Las autoridades armenias anunciaron el miércoles que, de momento, llegaron al país 42.500 refugiados procedentes de Nagorno Karabaj, es decir, un tercio de la población de esa región separatista donde Azerbaiyán efectuó una operación fulminante la pasada semana.

Bakú abrió el domingo a la circulación la única carretera que conecta el enclave con Armenia, cuatro días después de que los separatistas se rindieran y de que se firmara un alto el fuego que otorga a Azerbaiyán el control de la región. Por su parte, Azerbaiyán busca en el flujo de refugiados armenios a posibles autores de “crímenes de guerra”, indicó este martes una fuente gubernamental de ese país a AFP.

“Azerbaiyán tiene la intención de amnistiar a los combatientes armenios que depusieron las armas en Karabaj. Pero aquellos que cometieron crímenes de guerra durante las guerras en Karabaj nos deben ser entregados”, dijo esta fuente. En medio del éxodo de la población armenia de este territorio reconocido internacionalmente como parte de Azerbaiyán, la explosión el lunes de un depósito de combustible dejó al menos 68 muertos, según el último balance brindado este martes por las autoridades separatistas.

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Además, hay 290 heridos y 105 desaparecidos, de acuerdo con la misma fuente. Un balance anterior había informado de 20 muertos. Los civiles iniciaron el éxodo, pese a que el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, reiteró el lunes la promesa de que “garantizará” los derechos de los armenios que permanezcan en este territorio, tras reunirse con su homólogo turco Recep Tayyip Erdogan, actor clave.

Este martes, el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, instó a Aliyev a que su país respete sus compromisos de proteger a los civiles y permitir el acceso de la ayuda humanitaria de esta región poblada mayoritariamente por armenios, pero que fue integrada a Azerbaiyán durante la época soviética.

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Armenia y Azerbaiyán, que son dos antiguas repúblicas soviéticas, se han enfrentado en dos guerras en las últimas tres décadas por Nagorno Karabaj, entre 1988 y 1994 y en 2020. La operación de la semana pasada terminó con 200 muertos, según los separatistas armenios. La Unión Europea recibió en Bruselas este martes a representantes de Armenia y de Azerbaiyán, así como de Francia y Alemania.

Según el comunicado de la UE, las discusiones permitieron “intensos intercambios entre los participantes sobre la pertinencia de una reunión” del primer ministro armenio Nikol Pashinyan y el presidente de Azerbaiyán el 5 de octubre al margen de una cumbre informal europea en Granada, en el sur de España. Este encuentro ya estaba previsto y no ha sido anulado.

Sigue el éxodo

Un equipo de AFP tuvo acceso a la ruta que lleva de Nagorno Karabaj a Armenia en una visita organizada por el gobierno azerbaiyano, y vio que la mayoría de la gente que abandonaba en enclave eran mujeres, niños y ancianos. “Me voy a Ereván, tengo hijos allá. Pero quiero volver aquí junto con ellos”, afirmó Hrant Haroutounian, un hombre de 83 años, tras cruzar la frontera.

Azerbaiyán prometió que permitiría que los rebeldes que depusieron las armas huyan a Armenia. Nagorno Karabaj tenía 120.000 habitantes antes de la ofensiva relámpago lanzada por Azerbaiyán el 19 de septiembre, que se produjo tras meses de bloqueo de los suministros en este enclave. En el teatro de Goris, en Armenia, hay un flujo constante de vehículos que llegan cargados. También hay civiles que desde allí emprenden la ruta hacia Ereván y otras grandes ciudades armenias.

Esta localidad fronteriza comenzó a recibir refugiados el domingo. La semana pasada, el primer ministro armenio anunció que su país, de 2,9 millones de habitantes, se preparaba a recibir 40.000 refugiados. Rusia, que tenía una fuerte presencia en la región y en el último conflicto movilizó a una fuerza de paz que dejó un contingente en Nagorno Karabaj, rechazó el lunes las críticas de Armenia de haberlos abandonado.

Fuente: AFP.

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