Por Alba Delvalle

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En este especial de Navidad, el Mano a mano LN fue con el presidente de la Unión Industrial Paraguaya (UIP), Enrique Duarte, quien nos brindó su percepción acerca de varios puntos que atañen no solo a la industria nacional, sino a nivel país y, por ende, a la economía. Antes de avanzar quisimos conocer más allá de la figura industrial y el rol de liderazgo que ejerce en uno de los gremios más representativos del Paraguay.

-¿Quién es Enrique Duarte, háblenos de usted?

Soy ingeniero electrotécnico, egresado de la Universidad Federal de Río Grande do Sul, con una amplia experiencia en la actividad gremial desde 1992, siendo fundador y directivo de la Cámara Paraguaya del Petróleo (Capadep), entidad que también presidí; de la Cámara de Empresas Eléctricas (Cecoel), la cual también me cupo el honor de presidir.

En el ámbito de la responsabilidad social, soy fundador y expresidente de la Fundación Operación Sonrisa Paraguay y la Fundación Gabriela Duarte. En lo que respecta al deporte, fui miembro de la Asociación Paraguaya de Tenis, de la Confederación Paraguaya de Basquetbol y presidente del Paraguay Lawn Tennis Club.

Antes de asumir la presidencia de la UIP, me desempeñé como miembro de la Junta Ejecutiva llegando a ser vicepresidente primero, también miembro del Consorcio Expo ARP/UIP 2016/2020, coordinador por UIP en el Consorcio Expo ARP/UIP 2018-2020, representante por la UIP en la Fundación Parque Tecnológico de Itaipú 2018/2020 y miembro del Consejo Tripartito del Trabajo por la UIP 2018-2020.

-Siendo ingeniero, ¿a qué se dedica actualmente a más de ser el titular de la UIP?

Desde el año 1980 me dediqué principalmente a trabajar en el sector energético, tanto eléctrico como del petróleo, en la producción de bienes, y el desarrollo de los servicios y el comercio para dichos sectores. Igualmente, incursioné en el sector de la tecnología y en el campo inmobiliario a través de varias empresas como Tecmon SA, Trafopar SA, Novaterra SA, SKY COP SA, entre otras.

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Para Enrique Duarte la UIP representa el honor, el compromiso, la satisfacción y, sobre todo, el desafío de poder generar un legado positivo del sector más valiente de la economía nacional. Foto: Leandro Veragua.

-Como presidente de la UIP le tocó atravesar una pandemia. ¿Cómo fue eso para usted?

Creo que para todos los paraguayos la pandemia viene siendo un ciclo difícil, desafiante, pero que a la vez impone la responsabilidad de mirar el futuro con optimismo y no dejarse vencer por la incertidumbre. Yo asumí la presidencia de la Unión Industrial Paraguaya con muchos años de trayectoria gremial y representando a un grupo de gremialistas bastante amplio, heterogéneo y con mucha participación joven, quienes me dieron el apoyo y compromiso de trabajo conjunto a favor de la UIP.

También en un momento bastante complicado en términos de previsibilidad. Aún no contábamos con vacunas, las empresas venían de dos años muy complicados en términos económicos y con todo el sistema de salud colapsado. Esto nos llevó a participar activamente en propuestas y soluciones a los grandes problemas que teníamos en frente y puedo decir con satisfacción que logramos sumar a la resolución de muchos de los problemas.

-¿Qué representa para usted la UIP? ¿Por qué quiso liderarla? ¿Qué lo empujó a ello?

La UIP representa el honor, el compromiso, la satisfacción y, sobre todo, el desafío de poder generar un legado positivo del sector más valiente de la economía nacional, de un equipo que defiende el trabajo y lucha diaria por transitar hacia un país mejor. Me animé a liderarla por la firme convicción de que solo con mayor desarrollo industrial generaremos las condiciones para el desarrollo económico integral, a partir de la generación de empleo formal.

Presidir la UIP permite el involucramiento activo en la promoción de políticas públicas dirigidas a desarrollar el sector con un amplio enfoque: mayor competitividad, mayor participación en las compras públicas, emprendedurismo, internacionalización; que no es otra cosa que aumentar el potencial exportador, y por supuesto, el combate a la informalidad.

-Una tarea difícil, ¿cuántas industrias están nucleadas en la UIP?

No es una tarea fácil representar a un gremio que tiene 1.500 socios y más de 80 cámaras asociadas con intereses diversos, pero todos tienen como factor común la lucha por un país con mejores condiciones para el desarrollo y eso es lo más importante al final del día.

