Las prestaciones sociales alcanzaron un total de G. 5,47 billones hasta el mes de agosto, lo que representa un crecimiento del 53,2% con relación al mismo periodo del año anterior, el 2019 cuando las cifras fueron de G. 3,57 billones, según informe del Ministerio de Hacienda.
Las prestaciones sociales incluyen varios programas de asistencia como Tekoporã cuyo objetivo es la mejorar la calidad de vida de la población participante, facilitando el ejercicio de los derechos a: alimentación, salud y educación, mediante el aumento del uso de servicios básicos y el fortalecimiento de las redes sociales, con el fin de cortar la transmisión intergeneracional de la pobreza.
A esto se le suma el programa Ñangareko que destino poco mas de US$ 26 millones para paliar la crisis generada por la pandemia del COVID-19 y que fue destinado a personas de escasos recursos. Así mismo, el programa se subsidios Pytyvõ que destino unos US$ 180 millones en dos pagos, también para amortiguar el impacto del coronavirus. Actualmente se encuentra en pleno proceso del primer pago del Pytyvõ 2.0 que prevé, inicialmente, dos pagos de G. 500.000.
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Gastos totales
Los gastos realizados por el Estado paraguayo cerraron hasta el mes de agosto del presente año con un total de G. 23,5 billones, lo que representa un crecimiento del 11,3%, si se compara con el mismo periodo del año pasado cuando los números fueron de un total de G. 10 billones, según informe del Ministerio de Hacienda.
Sobre el punto, la directora de Política Macrofiscal del Ministerio de Hacienda, Viviana Casco, señaló que a pesar de la contracción de los ingresos, el Estado se ha esforzado para cumplir los compromisos que asumió en el presupuesto vigente.
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Crecen reclamos sociales en la Argentina
- Por Ricardo Rivas
- Corresponsal en Argentina
- X: @RtrivasRivas
El gobierno del presidente argentino Javier Milei cumplió 4 meses a cargo de la administración sin conseguir que el Parlamento apruebe ninguno de los proyectos legislativos con los que el mandatario se propone cambiar este país. No se recuerda en 40 años desde el momento en que la Argentina dejó atrás las dictaduras que la asolaron en el siglo pasado una situación similar. Tan consciente de ello como molesto el jefe de Estado expresa que “las reformas que no podamos meter ahora las vamos a meter el 11 de diciembre de 2025″, cuando estima que dispondrá de mejores condiciones en el Congreso para que sus legisladores voten en favor de sus ideas. Para las elecciones de medio tiempo faltan no menos de 18 meses.
Los motivos por los que se arriba a este cuadro de situación son múltiples, por cierto. Algunos vinculados con situaciones propias de la dinámica de una economía en bancarrota preñada de corrupción estructural, malas prácticas, los efectos de una guerra perdida contra Inglaterra en las Islas Malvinas, reiterados incumplimientos con los organismos multilaterales de crédito, el avance de la ‘pobreza’ y de la economía informal, por solo mencionar algunas y a las que es posible añadir un notorio cambio de época y prácticas sociales ejercidas desde el más alto nivel de conducción política del país que por ello resultan llamativas. Veamos.
En ese contexto de Gobierno débil con un presidente de carácter fuerte, el señor Javier Milei en la Patagónica ciudad turística de Bariloche, en el Hotel Llao Llao, más precisamente, ante los más poderosos empresarios y hombres de negocios que operan aquí –algunos de los cuales desde muchos tiempo residen en el Uruguay– sostuvo que cuando “se ponen controles de capitales el que fuga ya no es un delincuente, es un héroe (porque) logró escaparse de las garras del Estado”. ¿Es un acto de heroísmo la evasión fiscal?
