Impulsada por los incendios, la deforestación de la Amazonía brasileña se aceleró en los últimos diez meses, según datos oficiales divulgados que muestran que creció un 9,1% entre agosto de 2024 y mayo de 2025 comparada con el mismo periodo anterior.
Ese periodo se incluirá en el cálculo consolidado de deforestación anual a publicarse a fines de 2025, que podría revertir los resultados positivos publicados en 2024 si se mantiene la tendencia reciente.
Ese dato se conocerá poco antes de que Brasil acoja en noviembre la conferencia climática COP30 de la ONU en la ciudad amazónica de Belém.
Las cifras del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) también mostraron un aumento de 92 % de la deforestación durante mayo en la Amazonía, comparada con el mismo mes del año previo.
Con 960 kilómetros cuadrados deforestados, un área que casi equivale a la superficie de Belém, fue el segundo peor dato para mayo desde el inicio de la serie histórica, en 2016.
En otros biomas brasileños, la situación es más alentadora: en el Pantanal y el Cerrado, la deforestación cayó 77 % y 22 %, respectivamente, entre agosto de 2024 y mayo de 2025 comparada con el mismo periodo anterior