El gobierno colombiano decidió suspender desde el viernes todos los vuelos con Brasil debido a la detección de una nueva cepa de COVID-19, anunció este miércoles el presidente Iván Duque.
“Como medida preventiva y por un periodo de 30 días, mientras se hacen todas las observaciones, se toman las medidas de restricción de vuelos de Colombia hacia Brasil o de Brasil hacia Colombia”, dijo el mandatario en su programa cotidiano de televisión.
La restricción afectará únicamente a los vuelos de pasajeros, ya que el transporte de carga se mantendrá intacto, en tanto que los viajeros que llegaron de ese país entre el 18 y el 27 de enero tendrán que aislarse por 14 días, precisó.
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Además, el mandatario conservador indicó que se fortalecerá el monitoreo de la situación epidemiológica en la amplia frontera amazónica que comparten los dos países.
De este modo, Colombia se sumó a Portugal, Turquía, Marruecos y Perú en la lista de naciones que tomaron esta decisión. Colombia decidió en diciembre medidas de restricción similares frente a la cepa descubierta en Reino Unido.
Según expertos, las variantes que emergieron en Reino Unido, Sudáfrica, Brasil y Japón tienen en común una mutación llamada N501Y, que explicaría su mayor transmisibilidad. Colombia atraviesa actualmente una segunda ola de contagios por COVID-19 ligada a las fiestas de fin de año, que tiene a los hospitales al borde del colapso.
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La cuarta economía de América Latina y el Caribe suma más de dos millones de contagios y 52.000 muertes. Aunque detectó un primer caso de COVID-19 el 6 de marzo, el gobierno decretó el fin del confinamiento a partir del 1 de septiembre, tras cinco meses y medio de encierro, ante el descalabro de la economía.
Fuente: AFP.
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Comercio entre Paraguay y Brasil registra un crecimiento sostenido
La Cámara de Comercio Paraguay Brasil (CCPB) inició un ciclo trimestral de análisis de los principales indicadores económicos y las oportunidades ante el escenario internacional tanto para Paraguay como para Brasil. En la apertura, destacaron que el comercio con el país vecino pasó en 20 años de USD 1.300 millones a USD 3.500 millones.
Paraguay y Brasil son socios comerciales y su volumen de comercio crece sostenidamente, según explicó el economista Jorge Garicoche durante su exposición en el primer “Update Comex Paraguay Brasil”, evento que cada tres meses buscará exponer ante empresarios que comercian con el vecino país los últimos indicadores económicos, oportunidades y desafíos para ambos países.
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El economista señaló que la relación comercial con Brasil fue escalando con el correr de las décadas y ejemplificó que en 1980 el volumen de comercio fue de USD 40 millones, mientras que para 1994 escaló a USD 1.300 millones y 30 años después se ubicó en USD 3.500 millones.
“En los últimos 30 años casi triplicamos lo que estamos vendiendo en Brasil, así que ahí todavía hay muchas oportunidades de crecimiento”, manifestó.
Inflación como amenaza
Garicoche destacó que las economías de Brasil y Paraguay son las menos propensas a verse amenazadas por shocks externos y son las más basadas en fundamentos reales de la economía en la región. No obstante, reconoció que ambas tienen a la inflación como su principal y persistente amenaza.
Por su parte, el presidente de la CCPB, Fabio Fustagno, explicó que Paraguay debe buscar incorporarse a la cadena productiva de Brasil, principalmente a través de la maquila, ya que la situación arancelaria entre Estados Unidos y China hace que los productos de la región sean más competitivos y tengan mayor posibilidad de ingreso al mercado norteamericano, pero también a nivel global.
“Debemos integrarnos a la cadena productiva brasileña que está mucho más avanzada que la nuestra. La industria brasileña hay que reconocer que además de estar más avanzada, está abierta al mundo. El mundo compra productos brasileños, entonces nosotros vemos como un gran potencial ser parte de la cadena productiva brasileña”, explicó.
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Miles de indígenas llegan a Bogotá para marchar a favor del gobierno
- Fuente: AFP
Más de 10.000 indígenas se concentran este lunes en una universidad pública de Bogotá, donde esperan la llegada de más comunidades originarias para apoyar las marchas del 1 de mayo convocadas por el gobierno en defensa de sus reformas de izquierda.
Al interior de algunos edificios y a lo largo del campus estudiantil, los indígenas se organizan en carpas y refugios improvisados con plásticos donde pasan la noche desde el fin de semana. Varios camiones llenos de personas hacían fila en la mañana para entrar a las instalaciones.
