Luego de los cinco años de “arco libre” del gobierno de Mario Abdo Benítez, en los que la acción de las organizaciones criminales trans­nacionales estuvo en auge, la seguridad fronte­riza en Paraguay se ha convertido en un tema de creciente preocupación, especialmente en regiones como Canindeyú, donde la presencia de grupos delictivos ha ido en aumento. Ante esta situación, el gobierno del presidente San­tiago Peña ha desplegado un enfoque decidido para combatir estas organizaciones crimina­les, articulando acciones con el objetivo de for­talecer la seguridad en la zona.

El viernes pasado hizo el anuncio de la incor­poración de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC), que se desplazará y emplazará en el departamento de Canindeyú con una sub­zona de seguridad, tal como lo ha hecho en los departamentos de Concepción, San Pedro y Amambay, donde el contingente compuesto por militares y policías ha tenido relativa efi­cacia y donde ha brindado seguridad tanto a la población como a la actividad agropecuaria.

La presencia de la FTC en Canindeyú repre­senta un refuerzo significativo para las fuerzas de seguridad locales en la lucha contra el crimen organizado en la región, donde distintas orga­nizaciones delictivas –locales y foráneas– cam­pean. Con su experiencia y capacidad operativa adquiridas desde hace una década, se espera que la FTC contribuya a reducir la influencia y el accionar de estos grupos mafiosos.

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La orden inmediata del Ejecutivo de emplazar una subzona de seguridad para este depar­tamento refleja el fuerte compromiso del gobierno de Peña con la seguridad fronteriza. Esta acción demuestra una clara voluntad política de enfrentar de manera contundente la actividad criminal en una región estraté­gica para la seguridad nacional, dado que está pegada a la frontera con el Brasil, país que también contribuye de manera frecuente y sostenida con el combate trasnacional a estas amenazas.

Asimismo, subraya la importancia de la coo­peración internacional y la coordinación entre diferentes organismos de seguridad del Para­guay, aglutinados en el Consejo de la Defensa Nacional (Codena) para abordar eficazmente este desafío. De hecho, desde hace unos días se viene desarrollando un capítulo más del ope­rativo Nueva Alianza, uno más con las fuer­zas brasileñas, para desbaratar los campos de marihuana, que desde el Amambay se expor­tan hacia los mercados de las capitales suda­mericanas.

El despliegue de la FTC en esa zona del país no solo representa un paso crucial en la bús­queda de llevar orden en una zona que últi­mamente registró episodios de turbulencia, sino de otorgar al estamento productivo de una rica y pujante zona del país la tranquilidad que necesita para seguir trabajando. Es ver­dad que el camino hacia una seguridad sólida y duradera en la frontera puede ser arduo y de largo aliento, la incorporación de esta fuerza especial es un indicio positivo de que se están tomando medidas firmes para proteger los intereses del país y garantizar el bienestar de todos los paraguayos.

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