En su informe de perspectivas económicas para América Latina, el Banco Mundial estima una caída del 7,2% de la economía para el continente americano, a consecuencia de la circulación del COVID-19 en esta región y a nivel mundial, informó la entidad este lunes en una rueda de prensa internacional. En su informe explica que la consecuencia del virus es una crisis de salud, pero también es una crisis con secuelas económicas.
Las consecuencias en los diversos países afectados se resumen en sectores como las manufacturas, servicios, transporte, el turismo, inversiones y remesas, que generan una retracción de la economía mundial que será de 5,2% este año.
Ante la oferta y la demanda, el comercio y el mercado financiero, las economías avanzadas registrarán una caída de 7% para el 2020. Así también, los mercados emergentes y las economías en desarrollo tendrán una retracción de hasta el 5%.
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“La distribución prevista en los ingresos per cápita en los países en desarrollo de un 3,6% empujará a millones de personas a la extrema pobreza para este año”, señala el informe del Banco Mundial.
Agrega que si el virus se controla y los mercados financieros se normalizan, la economía mundial repuntará un 4,2%; sin embargo, esa recuperación será insuficiente para contrarrestar las medidas económicas sufridas durante el actual período.
Duro golpe
La pandemia del coronavirus provocó un golpe rápido y masivo, que hundió a la economía mundial en la crisis más extendida desde 1870, advirtió este lunes el Banco Mundial.
“La pandemia representa el mayor golpe económico que el mundo ha experimentado en décadas, provocando un colapso de la actividad global”, explicaron desde la entidad.
La contracción de la economía mundial llevará a la peor recesión en 80 años, pero la caída del producto bruto per cápita es la más extendida desde 1870 debido al número de países afectados.
Según las previsiones del BM, China registrará un crecimiento del 1%, en contraste con la contracción del 6,1% en Estados Unidos, del 9,1% en la Zona Euro y del 6,1% en Japón.
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Brasil aumenta tasa de referencia por séptima vez consecutiva
- Rio de Janeiro, Brasil. AFP.
El Banco Central de Brasil elevó ayer miércoles 0,25 puntos porcentuales su tasa de interés de referencia, hasta 15 %, en un esfuerzo por contener las presiones inflacionarias. Esta tasa, conocida como Selic, es una de las más elevadas del mundo y se ubica en su nivel más alto desde julio de 2006, tras siete alzas consecutivas en un ciclo iniciado en septiembre de 2024.
La decisión, adoptada por unanimidad por el Comité de Política Monetaria (Copom), sorprendió parcialmente a un mercado que estaba dividido entre quienes esperaban una interrupción del ciclo y quienes preveían un nuevo ajuste. El comité justificó su decisión al subrayar en un comunicado que “el escenario sigue estando marcado por (...) proyecciones de inflación elevadas, resiliencia en la actividad económica y presiones en el mercado de trabajo”.
El endurecimiento monetario representa un revés para el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien ha sido un crítico persistente de las altas tasas de interés y recientemente había vuelto a pedir al Banco Central que comenzara a reducirlas. “La inflación está controlada, cayó el precio de alimentos y creo que pronto el Banco Central va a tomar la actitud correcta de comenzar a bajar las tasas”, dijo Lula a principios de junio.
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El mandatario izquierdista sostiene que las tasas elevadas obstaculizan el crecimiento económico al encarecer el crédito para consumidores e inversionistas. La inflación mostró sus primeras señales de desaceleración en mayo, ubicándose en 5,32 % interanual tras tres aceleraciones consecutivas, pero se mantiene por encima del objetivo oficial de entre 1,5 % y 4,5 %.
Las expectativas de inflación para 2025 permanecen en 5,25 %, según la encuesta Focus del banco. En 2024, Brasil se vio afectado por varios fenómenos meteorológicos extremos, incluyendo una sequía histórica e inundaciones, que impactaron al sector agrícola e impulsaron el aumento de los precios de los alimentos, lo que ha socavado la popularidad de Lula. No obstante, el aumento del costo de los alimentos se desaceleró drásticamente en mayo, a 0,17 %, comparado con 0,82 % en abril.
