Las autoridades rusas validaron oficialmente el lunes a Vladimir Putin como candidato para las elecciones presidenciales de marzo, una votación que el jefe del Estado debe dominar, pues la oposición se ha visto ampliamente silenciada por la represión. “La comisión electoral rusa registró la candidatura de Vladimir Putin al puesto de presidente”, indicó esta institución en Telegram.
El actual presidente de 71 años, en el poder desde hace casi un cuarto de siglo, hizo oficial en diciembre su intención de postularse a un nuevo mandato durante los comicios que se celebrarán del 15 al 17 de marzo. Estas elecciones parecen ser una simple formalidad, pues los detractores del Kremlin se han visto aplastados por la represión, en particular desde el inicio de la invasión rusa en Ucrania hace casi dos años.
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Las elecciones tendrán lugar durante tres días, del 15 al 17 de marzo, una medida que, según los críticos del Kremlin, hace más difícil garantizar la transparencia. Una controvertida reforma constitucional en 2020 permite a Vladimir Putin permanecer en el poder hasta 2036. Prácticamente todas las figuras clave de la oposición, como el militante anticorrupción Alexéi Navalni, han sido encarcelados o empujados al exilio.
No obstante, el opositor Boris Nadejdine aún intenta que validen su candidatura y ha reunido decenas de miles de firmas de apoyo que entregará el miércoles a la Comisión electoral central, organismo que, bajo control del poder, aprueba o rechaza las candidaturas. Grupos de derechos humanos aseguran que las anteriores elecciones estuvieron salpicadas de irregularidades y es probable que se prohíba a observadores independientes supervisar los comicios.
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Fuente: AFP.
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Bolivia: cambian cúpula militar a tres días de las presidenciales
El mandatario boliviano Luis Arce cambió este ayer a todo el alto mando militar de Bolivia, a tres días de las elecciones presidenciales en las que la derecha se perfila como favorita luego de 20 años de gobiernos socialistas. La última vez que Arce renovó la cúpula militar fue en octubre de 2024, en un momento crítico, cuando partidarios del expresidente Evo Morales bloquearon vías nacionales que pusieron en aprietos su gestión durante más de tres semanas.
Los nuevos comandantes tienen la misión de “mantener la paz y la gobernabilidad del estado” y “garantizar la estabilidad de todos los gobiernos legalmente y democráticamente constituidos”, dijo Arce en la ceremonia de nombramiento en el palacio de gobierno, en La Paz.
El nuevo comandante de las Fuerzas Armadas será el contralmirante Gustavo Anibarro. También renovó las jefaturas del Estado Mayor, general Mario Sempertegui; del Ejército, Pablo Delgadillo; de la Fuerza Aérea, Marco Choquehuanca y Freddy Pozo de la Armada (Marina de Guerra).
En medio de la peor crisis económica desde la década de 1980, este domingo los bolivianos acudirán a las urnas para elegir un nuevo presidente. Dos candidatos de derecha, el millonario Samuel Doria Medina, con 21,2 % de opción de voto, y el expresidente Jorge “Tuto” Quiroga, con 20 %, son claros favoritos para ir a un balotaje, según la encuestadora Ipsos-Ciesmori.
Ambos prometen cambios radicales al modelo económico y desmontar las políticas estatistas que el gobernante Movimiento al Socialismo (MAS) impulsó por dos décadas, primero con Morales (2006-2019) y luego con Arce (2020-2025). La inflación interanual llegó al 24,8 % en julio y la escasez de dólares y combustibles golpea a la clase media y baja. “Hay que respetar el proceso democrático. Tenemos diferencias y las diferencias se deben arreglar en las urnas democráticamente”, dijo Arce.
Fuente: AFP.
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Trump se dirige a Alaska para un cara a cara con Putin
El presidente estadounidense, Donald Trump, y su homólogo ruso, Vladimir Putin, se reúnen este viernes en Alaska en una cumbre que podría ser decisiva para el futuro de Ucrania y tiene en vilo al mundo. Trump partió de Washington rumbo a Alaska el viernes por la mañana. “MUCHO EN JUEGO”, publicó Trump en su plataforma Truth Social poco antes de abordar el Air Force One y despegar para el vuelo de casi siete horas hacia Anchorage.
