La Unión Europea, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y el cumplimiento de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 55% para 2030, anunció hoy que aplicarán un impuesto al carbono, tributo que alcanzará a los productos importados.
Esto, con la idea también de proteger a la industria europea de competidores extranjeros que no están sujetos a los mismos estándares ambientales, ya que el objetivo de la nueva medida es fomentar la energía de bajas emisiones e imponer impuestos a los combustibles altamente contaminantes, utilizados principalmente en los sectores aéreo y marítimo.
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De esta forma, el anuncio devela un claro escenario de cómo las políticas relacionadas con el cambio climático apuntan a convertirse rápidamente en políticas comerciales, según lo describe el sitio brasileño valor.globo.com.
Desde la Comisión Europea justificaron la aplicación del gravamen con la necesidad de reducir las emisiones de CO2, pero no solo en Europa, sino en el mundo, instando a todos los bloques a seguir el mismo camino.
Pacto Verde
Al respecto, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, señaló que la tasa de ajuste de carbono en la frontera será compatible con las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC). “Será una invitación para que terceros países adopten un mercado de carbono. Si sus empresas vienen a Europa a vender productos limpios, no tendrán nada que pagar”, expresó.
Es así que la estrategia de la UE direcciona a que el carbono debe tener un precio en todos los países. “Las industrias europeas van a invertir mucho en la descarbonización. No sería justo que productos importados; baratos, pero con una alta huella de carbono, arruinen nuestros esfuerzos, añadió Leyen.
El #EUGreenDeal o Pacto Verde es el modelo de crecimiento impulsado por la innovación, la energía limpia y la economía circular, y la Ley del Clima repercute en que los objetivos climáticos se vuelvan obligaciones legales, explicó Leyen en el anuncio de esta mañana.
De esta manera, Europa es el primer continente en presentar una arquitectura integral para cumplir con las ambiciones climáticas, cuyo mecanismo estará operativo a partir de 2023, para ir atravesando una fase de transición, y cuando el impuesto esté en pleno funcionamiento, previsto para 2030, la UE estima recaudar 10.000 millones de euros al año.
Sobre el punto, la representación de la UE en Paraguay, se pronunció en apoyó al #PactoVerdeEuropeo.
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Una amenaza real para las finanzas empresariales
- Gisella Lefebvre. Directora de Proyectarse
El cambio climático dejó de ser una preocupación ambiental lejana para convertirse en un riesgo financiero tangible y urgente para las empresas.
Fenómenos extremos como sequías más intensas, lluvias torrenciales, incendios fuera de temporada y un aumento constante de la temperatura global no solo generan pérdidas materiales directas, sino que interrumpen operaciones, encarecen los seguros, afectan cadenas de suministro y reducen la productividad.
Todo esto se traduce en impactos directos sobre la rentabilidad y la sostenibilidad financiera de los negocios.
Además, los riesgos de transición -como nuevas regulaciones ambientales, impuestos al carbono o cambios en los patrones de consumo- exigen que las empresas transformen sus modelos operativos, lo que implica inversiones significativas.
Las organizaciones que no logren adaptarse enfrentarán mayores costos, pérdida de competitividad y acceso limitado a financiamiento, ya que inversores y entidades financieras priorizan cada vez más criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza).
Ante este panorama, es imprescindible adoptar el triple enfoque del desarrollo sostenible, integrando la dimensión económica, social y ambiental en la toma de decisiones estratégicas.
No se trata solo de responsabilidad corporativa, sino de supervivencia y oportunidad. Las empresas que incorporan prácticas sostenibles no solo mitigan riesgos, sino que también generan valor, innovación y resiliencia a largo plazo.
El cambio climático es una realidad ineludible. La acción empresarial decidida y coherente marcará la diferencia entre adaptarse y liderar, o quedarse atrás en un mundo que cambia con rapidez. Es momento de actuar.
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Ganadería, herramienta de negocio sostenible
Por: Alba Delvalle
Mustafá Yambay, presidente de la Asociación Paraguaya de Criadores de Braford, destaca cómo la ganadería, gestionada con prácticas sostenibles, puede capturar más carbono del que emite y posicionarse como una herramienta clave contra el cambio climático.
En este mes verde, abordamos uno de los sectores que resuena con gran protagonismo en la discusión hacia la sostenibilidad. Hablamos de la ganadería, que bien puede resultar como herramienta de negocio que, a la vez, se preocupa por el medioambiente.
