Presentan avances del proyecto piloto de energía solar fotovoltaica en el Chaco paraguayo
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Una delegación compuesta por inversores españoles se reunió con el ministro de Industria y Comercio (MIC), Luis Castiglioni, en la sede de la institución estatal, con el objetivo de presentar el avance de las obras llevadas a cabo en nuestro país para la instalación de una planta de producción de energía solar fotovoltaica, específicamente en el Chaco paraguayo.
El proyecto tiene una inversión a largo plazo estimativa de 17 a 18 millones de dólares, en consorcio con la empresa paraguaya Ocho A SA, presidida por Luis Pettengill.
El propio presidente del consorcio Uriel Inversiones, Juan Félix Huarte, asociado a la empresa paraguaya Ocho A, confirmó la realización de este proyecto y el monto estimativo de inversión, ya en marzo del año pasado, en ocasión de una visita al Ministerio de Relaciones Exteriores de nuestro país. El consorcio español Uriel Inversiones posee grandes inversiones en el terreno de la energía limpia de fuentes renovables.
La delegación de empresarios estuvo encabezada por el presidente de la citada compañía, Juan Félix Huarte, e integrada por el consejero delegado, Pedro Sánchez; el especialista en energías renovables, Agustín Mesquida, y el asesor de la presidencia de Uriel, Eduardo Lechuga. También participaron directivos de la compañía Ocho A de Paraguay y el especialista en energías renovables, Guillermo Krauch.
De la reunión en el MIC participaron además el viceministro de Industria, Ramiro Samaniego, y la directora Nacional de la Red de Inversiones y Exportaciones (Rediex), embajadora Estefanía Laterza.
Los representantes de la empresa española presentaron los avances ante el titular del MIC, Luis Castignioli. Foto: Gentileza.
Refiriéndose a los temas tratados, la directora de la Red de Inversiones y Exportaciones (Rediex), Estefanía Laterza señaló que si bien Paraguay es un gran productor de energía eléctrica de fuente renovable, no lo es de otro tipo energético, y la renovación de la matriz energética y la utilización del uso requiere que se hagan desarrollos en diferentes ámbitos en función de la oportunidad, de los costos, y de una serie de condiciones, en donde nuestro país puede ser muy competitivo.
“La delegación de Uriel Inversiones vino justamente para comentar que pronto van a poder iniciar el primer proyecto. Se trata de una inversión, con la idea de tener un proyecto piloto, con el grupo Ocho A, de producción de energía fotovoltaica, que se espera culminar en unos meses. Se trata de una planta de producción que servirá de muestra de cómo operan estas tecnologías”, indicó Laterza, quien, además, mencionó que la energía solar puede llegar a ser una alternativa bastante interesante en cuanto a la energía.
“En este momento, la Ande (Administración Nacional de Electricidad) está pasando por un proceso de transformación, y se encuentra en el Poder Legislativo un proyecto de ley que justamente busca generar procedimientos diversos, a efectos de facilitar la generación y transmisión, con lo cual se abre una oportunidad interesante para el Paraguay, en lo referente a energías”, resaltó.
Laterza valoró que este tipo de emprendimientos apunta a la reactivación económica tan necesaria y a la generación de empleos en la explotación y mantenimiento de los paneles fotovoltaicos. Los empresarios estiman que el proyecto de alrededor de 20 a 25 megavatios podrá implementarse en poco tiempo.
Una rueda de negocios en Alto Paraná dejó más de G. 30.000 millones en intenciones de negocios para la provisión de alimentos del programa Hambre Cero. Foto: Gentileza
Hambre Cero: rueda de negocios dejó más de G. 30.000 millones en intenciones de provisión de alimentos
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La rueda de negocios realizada en Alto Paraná, en el marco del programa Hambre Cero, congregó a organizaciones de agricultura familiar y mipymes que lograron cerrar 72 intenciones de negocios por valor de G. 30.771 millones en compromisos comerciales de provisión de insumos alimentarios, según reporta el Ministerio de Industria y Comercio (MIC).
Con la participación de 82 organizaciones de productores de agricultura familiar y Mipymes, se llevó a cabo con éxito la rueda de negocios en Alto Paraná. Este espacio fue clave para fortalecer la economía local y apoyar el abastecimiento del Programa Hambre Cero en las escuelas, según un informe del MIC.
Desde el Viceministerio de Mipymes del MIC señalaron que, del total de inscriptos, el 60 % corresponde a organizaciones de agricultura familiar, mientras que el 40 % pertenece a las micro, pequeñas y medianas empresas, reflejando una participación equilibrada entre ambos sectores.
