• Tokio, Japón. AFP.

Japón ejecutó este viernes al llamado “asesino de Twitter”, un hombre que mató a nueve personas contactadas por esa red social, en la primera aplicación de la pena capital desde 2022 en este país. El reo era Takahiro Shiraishi, un hombre de 34 años que en 2017 asesinó y desmembró a nueve personas, en su mayoría chicas jóvenes, a quienes había contactado por Twitter, ahora llamada X.

Japón y Estados Unidos son los únicos dos países del G7 donde sigue practicándose la pena de muerte, un castigo que cuenta con una amplia aceptación de la sociedad nipona. El ministro de Justicia, Keisuke Suzuki, explicó que Shiraishi había cometido “robo, violación, asesinato, destrucción de cadáver y abandono de cadáver”.

“Nueve víctimas fueron golpeadas y estranguladas, asesinadas, robadas y luego mutiladas con partes de sus cuerpos guardadas en cajas y otras arrojadas a un vertedero”, afirmó a la prensa. Actuó “por la egoísta razón de satisfacer sus propios deseos sexuales y financieros”, aseguró. “Después de una detenida reflexión, ordené la ejecución”, explicó.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

Lea más: Argentina impulsa juicio en ausencia para diez acusados por atentado de 1994 a mutual judía

El acusado reconoció los nueve asesinatos, dijo la prensa. Según explicó, contactaba en Twitter con personas con tendencias suicidas y les ofrecía ayuda para morir.

Las víctimas, de entre 15 y 26 años, iban a su casa cerca de Tokio, donde él las asesinaba, las descuartizaba y escondía los restos de sus cuerpos en pequeñas neveras.

Las ejecuciones en Japón siempre se practican por ahorcamiento. En el país hay alrededor de un centenar de reos en el corredor de la muerte.

Lea también: León XIV nombra al paraguayo Cristóbal López en dicasterio

El apoyo de la población a este castigo es elevado. Una encuesta encargada por el Gobierno en 2024 entre 1.800 ciudadanos señaló que un 83 % de ellos consideraba “inevitable” la pena capital.

Aunque la ley estipula que la ejecución debe aplicarse en un plazo máximo de seis meses después de la sentencia definitiva, muchos reos pasan años o incluso décadas esperando. Además, a menudo los presos no son informados de la ejecución hasta último momento, normalmente con pocas horas de antelación.

Déjanos tus comentarios en Voiz