"Un paso al costado es lo más sensato", le sugiere el escritor cubano residente en Paraguay, Aldo Luberta, al actual presidente de la emblemática isla, Miguel Díaz Canel. Foto: AFP
Ingeniero, me dirijo a usted sin emplear vocablos soeces ni ofensivos, tan innecesarios en estos álgidos momentos. Lo hago convencido de que esta consecución de ideas nunca llegará a sus manos; o, en el caso de que suceda, hará caso omiso a mis planteamientos.
No obstante, escribo haciendo uso de mi derecho a expresarme con libertad, insisto, siempre dentro del respeto al prójimo, independientemente a su condición, social, económica o intelectual.
Desde el mes de marzo de 2006 resido en Asunción, capital de Paraguay, una pequeña nación ubicada en el corazón de América del Sur. En un poco más de 5 lustros conviviendo en estas humildes fronteras, que me han acogido como un hijo dilecto, he aprendido, sobre todo, a respetar a quien piensa diferente; a que se puede compartir ideas, debatir, sin explotar en improperios.
He aprendido que, públicamente, se puede manifestar, incluso contra el gobierno, sin que el hecho sea considerado un delito.
He aprendido que un determinado líder, con el voto popular, puede entronizarse en el Poder Ejecutivo, y, con la misma intensidad de confianza, ser blanco de innumerables reclamos.
He aprendido que los sistemas de salud y educación gratuitos, aunque imperfectos, no son exclusivos del sistema social que rige en Cuba desde 1959.
Aldo Luberta, escritor cubano radicado en Asunción desde marzo de 2006. Foto: Gentileza
Hoy, desde mi residencia asuncena puedo palpar la inconformidad de mis compatriotas en varios puntos de la isla. Ellos, mis connacionales, pacíficamente, aunque enardecidos, reclaman, exigen, un cambio en la dirección del barco del que usted, ingeniero, es el improvisado timonel.
Sería de imberbe hacer creer que la CIA, la “temida” Agencia Central de Inteligencia, les abone a cada uno un monto económico por expresar el sentir que los embarga; como también, y por eso nos tratan como caninos con escabiosis, hacer creer que la CIA haga lo mismo con nosotros, los cubanos que residimos fuera de la isla.
No son, no somos gusanos; no son, no somos, apátridas; no son, no somos, escorias, ni desperdicios, ni heces fecales hediondas expelidas con fuerza para convertirse en alimentos de roedores.
Somos CUBANOS que como CUBANOS exigimos un mejor futuro para nuestro caimán antillano. Siempre se dijo, no me consta porque no lo conozco, que usted, ingeniero, es una persona con un “elevadísimo nivel intelectual”. Supongamos que así sea, por eso le sugiero que acepte mi humilde consejo: Entregue el timón.
Dese cuenta de que no posee la capacidad de liderazgo para hacer revivir de las cenizas, como Ave Fénix, el proceso que, en cierta ocasión, fue la admiración del mundo.
Seré criticado, es cierto, pero, sinceramente, no me afecta; con respeto aceptaré los comentarios diametralmente opuestos a mi ideología; recuerde que desde 1959 nos enseñaron a ofender a quienes piensan diferente, detalle que, como le dije, aprendí en este hermoso país.
Seré minimizado; usted, y otros, muchos otros, se preguntarán quién soy para dirigirme a su persona tan osadamente; no pocos van a expresar que “¿quién le dio permiso a este escritor de cuarta a…”.
Tampoco me importa, ingeniero, porque, aunque vivo lejos, muy lejos, continúo siendo la persona que el 27 de junio de 1969 vio a luz de sus días en la inolvidable barriada capitalina de Santa Felicia. Un paso al costado es lo más sensato.