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“Examinar los impactos”
“Si bien el ciclo de ajuste probablemente ya haya terminado, el Copom hizo todo lo posible para contrarrestar cualquier expectativa de un rápido giro hacia el recorte de tasas”, evaluó Jason Tuvey, de la firma Capital Economics, que había previsto que la Selic experimentaría un nuevo incremento. El país registró un crecimiento de 1,4 % en el primer trimestre, impulsado por un repunte espectacular del sector agrícola del 12,2 % debido a cosechas excepcionales de soja y maíz.
El desempleo se ubicó en 6,6 % en el trimestre móvil febrero-abril, el menor registro para ese período desde 2012. El Copom anticipó el miércoles que podría interrumpir el ciclo de alzas en su próxima reunión, a finales de julio, para “examinar los impactos acumulados del ajuste ya realizado” y evaluar si el nivel actual de tasas es suficiente para reconducir la inflación hacia la meta.
La institución advirtió que mantendrá las tasas en un “nivel significativamente contraccionista por período bastante prolongado”. Esta decisión contrasta con la adoptada por la Reserva Federal estadounidense, que mantuvo sin cambios sus tasas entre 4,25 % y 4,50 % en medio de incertidumbres sobre la política comercial del presidente Donald Trump.
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Bolivia puede entrar en default, advierte el presidente Luis Arce
- La Paz, Bolivia. AFP.
Bolivia, con falta de divisas extranjeras y en medio de una profunda crisis económica que ha generado violentas protestas sociales, corre el riesgo de caer en cesación de pagos si no obtiene nuevo financiamiento, advirtió el presidente Luis Arce durante una entrevista con la AFP. “Estamos procurando no entrar en ‘default’. Tenemos toda la intención de pagar nuestra deuda, ¿pero si no tenemos los recursos?”, señaló el mandatario izquierdista, entrevistado el miércoles en la sede de gobierno.
Arce, en el poder desde 2020, no logra que el Parlamento apruebe los préstamos internacionales que solicitó a entidades multilaterales. Según él, la oposición de derecha y los congresistas afines al expresidente Evo Morales (2006-2019) se han unido para bloquear sus pedidos de financiamiento.
El actual mandatario, quien declinó presentarse a la reelección en las presidenciales del 17 de agosto, enfrenta el descontento popular por la elevada inflación, que se disparó en mayo a más del 18% interanual, el dato más alto registrado en los últimos 17 años, así como por una marcada escasez de carburantes y dólares.
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La carestía ha motivado protestas sociales y cortes de vías que duraron dos semanas este mes, impulsados por Morales, exaliado de Arce. El gobierno informó el domingo que los choques entre policías y manifestantes dejaron seis muertos, cuatro de ellos uniformados, y más de 200 heridos.
Actualmente hay 1.800 millones de dólares en solicitudes de fondos internacionales que hasta ahora no han sido discutidas por los legisladores. El país necesita hasta diciembre 2.600 millones de dólares para la importación de carburantes y el pago de la deuda externa.
“Estamos haciendo el peor negocio como país. Porque cuando uno tiene deuda externa, paga capital e intereses” al acreedor, y esa salida de dólares “se compensa con el ingreso de los nuevos desembolsos” provenientes de nuevas deudas, lo que no ocurre ahora, señaló Arce.
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La deuda externa de Bolivia representa el 37,2% de sus ingresos nacionales brutos, según el Banco Mundial (BM). Sus principales acreedores son el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF), el BM y China.
Bolivia casi ha agotado sus reservas internacionales líquidas para solventar su política de subsidios a los combustibles, que importa a precio internacional y vende subvencionados internamente. La última vez que Bolivia dejó de pagar su deuda externa fue en 1984, durante el gobierno del izquierdista Hernán Siles Zuazo.