Mientras, el jefe de Gabinete de ministros, Nicolás Posse, junto con el ministro de Economía, Luis Caputo, en Washington trajinaron numerosas oficinas de altos funcionarios de la administración que lidera el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, y del Fondo Monetario Internacional (FMI). Como ya es habitual los mensajes públicos de esos funcionarios desde la capital estadounidense son de optimismo. Kristalina Gueorguieva, la directora gerente de ese organismo, elogió al Gobierno argentino. El Departamento del Tesoro, al arecer, también lo hizo. Sin embargo, Gita Gopinath –quien secunda a la anterior– les informó a ambos que deberán aguardar hasta el venidero mes de junio para saber si acaso la Argentina habrá de recibir un desembolso extra de unos 15 mil millones de dólares, según trascendió, para reforzar las reservas del Banco Central (BCRA) con el objetivo de poner fin al llamado cepo al dólar, relevante compromiso de Javier Milei durante la campaña que lo llevó a la Casa Rosada.
Casi simultáneamente con esa respuesta del FMI, en Buenos Aires, el dos veces exministro de Economía Domingo Felipe Cavallo adelantó que en este mes de abril el Índice de Precios al Consumidor (IPC) –la inflación– podrá estar cerca del 10 % e, incluso, ser de un digito, pero advirtió que considera probable que durante “un largo período” se estacione entre 8 y 9 % mensual. Ese dato y sus efectos permitirá sostener en el tiempo las múltiples demandas de la sociedad civil con sus posibilidades económicas disminuidas. La clase media comienza a molestarse. El ajuste impuesto por la política económica es muy duro.
Tal vez por esa razón el Gobierno intervino con inusual dinámica para impedir que las empresas de medicina prepaga que atienden en el sector privado a más de 7 millones de personas dejaran de aumentar sus precios que los incrementaron sustentándose en las disposiciones del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) con el que se inició la gestión dl presidente Milei. Esas prestaciones aumentaron desde el último mes de 2023 hasta este mes 165 %. Pero no es el único sector que ha incrementado sus tarifas en esa magnitud. Los servicios de transporte (colectivos) aumentaron casi 200 %. Combustibles, cerca de 170 %. Otros servicios esenciales como lo son el agua, la provisión de luz y de gas, se elevarán desde este mes. El Gobierno proyecta que hasta julio alcanzarán un valor de equilibrio. Mañana los estudiantes que cursan educación superior en las universidades públicas de todo el país marcharán en procura de “terminar con el ajuste” al presupuesto educativo. Al menos una universidad privada –la UADE– apoya y participa del reclamo. ¿Será sustentable en el tiempo el ajuste de las cuentas públicas sin que aumenten el mal clima social?
“Hay muchas situaciones que atentan contra la dignidad infinita de la persona humana, como, por ejemplo: avanza la pandemia silenciosa del narcotráfico, que utiliza a los pobres como material de descarte, que promueve el sicariato, que seduce con dinero manchado de sangre a miembros del ámbito político, de la justicia y del mundo empresarial; a muchos abuelos y abuelas se les presenta el drama de elegir entre comer o comprar los medicamentos porque la jubilación no alcanza; cierran comedores comunitarios por falta de asistencia y muchos vecinos se quedan sin la posibilidad de esa comida en el día”, sostiene la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), que preside el obispo de San Isidro Óscar Ojea.
“Se ataca la vida inocente que no ha nacido, y, a la vez, la igualmente sagrada vida de millones de niños y niñas ya nacidos que se debaten entre la miseria y la marginación; asistimos a la discontinuidad de políticas públicas de integración de barrios populares, logradas con el consenso de gobiernos de distintos signos políticos y representantes legislativos; también familias despojadas de su tierra natal en beneficio de intereses económicos; hermanos que pierden su trabajo, que sienten que su vida está de sobra, y que no pueden poner el hombro en la construcción de la Patria”, agrega el texto eclesial católico.
Todos los sectores sociales sienten la presión de los precios en alza. En las estructuras más altas del Estado los aumentos salariales se disimulan con ascensos de categoría a numerosos funcionarios. En la Cámara de Senadores –como lo permite la ley– sus integrantes no sólo acomodaron sus dietas (como se denominan sus remuneraciones que no son salarios) sino que desde ahora cobrarán 13 cuotas anuales. Una más que desde siempre. Mientras ello sucedía en el Congreso, ninguno de los 7 integrantes del bloque oficialista de La Libertad Avanza (LLA) se expresó en alta voz para manifestarse en contra de lo que finalmente sucedió. La vicepresidenta Victoria Villarroel, que preside el cuerpo, se justificó en que la decisión “es legal” y repitió ante quien quisiera escucharla que “no puedo impedirlo”.
