La presidenta de Perú, Dina Boluarte, partió este lunes pasado a la ciudad brasileña de Belém, en su primer viaje al extranjero, encabezando la delegación que participará en la cumbre regional amazónica donde se evaluarán metas para preservar el mayor bosque tropical del planeta.

El viaje suscitó polémica en Perú debido a que Boluarte pudo viajar gracias a una ley del Congreso aprobada en junio que le autoriza a gobernar por “control remoto” desde el extranjero ante la carencia de vicepresidente, cargo vacante desde que ella llegó al poder.

Boluarte era vicepresidenta hasta que el 7 de diciembre reemplazó al izquierdista Pedro Castillo, a quien el Congreso destituyó tras su frustrado intento de disolver el Congreso y convocar a una Asamblea Constituyente. Según la oposición izquierdista, la ley que le permite ausentarse del país es inconstitucional. La congresista Margot Palacios, del partido minoritario Perú Libre, aseguró a la prensa que el viaje abre las puertas a su destitución.

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“Esto puede hacer que otras bancadas o algunos congresistas presenten una moción de vacancia presidencial porque está infringiendo la Constitución Política del Estado”, señaló. En Belém, Boluarte tiene previsto reunirse con el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, informó la secretaria presidencial peruana.

La cumbre amazónica reunirá el martes y miércoles, por primera vez desde 2009, a los ocho países miembros de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA), creado en 1995 para preservar la selva: Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela.

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La cumbre de países de la Amazonía se inicia este martes en la ciudad brasileña de Belém, en medio de una gran expectativa por acuerdos concretos que permitan poner freno a la destrucción de la mayor selva tropical del planeta. Encabezados por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, los ocho países de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA) discutirán estrategias contra la deforestación, el crimen organizado y de desarrollo sustentable de esta vasta región, que alberga alrededor del 10 % de la biodiversidad del planeta.

“Tenemos que preservar (la Amazonía) no como un santuario, sino como una fuente de aprendizaje para la ciencia del mundo entero, para hallar una forma de preservar ganando dinero, para que el pueblo que vive aquí pueda vivir dignamente”, dijo Lula durante un acto oficial en Santarém, otra ciudad amazónica en Pará, la víspera de la cumbre.

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Lula recibirá martes y miércoles a sus pares de Bolivia, Colombia, Guyana, Perú y Venezuela, mientras que Ecuador y Surinam están representados por ministros. Los países amazónicos están determinados a “no permitir que la Amazonía llegue a su punto de no retorno”, dijo la titular de Medio Ambiente de Brasil, Marina Silva, durante un encuentro de ministros previo a la cumbre.

Considerada durante años el pulmón del planeta, la Amazonía se encamina según los científicos a un punto de no retorno, a partir del cual pasará a emitir más carbono del que absorbe, agravando el calentamiento global. Los acuerdos estarán plasmados en la “Declaración de Belém”, que será adoptada al final de la primera jornada.

La declaración, que viene siendo negociada por los ocho países en el último mes, dará “instrucciones” para que los gobiernos implementen “nuevas metas y nuevas tareas”, explicó el canciller del país anfitrión, Mauro Vieira. Uno de los principales retos será lograr metas comunes para erradicar la deforestación, motivada especialmente para destinar la tierra a la pastura del ganado, pero que también es alimentada por la minería ilegal, el tráfico de madera, de armas y drogas.

Prioridades de Brasil y Colombia

Organizaciones de la sociedad civil han presionado para que los demás países adhieran al compromiso brasileño de erradicar la deforestación para 2030, aunque en los últimos días los ministros anfitriones han dado pistas de que esto puede tomar más tiempo.

“Cada país tiene su dinámica, no trabajamos con imposición de pensamiento, es un proceso de consenso progresivo”, aseguró Marina Silva este lunes. La ministra de Medio Ambiente de Colombia, por su parte, llamó a incluir en la declaración la meta de preservar “el 80 % de la Amazonía al 2025″, una propuesta defendida por organizaciones indígenas.

La defensa del presidente colombiano Gustavo Petro de una economía amazónica sin petróleo también choca con la realidad de países productores como Venezuela o Brasil, que inclusive tiene en la mira una nueva y polémica frontera exploratoria frente al delta del río Amazonas. “Tenemos dos presidentes que llegan con compromisos fuertes: el de Colombia hablando de petróleo cero, y Lula hablando de deforestación cero”, dijo Marina Silva.

Liderazgo a prueba

En vísperas de la cumbre, Brasil adelantó medidas de cooperación entre los países amazónicos, como la creación de un panel científico inspirado en el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de Naciones Unidas y de un Centro de Cooperación Policial Internacional, con sede en Manaus (Amazonas).

El encuentro de este martes es visto como un ensayo para la conferencia mundial COP30 contra el calentamiento global, que reunirá a la comunidad internacional en 2025 en esa ciudad. Y también como una prueba de liderazgo de Brasil y la región en materia climática.

La cumbre “debería producir resultados concretos si es que la región es seria al colocarse como líder de la acción climática”, afirmó el grupo activista Avaaz. “Conservar los ecosistemas de la Amazonía, respetar los derechos de los pueblos indígenas (...) y determinar prioridades para un desarrollo sostenible inclusivo es lo que el planeta necesita para dar un paso sólido hacia un futuro viable”, añadió la organización.

El miércoles, los mandatarios de la OTCA se reunirán con representantes del Congo, la República Democrática del Congo (RDC) e Indonesia, países que también albergan en sus territorios bosques tropicales, así como otros invitados como Francia, Noruega y Alemania. Brasil reafirmó que cuidar la Amazonía debe ser una tarea planetaria. “Aunque consigamos reducir la deforestación en 100 %, si el mundo no para con las emisiones (de gases) por combustibles fósiles, vamos a perjudicar la selva de igual manera”, afirmó Marina Silva.

Fuente: AFP.

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