El presidente de la Asociación Paraguaya de Criadores de Braford, Mustafá Yambay, comparte en base a su experiencia y trayectoria, cómo se puede aportar a la sostenibilidad de Paraguay y del mundo a través de la ganadería.
“La ganadería puede aportar a la sostenibilidad implementando prácticas de manejo sostenibles, tanto en la producción de carne como en la producción láctea. Esto, utilizando de la mejor manera posible la mayor bendición que tenemos los paraguayos, nuestros recursos naturales”, expresó.
Para ello, solo se debe apostar constantemente en modelos de producción que busquen conservar los ecosistemas y generar nuevos a partir de ejemplos de aguadas, reforestaciones, corredores de bosques y más. De esta manera, se generan nuevos hábitats para las especies salvajes que hoy coexisten en los campos.
A la vez, se puede implementar prácticas de manejo de posturas, cargas de animales correctas, buscando una salida viable tanto productiva como económicamente, en lo que respecta a los residuos orgánicos como la producción de biogás y compost.
Reducir gases de efecto invernadero. Contrariamente a lo que se pretendió instalar desde grandes países desarrollados, tanto la ganadería como la agricultura al ser manejados adecuadamente, tienen el potencial de reducir la cantidad de gases de efecto invernadero en la atmósfera, según afirmaciones de expertos.
Con el manejo o buenas prácticas, los métodos y la tecnología adecuada, incluso pueden ayudar en la lucha contra el calentamiento global, señaló. Muchas de las emisiones del ganado vienen en forma de metano, que proviene tanto del ganado de carne como de leche. Pero todos los gases de efecto invernadero (metano, dióxido de carbono, óxido nitroso y gases fluorados) tienen el potencial de calentar el planeta.
Sin embargo, al analizar el efecto invernadero y el papel que desempeña cada gas de efecto invernadero en el calentamiento de la temperatura promedio de la tierra, el impacto del metano creado por el ganado puede ser menor de lo que se cree, porque en realidad ese metano se recicla como parte de un proceso natural conocido como el ciclo biogénico del carbono, explicó.
Y debido al papel que el ganado, y otros rumiantes, desempeñan en ese ciclo, tienen el potencial de ser una fuerza impulsora en la lucha contra el cambio climático en los próximos años y décadas, aseguró el referente, quien es doctor en ciencias veterinarias y producción animal.
“Se está demostrando que, en nuestro país, una hectárea de producción ganadera puede capturar más carbono de lo que emite, gracias a las posturas y árboles que secuestran este compuesto”, remarcó Mustafá.
Es así que, la ganadería sí puede ser una herramienta de negocio que a la vez se preocupa por el medioambiente, pues cada vez más productores y empresas están adoptando prácticas sostenibles y respetuosas con el medioambiente en la producción ganadera.
Mejoras en la productividad. Estas prácticas a la vez pueden mejorar la productividad, reducir costos, generar extras, sin dejar de lado la mejora de la imagen país como productor de carne en ambientes sostenibles. Asimismo, el acceso a las diferentes certificaciones para ingresar a los mejores mercados, lo que se traduce en carne de calidad certificada y trazada por, sobre todo, dijo.
En este punto, habló de la raza braford, conocida por su fertilidad, adaptabilidad, rusticidad y capacidad de producir carne de calidad a partir de pasturas y praderas naturales, que desempeña a través de sus índices productivos y reproductivos. Esto da la posibilidad de llegar a las mejores prácticas de sostenibilidad y ambiental, pues produce más y mejor en todos los sistemas de producción del país, aseguró.
Chaco sostenible. Siguiendo esta línea, ejemplificó al Chaco paraguayo como una región con gran potencial para la producción ganadera sostenible, debido a sus características geográficas y climáticas. “El Chaco ofrece oportunidades para diversificar la producción ganadera, incluyendo la producción de carne, leche y otros productos derivados, así como la sinergia que hoy existe entre la ganadería y la agricultura”, acotó.
Apuestas como mejora de la infraestructura en rutas, transmisión de energía eléctrica para los proyectos de sistemas de riego en la región bajo influencia del acuífero Yrendague, pueden ayudar a aumentar el desarrollo, la eficiencia y la productividad de la región, sumó.
La implementación de tecnologías sostenibles, como sistemas de pastoreo rotativo y manejo de pasturas, pueden ayudar a reducir el impacto ambiental de la producción ganadera. Así como el desarrollo de la cadena de valor de la producción ganadera del Chaco, que puede ayudar a aumentar la rentabilidad y la sostenibilidad de la producción.