Pese al ajuste y a las carencias que hacen que el presidente Milei repita una y otra vez que “no hay plata”, el ministro de Defensa Luis Petri junto con su homólogo danés ministro danés Troels Lund Poulsen, en Dinamarca, concretó la compra de 24 aviones de combate F-16 A/B MLU Fighting Falcon con 4 décadas de antigüedad pero que “han sido modernizados y equipados con la mejor tecnología” según la comunicación oficial argentina.
La operación mencionada asciende a un costo de USD 650 millones que incluye a los cazabombarderos, sistemas de armas (misiles aire-superficie y aire-aire misiles aire-aire y armamento guiado aire-superficie, ocho motores, cuatro simuladores de vuelo, entrenamiento y capacitación de los pilotos.
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Recuerdan que las políticas sociales son necesarias
Las políticas sociales no pueden ir en paralelo con las políticas productivas, ya que son fundamentales en el proceso de desarrollo del país, explicó el economista y exministro de Desarrollo Social Cayo Cáceres, en contacto con La Nación/Nación Media. Según el economista, las políticas sociales nunca pueden ser regalías, sino que tienen que ser medidas para garantizar el ejercicio de derechos a los ciudadanos y a las familias, y ese proceso debe estar conectado con políticas productivas, políticas de empleo, políticas de capacitación, políticas crediticias y políticas de fortalecimiento de la gestión de las pequeñas organizaciones.
“Cuando entendemos que las políticas sociales tienen que ir por un andarivel y las políticas productivas por otro andarivel, ahí ya tenemos un panorama errado. Las políticas tienen que estar ajustadas de acuerdo al dimensionamiento de las organizaciones, las personas y las familias en donde se va a impactar”, enfatizó Cáceres.
Siguió explicando que cuando se quiere lograr un impacto inmediato en la economía y crecimiento, se deben diseñar las políticas reales según las necesidades del origen del problema. Por ejemplo, no es lo mismo establecer las líneas a seguir en producción para las personas que tienen formación académica y para las que no. “Si yo quiero mejorar, desarrollar y fortalecer el desempeño productivo de las personas que viven en Caraguatay, debo trabajar y dedicarme a ellos. No puedo pretender copiar lo que se hace en Japón o China, no funciona así el sistema. Las medidas serán efectivas cuando respondan a las necesidades de las comunidades”, expuso.
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Brasil mejor, Argentina más cara, con costos sociales altos y luciérnagas
Se fortalece el crecimiento y mejora la estabilidad en Brasil, es mayor la recesión en Argentina, con algunas señales positivas, danza inflacionaria menos rápida pero aún alta, dólar controlado y la gente sufriendo por no pagar sus almuerzos en décadas, con dinero gratis de un Estado populista.
- Por Pablo Alfredo Herken Krauer
- Analista de la economía
- Email: pabloherken@yahoo.com
Se fortalece el crecimiento y mejora la estabilidad en Brasil, es mayor la recesión en Argentina, con algunas señales positivas, danza inflacionaria menos rápida pero aún alta, dólar controlado y la gente sufriendo por no pagar sus almuerzos en décadas, con dinero gratis de un Estado populista.
