El jefe de Hamás, Ismail Haniyeh, anunció el miércoles la muerte de tres de sus hijos en un bombardeo israeli en la Franja de Gaza y advirtió de que el ataque no frenará la determinación del movimiento islamista tras seis meses de guerra.

El dirigente de Hamás, que vive en Doha, Catar, confirmó a la cadena Al Jazeera el “martirio” de sus “tres hijos” y algunos de sus “nietos”. “Este derramamiento de sangre nos hará aún más firmes en nuestros principios”, afirmó el máximo responsable del grupo islamista, que gobierna Gaza desde 2007.

Según la cadena catarí, un dron alcanzó el vehículo de la familia en el campo de refugiados de Al Shati, en el norte del estrecho y devastado territorio palestino. En un comunicado, Hamás confirmó la muerte de los tres hijos de Haniyeh y de cuatro de sus nietos.

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El ejército israelí confirmó que uno de sus bombardeos en Gaza mató a tres de los hijos de Haniyeh, identificados como Mohamed, Hazem y Amir y miembros del ala militar del grupo islamista. El bombardeo se produjo a pesar de los esfuerzos de los mediadores internacionales para alcanzar una tregua en los combates. También coincidió con el primer día del Aíd al Fitr, la festividad que marca el final del Ramadán.

La guerra estalló el 7 de octubre tras el ataque de Hamás contra el sur de Israel, que dejó 1.170 muertos, en su mayoría civiles, según un cómputo de AFP basado en cifras israelíes. El movimiento islamista tomó también 250 rehenes, de los cuales 129 continúan en Gaza, incluidos 34 que se cree han muerto, según las autoridades israelíes.

En respuesta, Israel prometió “aniquilar” a Hamás, que considera una organización terrorista al igual que Estados Unidos y la Unión Europea, y lanzó una implacable ofensiva que ya dejó 33.482 muertos en Gaza, en su mayoría civiles, según el Ministerio de Salud del territorio.

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Críticas de Biden

Israel volvió a bombardear el miércoles el norte y el centro de Gaza, entre otros el campo de Nuseirat, matando a 14 personas, incluido niños, según Hamás. Los países mediadores -Catar, Egipto y Estados Unidos- esperan respuestas a una nueva propuesta de tregua en tres fases que presentaron el domingo a Israel y Hamás.

La primera contempla una tregua de seis semanas, la liberación de 42 rehenes retenidos en Gaza a cambio de 800 a 900 palestinos encarcelados en Israel, el ingreso de 400 a 500 camiones diarios de ayuda alimentaria y el regreso a sus casas en el norte de Gaza de los desplazados por la guerra.

El presidente estadounidense, Joe Biden, criticó duramente la estrategia militar en Gaza del gobierno del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en una entrevista con la televisión estadounidense en español Univisión, transmitida el martes.

“Creo que está cometiendo un error”, dijo. “Pido simplemente que los israelíes llamen a un alto el fuego, que permitan durante las próximas seis, ocho semanas, el acceso total a todos los alimentos y medicinas que entren” en Gaza, añadió.

Esta entrevista fue grabada, sin embargo, antes de la retirada, el domingo, de los soldados israelíes del sur de la Franja de Gaza y del aumento, en los últimos días, de la ayuda humanitaria autorizada por Israel para entrar en el territorio.

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“El Aíd más triste”

Pese a las advertencias internacionales, el ministro del gabinete de guerra de Israel, Benny Gantz, insistió en que las tropas israelíes invadirán Rafah y regresarán a Jan Yunis, de donde se replegaron la semana pasada. El ejército tendrá que luchar durante años “en la Franja de Gaza, en Cisjordania y en el frente del Líbano”, añadió.

El ejército asegura que Rafah, en la cerrada frontera con Egipto, alberga el último bastión de Hamás en Gaza. Cerca de 1,5 millones de personas se hacinan en esa localidad, la mayoría desplazados por la guerra, según la ONU. Mientras tanto, los palestinos celebran tristemente el final del Ramadán, reunidos en refugios improvisados alrededor de algunos dulces o pequeñas tartas preparadas a pesar de la escasez.

En Jerusalén, la multitud de fieles reunidos en la Explanada de las Mezquitas, en medio de fuertes medidas de seguridad, tenían todos presente la tragedia de Gaza. “Es el Aíd más triste que jamás hayamos vivido”, declaró Rawan Abd, una enfermera de 32 años de Jerusalén Este, ocupada y anexada por Israel.

Israel, que ordenó el asedio total de Gaza al inicio de la guerra, enfrenta también una fuerte presión internacional para permitir el ingreso de más ayuda al territorio palestino amenazado de hambruna.

Fuente: AFP

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