“Hasta el momento no ha habido afectaciones, ni violencias dentro de la universidad” Nacional, dijo el secretario de Gobierno de la alcaldía de Bogotá. Según el funcionario local, hasta ahora hay unos 11.000 indígenas en la mayor universidad pública del país, pero “van a llegar más”.
A poco más de un año de terminar su mandato, el presidente Gustavo Petro llamó a apoyar sus proyectos rechazados por el Congreso en el marco de las marchas del Día Internacional del Trabajo.
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El primer gobierno de izquierda en la historia del país llegó al poder en 2022 con una ambiciosa batería de iniciativas, pero solo ha podido hacer realidad una reforma pensional y una tributaria.
Impedido por ley para ser reelegido, el mandatario anunció una consulta popular con doce preguntas sobre la ampliación de derechos laborales y de salud.
Más de 157 vehículos con unos 5.500 indígenas han entrado a la capital desde el fin de semana y unos 180 autobuses adicionales vienen en camino, según la policía.
Algunos senadores opositores y profesores de la Universidad Nacional se han quejado de la ocupación del campus, aunque la institución ha negado cualquier afectación.
“Rechazamos la instrumentalización de la situación (...) así como la estigmatización de las comunidades indígenas”, indicó la universidad en un comunicado.
Los indígenas han apoyado a Petro desde su campaña por la presidencia. La ministra de Ambiente, la embajadora ante la ONU y otros funcionarios de su gobierno son de comunidades originarias, que representan el 4,4% de los 50 millones de habitantes en Colombia.
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El mundo se pregunta cuál será la línea del próximo papa
¿Podemos esperar un futuro papa de ruptura o de continuidad? Más que un cambio de doctrina, los expertos prevén inflexiones en el estilo y las prioridades de parte del sucesor de Francisco.
Francisco deja una imagen de papa reformista, ya sea en la cuestión del levantamiento del secreto pontifical sobre la violencia sexual, el funcionamiento y las finanzas de la iglesia o la incipiente tendencia a bendecir parejas homosexuales.
Pero “ya sea en cuanto a temas como el aborto, el fin de la vida, el matrimonio de sacerdotes, la ordenación de mujeres, la homosexualidad, que son puntos de la doctrina conservadora tradicional, Francisco no ha cambiado nada”, declaró a AFP François Mabille, director del Observatorio Geopolítico de la Religión.
Al frente de una iglesia de 1,4 millones de católicos, el papa era adepto a utilizar frases “que impactaron la opinión pública”, agregó el investigador, y no dudaba en criticar a los dirigentes en términos más o menos velados.
“¿Quién soy yo para juzgar?”, preguntó sobre los homosexuales o se refirió a “cultura del despilfarro” para hablar del medio ambiente que fue una de sus batallas.
Abogó por “una actitud de apertura hacia las personas que sufren”. Con su sucesor, que debe ser electo por los cardenales las próximas semanas, “no es seguro que el tema de los migrantes, que él machacó durante 12 años, sea retomado de la misma manera y con tanta frecuencia”, señaló Mabille.
Temas candentes
Otro posible punto de inflexión, según el investigador, es la implicación de Francisco en los conflictos, “desproporcionada con respecto a casi todos pontífices del siglo XX”, ya sea en Ucrania o en Oriente Medio, donde sus llamados han tenido pocos efectos. “El sucesor pasará sin duda a un segundo plano”, anticipó.
Por otra parte, el futuro papa deberá abordar “temas candentes” para la Iglesia católica, en particular el papel de las mujeres, o la organización general: “Si el debate se cierra, existe el riesgo de que algunos católicos deserten”, adelantó Mabille, en momentos que la Iglesia atraviesa una crisis de vocaciones en Europa.
Martin Dumont, secretario general del Instituto de Investigación para el Estudio de las Religiones, también rechaza un análisis binario: por definición, el jefe de la Iglesia “debe ser un principio de unidad para todos los católicos, por lo cual no se puede hablar de ruptura o continuidad”.
Evidentemente la personalidad tendrá un papel: “Cada papa tiene su particularidad, sus intenciones. El próximo podría quizás comunicar más sobre la doctrina”, agregó Dumont.
Bergoglio “bis”
El sucesor de Francisco podría también tener un discurso “más controlado” después de un papa que “hablaba todo el tiempo y sobre todos los temas”.
“Sin duda será necesario alguien que hable menos” y que adopte, en materia de gobierno, “una flexibilidad más colegiada”, apuntó Dumont.
Pero el investigador apuesta por que “en lo que se refiere al aspecto misionero, a la participación de los laicos en la vida de la Iglesia, no debería haber un cambio particular”.