El escenario económico global de nuestros dos vecinos grandes, Argentina y Brasil, que influye de manera determinante en nuestro crecimiento y nuestra estabilidad y sus perspectivas se presenta hoy y luce en general con más luces con respecto a meses atrás. En la economía brasileña hay un claro fortalecimiento de su avance y equilibrio, con algunos cambios que podrían parecer poco, pero es mucho, teniendo en cuenta que es la octava mayor del mundo (participación del 2,3 %), hablando concretamente de tamaño del valor de la producción, y no necesariamente de la calidad de su desarrollo y del nivel de vida. No es un cuestionamiento, es una realidad de facto. Pero, es hoy la octava mayor economía mundial, dentro del selecto grupo de ocho que tienen un peso del 56 % en la mesa del juego internacional. En el marco latinoamericano la brasileña es la primera economía con un aporte del 32 %, ubicándose a continuación México con 25 % (un total como dúo del 57 %). Pero es en el Mercosur que su tamaño crece siendo el socio con 73 % de contribución (Argentina 23 %), quedando los pequeños Paraguay y Uruguay en la repartija del 3 % correspondiente. De manera directa en nuestro relacionamiento con Brasil –obviando momentáneamente por su relevancia estratégica todo lo de Itaipú– ese país (su economía) recibe el 25 % de nuestras exportaciones genuinas, es decir, USD 3.008 millones, sin considerar el comercio fronterizo de reexportación, por USD 4.377,4 millones el año pasado, con un aumento del 41 %, contribuyendo con un 25 % en las exportaciones totales USD 17.312 millones, que comprende las registradas por USD 11.890 millones. E importamos del Brasil el 25 % de nuestras compras del exterior por USD 3.764 millones, sobre un total registrado de USD 15.056 millones. En el intercambio de venta y compra el mercado brasileño es en ambos casos el segundo de mayor importancia. Consideremos lo que hoy se dice de la economía brasileña (informe Itaú):
Hemos elevado nuestras estimaciones de crecimiento del PIB al 2,0 % desde el 1,8 % tanto para 2024 como para 2025, incorporando la mejora de las perspectivas del crédito, que ha sido confirmada por los últimos datos. Es probable que el mercado laboral también siga siendo sólido. Nuestras previsiones de tasa de desempleo se han revisado del 8,0 % al 7,8 % tanto para 2024 como para 2025. Nuestra previsión para el índice de precios al consumo IPCA en 2024 se mantiene en el 3,6 %, pero ahora vemos una composición diferente y menos benigna. Este año hemos incorporado una estimación más alta de la inflación subyacente de los servicios, lo que refleja la presión de un mercado laboral más ajustado y la aceleración de los salarios. Nuestra estimación para 2025 se mantiene en el 3,5 % debido al desanclaje de las expectativas de inflación a largo plazo y al mercado laboral aún ajustado. Es probable que el Comité de Política Monetaria del Banco Central de Brasil (Copom) continúe con su estrategia de recortar la tasa de interés de referencia en 50 puntos básicos en sus próximas reuniones. Sin embargo, la evolución del escenario internacional (con la perspectiva de un ciclo de flexibilización más corto en EE. UU.), así como el deterioro de la dinámica inflacionaria interna en el margen (con una mayor presión sobre los servicios vinculados al desempeño del mercado laboral) probablemente frenarán la caída de las tasas de interés en Brasil. Esperamos que la tasa Selic termine el año en 9.25 % anual (9.00 % anteriormente) y se mantenga en ese nivel durante todo 2025. Mantuvimos sin cambios nuestras previsiones de tipo de cambio para fin de año en R$ 4,90 por dólar estadounidense en 2024 y R$ 5,10 por dólar en 2025. Un retraso en el inicio del ciclo de flexibilización en EE. UU. y un menor presupuesto para los recortes de tipos este año podrían ejercer presión sobre la moneda, pero es probable que esto se vea compensado por un descenso más leve de la tasa Selic, lo que dejaría el diferencial de tipos de interés prácticamente sin cambios.
Prevemos un crecimiento del PIB del 2,0 % en 2024 (frente al 1,8 % anterior), gracias al gasto sostenido de los consumidores y al repunte de las inversiones. Hemos incorporado una perspectiva más positiva para los nuevos préstamos (especialmente a particulares e hipotecarios de vivienda), lo que ya ha sido confirmado por las cifras del Banco Central. A pesar de que nuestro indicador diario IDAT-Activity mostró una economía más débil en enero y cierta estabilización en febrero, seguimos esperando una recuperación del gasto en los próximos meses, impulsada por el aumento real del salario mínimo otorgado a principios de este año (que tiende a tener un efecto pronunciado en las ventas minoristas en marzo) y por un mercado laboral resiliente.
