Oficiales de las fuerzas especiales guineanas afirmaron este domingo pasado haber capturado al presidente Alpha Condé, conquistado la capital Conakry y “disuelto” las instituciones, en un golpe de Estado militar que podría sacar del poder a un veterano de la política africana que estaba cada vez más aislado.

Por el momento no se reportan muertos, pese a los intensos disparos que se escucharon por la mañana en la capital de este país de África del oeste, que atraviesa desde hace meses una grave crisis económica y política. El posible fin de más de diez años de gobierno de Condé provocó escenas de júbilo en varios puntos de la capital.

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“Decidimos, después de detener al presidente, quien actualmente está con nosotros (...) suprimir la Constitución en vigor, disolver las instituciones y también al gobierno, así como el cierre de fronteras terrestres y aéreas”, señaló uno de los golpistas en una declaración que circuló en redes sociales.

Denunciando el “desbarajuste” gubernamental, el jefe de las fuerzas especiales, el teniente coronel Mamady Dumbuya, envuelto en la bandera guineana, prometió ante la televisión nacional “lanzar una consulta nacional para abrir una transición inclusiva y pacífica”. Los golpistas difundieron un video del presidente Condé, de 83 años, bajo arresto. Le preguntan si ha sido maltratado y Condé, vestido con jeans y camisa, sentado en un sofá, se niega a responder.

Por la noche anunciaron por televisión la instauración de un toque de queda a partir de las 20:00 en todo el país “hasta nuevo aviso” y la sustitución de los gobernadores y prefectos regionales por militares. Además, convocaron a los ministros salientes y a los presidentes de las instituciones a una reunión el lunes. “Cualquier negativa a presentarse será considerada como una rebelión”, advirtieron.

Condena internacional

“Tenemos todo Conakry y estamos con todas las fuerzas de defensa y de seguridad para acabar de una vez con el mal guineano”, declaró el teniente coronel Dumbuya, una personalidad poco conocida hasta ahora, a la cadena de televisión France 24. El departamento de Estado norteamericano condenó el golpe y advirtió que la acción podría “limitar” la capacidad de Washington de apoyar a Guinea.

“La violencia y cualquier medida extraconstitucional solo servirán para erosionar las perspectivas de paz, estabilidad y prosperidad en Guinea”, dijo en un comunicado Ned Price, portavoz del departamento de Estado. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, condenó “firmemente” el golpe en Guinea y exigió “la liberación del presidente” Condé.

El presidente de la Unión Africana (UA), Félix Tshisekedi, y el presidente de la Comisión de la UA, Musa Faki Mahamat, condenaron “cualquier toma de poder por la fuerza” y exigieron la liberación “inmediata” del presidente, en una declaración conjunta en la que pidieron una reunión de emergencia de la organización.

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La Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO) también condenó “en los términos más enérgicos este intento de golpe” y exigió el “respeto de la integridad física” del jefe de Estado guineano y su inmediata liberación. También exigió “la vuelta al orden constitucional, bajo pena de sanciones”.

Cientos de habitantes de Conakry, sobre todo en los suburbios favorables a la oposición, salieron a la calle para vitorear a los soldados, constataron periodistas de la AFP. “Estamos orgullosos de las fuerzas especiales, vergüenza a la milicia del expresidente Alpha Condé, muerte a los torturadores y a los asesinos de nuestra juventud”, exclamó un manifestante bajo condición de anonimato.

“Vamos a reescribir una Constitución juntos, esta vez, toda Guinea”, aseguró el líder golpista. Los principales líderes de la oposición, contactados por la AFP, no quisieron hacer comentarios. Pero el Frente Nacional de Defensa de la Constitución (FNDC), una coalición de movimientos políticos y de la sociedad civil que encabezó la protesta contra un tercer mandato de Condé, dijo que tomó nota de “la detención del dictador” y de las declaraciones de los militares sobre la Constitución.

Disparos al aire

Temprano por la mañana resonaron tiroteos con armas automáticas en el barrio de Kalum, centro neurálgico de Conakry, donde tienen sede la presidencia, las instituciones y oficinas empresariales. “Vi una columna de vehículos militares a bordo de los cuales soldados muy agitados disparaban al aire y coreaban consignas militares”, dijo a la AFP un vecino del barrio de Tombo, cercano al centro.

