La empresa estatal de hidrocarburos Petróleos Paraguayos (Petropar), publicó hoy jueves los precios ajustados que rigen desde esta madrugada en seis tipos de combustibles, tras el último incremento del 12 de febrero pasado, hace 20 días.
El anuncio de este nuevo reajuste en torno a los G. 470 por litro del combustible, se dio el viernes pasado por el presidente de Petropar, Denis Lichi, al tiempo de señalar que desde el Ejecutivo buscarán otras alternativas o mecanismos para la adquisición del carburante, garantizando la “previsibilidad económica” de la población.
Los nuevos valores son:
- Diesel Mbarete a G. 8.320 (antes G. 7.850).
- Diesel Pora a G. 7.050 (antes G. 6.580).
- Nafta Aratiri 97 a G. 8.840 (antes G. 8.420).
- Nafta Oikoite 93 a G. 7.710 (antes G. 7.360).
- Nafta Kape 88 a G. 7.100 (antes G. 6.680).
- Nafta EcoFlex 85 a G. 7.615 (antes G. 7.195).
Buscarán alternativas
Hay que mencionar que los precios rigen en Asunción y en el departamento Central, y varían por el flete correspondiente en las estaciones a más de 50 kilómetros de la Plata de Villa Elisa. No obstante, la estatal aseguró que no habría otra suba más, por lo menos durante este mes de marzo, alegando que cuentan con el stock suficiente para el abastecimiento de los combustibles tanto para las empresas privadas que adquieren de la petrolera, las del transporte público, así como para la ciudadanía en general.
Es decir, si un usuario de nafta que habitualmente carga por G. 100.000 combustible de 93 octanaje, antes llegaba a los 13,5 litros con el precio anterior de G. 7.360, ahora con el reajuste por el mismo precio cargará 12,9 litros.
Una de las medidas ya implementadas para contrarrestar la suba, de modo a que el incremento sea menor y no impacte tanto en el usuario final, es la reducción del Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) ya estipulada anteriormente y que se extendió hasta este mes de marzo, lo cual permitirá evitar que el reajuste sea todavía mayor.
Así mismo, las autoridades habían señalado que también se evaluarán nuevos mercados para la adquisición del crudo, de modo a no depender de intermediarios que generan más sobrecostos, al igual que la posibilidad de establecer un fondo destinado para garantizar recursos cuando las cotizaciones internacionales del petróleo fluctúen en base a los mercados productores.