Por lo tanto, la promoción de la ganadería sostenible del Chaco puede ayudar a aumentar la conciencia sobre la importancia de la sostenibilidad en la producción ganadera, a más de atraer a consumidores que valoren la sostenibilidad.
“Tantas cosas quedan por hacerse en nuestro querido Chaco, como la investigación, el turismo rural, ya que la ganadería sostenible puede bien contribuir con todo esto, y, sobre todo, ser una fuente continua de empleo y de generación de alimentos para todos los paraguayos y para 80 millones de personas más en el planeta”, puntualizó.
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Suiza: el colapso de un glaciar sepulta a un pueblo
- Dusambé, Tayikistán. AFP.
El reciente colapso del glaciar Birch, en Suiza, es una advertencia de las graves consecuencias que puede tener el cambio climático para las comunidades que viven cerca del hielo, como en la región del Himalaya, una de las más vulnerables del mundo. El 28 de mayo una enorme nube de hielo y escombros cayó por la ladera de la montaña hacia la aldea suiza de Blatten a medida que el glaciar colapsaba.
Ali Neumann, asesor para la reducción del riesgo de catástrofes en la Cooperación Suiza para el Desarrollo, indicó que, en este caso específico, el papel del cambio climático “todavía debe investigarse”. Sin embargo, su impacto a nivel global en la criosfera -la parte del mundo cubierta por agua congelada- está claramente establecido, según el experto.
“El cambio climático y su impacto en la criosfera tendrán cada vez más repercusiones en las sociedades humanas que viven cerca de los glaciares, cerca de la criosfera, y que de alguna manera dependen de los glaciares y viven con ellos”, asegura. El colapso del glaciar destruyó casi por completo el pueblo de Blatten, cuyos 300 habitantes habían sido evacuados una semana antes, aunque hay una persona desaparecida.
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“También demostró que, con las técnicas adecuadas, la observación y la gestión de emergencias, se puede reducir significativamente la magnitud de este tipo de catástrofes”, dijo Neumann en una conferencia internacional sobre glaciares, auspiciada por la ONU, que se acaba de celebrar en Tayikistán.
Según Stefan Uhlenbrook, director de Hidrología, Agua y Criosfera de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el caso suizo demuestra que las regiones más vulnerables del mundo, como la del Himalaya, tienen que prepararse.
“Hay que fortalecer toda la cadena, desde el monitoreo hasta el intercambio de datos, pasando por los modelos de simulación digital, la evaluación de peligros y la comunicación”, apunta. “Pero en muchos países asiáticos todo esto es débil, los datos no están suficientemente conectados”, lamenta.
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“Catástrofes complejas”
En 2023 Asia fue la región del mundo más afectada por las catástrofes climáticas y relacionadas con la meteorología, según Naciones Unidas, y las inundaciones y las tormentas provocaron un gran número de víctimas y pérdidas económicas. Pero a diferencia de Suiza, que utiliza sensores e imágenes de satélite para monitorear sus glaciares, muchos países asiáticos, sobre todo en el Himalaya, carecen de esos recursos.
“El monitoreo existe, pero no es suficiente”, dice el geólogo Sudan Bikash Maharjan, del Centro Internacional para el Desarrollo Integrado de las Montañas (ICIMOD), con sede en Nepal. Según el geocientífico Jakob Steiner, que trabaja en Nepal y Bután, no basta con aplicar las soluciones tecnológicas suizas.
“Se trata de catástrofes complejas, en realidad es igual de importante, o incluso mucho más, trabajar junto a las comunidades”, apunta. Los glaciares del Himalaya, que proporcionan agua vital para casi 2.000 millones de personas, se están derritiendo más rápido que nunca debido al cambio climático y exponen a las comunidades a catástrofes impredecibles y costosas, advierten los científicos.
En las últimas décadas han aparecido cientos de lagos formados a partir de agua del deshielo de los glaciares, un fenómeno que puede ser mortal. Además, el deshielo del permafrost -la capa de suelo que permanece congelada de manera permanente- aumenta las posibilidades de deslizamientos de tierras.
Por eso el monitoreo y las alertas tempranas no son suficientes, advierte Declan Magee, del Departamento de Cambio Climático y Desarrollo Sostenible del Banco Asiático de Desarrollo. “Tenemos que pensar (...) dónde construimos, dónde construir infraestructuras y viviendas para las personas y cómo podemos disminuir su vulnerabilidad”, asegura.