Putin en tanto, pisará suelo occidental por primera vez desde que ordenó la invasión de Ucrania en febrero de 2022, una guerra que ha causado la muerte de decenas de miles de personas y en la que Rusia gana terreno. Actualmente controla aproximadamente una quinta parte del territorio. Trump hizo la invitación por sugerencia del propio líder ruso, pero el presidente estadounidense se ha mostrado a la defensiva y ha advertido que la reunión podría terminar en cuestión de minutos si Putin no cede.
Los dirigentes europeos estarán pendientes de cada palabra y gesto. Para el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, será otro día de alto voltaje. Hasta ahora ha rechazado públicamente la presión de Trump para que ceda el territorio ocupado por Rusia. Trump alardea de talante negociador, pero ha rebajado las expectativas diciendo que es una “reunión de tanteo” para ver si Putin habla en serio.
“Soy presidente, y él no va a jugar conmigo”, declaró a periodistas en la Casa Blanca el jueves. “Si es una reunión mala, terminará muy rápido, y si es una buena, vamos a terminar logrando la paz en un futuro bastante cercano”, aseguró el mandatario, quien calcula que la cumbre tiene un “25 %” de probabilidades de fracasar. A su llegada a Alaska, el jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, rechazó hacer pronósticos.
“Nunca hacemos suposiciones anticipadas”, declaró el canciller, luciendo lo que parecía ser una camiseta con la palabra “URSS” en ruso escrita en ella. “Sabemos que tenemos nuestros argumentos y nuestra postura es clara y sin ambigüedad. La presentaremos”, añadió. Trump ha prometido consultar rápidamente con los líderes europeos y con Zelenski. Según él, para alcanzar un acuerdo final hace falta una reunión tripartita con Zelenski y repartirse el territorio.
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Golpe de timón
Trump ha expresado su admiración por Putin en el pasado. Una reunión con él en 2018 durante su primer mandato (2017-2021) le valió una lluvia de reproches por, según sus críticos, haberse mostrado intimidado. Antes de regresar a la Casa Blanca en enero, Trump presumió de buena relación con Putin, culpó a su predecesor demócrata Joe Biden de la guerra en Ucrania y prometió lograr la paz en 24 horas.
Pero a pesar de las llamadas telefónicas a Putin y de una bronca pública con Zelenski en febrero en la Casa Blanca, el jefe del Kremlin se obstina. Trump ha reconocido sentirse frustrado con Putin y ha advertido de “consecuencias muy graves” si no acepta un alto el fuego. Las conversaciones están programadas para las 11:30 (19:30 GMT) del viernes en la Base Aérea Elmendorf. La elección de Alaska no es casual.
Para llegar a Alaska, Putin, objeto de una orden de arresto de la Corte Penal Internacional, de la que Estados Unidos no es miembro, solo tiene que cruzar el estrecho de Bering. Además, Alaska es un territorio con pasado ruso ya que fue cedido por Rusia a Estados Unidos en el siglo XIX. Moscú ha citado este acuerdo para demostrar la legitimidad de los intercambios de territorios.
Altos cargos rusos también están sometidos a sanciones, pero el Departamento del Tesoro estadounidense las flexibilizó temporalmente para permitirles viajar y usar tarjetas bancarias en Alaska. El Kremlin afirmó que espera que Putin y Trump se reúnan a solas con intérpretes antes de un almuerzo de trabajo con sus asesores. No está previsto que los presidentes salgan de la base. En Anchorage, la ciudad más grande de Alaska, los manifestantes han colocado carteles de solidaridad con Ucrania.
¿Victoria para Putin?