Desde hace meses, este país de África occidental, de los más pobres del mundo pese a sus considerables recursos minerales e hídricos, vive una profunda crisis política y económica, agravada por la pandemia de COVID-19. Condé, exopositor histórico, encarcelado y hasta condenado a muerte, se convirtió en 2010 en el primer presidente elegido democráticamente tras décadas de regímenes autoritarios.

Pero los defensores de los derechos humanos denuncian una deriva autoritaria en los últimos años de su presidencia y cuestionan los logros del principio. Su candidatura para un tercer mandato, el 18 de octubre de 2020, provocó meses de tensiones, con decenas de muertos. Condé fue finalmente proclamado presidente para un tercer mandato el 7 de noviembre, pese a que varios candidatos denunciaron irregularidades de todo tipo.

Los golpistas convocan a los exministros

Los golpistas en Guinea, que capturaron al presidente Alpha Condé y anunciaron la disolución de las instituciones, convocaron este lunes a los ministros salientes, tras un golpe de Estado condenado por la comunidad internacional pero jaleado en la capital, Conakry.

Los militares sublevados pidieron a los ministros y los presidentes de las instituciones que asistieran el lunes por la mañana a una reunión en el Palacio del Pueblo, sede del Parlamento. “Cualquier negativa a presentarse será considerada como una rebelión”, advirtieron.

La capital guineana, normalmente bulliciosa, funcionaba el lunes al ralentí. Los militares instalaron barricadas en los accesos al centro y soldados armados prohibían acercarse al palacio presidencial. Muchos comercios estaban cerrados y el mercado central de Madina, siempre lleno de ajetreo, parecía inactivo. Esta tranquilidad sólo se veía interrumpida por los aplausos de algunos vecinos al paso de vehículos militares.

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Un colectivo que se había movilizado durante meses contra el tercer mandato del presidente Condé informó que sus miembros encarcelados iban a ser liberados en la mañana del lunes. El domingo, las fuerzas especiales guineanas, dirigidas por su comandante, el teniente coronel Mamady Dumbuya, afirmaron, con un video como prueba, haber capturado al jefe de Estado para poner fin al “derroche financiero, la pobreza y la corrupción endémica”, y también “la instrumentalización de la justicia y el desprecio de los derechos de los ciudadanos”.

Los golpistas difundieron un video del presidente Condé, de 83 años, vestido con jeans y camisa, sentado en un sofá. Según ellos, está bien de salud y es tratado correctamente. Los militares proclamaron la disolución del gobierno, las instituciones y la Constitución, que Condé hizo adoptar en 2020 y utilizó para presentarse ese mismo año a un tercer mandato, pese a meses de protestas.

Los golpistas prometieron un periodo de transición, al estilo del vecino Mali. Entretanto, impusieron un toque de queda y cerraron las fronteras por aire y tierra. Un mensaje leído en la televisión el lunes por la mañana informó sin embargo de la reapertura de las fronteras aéreas.

Tercer golpe en África del oeste

Este golpe de Estado tiene lugar tras meses de grave crisis económica y política en este país de África del oeste, de 12 millones de habitantes, gobernado desde 2010 por el presidente Condé, cada vez más aislado. Durante décadas, esta nación pobre, pese a sus recursos minerales e hidrológicos, ha sido dirigida desde su independencia en 1958 por regímenes autoritarios o dictatoriales.

Se trata de un nuevo golpe de Estado en África subsahariana en un año, tras Mali en 2020 y Chad en 2021. Por el momento no se reportaron muertos, pese a los intensos disparos que se escucharon el domingo por la mañana en la capital. Y no se registró ningún incidente grave en la noche del domingo al lunes. Lo que podría suponer el final de una década del régimen de Condé dio lugar a escenas de júbilo en varias zonas de la capital, sobre todo en las barriadas, favorables a la oposición.

En el plano internacional, el golpe suscitó una amplia condena, desde el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, a la Unión Africana, pasando por la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO)y la Unión Europea. Estados Unidos también se sumó a las críticas y advirtió que podría “limitar” la capacidad estadounidense de ayuda a Guinea.

Fuente: AFP.

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