Evo, el mayor adversario
Arce, que arrolló en las urnas con un 55% de los votos, asumió la Presidencia apoyado por Morales. Pero la crisis económica fue haciendo mella en su imagen. Hoy es uno de los mandatarios más impopulares de Sudamérica. Solo un 9% de los bolivianos aprueba su gestión, según la encuesta Latinobarómetro de 2024.
Responsabiliza de ello a Morales, quien anunció en 2023 sus intenciones de buscar un cuarto mandato a pesar de estar legalmente inhabilitado. Su oposición ha sido feroz desde el parlamento y las calles. Arce aseguró que que su exaliado golpeó en los últimos años “con toda su artillería hacia el gobierno nacional”, en momentos en que su administración “estaba comenzando a despegar”.
A las puertas de una nueva elección presidencial, Bolivia podría ver un viraje en su modelo económico, después de casi dos décadas de la izquierda en el poder. La derecha lidera ahora las encuestas de intención de voto para los comicios, con el empresario Samuel Doria Medina y el expresidente Jorge Quiroga.
“Si estamos dando paso a la derecha para que entre en las próximas elecciones (...), es el pueblo boliviano el que va a sufrir, no va a ser Evo Morales”, dijo Arce. El presidente aún cree que el candidato oficialista, el exministro Eduardo del Castillo, podría ser la gran sorpresa en las urnas, aunque en las encuestas está por debajo del 3% de la intención de voto.
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FMI destaca medidas para aumentar reserva de dólares en Argentina
- Washington, Estados Unidos. AFP.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) calificó de “paso importante” las medidas adoptadas por el gobierno del presidente argentino, Javier Milei, para aumentar las reservas de dólares del país sudamericano. Esta semana, Argentina buscó préstamos con bancos internacionales por 2.000 millones de dólares con devolución a corto plazo para engrosar las reservas frente a las exigencias del FMI, del que Argentina recibió en abril 12.000 millones de dólares como primera cuota de un préstamo de 20.000 millones.
Buenos Aires lanzó una nueva licitación de deuda adquiribles en dólares para cobrar en pesos. Ya lo hizo en mayo, pero para inversores extranjeros y consiguió 1.000 millones dólares. Con esta nueva emisión, el gobierno espera recaudar 7.000 millones de dólares hacia fin de año. Como viene haciendo desde que Milei llegó al poder en diciembre de 2023, el Fondo elogió las políticas económicas de la tercera economía latinoamericana.
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A pesar de un entorno más complejo, las autoridades “han seguido logrando avances notorios e impresionantes”, afirmó este jueves la portavoz del FMI, Julie Kozack, en rueda de prensa. “Celebramos las medidas anunciadas esta semana” porque “representan otro paso importante en los esfuerzos por consolidar la estrategia de financiación del gobierno para la desinflación y la reconstrucción de reservas”, dijo.
Se refirió en particular a las iniciativas “para fortalecer el marco monetario y mejorar la gestión de la liquidez”. “Se espera que el exitoso regreso del Tesoro a los mercados de capitales y otras medidas para movilizar financiación para Argentina también impulsen las reservas”, sostuvo la portavoz de la organización financiera, e hizo hincapié en que la estabilidad del país se sustenta en la “implementación de un sólido ancla fiscal”. Kozack anunció que “una misión técnica visitará Buenos Aires a finales de junio para evaluar el progreso de las metas y objetivos del programa y para debatir la agenda de reformas” como parte de la primera revisión del préstamo.
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Bolivia: crisis económica agrava el acceso a víveres, cada vez más caros
- La Paz, Bolivia. AFP.
En medio de una carestía que no cesa en Bolivia, Sonia, una madre soltera de 40 años, se quedó de nuevo sin poder comprar aceite en un almacén estatal del centro de La Paz con mejores precios, donde hacía fila desde la madrugada. “Tengo que trabajar para mis seis hijos. Y venir a hacer esta cola encima, no me da. Ya no duermo bien”, dice enojada. Se va con las manos vacías, muy abrigada por el intenso frío y pide que no se publique su apellido.