La activista climática y cineasta nepalí Tashi Lhazom explica cómo la aldea de Til, cerca de su casa, quedó destruida por un deslizamiento de tierra a principios de mayo. Las 21 familias que vivían allí lograron escapar en el último minuto. “En Suiza fueron evacuados días antes, aquí ni siquiera tuvimos segundos”, dice Lhazom. “La disparidad me entristece, pero también me enfada. Esto tiene que cambiar”.
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Nigeria: inundaciones causan más de 150 muertos
- Abuya, Nigeria. AFP.
Las repentinas inundaciones registradas esta semana en Nigeria causaron más de 150 muertos en una ciudad del centro del país, según un nuevo balance anunciado por las autoridades este sábado, mientras siguen las labores de búsqueda y rescate. En la ciudad de Mokwa hay más de 150 muertos, 3.000 desplazados, 265 casas “completamente destruidas” y dos puentes arrasados, informó a AFP Ibrahim Audu Husseini, el portavoz de la Agencia Estatal de Gestión de Emergencias del Estado de Níger.
El miércoles y el jueves las lluvias torrenciales arrasaron y sumergieron decenas de casas en esta zona y sus alrededores, cerca del río Níger. Los cuerpos fueron arrastrados al río y llevados por la corriente, lo que complica los esfuerzos para establecer una cifra de muertos, excplicó Husseini, advirtiendo que el número de víctimas puede seguir aumentando.
El presidente del país, Bola Tinubu, indicó en las redes sociales que se han movilizado a las fuerzas de seguridad para ayudar a los socorristas.
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“Se están desplegando sin demora materiales de socorro y asistencia para refugios temporales”, afirmó.
En Mokwa, una ciudad a más de 350 kilómetros por carretera de Abuya, la capital de Nigeria, muchos edificios se derrumbaron y había carreteras inundadas, indicó el viernes un periodista de AFP en el lugar.
“Se recuperaron algunos cadáveres entre los escombros de las casas derrumbadas”, afirmó Husseini, y explicó que sus equipos necesitarán excavadoras para extraer al resto.
El funcionario precisó que hay muchos desaparecidos y citó el caso de una familia de 12 miembros, de la que solo se han localizado cuatro.
“Perdimos al menos 15 personas en una casa. La propiedad ha desaparecido. Lo perdimos todo”, dijo a los periodistas una de las víctimas, Mohammed Tanko, un funcionario de 29 años.
La Cruz Roja de Nigeria, el ejército, la policía y grupos de voluntarios están trabajando en las tareas de rescate, según la Agencia Nacional de Gestión de Emergencias (NEMA).
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Cambio climático
La temporada de lluvias, que generalmente dura seis meses, acaba de comenzar en Nigeria y cada año suele provocar inundaciones con cientos de muertos, en un país con infraestructuras deficientes.
Los científicos advierten que el cambio climático está multiplicando los fenómenos extremos.
En el caso de Nigeria, las inundaciones se ven agravadas por un drenaje inadecuado, la construcción de viviendas en vías fluviales y el vertido de desechos en desagües y canales de agua.
“Este trágico incidente es un recordatorio oportuno de los peligros asociados a la construcción de vías fluviales y de la importancia vital de mantener despejados los canales de drenaje y las vías fluviales”, dijo NEMA en un comunicado.
Al menos 78 personas han sido hospitalizadas por las inundaciones, señaló a AFP el jefe de la Cruz Roja estatal, Gideon Adamu.
Según los medios locales, más de 5.000 personas se quedaron sin hogar. El periódico Daily Trust informó de que más de 50 niños de una escuela islámica están desaparecidos.
Sabuwar Bala, de 50 años, una vendedora de ñame, explicó cómo se salvó.
“Solo llevaba puesta mi ropa interior, alguien me prestó todo lo que llevo puesto ahora. Ni siquiera pude salvar mis chanclas”, explicó a los periodistas. “Debido a la destrucción no puedo situar dónde estaba mi casa”, aseguró.
La Agencia Meteorológica de Nigeria había advertido del riesgo de riadas en 15 de los 36 estados de Nigeria, incluido el estado de Níger, entre el miércoles y el viernes. En 2024, las inundaciones dejaron 321 muertos en 34 de los 36 estados del país, según NEMA.