En el caso de la economía argentina y del país, hay una mezcla de señales positivas en el corto plazo, que deben extender su marcha y consolidarse para un 2025 de repunte con mayor estabilidad, pero en un escenario complicado, aún con mucha incertidumbre, y los grupos clásicos de poder tiroteando el programa oficial y al propio Gobierno. La economía cayó 1,6 % el año pasado, tercera caída en cinco años, y volvería a caer 3 % en este 2024, previéndose un eventual respiro para el 2025 recuperando la senda del crecimiento con un avance del 2,5 %. Pero la inflación fue y será alta, del 211,4 % el año pasado, al 180 % en este año, y un promisorio 60 % en 2025. El martes 12 se informó que en febrero la inflación fue del 13,2 %, con un segundo histórico superávit financiero en las cuentas del Gobierno, con buena reacción de los mercados a la baja de la tasa de interés. En diciembre 2023 la inflación fue del 25,5 % y 20,6 % en enero pasado. Así, la suba de precios fue del 36,6 % en el bimestre y del 276,2 % en doce meses, un año, o interanual. Un exageradamente eufórico Javier Milei dijo: “Estamos muy satisfechos, el plan económico está funcionando y los argentinos están viendo la luz al final del camino. El 70 % de los argentinos está seguro de que el Gobierno va a bajar la inflación. Nadie esperaba que lográramos un proceso de desinflación de estas características, que hoy es mucho más profundo que el que se dio durante la convertibilidad. Hay un trabajo formidable del ministro de Economía y del Banco Central, digno de admiración”.
De todas formas, la inflación es alta, y el precio de dólar se ubica y ubicará por debajo, lo que claramente encarece lo ofertado por Argentina al exterior, haciendo mucho menos favorable la tentación del contrabando en nuestro país. Todo lo anterior, acompañado con la dura realidad del costo social por el cambio y el reajuste del programa oficial de reordenamiento que impacta en la calidad de vida de los argentinos, acostumbrados por décadas a no pagar sus almuerzos, con mayor y mejor trabajo, siendo el Estado el generoso garantizador de una economía casi gratis o barata artificialmente. He aquí lo difícil del caso argentino: pasar de una economía artificialmente gratis y barata, con planes sociales solidarios a diestra y siniestra, botín y poder endiosado por los mandatarios kirchneristas y peronistas, por un lado; y por el otro, la Argentina simple, trabajadora, alejándose del papá Estado, productiva. La verdad, si es verdad, es verdad. Was gesagt werden muss, muss gesagt werden. Duele decirlo, pero hay que decirlo.
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Ingresos aumentaron 17 % en el 1.er bimestre
Durante la presentación del informe de Situación Financiera (Situfin) realizada por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), las autoridades de la cartera detallaron que durante el primer bimestre de 2024 se registró un aumento de 17,1 % en los ingresos totales en comparación al mismo periodo de 2023. Esto estuvo motivado principalmente por el buen desempeño de los ingresos tributarios que incrementaron más de 24 % en este periodo. Los gastos totales acumulados también crecieron un 4,5 %, mientras que la inversión pública en los últimos 12 meses estuvo en el orden del 2,2 % del PIB.
Respecto a la dinámica positiva de los tributos, la Dirección Nacional de Ingresos Tributarios (DNIT) logró una recaudación positiva de casi 25 % por un valor de USD 330 millones, en comparación a febrero de 2023, con una recaudación de USD 64,9 millones. El reporte socializó el director de Política Macro Fiscal, Rolando Sapriza, quien señaló que la buena dinámica de los ingresos tributarios fue motivada tanto por los impuestos internos como los tributos externos, que crecieron al cierre de febrero en 21 % y 31,2 %, respectivamente. “Si bien hubo una menor dinámica de los impuestos externos en los dos primeros meses del año pasado, efectivamente, este incremento de 31,2 % también se atribuye a la mejora institucional lograda con la DNIT”, dijo Sapriza.
Precisó que la mayor parte del porcentaje de los tributos destinados al gasto en servicios personales fue para abonar la remuneración de los servidores públicos del área de salud, educación y fuerzas públicas.