La UIP Joven es un factor importante en la decisión tomada para el trabajo al frente de la UIP, la fuerza que inyecta al gremio con toda la capacidad emprendedora e innovadora de los jóvenes que se preparan para tomar la posta del liderazgo gremial, quienes codo a codo trabajan con todos nosotros, es un aliciente al trabajo y un orgullo para la institución.

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-Si tuviera que hacer una autoevaluación sobre su gestión al frente de uno de los gremios más representativos del país, ¿cómo la calificaría?

Me resulta difícil y no me parece correcto tener que autoevaluar la gestión de un periodo que me cupo presidir. En lo personal, me siento satisfecho con el trabajo realizado este primer año, durante el cual tratamos de traducir la gestión de toda la Junta Ejecutiva en beneficios directos para la industria.

A nuestro mejor entender, nuestra labor de seguimiento permanente logró que en muchos casos hayamos incidido directamente en las políticas públicas, como fue el trabajo para que el país pueda mantener los regímenes especiales de maquila y materia prima en el Mercosur, la incorporación de algunos beneficios para las industrias paraguayas en la nueva Ley de Compras Públicas y la defensa de la propiedad privada, que también es la defensa de las inversiones y del trabajo.

La UIP también tuvo una activa participación en la resolución del conflicto entre agroexportadores y transportistas, a mediados de año, porque no podía estar ausente de una problemática que estaba afectando seriamente el trabajo de las industrias y el suministro de todo el país.

-¿Cómo considera que debe ser y actuar un líder?

Considero que una de las virtudes que más debe ejercitar un líder es su capacidad de escucha, pues la misma permite sacar lo mejor de las personas que constituyen el entorno y construir consensos.

Sin consenso no es posible administrar una institución tan compleja y diversa como es un gremio empresarial. Además, se necesita presencia; el liderazgo implica la participación activa en la resolución de conflictos y el otorgamiento a los miembros de su equipo del espacio y la autonomía para el desarrollo de todas sus capacidades, pudiendo así disponer las propuestas tendientes hacia las mejores opciones.

En mi caso, tengo el privilegio de estar acompañado por seis vicepresidentes que dedican muchas horas al día a la labor gremial; la Vicepresidencia Primera, la de Asuntos Internacionales, la de Asuntos Gremiales, la Vicepresidencia de Servicios Empresariales, la de Asuntos Estratégicos y Planificación y la Vicepresidencia Administrativa, todos ellos han tenido excelentes resultados este año.

¿Tiene metas por cumplir, cuáles son?

Respecto a mis metas, en primer lugar está mi familia y, por tanto, mi país; o sea, dar lo mejor que pueda con la comprensión de mi familia, para que nuestros hijos y nietos puedan vivir en un país próspero, lleno de oportunidades y lejos de mezquindades, donde el trabajo honesto sea la clave del éxito.

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Una de las virtudes que más debe ejercitar un líder es su capacidad de escuchar, pues la misma permite sacar lo mejor de las personas que constituyen el entorno, señaló Enrique Duarte. Foto: Pánfilo Leguizamón.

-El sector industrial es uno de los pilares de la economía, cada vez con más participación en el PIB ¿Qué considera que se debe impulsar para que gane mayor terreno?

Una política de desarrollo industrial clara debe estar más presente de manera transversal en todos los instrumentos de incentivo para el desarrollo económico que tiene el país.

Si bien a partir de la década del 2000 fuimos incrementando los instrumentos jurídicos que sirven de incentivo para la inversión, debemos hacer una fuerte apuesta por el desarrollo de capital humano, por la investigación científica a nivel local y por el trabajo conjunto entre la academia y la empresa.

También hacen falta más incentivos para la formalización, tenemos que darle fluidez al relacionamiento entre el sector privado y el Estado. No debemos olvidar que la aceleración de las mipymes, uno de los ejes fundamentales del trabajo de la UIP, debe ser impulsada decididamente, buscando generar cadenas de producción formales y con estructuras tecnológicas de soporte.

-Este 2021 fue aún difícil, pero mejor que el 2020 según los indicadores económicos. Al sector industrial, ¿cómo le fue realmente?

El Producto Interno Bruto (PIB) cuya estimación al mes de marzo proyectaba un crecimiento del 3,5% para el año 2021, al cierre del mes de noviembre las proyecciones indican un aumento del 5%.

