Los serbios acudían este domingo a las urnas en unas elecciones en las que el presidente populista Aleksandar Vucic busca ser reelegido con la promesa de garantizar la estabilidad, bajo la sombra de la guerra en Ucrania. Además de sus 250 diputados y su presidente, el país balcánico elegirá consejos municipales. Los 8.255 colegios electorales estarán abiertos desde las 5:00 hasta las 18:00 GMT.

Tras casi una década en el poder, el partido de centroderecha SNS del jefe de Estado debe confirmar su control del Parlamento, según los últimos sondeos en este país tradicionalmente cercano a Rusia. La invasión lanzada por Rusia sobre Ucrania a finales de febrero alteró el curso de la campaña electoral que, según los analistas, iba a centrarse en el medioambiente, la corrupción y los derechos

Pero Vucic, acusado de autoritarismo por sus rivales, sacó provecho de la inestabilidad causada por la guerra, presentándose como el único capaz de timonear el país en medio de la tormenta. A media campaña, el presidente saliente inventó un nuevo eslogan: “Paz. Estabilidad. Vucic”.

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“Estas crisis han sacudido economías mucho más fuertes que la nuestra, pero estamos completamente estables, estamos afrontando con éxito los retos”, dijo en un artículo de opinión, prometiendo además un salario medio de mil euros (1.100 dólares) frente a los 600 actuales.

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“Miedo e incertidumbre”

En un país antes considerado como un paria, sigue muy vivo el recuerdo de las guerras que llevaron a la desintegración sangrienta de Yugoslavia y las sanciones económicas que golpearon a la clase media. La gente prefiere un líder que promete estabilidad antes que arriesgarse a un cambio, asegura a la AFP Zoran Stojiljkovic, profesor de ciencias políticas en Belgrado.

“Las grandes crisis, al menos a corto plazo, favorecen siempre a quienes ya están en el poder. Generan incertidumbre, miedo y la esperanza de que el sistema garantizará al menos la seguridad básica”, añade.

Hace apenas unos meses, la oposición parecía haber logrado un gran avance en ese país de menos de siete millones de habitantes. En enero, Vucic anuló un controvertido proyecto para una mina de litio que provocó protestas de decenas de miles de personas.

Fue un paso atrás que sorprendió en un hombre poco dado a rectificar tras una década en el poder como primer ministro adjunto, primer ministro o presidente.

Los últimos sondeos predicen que ganará el domingo, pero la oposición espera que una alta participación desencadene una segunda vuelta. Según los sondeos de opinión, el principal rival de Vucic es el general retirado Zdravko Ponos, un candidato sorpresa de la oposición proeuropea.

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Prorrusos

“No se trata de saber si la oposición tendrá algunos escaños de más, sino de si Serbia existirá como país democrático y europeo si [Vucic] se mantiene en el poder otros cinco años”, explica Ponos.

Pero los analistas no esperan grandes cambios respecto al Parlamento saliente, controlado casi por completo por la coalición favorable a Vucic. En Serbia, muchos habitantes respaldan la guerra del Kremlin, incluidos algunos partidos de la oposición. Y aquellos que no la apoyan, no osan decirlo por miedo a alejar a los votantes pro-Moscú.

Además, Vucic cuenta con otras armas. En su mandato ha estrechado su influencia en todos los niveles del poder y controla de facto las instituciones y casi todos los medios. En la precampaña, el presidente distribuyó numerosas ayudas y sus críticos le acusaron de comprar votos.

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Fuente: AFP.


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