Durante la jornada se concretaron 72 intenciones de negocios, en donde los productos frutihortícolas lideraron las negociaciones, seguidos por rubros como carnes, productos empaquetados, postres y otros servicios e insumos vinculados a la cadena de valor alimentaria.
Además, se brindaron 20 asistencias técnicas enfocadas en la formalización de unidades productivas, inclusión financiera y orientación sobre registros sanitarios y productivos.
Desde el MIC destacan que el evento fue posible gracias a una amplia articulación interinstitucional, que movilizó a más de 40 técnicos de distintas instituciones públicas, encabezadas por la Gobernación de Alto Paraná.
Participaron activamente los Centros de Desarrollo Agropecuario (CDA), las Agencias Locales de Asistencia Técnica (ALAT) del Ministerio de Agricultura y Ganadería, el Centro de Desarrollo Empresarial (SBDC) del MIC, así como técnicos del Crédito Agricola de Habilitación (CAH), Banco Nacional de Fomento (BNF), la Dirección Nacional de Ingresos Tributarios (DNIT), Instituto de Previsión Social (IPS), entre otros.
Además, la cartera estatal resaltó que este espacio reafirma el compromiso del Estado con el desarrollo productivo local, la seguridad alimentaria y la inclusión económica de pequeños productores y emprendedores.
El protocolo de paz fue firmado en la Casa Rosada de Buenos Aires y llevó la rúbrica de los cancilleres de Paraguay y de Bolivia, Luis Alberto Riart y Tomás Elío
El Chaco, el territorio que une y separa a dos países
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Jimmi Peralta
Fotos: Gentileza/Archivo
El 12 de junio de 1935 fue firmado en Buenos Aires el protocolo de paz que dio por terminadas las acciones bélicas que enfrentaron a Paraguay y Bolivia desde 1932. Los historiadores Erasmo González y Herib Caballero Campos cuentan los pormenores de las arduas negociaciones y el contexto en el que se desarrolló el conflicto entre ambos países por la posesión del Chaco Boreal.
Luis Alberto Riart y Tomás Elío, cancilleres de Paraguay y de Bolivia, respectivamente, fueron los encargados de refrendar el documento para poner fin a las hostilidades entre ambas naciones mediterráneas, que se disputaron una salida fluvial al mar y sufrieron la falta del vital líquido durante varios tramos de la contienda, lo que infligió múltiples sufrimientos además de los propios de toda guerra.
A 90 años del histórico acuerdo, se celebra la hermandad entre pueblos que, si bien tienen amplias fronteras en común, en gran parte siguen separados por el gran territorio chaqueño.
ANTECEDENTES
La guerra del Pacífico (1879-1884) cercenó territorialmente a Bolivia y lo despojó de 120.000 km2 de superficie y 400 km de litoral marítimo. Este fue un momento clave que provocó que el Chaco paraguayo entrara en los planes estratégicos del país del altiplano.
En Bolivia, con la pérdida de su costa sobre el océano Pacífico en la guerra que tuvo contra Chile, desplazaron hombres para irrumpir en el Chaco fundando fortines, al tiempo que los tratados se realizaban, pero no se solucionaron las diferencias territoriales.
“Las incursiones generaron tensiones al punto de que en febrero de 1927 es muerto en el fortín Sorpresa el teniente paraguayo Adolfo Rojas Silva. A partir de ese episodio el conflicto contra Bolivia se desarrolló en un ambiente en el que amplios sectores de la ciudadanía paraguaya reclamaban mayor presencia del Estado paraguayo en el Chaco. Desde el llamado a la movilización en diciembre de 1928 luego del ataque de tropas paraguayas al fortín Vanguardia, donde los bolivianos fueron desalojados, la crisis diplomática afloró con la expulsión de sus respectivos representantes diplomáticos que cumplían funciones en ambos países”, explica Erasmo González, doctor en historia.
El 23 de octubre de 1931, registrado como un ícono del reclamo ciudadano por la protección del Chaco, quedó en la memoria por la masacre de manifestantes estudiantiles en los jardines del Palacio de Gobierno, que estaba ocupado entonces por el presidente José P. Guggiari.
SIGILO
“Lo sucesivos gobiernos paraguayos venían realizando una prudente campaña de reforzar y dotar de mayor armamento al Ejército, que se inició con las reformas realizadas por el presidente Eligio Ayala. Durante su gobierno se mandaron comprar armas e incluso las dos cañoneras adquiridas de Italia: El Paraguay y el Humaitá”, indica González.
