superior comparada con las importaciones de este rubro en el mismo periodo de 2024. Solo en julio, se adquirieron del exterior 1.862 toneladas de carne. De acuerdo con el reporte de comercio exterior del Banco Central del Paraguay (BCP), la importación de carne y menudencias, entre enero y julio de este año, se duplicó respecto al año pasado.
En detalle, hasta julio del año anterior se adquirió carne por USD 17,4 millones por unas 5.300 toneladas. Sin embargo, en los siete meses de este año se importaron 10.246 toneladas, lo que representa un salto interanual del 93 % en volumen. Según se observa en el anexo estadístico de la banca matriz, en enero se importaron 1.158 toneladas, en febrero 1.190, en marzo 1.323, en abril 1.695, en mayo 1.522, mientras que en junio unas 1.496 y en julio 1.862 toneladas.
El total acumulado a julio de este año está cerca del récord de importación que se observó en 2018, cuando hasta julio de ese año se importaron 11.121 toneladas. Solo en abril de ese año se adquirieron 4.714 toneladas, siendo el mes en el que más carne se importó desde 1994.
El Gobierno había resuelto permitir mayores importaciones de carne para aumentar la oferta y disminuir los precios de este producto básico de la canasta básica, que al cierre de julio tiene una inflación acumulada de 6,1 %, pero es 22 % más cara que en julio del año pasado.
El ministro de Industria y Comercio (MIC), Javier Giménez, había anunciado la semana anterior que el Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa) otorgó permisos para la importación de carne, especialmente de Brasil, Argentina y Uruguay.
Desde Senacsa, no obstante, habían señalado que el mecanismo más sostenible para encontrar un equilibrio en los precios para el consumidor nacional es aumentar el hato ganadero, aunque no es una medida a corto plazo.
La Cámara Paraguaya de la Carne (CPC) se había mostrado de acuerdo con la estrategia del Gobierno de permitir la importación de carne desde Brasil para enfrentar los altos precios que se observan a nivel local, siempre que se mantenga el principio de libre mercado.
La intención es generar expectativas positivas para inversión ganadera, explicaron.
El complejo cárnico cerraría este segundo semestre con niveles de faena inclusive superiores al del año pasado, según indicaron desde la Asociación Paraguaya de Productores y Exportadores de Carne (Appec). Con este escenario y atendiendo a los mejores para la carne, esperan transmitir señales positivas al productor para que esté dispuesto a invertir la producción con miras a fin de año. Ramiro Maluff, presidente del gremio, manifestó que si bien ya cerramos el primer mes del segundo semestre de este 2025 con casi 1.400.000 cabezas faenadas y con un crecimiento con respecto al mismo periodo del año pasado de 100.000 cabezas más, se espera una mayor actividad en lo que resta del año.
“Los valores de los granos están bajos y es un momento oportuno para convertirlos en carne, siempre y cuando haya señales positivas de valores del ganado, que justifiquen la inversión”, explicó. Mencionó que en setiembre arrancará una nueva empresa a faenar en Paraguay, lo cual ayudará a que aumente la demanda de ganado y puedan conseguirse valores más justos y previsibles para el productor.
Considerando que el índice de precios de la carne de la FAO se situó en un promedio de 127,3 puntos en julio, es decir, 1,5 puntos más que en junio y 7,3 puntos más que en julio de 2024, dijo que es una señal positiva de aumento ya que sobre todo se da en los mercados emergentes donde crece el poder adquisitivo de la gente y prefieren consumir este producto. “A esto se suma la disminución mundial del rebaño por diferentes condiciones, en muchos casos por cuestiones climáticas y en otros por cuestiones de precio. Ya no hay muchos lugares en el mundo donde producir carne bovina y Paraguay tiene un enorme potencial aún de seguir creciendo”, mencionó.
Aseguró que basta que se manifiesten señales positivas para que los productores comiencen a retener vientres, repoblar campos e invertir de nuevo.