El Trabajo Social cuenta con una sólida trayectoria en Paraguay desde 1937, y se formalizó como carrera universitaria en 1963 en la UNA. Foto. Ilustrativa
Mesa Nacional de Trabajo Social niega que Paraguay carezca de trabajadores sociales
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En un comunicado firmado por representantes de la Red de Trabajadores Sociales del Norte, SIPROTRASO PY, APSSTSPY – Filial Concepción, entre otros, la Mesa Nacional de Trabajo Social de Paraguay expresó su preocupación ante una reciente publicación de la Comisión de Cultura del Senado en la que se afirma que Paraguay carece de trabajadores sociales.
“Esta afirmación es sorprendente, dado que el Trabajo Social cuenta con una sólida trayectoria en nuestro país desde 1937, y se formalizó como carrera universitaria en 1963 en la Universidad Nacional de Asunción (UNA). Desde entonces, la profesión se ha expandido a diversas universidades públicas y privadas, ofreciendo formación en Asunción y en varias ciudades del interior”, explica la mesa.
Agrega que a lo largo de los años, un número significativo de profesionales ha egresado y se desempeña en instituciones públicas y privadas, abarcando todos los poderes del Estado. La promulgación de la Ley 6220 en 2019, que regula el ejercicio del Trabajo Social en Paraguay, y la aprobación de los planes de estudio por el CONES, validan el proceso de formación en este campo según altos estándares académicos del Mercosur. Sin embargo, muchos egresados enfrentan el desafío del desempleo o trabajos precarios.
“Si bien el Trabajo Social no está plenamente integrado en todos los ámbitos, esto no se debe a la falta de profesionales capacitados, sino a la falta de voluntad política para garantizar su inclusión efectiva y a la invisibilización de nuestra labor por quienes no cuentan con la formación adecuada. Esta situación evidencia que la implementación de políticas sociales en Paraguay aún no ha alcanzado los niveles de profesionalización observados en otros países de la región, lo que afecta el acceso de la población a una atención de calidad, como reflejan los índices de pobreza y desigualdad”, expresa.
A continuación indican que es urgente fortalecer el Trabajo Social en Paraguay y que las autoridades reconozcan esta necesidad a nivel local, departamental y nacional. Es fundamental respetar la normativa que exige la inclusión de Trabajadores Sociales en los equipos interdisciplinarios de las diversas áreas de acción de los Ministerios, los cuales, en muchas ocasiones, son ocupados por personal sin la formación adecuada.
El derecho de la población
Antes de finalizar, el comunicado expresa que la intervención social requiere no solo de inversión y compromiso, sino también profesionales que cuenten con entre cuatro y cinco años de formación académica rigurosa.
Esto pone de manifiesto que en nuestro país aún no se ha logrado la profesionalización en la implementación de políticas sociales, a diferencia de otros países de la región. Asimismo, se vulnera el derecho de la población a acceder a atención de calidad, lo que se refleja en indicadores preocupantes relacionados con la pobreza, la desigualdad y los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM).
Aplaudimos cualquier propuesta de formación universitaria que respete los principios científicos, éticos y críticos de nuestra profesión. Sin embargo, es fundamental aclarar que el Trabajo Social no surge con la creación de una nueva universidad; esta se sumará a las instituciones existentes que han trabajado durante décadas por una sociedad más justa y democrática en Paraguay.
Para cerrar, dicen que “confiamos en que este comunicado contribuya a una mejor comprensión sobre la importancia y trayectoria del Trabajo Social en nuestro país, y sirva como guía para su fortalecimiento y visibilidad como una profesión comprometida con los derechos humanos y el desarrollo social”.
Carta abierta de la viuda de Marcelo Pecci a 3 años de su muerte
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Al cumplirse este sábado tres años del asesinato del fiscal Marcelo Pecci en Colombia, su esposa Claudia Aguilera divulgó una emotiva carta abierta haciendo un nuevo reclamo para que se haga justicia al recordar los terribles momentos que le tocó vivir el 10 de mayo de 2022 en la playa de Barú.
