AFP

Estados Unidos rea­brió ayer sus fronte­ras terrestres y aéreas a los visitantes extranjeros vacunados contra el covid-19, poniendo fin a 20 meses de restricciones de viaje que separaron familias, perjudi­caron el turismo y tensaron lazos diplomáticos con buena parte del mundo. La reaper­tura cuenta aún con algunas restricciones como aquellas personas inmunizadas con las vacunas rusas Sputnik V y la china CanSino. El levan­tamiento de la prohibición de viajar afectará a más de 30 paí­ses, pero el ingreso a Estados Unidos no estará totalmente abierto. Las autoridades esta­dounidenses tienen previsto vigilar de cerca el estado de vacunación de los viajeros y seguirán exigiendo que pre­senten los resultados negati­vos de la prueba de covid-19.

La reapertura se producirá en dos fases. A partir del lunes, se exigirán pruebas de vacu­nación para los viajes “no esenciales” –como las visitas familiares o el turismo–, aun­que se seguirá permitiendo la entrada al país a los viaje­ros no vacunados para viajes “esenciales”. Una segunda fase, que comenzará a prin­cipios de enero, exigirá que todos los visitantes estén completamente vacunados para entrar en Estados Uni­dos por tierra, sin importar el motivo de su viaje. Las auto­ridades sanitarias estadou­nidenses han dicho que todas las vacunas aprobadas por la Administración de Alimen­tos y Medicamentos (FDA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) serán aceptadas para entrar por aire.

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IMPACTO EN LATINOAMÉRICA

Por eso, muchos viajeros de Latinoamérica y el Caribe podrían tener ahora dificul­tades para ingresar, bien por­que no han tenido acceso a la vacuna o bien porque no fue­ron vacunados con inmuni­zantes aprobados por las auto­ridades estadounidenses. Por ejemplo, vacunas como la rusa Sputnik V y la china CanSino aún no tienen luz verde de la FDA ni de la OMS, pero fueron aplicadas en muchos países latinoamericanos, incluidos Argentina y México. Además, con este nuevo requerimiento se acaba el “turismo de vacu­nas” en Estados Unidos.

La prohibición, impuesta por el ex presidente Donald Trump en marzo del 2020 y mantenida por su sucesor Joe Biden, ha sido ampliamente criticada y se convirtió en emblema de los trastornos causados por la pandemia.

Las restricciones no aplica­ban para la mayoría de los paí­ses latinoamericanos, cuyos residentes viajaron en masa a Estados Unidos desde princi­pios de año para inmunizarse apenas comenzaron a distri­buirse las primeras vacunas.

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