La cumbre contrasta con el enfoque de los líderes europeos y de Biden, quienes prometieron no dialogar con Rusia sobre el futuro de Ucrania a menos que Kiev esté presente. Zelenski declaró el martes que la cumbre de Alaska es una “victoria personal” para Putin. Con el viaje, Putin “sale de su aislamiento” y, de alguna manera, aplazó las sanciones que Trump había prometido imponer a Rusia.
Pero el jefe de la diplomacia estadounidense, Marco Rubio, ha pedido garantías de seguridad para Ucrania, una idea que Trump minimizó hace meses. Daniel Fried, exdiplomático estadounidense que ahora trabaja en el Atlantic Council, un grupo de reflexión, estima que Trump tiene forma de presionar a Putin con nuevas sanciones y el envío de armas a Ucrania. Pero Putin podría intentar distraerlo con una nueva propuesta. Según Fried, “es un maestro en el nuevo objeto llamativo que resulta ser insignificante”.
Fuente: AFP.
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Cumbre Trump-Putin se celebrará en una base militar en Alaska
La cumbre del viernes entre el presidente estadounidense Donald Trump y su homólogo ruso, Vladimir Putin, se celebrará en una gran base militar cerca de Anchorage, la ciudad más grande de Alaska, confirmó este miércoles un funcionario de la Casa Blanca. La base aérea Elmendorf-Richardson, una vasta instalación del ejército de tierra y de la fuerza aérea al norte de la ciudad, albergará la reunión sobre la guerra en Ucrania. El presidente estadounidense y sus ministros suelen usar su larga pista de aterrizaje como parada de reabastecimiento de combustible durante sus viajes oficiales a Asia.
Es una de las dos principales bases aéreas de Alaska, desde donde despegan regularmente aviones de combate para interceptar naves rusas que se acercan demasiado al espacio aéreo estadounidense en la región. Alaska es una zona estratégica desde la Guerra Fría y aún alberga una importante base de misiles de defensa.
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Un estado con pasado ruso
Alaska, que acogerá el viernes una cumbre entre los presidentes Donald Trump y Vladimir Putin, estuvo bajo control ruso antes de ser vendida a Estados Unidos en el siglo XIX. Pese al paso del tiempo la influencia rusa sigue presente en este estado ártico estadounidense.
Excolonia rusa
Cuando el explorador danés Vitus Bering navegó por primera vez por el estrecho que separa Asia de América en 1728, lo hacía en una expedición para la Rusia zarista. El descubrimiento de lo que hoy se conoce como el estrecho de Bering reveló la existencia de Alaska al oeste. Los pueblos indígenas llevaban viviendo allí miles de años. La expedición de Bering dio inicio a un siglo de caza de focas en Rusia, con la primera colonia establecida en la isla Kodiak, al sur del país.
En 1799, el zar Pablo I fundó la compañía ruso-estadounidense para organizar el comercio de pieles. Sobreexplotadas, las poblaciones de focas y nutrias marinas colapsaron, y con ellas las economías de los colonos. En 1867, Moscú vendió el territorio a Washington por 7,2 millones de dólares, una compra criticada en aquel momento. Alaska se convirtió en un estado estadounidense de pleno derecho en 1959.
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Lengua e iglesias
La iglesia ortodoxa, establecida en Alaska desde la fundación de la Compañía ruso-estadounidense, sigue siendo uno de los principales legados rusos en el territorio. Más de 35 iglesias históricas, algunas con las cúpulas típicas de la arquitectura ortodoxa, salpican la costa de Alaska, según una asociación que busca protegerlas. La diócesis ortodoxa del estado afirma ser la más antigua de Norteamérica e incluso cuenta con un seminario en la isla Kodiak.
Un dialecto derivado del ruso y mezclado con lenguas indígenas locales sobrevivió durante décadas en diversas comunidades, especialmente cerca de la importante ciudad de Anchorage, hasta que prácticamente desapareció. Pero cerca de los inmensos glaciares de la península de Kenai, aún se enseña ruso. La pequeña escuela rural de una comunidad ortodoxa conocida como “Viejos Creyentes”, nacida de un cisma del siglo XVII y establecida allí en la década de 1960, imparte clases de ruso a un centenar de estudiantes.