La crisis económica en Bolivia, causada por la escasez de dólares y un excesivo gasto público, empobrece desde el año pasado a la población. Uno de sus efectos más visibles es la inflación, que en mayo fue de 18,4 % interanual, la más alta en por lo menos 17 años. Los clientes irritados increpan a los empleados de la agencia estatal por la falta de productos y golpean las puertas metálicas como protesta. Gisela Vargas, de 30 años, lamenta: “No hay arroz, azúcar, huevo, ya no hay nada”.
La crisis se ha agravado más en los últimos días, con los bloqueos de carreteras impulsados por los partidarios del expresidente Evo Morales, impedido de ser candidato presidencial en las elecciones de agosto. Los manifestantes exigen la renuncia del actual mandatario Luis Arce. Obstruyen el paso de cargamentos de comida y otros productos de primera necesidad por rutas neurálgicas de Bolivia. Sus choques con la policía han dejado cuatro efectivos y un civil muertos.
En la casa de Rocío Pérez, una jubilada de 65 años que vive con sus hijos y nietos, ya han empezado a racionalizar sus compras. “Nunca pensamos que esta situación podía llegar a este límite, donde tengamos que hacer cola por alimentos o papel higiénico. Estamos al borde del precipicio”, dice a la AFP mientras espera su turno en otra tienda del gobierno.
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“Me siento impotente”
“En términos de poder adquisitivo, los salarios se están deteriorando muy fuertemente” con la inflación, explica José Luis Evia, economista y ex miembro del directorio del Banco Central de Bolivia, donde el boliviano, la moneda local, cada vez vale menos. En los últimos años, la caída en las exportaciones de gas ha generado un menor ingreso de dólares a Bolivia. El gobierno los necesita para importar combustibles a precio internacional y venderlos subsidiados en el mercado interno. Ya casi ha agotado sus reservas internacionales líquidas.
En la Garita de Lima, una concurrida zona comercial paceña, un camión descarga pollos en un puesto mayorista. Cientos de bolivianos se forman en largas filas, impacientes y crispados. Meses atrás, el kilo de pollo costaba el equivalente a 2,6 dólares. Hoy está a 5. Francisca Flores, vendedora ambulante de 69 años, dice que ya no le alcanza para comprar esta proteína como antes. Ahora come tortillas y otras comidas a base de huevo.
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“Me siento impotente (...). Con mi platita salgo (...) y si no puedo” comprar los alimentos “nada, pues me voy, me aguanto”, dice. Una encuesta nacional de marzo de la consultora Panterra indicó que el 89 % de los bolivianos deseaba una “dirección muy distinta” a la llevada por el gobierno de Arce. Su principal preocupación era el incremento del costo de vida. “Yo quisiera que este gobierno se vaya de una vez, que piense en la gente”, opina Flores.
Para Evia, el malestar social puede ser un factor determinante para que la izquierda, que gobernó por casi dos décadas, pierda el poder en las próximas elecciones presidenciales. “La gente está viendo que el país no puede seguir este rumbo y cada vez hay mayor consenso para un cambio”, comenta. Los productos importados también están entre los que más han subido de precio por el encarecimiento del dólar en el mercado paralelo.
La madre diabética de Griselda Ventura, de 27 años, tuvo que internarse en un hospital de La Paz porque en Chulumani, un poblado 115 kilómetros al este donde vivía, ya no encontraban los medicamentos importados que necesita. Y aunque está asegurada y debería recibir su tratamiento sin costo del seguro público de salud, ahora tiene que recurrir a farmacias privadas, donde algunas de sus pastillas han duplicado su precio. El hospital está desabastecido. “No hay ni una jeringa” ahí, dice Ventura, en las afueras del centro de salud.