Tanques de agua, camiones de bomberos y helicópteros: los vinicultores del valle de Napa en California están comprando su propio equipo para proteger sus propiedades y costosas cosechas del alcance de los incendios forestales.

Una sequía histórica por cuenta del calentamiento global, impulsado por el factor humano, ha dejado grandes porciones del oeste de Estados Unidos secas y altamente vulnerables a los incendios. Esto incluye a los viñedos reconocidos mundialmente que se encuentran en California y producen miles de millones de dólares cada año. A medida que los incendios se propagan a una tasa alarmante -2021 podría convertirse en el año con mayor destrucción de todos los tiempos-, la capacidad de luchar contra las llamas se ve reducida.

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Randy Dunn (izquierda) y su hijo Mike, revisando sus viñedos en Angwin, California. Foto: AFP.

“Sé que el departamento de incendios de California no puede estar en todos lados al mismo tiempo y eso se ha visto constantemente, no sólo aquí, sino también en el resto de California”, dice Randy Dunn, quien fundó su viñedo en 1979. “Por eso creo firmemente que si tienes alguna protección y permaneces aquí, tienes una oportunidad. Si te vas, pienso que tu chance realmente disminuye”, explicó.

Dunn ya tiene un camión de bomberos de 1946, viejo pero aún en funcionamiento, y acaba de comprar uno más nuevo. La sirena no sirve, pero las mangueras sí, aunque aún no han sido puestas a prueba y las utiliza por ahora solo para divertirse con sus nietos. Sin embargo confía en que le será útil si un incendio alcanza su propiedad.

La compra fue provocada por una alerta el año pasado, cuando el incendio Glass quemó más de 270 kilómetros cuadrados en los condados de Napa y Sonoma, principales productores de vino del país. Varios viñedos quedaron reducidos a cenizas. “Fue a casi dos kilómetros de aquí”, dijo a la AFP señalando hacia el occidente, donde pinos secos permanecen aferrados a tierra polvorienta.

Cosecha depreciada

Los incendios forestales son considerados parte del ciclo natural de regeneración de vegetación, pero su alcance, intensidad y frecuencia están aumentando en el oeste de Estados Unidos, al tiempo que el planeta enfrenta nuevos patrones climáticos. Cada temporada de incendios trae nuevas preocupaciones sobre cuánto arderá este año y hasta dónde el viento arrastrará las ascuas.

Los vinicultores de Napa, traumatizados, han puesto manos en el asunto, creando cortafuegos, poniendo bombas y tanques de agua más grandes para proteger sus tierras. Randy Dunn ha gastado miles de dólares en eliminar el bosque alrededor de su propiedad y comprar su segundo camión de bomberos.

Pero esos costos palidecen al compararse con los precios del seguro, que han aumentado más de cinco veces este año hasta alcanzar los 500.000 dólares. Esos equipos les permiten defender su viñedo, dijo Mike Dunn, su hijo, que maneja la operación. “Pienso que nos da paz mental (...) Ciertamente no hace daño tener algún método para rociar cualquier incendio que comience. (...) Si algo llega hasta aquí, podemos apagarlo”, señaló.

La familia Dunn tiene 17 hectáreas de viñedos y produce decenas de miles de botellas de vino cada año, añejadas en barriles franceses. Cada una se vende entre 85 y 140 dólares. Pero el año pasado la cosecha de vino alcanzada por el humo tuvo que envasarse en vino de caja por apenas 6 dólares. En total, los daños se elevaron a 2.000 millones de dólares en Napa, según una asociación de vinicultores. “Las dos evacuaciones el año pasado, la proximidad del incendio y la cosecha arruinada (...) es simplemente aterrador”, lamentó Mike Dunn. “Es una forma de vida que está siendo amenazada”, expresó.

Soluciones

Con los incendios propagándose en California, la familia Dunn no es la única que se preocupa por los recursos que dispone el servicio de bomberos para protegerlos, incluso con la llegada de un helicóptero que tiene cámaras de alta tecnología que detectan fuego.

Su vecino Michael Rogerson, relativamente recién llegado en la región y CEO de una compañía aérea, está ofreciendo otra solución particular. Tiene dos helicópteros que en el pasado fueron militares y que quiere utilizar como máquinas contra los incendios. “Estamos terminando de equipar los helicópteros y esperamos que estén en la región en dos semanas”, comentó.

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Con apenas unas pocas semanas antes de la cosecha de uvas, Randy Dunn espera que estas alternativas no sean necesarias, y que no tenga que usar sus camiones, al menos no para enfrentar las llamas. “Hemos usado la vieja manguera para hacer muy buenas peleas de pistolas de agua con los niños”, manifestó. “Ellos tienen sus pistolas de agua de alto poder, yo tengo mi manguera”, expresó.

Fuente: AFP.

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