Vecinos
Los rusos “son nuestros vecinos de enfrente, incluso se puede ver Rusia desde una isla en Alaska”, declaró Sarah Palin en 2008, entonces gobernadora del estado y candidata a la vicepresidencia junto al republicano John McCain. De hecho, en el estrecho de Bering, dos islas se encuentran enfrentadas. Diómedes Mayor, al oeste, es rusa, y Diómedes Menor, habitada por unas pocas decenas de personas, estadounidense. Las separan menos de 4 kilómetros.
Más al sur, dos rusos desembarcaron en octubre de 2022 en la isla San Lorenzo, a menos de 100 km de la costa rusa, para solicitar asilo en Estados Unidos y escapar de una movilización militar en apoyo a la guerra en Ucrania. Durante años, el ejército estadounidense ha anunciado que intercepta aviones rusos que se acercan demasiado a su espacio aéreo en la región. Pero Rusia no está interesada en apoderarse de Alaska, donde “también hace frío”, ironizó Vladimir Putin en 2014.
Fuente: AFP.
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Presidenciables prometen acabar con modelo de izquierda en Bolivia
El millonario Samuel Doria Medina y el expresidente Jorge Quiroga, favoritos para las elecciones del domingo en Bolivia, cerraron sus campañas este miércoles con la promesa de desmontar las políticas estatistas implementadas por los gobiernos de izquierda en los últimos 20 años. Bolivia, con 11,3 millones de habitantes, está por experimentar un golpe de timón en medio de una profunda crisis económica.
Prácticamente empatados en las encuestas, los dos candidatos de derecha disputarían un balotaje el 19 de octubre. De confirmarse esta proyección, terminará la hegemonía del diezmado Movimiento al Socialismo (MAS), que lideraron Evo Morales y su sucesor y exaliado Luis Arce. Una mayoría culpa al gobierno de Arce de la peor crisis que enfrenta Bolivia - otrora un país rico en gas - desde la década de 1980.
Doria Medina y Quiroga prometen planes de choque muy similares para Bolivia, basados en un recorte drástico del gasto público y en el desmonte progresivo de los millonarios subsidios estatales a los combustibles que agotan las divisas del país. “En 100 días vamos a lograr parar la inflación, vamos a lograr que vuelvan los combustibles, vamos a lograr que vuelvan los dólares”, dijo Doria Medina frente a sus votantes. Anticipó un gobierno de austeridad.
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La inflación interanual a julio llegó al 24,8 % y la escasez de dólares y combustibles golpea los bolsillos de la clase media y de los pobres. Por su lado, Quiroga anunció un “cambio radical” si fuera elegido. “Vamos a cambiar todo, absolutamente todo, son 20 años perdidos”, dijo Quiroga en su cierre de campaña en La Paz.
Anunció nuevas leyes para explotar los recursos naturales, hoy nacionalizados, y reducción de impuestos. Marcela Sirpa, una comerciante aimara de 63 años y de polleras rosadas, marchó en La Paz junto a la caravana de Quiroga, el expresidente (2001-2002) que fue brazo derecho del exdictador Hugo Banzer.
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Sirpa confió dos veces en la izquierda, pero no lo hará más. “Nos ha metido a todos al barranco”, dijo a la AFP. En una avenida de El Alto, a 4.100 metros de altura, Jonathan Vega, chef de cocina de 25 años, espera que “vuelva la estabilidad al país” durante el cierre de campaña de Doria Medina. A partir del jueves no habrá actividad proselitista.
La encuestadora Ipsos-Ciesmori otorga un 21,2 % de las preferencias a Doria Medina y un 20 % a Quiroga. Con Morales inhabilitado para postular y sin Arce en busca de una reelección, el candidato de la izquierda mejor posicionado es el presidente del senado Andrónico Rodríguez. Marcha en quinto lugar con 5,5 % de intención de voto.
Fuente: AFP.