Las comparaciones son odiosas, no importa sobre qué sean; pero esta en particular generó un creciente debate sobre la humanidad y la cobertura que se le dio a dos tragedias marítimas, ocurridas con solo 4 días de diferencia y con protagonistas antagónicos, por un lado, centenares de migrantes y por otro 5 millonarios. Ambas muestran las dos caras de la humanidad.

La primera de las tragedias se registró el 14 de junio. Hoy es considerada una de las catástrofes migratorias más grandes. Ocurrió en Grecia y hasta ahora, no se sabe mucho al respecto. La información que trascendía, en principio, era el rescate de 80 migrantes que fueron sacados del mar por guardiacostas griegos y trasladados a Kalamata, puerto en el sur del Peloponeso, tras el naufragio de la embarcación en la que viajaban.

Se trataba de un barco pesquero que había volcado en aguas internacionales, a 87 km de Pilos, en el mar Jónico, con una gran cantidad de inmigrantes a bordo. La embarcación había zarpado de Libia con destino a Italia cuando se encontró con la tragedia. Se hundió en 15 minutos, de acuerdo a lo publicado por AFP.

Patrulleras de la policía portuaria de Grecia participaron en la operación de rescate, así como una fragata de la marina, un avión y un helicóptero de la fuerza aérea y seis embarcaciones que navegaban por la zona. El escenario era dantesco, pero la repercusión escasa.

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Cinco horas después del anuncio del naufragio, se informaba sobre la muerte de 32 migrantes y el rescate de 104 personas (en su mayoría originarios de Siria, Pakistán y Egipto). Veinte minutos más tarde, la cifra de muertos trepaba a 59. Dos horas después del primer reporte de fallecidos, el número llegó a 78.

Ese mismo día, el portavoz de los guardacostas griegos Nikolaos Alexiou declaró a la televisión estatal ERT que el barco naufragó enuna de las zonas más profundas del Mediterráneo” según publicó AFP. Mientras que Ilias Siakantaris, portavoz del gobierno griego, contó al mismo canal que el Ejecutivo recibió información -todavía no verificada- de que la embarcación transportaba al menos 750 personas, ninguna con chaleco salvavidas.

El peor dato fue revelado por uno de los sobrevivientes a los médicos que lo atendieron: centenares de niños viajaban en la bodega del barco. De acuerdo a AFP, un avión de vigilancia de la agencia europea Frontex detectó la embarcación la tarde del martes 13 y “ofreció a las autoridades griegas apoyo aéreo adicional, pero no recibieron respuesta”.

El 15 de junio, las autoridades griegas anunciaron la detención de nueve presuntos traficantes egipcios de seres humanos, entre los detenidos figura el capitán del navío siniestrado.

Dos horas después del primer reporte de fallecidos, el número llegó a 78. Foto: AFP

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“Hasta el momento, 281 familias pakistaníes se pusieron en contacto con nosotros para decirnos que un familiar podría haber sido víctima de este accidente”, declaró el viernes 23 ante el Parlamento el ministro del Interior de Pakistán, Rana Sanaulá.

Grecia ha conocido numerosas tragedias con embarcaciones, a menudo vetustas y sobrecargadas, pero esta en particular (las autoridades aún desconocen cuántas personas había a bordo, pero calculan que eran entre 400 y 700) es la más grave desde el naufragio del 3 de junio de 2016 en el que murieron o desaparecieron al menos 320 personas.

Implosión del Titán

El 19 de junio se conocía la desaparición de un sumergible que exploraba restos del Titanic con cinco personas a bordo. La embarcación, operada por OceanGate Expeditions, comenzó su descenso el domingo 18 por la mañana y perdió contacto con la superficie menos de dos horas después. Inmediatamente, el hecho desencadenó una operación multinacional de búsqueda y rescate por parte de Canadá (la desaparición ocurrió en el Atlántico Norte) y Estados Unidos.

En principio, no se sabía quiénes estaban a bordo, pero lo ocurrido había movilizado a las autoridades canadienses y estadounidenses y despertado el interés de ciudadanos de todo el mundo, que seguían el minuto a minuto a través de prácticamente todos los medios.

“Es un desafío dirigir una búsqueda en esa área remota, pero estamos desplegando todos los recursos disponibles para asegurarnos de poder localizar la cabina y rescatar a la gente a bordo”, había dicho el contralmirante de la Guardia Costera estadounidense John Mauger según publicaba AFP.