En lo que respecta al sector secundario, el Banco Central del Paraguay (BCP) estimaba a inicios del año un aumento de 5,1%, explicado por el crecimiento de los sectores manufactura (5,9%), construcción (5,5%) y electricidad y agua (2,5%). Sin embargo, en la última revisión del PIB el sector secundario cerraría el 2021 con un crecimiento del 5,2%, por encima de lo esperado.

El sector electricidad y agua por tercer año consecutivo cierra de manera negativa con -8,4% de variación; sin embargo, esta se ve compensada por crecimientos en el sector construcción del 13,5% y del sector manufacturero con variación positiva del 7,2% con respecto al año anterior. Los sectores más dinámicos del sector secundario fueron la producción de carne, bebidas y tabaco, textiles, molinería y panadería.

En cuanto a las exportaciones industriales de manera acumulada registran un crecimiento del 34% que representan unos US$ 3.431 millones, destinados a los principales mercados como Brasil, Argentina y Chile, siendo el producto con mayor variación nominal de Manufactura de Origen Industrial (MOI) el aluminio. En tanto que las importaciones industriales, con un crecimiento del 31%, acumularon US$ 7.334 millones.

-¿Cuáles son los desafíos de la industria nacional? Sabemos que enfrenta a un jugador desleal, como lo es el contrabando.

El contrabando y la informalidad en general son los principales enemigos del desarrollo económico y social. El contrabando priva al Estado de los recursos suficientes para ofrecer mayor acceso a la atención de la salud y mejor cobertura en programas de educación.

El contrabando hace que las empresas que ofrecen empleo formal pierdan competitividad, haciendo disminuir el empleo. El contrabando y la informalidad en general nos impiden ser un país en definitiva más serio. En este momento de agitación en toda la economía mundial deberíamos alinearnos entre los países que atraen las inversiones, no en un país que las ahuyenta, pues la actividad económica informal y el contrabando son factores que influyen sobre el clima de negocios y, por tanto, sobre la inversión.

-Sobre la gestión del gobierno actual ¿qué puede decirnos?, ¿qué le falta o cómo debe encarar?

Al gobierno actual le tocó uno de los periodos más difíciles de la historia reciente, los problemas climáticos del 2019, la pandemia durante el 2020 y 2021, comparable solo a una situación de guerra.

Es difícil hacer un juzgamiento objetivo de un gobierno que atravesó una crisis semejante. No obstante, podemos hablar de deudas históricas pendientes cuyos efectos se agudizaron justamente por la situación de pandemia, y es que muchas políticas públicas también tristemente retrocedieron en sus resultados. La informalidad es uno de esos grandes temas pendientes de resolver.

-En cuanto a la ejecución de gastos de la nación, ¿considera que es acorde respecto a las acciones de contención ante la pandemia?

Hemos sido partícipes de un extenso informe respecto al comportamiento de la economía y las cuentas públicas antes, durante y en la situación actual que la pandemia nos presenta, en como tuvieron que ser alterados los planes o como fueron encarados los programas sociales.

Así también, vimos una mayor inversión en salud, la flexibilización normativa en los aspectos laboral y tributario para mantener a flote los sectores más vulnerables, el aumento del 15% de la recaudación impositiva, entre otros. Sin duda, el manejo del Ministerio de Hacienda durante todo este periodo pandémico nos genera satisfacción, sobre todo, cuando vemos que las calificaciones internacionales permanecieron estables y se ha considerado a nuestra economía como la más resiliente y la que menos ha caído en toda la región.

Así como también todos los proyectos de leyes presentados al Congreso, con el fin de mejorar el manejo presupuestario, tributario y de la función pública, entre otros. Lastimosamente también hubo denuncias de derroche y corrupción que lamentamos, y en las cuales esperamos un actuar de la Justicia.

-El PGN 2022, ¿cree que está bien distribuido?

Entendemos que existen deberes pendientes, como el uso más racional del presupuesto público, la mejora del gasto y una lucha más frontal contra la informalidad, que es el principal freno al desarrollo, teniendo esta como principal componente al contrabando. El aumento de la recaudación fiscal debería ayudar a contener el déficit, pero nuevamente este año vimos que se concedieron privilegios inaceptables y atendiendo intereses particulares.

Como bien lo expresamos en el seno de la Federación de la Producción, la Industria y el Comercio (Feprinco), si queremos generar un escenario más propicio para el desarrollo del país las autoridades deben encarar un año 2022 dando máxima prioridad a los siguientes temas: contención del gasto público, adecuada asignación de recursos, reforma de la caja fiscal, combate a la corrupción, la informalidad y el contrabando, entre otros.

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