“En los últimos años han sido varias las investigaciones históricas académicas que han permitido comprender el esfuerzo del Estado paraguayo para armar al país. Efectivamente, sin un préstamo internacional se pudo comprar armamento moderno y capacitar a los jefes y oficiales para enfrentar el conflicto a partir de los planes consensuados entre el Gobierno y los jefes del Ejército en agosto de 1924”, explica, por su parte, el historiador Herib Caballero Campos.
A pesar de estos esfuerzos, en comparación con el despliegue boliviano Paraguay se encontró con una preparación un tanto menor en efectivos y en armamento para el inicio de las hostilidades.
EL AGUA Y EL GUARANÍ
“La contienda se inició con la toma boliviana en Pitiantuta, casi al mismo tiempo en que el doctor Eusebio Ayala asumía la Presidencia. Era una etapa difícil e incierta, pero el presidente tuvo el tino de apostar por José Félix Estigarribia para el mando del Ejército. La estrategia del comando paraguayo de llevar la guerra al interior de la región chaqueña fue fundamental. Los bolivianos incursionaron en un territorio adverso por las condiciones naturales del territorio, alejados de donde existía agua; además, considerablemente lejos de su puesto logístico”, refiere González.
“La utilización del idioma guaraní por orden general del comandante Estigarribia fue estratégica para comunicarse y despistar a los enemigos con códigos que los jefes oficiales y los soldados paraguayos podían entender. Además, servía para identificarse entre paraguayos si se encontraban en un lugar determinado, evitando confusiones que podían llevar al enfrentamiento entre los mismos”, agregó.
UNIDAD Y ESTABILIDAD
La primera mitad del siglo XX en Paraguay se caracterizó por un sinfín de tragedias internas a consecuencia de la inestabilidad política con revoluciones, golpes de Estado, exilios, atropellos, proscripciones y muerte. La hegemonía liberal había arrancado en 1904, pero tanto los conflictos dentro del propio partido de gobierno como las confrontaciones con la oposición impedían el desarrollo de un proyecto nacional.
“En el contexto de la guerra se había generado una tregua política. Según se estableció por leyes aprobadas por el Congreso, se reprimió a los sectores socialistas y comunistas que eran antiguerreristas, pues consideraban que la guerra del Chaco era una guerra imperialista. Asimismo, importantes jefes políticos de los dos partidos tradicionales se movilizaron o apoyaron al gobierno de Eusebio Ayala”, señala Caballero Campos.
“El territorio chaqueño no conoció diferencias políticas entre los combatientes paraguayos. Diferentes sectores de la sociedad acudieron al llamado: campesinos, obreros, estudiantes y con ellos artistas, poetas, intelectuales, choferes, deportistas, enfermeras y médicos. Con ese esfuerzo mancomunado se pudo sobrellevar la guerra con el acompañamiento de las mujeres, que realizaron diferentes actividades tanto en retaguardia como en el frente. Se destaca la labor de las madrinas de guerra como apoyo emocional para el soldado combatiente”, explica González.
A renglón seguido, destacó la unidad que se logró en el Paraguay durante la guerra a pesar de las diferencias que lo separaban anteriormente.
Erasmo González, historiador
“En general hubo un gran acompañamiento. Las personas hacían donaciones para las viudas y huérfanos de guerra; la Legión Civil Extranjera, conformada por miembros del comercio y la industria que eran de origen extranjero, colaboró con varias acciones para paliar las necesidades más urgentes. La Junta Nacional de Aprovisionamiento era una entidad gestionada por el Estado con fuerte colaboración de sectores privados, que proveían los alimentos básicos a las familias de los soldados combatientes que no tenían otros recursos para subsistir. La Cruz Roja Paraguaya, liderada por el Dr. Andrés Barbero, donó un avión ambulancia, así como también realizaron varias actividades para recaudar fondos, como el partido de fútbol en Buenos Aires en el que jugó Arsenio Erico, que finalmente fue fichado por el Independiente de Avellaneda”, citó Caballero Campos.
El esfuerzo de la guerra insumía ingentes recursos humanos y materiales, por lo que el armisticio fue celebrado en ambos bandos
VÍA DIPLOMÁTICA
En el contexto de una guerra con fuertes bajas para ambos bandos, la vía diplomática no estuvo clausurada. Esto a pesar de que Paraguay fue sancionado por la Sociedad de Naciones (antecedente de las Naciones Unidas) por haber sido declarado país agresor.
