El expresidente Jair Bolsonaro aterrizó en el aeropuerto de Brasilia este jueves pasado procedente de Orlando, Florida, y se dirigió directamente a la sede de su Partido Liberal (PL) sin pasar por la terminal donde unos 200 seguidores le habían esperado con banderas de Brasil para acogerle.

Bolsonaro, de 68 años, se reunió con varios de sus aliados, incluidos diputados y exministros, según imágenes divulgadas en redes por miembros del PL. Dijo haber vuelto “revigorizado” y se mostró confiado en el papel de la oposición frente al gobierno de Lula.

Quien está en el poder por ahora y por poco tiempo no podrá hacer lo que quiera con el futuro” de la nación, afirmó. “Somos (el PL) prácticamente 20% de los escaños” de Diputados y junto a otros partidos conservadores “somos mayoría y queremos lo mejor para nuestro país”, dijo Bolsonaro.

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Antes de embarcar el miércoles en Orlando, aseguró que pretende “recorrer” el país, con hasta tres viajes mensuales, y prepararse junto a la oposición para las elecciones municipales de 2024. Dijo empero que “no va a liderar ninguna oposición”, en declaraciones a CNN Brasil.

Bolsonaro viajó a Estados Unidos el 30 de diciembre, dos días antes de la ceremonia de asunción de Lula, a quien nunca felicitó por su victoria, que consideró “injusta”. Anunció públicamente su regreso la semana pasada y el PL dio gran publicidad en redes sociales, aunque oficialmente no organizó un evento de bienvenida.

“Vine a brindarle apoyo. A partir de hoy va a recorrer Brasil y necesita a todo el mundo”, dijo a la AFP Fernando Coelho, un jubilado de 67 años que se desplazó junto a varias decenas de seguidores a la sede la formación para saludar a su “presidente”. Las autoridades reforzaron el dispositivo de seguridad en el aeropuerto y se mantuvieron alerta en la Explanada de los Ministerios, escenario del asalto a los tres poderes por parte de seguidores de Bolsonaro el 8 de enero.

“Desafío” para Lula

Bolsonaro dejó la sede del PL varias horas después, confirmó la asesoría del partido, sin informar su destino. Se preveía que se dirigiera, más tarde, a su nuevo domicilio, una casa en Jardim Botanico, un acomodado barrio de la capital a quince minutos del Palacio presidencial del Planalto.

El exmandatario (2019-2022) asumirá la semana próxima la presidencia honoraria del partido, formación mayoritaria en la Cámara de Diputados (99 de 513 diputados) y segunda fuerza en el Senado. Luego de un trimestre prácticamente “callado” y sin “hacer oposición”, el regreso podría suponer un desafío para la presidencia del izquierdista, según Jairo Nicolau, politólogo de la Fundación Getulio Vargas.

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Lula “tendrá que gobernar ahora con una oposición articulada, luego de meses de dispersión. Eso puede hacer una gran diferencia”, aseguró Nicolau. En las elecciones de octubre, el exsindicalista derrotó a Bolsonaro por un estrecho margen (50,9% frente a 49,1% de los votos).

Bolsonaro ganará un salario mensual de 41.600 reales (unos 8.000 dólares), según la asesoría de comunicación del PL. Trabajará junto a su esposa Michelle, que recientemente asumió la conducción de la agrupación de Mujeres del PL. Aunque su nombre suena como posible candidata en el futuro, Bolsonaro dijo este jueves en una entrevista a Jovem Pan que él no se lo “prohibirá”, pero “ella no tiene la experiencia política” y tampoco “desea” postularse al poder ejecutivo.

Frentes judiciales

Paralelamente, el expresidente enfrentará dificultades con la justicia. Es objeto de cinco investigaciones susceptibles de penas de prisión en el Supremo Tribunal Federal, la más reciente abierta por su posible rol como instigador del asalto a los tres poderes el 8 de enero.

Además, corre riesgo de ser declarado “inelegible” si es condenado en alguno de los 16 casos que se tramitan en el Tribunal Superior Electoral, que investiga posibles abusos políticos y económicos en las presidenciales de 2022. Si resultara condenado, se le podría prohibir disputar elecciones por ocho años, dejándolo fuera de los comicios de 2026.

Bolsonaro también deberá rendir cuentas por un conjunto de joyas regaladas por Arabia Saudita durante su mandato, que habrían ingresado a Brasil de forma irregular. La Policía Federal lo convocó a prestar declaración el 5 de abril, confirmaron a la AFP fuentes de la fuerza.

Fuente: AFP.

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