“Me desgasto día a día al pensar en lo que ocurrió. Perdóname, amor, por no poder recordarte sonriendo, por no recordar la calidez de tu abrazo y solo ver y escuchar los tres disparos; por recordar tu cuerpo ensangrentado y tu corazón desvaneciéndose poco a poco”, expresa la periodista.
También menciona que su hijo Marcelito ya ha cumplido 2 años de edad, que cada vez se le parece más y está comenzando a hablar muy bien. Le comenta que le habla de su padre, pero tal vez no lo suficiente. Resalta que desea protegerlo de todo lo malo que les ha tocado vivir como familia, “de la infamia de vivir en un país sin justicia”.
Aguilera manifiesta que la memoria de su esposo asesinado aún “molesta a las autoridades, a actores judiciales y a políticos de este país. Personas que tal vez prefieren encubrir, no sé a quién o a quienes, y borrar, de paso, tu legado".
“Te pido perdón, Marcelo Pecci, por la inacción de tus pares de la Fiscalía, que solo usan tu nombre para reivindicar valores que no los representan”, continúa su carta. Así también, reconoce pesar por sentirse alejada de Dios en los momentos que le abruma la tristeza
“Perdóname por ya no creer en la justicia. Te pido perdón por sentirme impotente ante la crueldad e inmensidad de los hechos. Amor, son tres años aciagos. Perdóname por no escribirte líneas más esperanzadoras”, comparte en un tramo final.
Aguilera se despide pidiéndole a su esposo que le de la fuerza para no claudicar y mantener la fe. Señala que tanto sus padres, hermanos, sobrinos, amigos y tantas personas que lo han amado lo van a recordar y seguir honrando su memoria buscando que se haga justicia en algún lugar del mundo.
Estimado señor Morales (si todavía se siente cómodo con ese título):
Veo que está muy preocupado por el retiro de Lionel Messi. Respire. Lo entiendo: verle seguir jugando con casi la misma magia de siempre debe provocarle cierto cortocircuito emocional. Pero le traigo malas noticias: Messi sigue y usted, lamentablemente, también tendrá que seguir viéndolo.
Es curioso cómo alguien tan indignado por el rendimiento de un genio se olvida de todo lo que nos regaló. Tal vez se le cayó la memoria en alguna redacción, o se le derramó el respeto en una taza de café. Messi no solo nos dio goles imposibles y jugadas que parecen salidas de una novela, sino que además construyó una familia ejemplar y representa los valores que tanto le faltan a muchos que opinan desde el resentimiento.
Como su médico personal, puedo decirle que recientemente atravesó un problema orgánico que ya está en vías de solución. Sí, algo que se resuelve. A diferencia de su problema, que parece más bien del alma o del ego.
Y por si fuera poco, se ve su total falta de objetividad cuando dice admirar a Cristiano Ronaldo pero no a Messi, simplemente porque el equipo de Ronaldo “perdió solo por un gol”. Señor antiMessi, eso no es periodismo: es una rabieta mal maquillada. Usted es, con todo respeto, simplemente ridículo.
Pero no se preocupe: mientras usted grita desde sus columnas, nosotros —los que lo amamos, lo entendemos y lo admiramos— lo vamos a seguir defendiendo. Porque Messi fue, es y será siempre el número uno. Aunque a usted le arda. Y sí, parece que le arde bastante.
Así que hágase a la idea: Messi sigue jugando. Sigue brillando. Y si alguien va a necesitar una silla de ruedas, será usted… no por la edad, sino de tanto temblar cada vez que lo vea hacer magia con la pelota.