“El grupo mediador liderado por el gobierno argentino del general Juan B. Justo fue el impulsor de abrir una negociación con el apoyo de los demás gobiernos de la región, pero el último actor clave en sumarse y muy necesario fue el gobierno del Brasil, cuyo presidente Getulio Vargas visitó Buenos Aires en mayo de 1935, dando su acuerdo para que se impulse un alto al fuego en el infierno verde del Chaco”, comenta Caballero.
“De una posición defensiva en los primeros meses del conflicto, Paraguay pasó a la ofensiva en 1934 logrando recuperar territorios que los bolivianos fueron ocupando. Para 1935 ya había cruzado el río Parapití. Sin embargo, no debemos olvidar que todo esto significó sacrificios humanos de padecimientos por sed, pestes, heridas, traumas emocionales, muerte y angustia por la distancia de los seres queridos. Para 1935 los recursos se extremaron. Cada día de combate representaba un gran costo para el país, por lo que la gestión diplomática también fue ardua”, apunta González.
En este sentido, fue destacado el rol del canciller argentino Carlos Saavedra Lamas en el contexto de las negociaciones diplomáticas, quien fue reconocido con el Premio Nobel de la Paz en 1936 por su mediación en este conflicto y por haber inspirado un tratado antibélico que lleva su nombre.
RUMBO AL PROTOCOLO DE PAZ
“Las negociaciones comenzaron en mayo de 1935. Primeramente, el grupo mediador se reunía con cada canciller por separado. El Paraguay desde un principio estaba conteste en general con los términos del documento propuesto por los mediadores, pero Bolivia pretendía esperar el resultado de su contraofensiva, que fue detenida exitosamente por el Ejército paraguayo en la batalla de Ingavi, el 8 de junio de 1935. En ese sentido, ya el 11 se anunciaba en los medios de prensa asuncenos que se había acordado entre los países un alto al fuego, pero se estaban aún ultimando los detalles del documento final”, explica Caballero Campos.
De su parte, González subraya que el protocolo se firmó en un momento en el que ya no se podía continuar con la guerra por la dificultad para obtener recursos y el agotamiento de los combatientes. Por ello, de alguna forma la firma del protocolo de paz del 12 de junio era el camino obligatorio.
“Ya en los últimos meses de la guerra, el cansancio, la hostilidad de la naturaleza en el alto Chaco, el revés en las estribaciones andinas hicieron que la mayoría de la tropa paraguaya ya se encuentre agotada y agobiada, según se puede deducir de varios testimonios. Además, las arcas del Estado paraguayo ya estaban exhaustas luego de casi tres años de guerra. Por ello, el alto al fuego al mediodía del 14 de junio de 1935 (día en que se festeja la Paz del Chaco en Bolivia) fue celebrado por todos los combatientes, pues era algo que se anhelaba en ambos ejércitos ”, agrega Caballero Campos.
Herib Caballero Campos, historiador
En agosto de 1935 se realizó el desfile de la victoria en Asunción, pero el país estaba con una economía extenuada, con la producción mayormente a cargo de ancianos, niños y mujeres. Todo esto fue terreno fértil para que afloren de nuevo las desavenencias, los golpes de Estado, revoluciones, persecuciones e inestabilidad política.
ACUERDO FINAL
El Tratado de Paz, Amistad y Límites definitivo se rubricó el 21 de julio de 1938. El documento final fue firmado por Cecilio Báez y José Félix Estigarribia por Paraguay, y Eduardo Díez de Medina y Enrique Finot por Bolivia. El acuerdo fue refrendado por un referéndum, que se realizó el 15 de agosto de ese año y tuvo una aprobación del 91 %.
En octubre de 1938, en cumplimiento de una de las cláusulas del tratado, se abrió una Comisión Mixta Demarcadora de Límites para señalizar la frontera en el terreno, que dio por concluidas sus tareas en 2007.
Por ello, recién en abril de 2009, con firma de Evo Morales por Bolivia y de Fernando Lugo por Paraguay, se oficializó el acta de cumplimiento y ejecución del mencionado tratado.
BARRERA
A poco de cumplirse el centenario de esta epopeya, la más grande del siglo pasado en el continente, que dejó cerca de 100.000 bajas, el vínculo entre ambos países sigue en parte separado por aquel territorio hostil.