El mismo día en que Mauger se refería a la dificultad de la busqueda, hablaba sobre el tiempo como factor clave, atendiendo a la cantidad de oxigeno que tenía la nave y lo que quedaba para ese entonces (70%). La compañía OceanGateExpeditions había revelado que la profundidad máxima de descenso sería de 4.000 metros y que para ello tenían una autonomía de 96 horas de oxígeno.

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El único tripulante confirmado, para ese momento, era el millonario empresario y aviador británico Hamish Harding, quien escribió que “el equipo del submarino tiene un par de exploradores legendarios, algunos de los cuales han realizado más de 30 inmersiones en el RMS Titanic desde la década de 1980″.

El 20, ya se tenía un mejor panorama sobre otros tripulantes de la nave y se sabía que habían pagado 250.000 dólares por el viaje. A Harding se sumaron los nombres de Shahzada Dawood y su hijo Suleman Dawood, de 19 años. Ambos británicos de origen paquistaní. Dawood era vicepresidente del conglomerado Engro, que tiene inversiones en energía, agricultura, petroquímica y telecomunicaciones.

Asimismo, se sumaban posibles hipótesis. Alistair Greig, profesor de ingeniería marina en el University College London, sugirió dos posibles teorías basadas en imágenes de la nave publicadas por la prensa. Dijo que si tenía un problema eléctrico o de comunicaciones, podría haber salido a la superficie y permanecer flotando, “esperando a ser encontrado”, hecho que no aconteció; y por otro lado, que “el casco de presión estuviera comprometido, una fuga, lo que supondría un mal pronóstico” para la nave y sus tripulantes.

Para entonces, Francia había enviado un robot para buscar al sumergible y Noruega un barco con robots para barrer un área oceánica de 20.000 km2, con profundidades de cerca de cuatro kilómetros, en una busqueda a contrarreloj antes de que la reserva de oxígeno se acabe, prevista para el jueves 22.

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La lista de 5 viajeros se completó con Stockton Rush, director ejecutivo de OceanGateExpeditions, y el operador de submarinos francés Paul-Henri Nargeolet, apodado de “Señor Titanic”, por sus frecuentes expediciones hacia los restos del barco.

El miércoles 21 se anunciaba que los equipos de rescate habían escuchado ruidos en el área de búsqueda. “No sabemos qué son los ruidos”, dijo a la prensa el portavoz del servicio de Guardacostas estadounidense, el capitán Jamie Frederick, quien pidió mantenerse “optimistas y esperanzados” de encontrar con vida a los tripulantes. Así lo publicó AFP.

Llegó el jueves y la hora estipulada para el fin de la reserva de oxigeno. El mundo perdió entonces la esperanza de hallar a los 5 tripulantes con vida. Horas después, al mediodía, se hacía otro anuncio revelador. Los equipos de rescate divisaron “restos cerca del Titanic” y los expertos del mando unificado evaluaban la información.

Dos horas despues, a las 14 horas del jueves 22 de junio se confirmaba el peor desenlace. Los restos eran del Titan y todos sus tripulantes habían fallecido. Se confirmaba la implosión de la máquina justo al momento de perder el contacto con la superficie.

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El hecho fue confirmado por el científico marino David Mearns, experto en rescates y amigo de dos de los pasajeros del Titán, quien había señalado que los restos encontrados correspondían a dos partes muy importantes del sumergible, según la cadena Sky News.

“Esto indica que es el peor de los escenarios, un fallo catastrófico, que es en general una implosión”, que no habría dado tiempo a los pasajeros a darse cuenta de lo que estaba pasando, aseguró el experto.

La firma OceanGateExpeditions emitió un comunicado confirmado la tragedia. Por su parte, las familias de los fallecidos hicieron lo propio. Varios países enviaron sus condolencias; mientras Canadá y Estados Unidos anunciaron una investigación sobre lo ocurrido.

Ayer se anunció la llegada de los restos del Titán a la tierra y la investigación en curso. Así como el hallazgo de “presuntos restos humanos” en lo que quedó del sumergible. “Queda mucho trabajo por hacer para comprender los factores que provocaron la catastrófica pérdida del Titán y ayudar a garantizar que no se repita nunca una tragedia como esta”, concluyó el miércoles el capitán Jason Neubauer, quien dirige la investigación del accidente del sumergible.




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