Como ya es habitual, el obispo de la diócesis de Caacupé, el monseñor Ricardo Valenzuela, tras finalizar la misa central por las festividades de la Virgen de Caacupé, procedió a la lectura de su carta abierta. Foto: Matias Amarilla
Obispo insta a recuperar la esperanza del pueblo en pos del avance social
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Como ya es habitual, el obispo de la Diócesis de Caacupé, monseñor Ricardo Valenzuela, tras finalizar la misa central por las festividades de la Virgen de Caacupé procedió a la lectura de su carta abierta para el pueblo paraguayo. Realizó una fuerte crítica a las auto-asignaciones de los parlamentarios, pero a la vez hizo mención de la esperanza, destacando a los jóvenes paraguayos que dejan alto la bandera nacional y también la campaña que actualmente lleva adelante la selección paraguaya.
Al iniciar la lectura de la carta hizo mención de dos refranes utilizados en nuestro país con mucha frecuencia, una de ellas que habla de que las desgracias siempre buscan a los pobres (mboriahu akãrente ho’a rayo), mientras que la otra era una luz hacia el final del túnel, diciendo que la esperanza no se enmohece (esperanza na havéi).
Se refirió a que la esperanza alcanza también a la posibilidad de un cambio, de poner fin a las malas prácticas que cristalizan el manejo de la cosa pública. “El país necesita nuevos e inspirados líderes, personas comprometidas, auténticas, íntegras, sin 7 dobles agendas, dispuestas a respetar las reglas democráticas y a cumplir los mandatos recibidos del pueblo, solamente del pueblo y de las leyes acordadas. Es tiempo de dar a la juventud esa oportunidad de servir a su país con pasión, conocimiento actualizado, honestidad y patriotismo”, comentó.
En su crítica, recordó los problemas de larga data como la calidad del sistema de transporte, el acceso a un buen servicio de energía eléctrica e inclusive la falta de iniciativa para que se den mayores oportunidades de trabajo a través de la fabricación de equipos que se compran del extranjero y que bien pueden ser producidos por mano de obra nacional.
Destacó la amplia capacidad del pueblo paraguayo para avanzar hacia el futuro, recordando logros históricos recientes de jóvenes prometedores que han dejado el nombre de nuestro país en lo más alto a nivel internacional; enfatizando la importancia de que se apoyen las iniciativas nacionales y por sobre todo, se generen espacios de crecimiento para las actuales y próximas generaciones.
“Hermanos y hermanas, en nuestro país hay gente capaz, con privilegiada inteligencia, hay talento y perseverancia, pero muchas veces no existe voluntad, ni gestión, ni políticas públicas de impulso y mucho menos liderazgo para engrandecer nuestra nación. Demasiado tiempo y recursos se desperdician por la codicia de pocas personas, o de familias que se turnan para hacer girar la rueda de la fortuna y volverse ricos, sin esfuerzo alguno, teniendo como fuente, generalmente, los recursos del Estado”, sentenció el monseñor Ricardo Valenzuela.
El monseñor remarcó problemas de larga data como la calidad del sistema de transporte, el acceso a un buen servicio de energía eléctrica. Fotos: Matías Amarilla
Los presos fueron también recordados por monseñor en su carta abierta, donde aseguró que es necesario rever y trabajar en el sistema judicial para analizar la situación de muchos presos en nuestro país y el proceso de sus condenas, ya que existen muchos casos en que las personas se encuentran privadas de su libertad aun sin una sentencia o condenados por dudosas acusaciones y procesos.
“Qué hermoso gesto de las autoridades nacionales del Paraguay sería que los tres poderes del Estado actuaran en consonancia con esta propuesta del Papa; que modifiquen lo que deban modificar y apliquen lo que deban aplicar, y se anticipen al inicio del Jubileo con la liberación de las personas en situación de penuria y de quienes cargan con sentencias de dudosa legitimidad y legalidad”, reforzó Valenzuela.
En cuanto a los ancianos, exhortó a la sociedad a que los tengan en cuenta para que no queden arrinconados en el olvido y la soledad que, en muchos casos, les causa aún mayor dolor que cualquier dolencia que puedan tener. Remarcó que es necesario que las personas mayores no solo se sientan acompañadas y queridas, sino que también se les brinde la seguridad de un buen vivir, enfatizando la protección de los fondos jubilatorios.