“Evidentemente el Chaco hasta hoy en día es una barrera para que se dé ese relacionamiento más cercano entre bolivianos y paraguayos. Hoy la ruta Bioceánica es una oportunidad para mejorar esa integración, pero el Chaco aún hoy es un territorio despoblado, con muchas carencias y una necesidad de recibir políticas públicas que aseguren la educación, la salud y la movilidad a las poblaciones chaqueñas, tanto originarias como a las demás que habitan dicho territorio”, concluyó Caballero Campos.
Economía cierra un sólido primer semestre y proyección de crecimiento se mantiene
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El Gobierno ratifica su estimación de crecimiento económico del 4 % para este 2025, tras confirmar que la actividad económica está cerrando el primer semestre con un ritmo sólido, a pesar del impacto que generó la sequía en el sector agrícola. Fue durante la presentación del informe de Situación Financiera (Situfin) del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).
Según el viceministro de Economía, Felipe González, otros sectores como la construcción, los servicios y la industria están impulsando el dinamismo, lo que refleja una economía más diversificada y menos dependiente del campo.
“Si miramos los resultados ya cerrados por parte del Banco Central del Paraguay (BCP), vemos que la actividad económica, a pesar del impacto de la sequía, que generó cierto riesgo y preocupación el año pasado, especialmente por nuestro principal cultivo que es la soja, la economía viene creciendo a un ritmo del 4 %. Esta cifra está en línea con la estimación del Banco Central para el cierre del año”, manifestó.
También destacó que a pesar de la sequía, a diferencia de años anteriores donde este tipo de eventos arrastraban a toda la actividad económica, hoy se está observando que otros sectores, como los servicios, la construcción y la industria, están impulsando el crecimiento.
“Esto se refleja en el indicador de actividad económica del BCP, que incluye también a la agricultura, y que actualmente muestra un crecimiento superior al 4 %”, reiteró González y agregó: “Y mirando hacia adelante, las últimas noticias indican que el impacto de la sequía fue menor al peor escenario que preveían los productores”.
Por eso, desde el Ministerio de Economía esperan que se mantenga la proyección de crecimiento para el resto del año, e incluso, si estas sorpresas positivas continúan, se podría cerrar el 2025 con un crecimiento económico por encima del 4 %.
El gobierno cerró mayo con un superávit fiscal del 0,19 % del producto interno bruto (PIB), y con un déficit fiscal acumulado de 0,3 %. El déficit registrado al quinto mes del año es equivalente a G. 1.198 mil millones, unos USD 153 millones, y mayo es el segundo mes consecutivo del año en finalizar con superávit, el primero fue abril (0,25 %). Estos resultados muestran que se transita el camino a la convergencia fiscal de 1,9 % para este año.
Celebran el 90 aniversario de la Paz del Chaco con la presentación de la Orquesta Sinfónica Nacional a 450 km de la capital.
Por Jorge Zárate y Matías Amarilla
Loma Plata, Boquerón, enviados especiales.
La fuerza de la marcha Chaco Boreal en brillante ejecución de la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) abrió el capítulo de homenaje a los héroes de la contienda en el concierto realizado en esta ciudad, distante a 450 kilómetros de Asunción.
“Es la primera vez que la OSN llega hasta aquí y por fortuna en esta fecha tan especial”, dijo su directora María Victoria Sosa al abrir el evento desarrollado en el Centro Cultural Chortitzer ante unos 800 espectadores que concluyeron aplaudiendo de pie el logrado espectáculo de la formación orquestal.
El acto que contó con la presencia del gobernador de Boquerón, Harold Bergen, y representantes de la comunidad local, tuvo un programa que en la primera parte abordó pasajes clásicos de la ópera universal como “El barbero de Sevilla”, “Carmen” y una versión especial y cantada en alemán de “La viuda alegre” que fue muy celebrada por el público.
El Centro Cultural Chortitzer de Loma Plata (Boquerón) fue escenario del evento
OBRAS DE FLORES
Acto seguido, la orquesta, dirigida por Ernesto Estigarribia Mussi, abordó cuatro piezas de creación de José Asunción Flores que lograron conmover por su sentida ejecución.
Especialmente la versión de “India” a cargo de la soprano Carolina López y el tenor Marcos Villalba que aprovecharon especialmente la excelente acústica del auditorio. La organizadora del evento y directora del Conservatorio del Colegio de Loma Plata, Lilian Guenther, mostró su beneplácito por la visita de la OSN apuntando que “en esta ocasión llenamos el Chaco de música, un arte que no reconoce fronteras y hermana a los hombres”, recordando especialmente su efecto en la fecha de la firma del acuerdo de la Paz del Chaco.