Al igual que Derna en Libia, devastada hace diez días por inundaciones catastróficas, numerosas ciudades del mundo, desde Haití a Japón pasando por Irán, fueron “barridas” por catástrofes naturales.

Bhuj en India

El 26 de enero de 2001, un terremoto de magnitud 7,9 en el oeste de India dejó más de 20.000 muertos y 160.000 heridos, destruyendo 250.000 viviendas.

Bhuj, una ciudad de unos 150.000 habitantes, de esta región árida atrapada entre el mar de Arabia y un desierto de sal, quedó destruida. Pero nuevas construcciones en la periferia, carreteras ampliadas, sistemas de alcantarillado mejorados, aeropuertos, parques y tiendas surgieron de los escombros y Bhuj es hoy un centro económico.

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Bam en Irán

El 26 de diciembre de 2003, un terremoto de 6,6 grados sacudió la ciudad de Bam, en el sureste de Irán, causando más de 31.000 muertos, casi una cuarta parte de su población.

La antigua ciudad de ladrillos sin cocer, maravilla del patrimonio mundial -famosa por haber servido de marco a la película “El desierto de los tártaros” (1976)-, quedó destruida. Hoy en día, 90% de esta obra maestra del arte pre-islámico fue reconstruida.

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Banda Aceh en Indonesia

El 26 de diciembre de 2004, un terremoto de magnitud 9,1, ocurrido frente a la costa de Sumatra, en Indonesia, dejó más de 230.000 muertos en un área que abarcó hasta Sri Lanka, India y Tailandia.

Olas gigantescas, de hasta 30 metros de altura, golpearon Banda Aceh, destruyendo casi por completo la ciudad. El desastre, que tuvo lugar después de Navidad, generó una generosidad sin precedentes en el mundo.

Se reconstruyeron más de 140.000 casas, 1.759 escuelas, 363 puentes y 13 aeropuertos. El desastre también trajo la paz ya que obligó a las partes involucradas en el conflicto separatista que ensangrentaba Aceh desde hacía 29 años a deponer las armas para declarar la unión sagrada y participar en los trabajos.

Puerto Príncipe en Haití

El 12 de enero de 2010 un terremoto de magnitud 7 dejó más de 200.000 muertos en Haití. El terremoto convirtió la capital Puerto Príncipe en un campo de ruinas y dejó a 1,5 millones de personas sin techo.

Tras el terremoto, el país se vio afectado por una epidemia de cólera. En nueve años, más de 10.000 personas murieron a causa de la enfermedad, introducida por los cascos azules nepalíes después del sismo.

Sin poder afrontar el desafío de su reconstrucción (la ayuda internacional de envergadura no está coordinada y resulta muy poco eficaz), Haití está sumido desde hace años en una profunda crisis económica, de seguridad y política, que refuerza la influencia de las bandas.

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Minamisanriku en Japón

El 11 de marzo de 2011, Japón se vio asolado por una triple catástrofe: un terremoto y un tsunami -en los que murieron y desaparecieron unas 18.500 personas- y el accidente de la central nuclear de Fukushima.

Minamisanriku, una ciudad en la costa este, fue arrasada por una ola gigantesca de más de 15 metros. Se construyeron viviendas sociales en las alturas, al igual que el ayuntamiento, las escuelas y los hospitales. Pero los largos años transcurridos en alojamientos temporales solo acentúan la despoblación de la ciudad.

Derna en Libia

Las lluvias torrenciales que cayeron sobre esta ciudad en la noche del 10 al 11 de septiembre del 2023 provocaron el derrumbe de dos represas, y una riada colosal, como un tsunami, se llevó todo por delante. Algunas partes de Derna, como edificios e infraestructuras, quedaron destruidas por la tromba de agua y los puentes que unían el este y el oeste de la ciudad también desaparecieron. La mayoría de víctimas quedaron sepultadas por el lodo o fueron arrastradas hasta el mar Mediterráneo.

Según el último balance oficial, las inundaciones dejaron más de 3.350 muertos. Se teme, sin embargo, que esta cifra sea mucho más elevada, debido a los miles de desaparecidos.

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Fuente: AFP

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