“Es imposible no pensar en este punto en nuestros queridos jubilados, cuyos fondos están siempre en zozobra y a quienes el seguro social considera una carga y por consiguiente los trata con desmedro y menoscabo a la hora de recibir atenciones de salud. No se puede especular con la jubilación de los ancianos, de las personas que trabajaron tres décadas para poder vivir honradamente sus días postreros”, comentó el obispo de Caacupé.
Recordó también a los pobres y enfermos; a quienes en la mayoría de las ocasiones las agendas políticas, tanto a nivel nacional como internacional, mantienen relegados. Foto: Matías Amarilla.
Recordó también a los pobres y enfermos; a quienes en la mayoría de las ocasiones las agendas políticas, tanto a nivel nacional como internacional, mantienen relegados en cuanto a soluciones y asistencia, haciendo un llamado formal a la sociedad paraguaya y a las autoridades a trabajar en mejorar las condiciones de vida de los mismos como una señal clara de apuesta al futuro y demostración de esperanza colectiva.
En cuanto a los jóvenes, aseguró que su rol en la sociedad es fundamental y protagónico, por lo que los instó a discernir, detenidamente, sobre la oportunidad que tienen con el Jubileo, como los demás, de volver a intentar lo que tal vez no fue posible antes, reconstruyendo la relación con Dios.
“No nos limitemos mirando solo hacia atrás, fijándonos solamente en las virtudes del pasado, dejando de ver el talento presente de numerosos jóvenes dispuestos a demostrar sus capacidades y los valores éticos en la gestión pública. Construyamos, entre todos, la esperanza que nos lleve cuanto antes a concretar también ese sueño”, finalizó el obispo de Caacupé, el monseñor Ricardo Valenzuela.
Destacó la importancia de aprovechar el jubileo 2025, en donde se procederá a la apertura de la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro, en el Vaticano, el 24 de diciembre próximo, como una señal no solo de fe, sino de esperanza, una esperanza que para el pueblo paraguayo debe ser revivida y fortalecida con acciones que solucionen los problemas centrales por los que atraviesa actualmente.
“Este año hemos sostenido nuevamente encendidos debates entre todos los estamentos con respecto a la realidad nacional, y aunque no hemos logrado avanzar mucho hacia una sociedad más justa y equitativa, y hacia un gobierno más tolerante y confiable, no obstante, pudimos celebrar algunas señales de que es posible lograr metas difíciles y aparentemente inalcanzables”, indicó el obispo.
En otro momento recordó a los secuestrados y dijo que en nuestro país, si bien no vivimos una guerra como en Oriente Medio o en Europa, siguen perturbando la paz. Dijo que no se puede estar en paz con el secuestro impune de personas, ajusticiamientos por cuenta propia, con matanzas entre cárteles en la vía pública con saldos de “daños colaterales”, con inseguridad ciudadana y con injusticias de todo tipo.
“Nuestras guerras paraguayas no tienen la dimensión ni la magnitud del conflicto israelí-palestino, ni las de Rusia con Ucrania, pero siguen perturbando nuestra paz las guerras entre grupos armados de narcotraficantes a las que se suma el rebrote de cuando en cuando de la banda de asesinos que opera en el norte del país, con saldo de numerosas muertes y la incógnita sobre la vida del policía Edelio Morínigo y del señor Óscar Denis y de tantos otros”, lamentó.
Criticó la inseguridad reinante recordando que hay barrios enteros que no pueden llevar una vida tranquila debido a la violencia que genera el consumo y la distribución de drogas. “Padres y madres que deben resignarse a perder el control de sus hijos, ganados por las bandas delictivas de este negocio, y que viven esperando el nefasto momento de recibir el cuerpo de sus hijos, como corolario de sus tristes historias”, indicó.