El atroz crimen de un niño de 5 años en Santa Rosa (La Pampa), donde están acusadas de homicidio su madre y su novia, conmociona en Argentina desde el sábado pasado. Al día siguiente, los vecinos que reclamaban justicia para el menor atacaron la comisaría donde se encontraban las detenidas, hubo enfrentamientos con la policía y se quemaron dos patrulleras.

La madre biológica del niño Abel Lucio Dupuy, Magdalena Espósito Valenti, de 24 años, quedó detenida, al igual que su pareja, Abigail Páez, de 27 años; luego de que en la madrugada del sábado pasado el menor fuera llevado por su madre a una sede policial en estado de convulsión, y más tarde se certificara su muerte en un hospital. El cuerpo del pequeño tenía lesiones anteriores, golpes, mordeduras y quemaduras.

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“Murió por los traumatismos varios que tenía. Y sufrió una hemorragia interna”, refirió el forense Juan Carlos Toulouse, según publica Clarín, y que los indicios muestran que recibió una paliza. Por su parte, el fiscal del caso en Santa Rosa, Walter Martos señaló que la autopsia realizada al cuerpo del menor dio cuenta de “la existencia de un maltrato infantil crónico”.

“Todos los días llega del jardín (el nene) y la novia de la mamá lo caga a palo”, dice una captura de chat de WhatsApp de una vecina que se viralizó tras el crimen, y que ya denunciaba los maltratos desde fines de agosto pasado, revelando que la pareja de la madre golpeaba al pequeño de 5 años.

También trascendieron los macabros tuits de Abigail Páez, que el 15 de octubre pasado reflexionaba sobre la maternidad con este mensaje: “¡No tengan hijos si realmente no lo desean o no lo planean como una gran meta o como lo más importante en sus vidas! No traigan pibes al mundo para sufrir, la concha de su puta madre”.

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“Te tenían en silencio… tenías miedo y yo no me di cuenta”, escribió Christian Dupuy, el padre de Lucio, en su cuenta personal de Facebook. “A sólo pocas horas de tu entierro en ese lugar que siempre tantos escalofríos me dio, para que tu cuerpito en paz descanse, con lágrimas en los ojos sin fuerzas y sin poder haber pegado un ojo mirando al pasillo para ver si te veía dejando mi mano extendida para ver si me tocabas”.

“Buscando explicaciones pensando si todo esto es verdad, torturándome con tu imagen en ese cajoncito, y pidiéndole respuestas a Dios hijo mío, me dejas con el alma rota buscando ‘el por qué’ de tantas cosas y me doy cuenta ahora de lo que estabas sufriendo, y yo sin saberlo y ahora es tarde, te tenían preso de tu infancia e inocencia, ahora comprendo cuando hacíamos videollamada y yo te preguntaba algo y lo que hacías era mirar para los costados para ver si alguna te estaba escuchando, por eso tardabas en contestarme cuando te preguntaba si eras feliz”, relató el padre.

“Perdóname hijo no llegué a tiempo. Me duele el alma. Mi rusito, mi gringo te amo tanto ya no puedo seguir más mi vida donde encuentro las fuerzas que me mandas hijo. Te amo. Perdóname por no poder hacer nada”, finaliza su desconsolado homenaje a su hijo fallecido.