En esta elección también “no hay un campo particular”, recordó, a diferencia del período posterior a Juan Pablo II, cuando surgieron “dos ejes diferentes” entre la personalidad muy fuerte del cardenal Carlo Maria Martini (más progresista) y la de Joseph Ratzinger, que resultó electo papa.
Pero ¿será posible ver un “Bergoglio bis”, considerando que casi 80 % de los cardenales fueron nombrados por Francisco?
“Podría haber sorpresas”, porque algunas personalidades podrían salirse de la línea", estimó Mabille.
Recordó que el papa nombró cardenal al arzobispo de Kinshasa, Fridolin Ambongo, quien encabezó una virulenta protesta del episcopado africano contra la bendición de las parejas del mismo sexo.
Ocupa ahora una posición de fuerza dado que África es actualmente una de las principales zonas de crecimiento de la iglesia.
Fuente: AFP
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Itaipú: 52 años del tratado que evitó un nuevo conflicto bélico entre Paraguay y Brasil
Lourdes Torres (lourdes.torres@nacionmedia.com)
Un día como hoy, pero hace 52 años, se lograba el mayor éxito diplomático del gobierno paraguayo, la firma del Tratado de Itaipú, que no solo sellaba el pacto de amistad y cooperación con Brasil, sino que ponía punto final a un largo conflicto de límites con el vecino país que incluso se arrastraba desde la época colonial. Historiadores destacan que este tratado también evitó que Paraguay y Brasil se volvieran a levantar en armas a casi 100 años de culminada la guerra de la Triple Alianza.
El 26 de abril de 1973 se firmaba el Tratado de Itaipú, más allá de la colosal hidroeléctrica que es una de las más grande del mundo, existe por detrás una historia intrincada, previa a su construcción que muy poco es recordada y cuyos orígenes datan de la época colonial y que, en la década de los años 60, volvió a generar un grave conflicto entre ambas naciones al punto de casi desatar una nueva guerra por los límites fronterizos.
Al respecto, el profesor e investigador histórico Eduardo Ortiz Mereles, en comunicación con La Nación/Nación Media, señaló que la falta de una definitiva demarcación de límites entre lo que fueron las posesiones españolas y portuguesas en la época colonial arrastró más de un siglo y medio después, un serio problema diplomático entre Paraguay y Brasil.
“En efecto, los límites entre Brasil y Paraguay fueron tratados ya por España y Portugal, a lo largo del siglo XVIII. Tras la Guerra de la Triple Alianza, ambas naciones firmaron el Tratado de Paz (Loizaga–Cotegipe) se estableció que los límites entre ambos países será el cauce del río Paraná, desde el río Yguazu hasta el Salto Grande de las Siete Caídas (Saltos del Guairá). El problema es que la palabra “hasta”, no incluye ni excluye el salto para ninguno de los dos países. En consecuencia, se llegó al siglo XX y los Saltos del Guairá quedaron en tierra de nadie", comentó.
Agregó que este problema llegó a los años 1960 donde se agravó el conflicto con el Brasil. Mencionó que, para esa época, ya habían estudiado el potencial hídrico que tenía el río Paraná. Indicó que desde siempre el gobierno brasileño se caracterizó por el desarrollo de su país pensando en el futuro de su nación.
Un gran logro diplomático
Igualmente, el historiador Claudio Velázquez señaló que la firma del Tratado de Itaipú fue un gran logro diplomático para ambos países que arrastraban un largo conflicto por los límites, que luego se sumó el aprovechamiento del potencial hidroeléctrico del Paraná.
Coincidió con Ortiz al señalar que, en octubre de 1965, el conflicto se agravó cuando Brasil ocupó militarmente con la fuerza una zona de Puerto Renato, que le correspondía al Paraguay, apresando a una Comisión Nacional de demarcación de Límites en la zona de Saltos del Guairá, entre los apresados recordó que estuvo Conrado Papalardo.
“Este fue el punto tenso que se llegó y casi lleva a ambos países a levantarse nuevamente en armas. No obstante, hay que decirlo, que en ese momento el gobierno paraguayo supo sacar provecho de la hegemonía estadounidense, apoyándose en eso es que se logra decir al Brasil que se siente a negociar con Paraguay de manera diplomática y no en armas”, remarcó Velázquez.
Agregó que esta época coincidió también con la Guerra Fría, donde Paraguay y Brasil eran aliados estratégicos de EE. UU., a quien no le convenía tener a dos aliados enfrentados. Es así que en junio de 1966 se firmó el acta de Foz de Yguazú que es el antecedente importante del Tratado de Itaipú.
Finalmente señaló que, más allá de las controversias que existen con respecto al pago de la energía y las cesiones con respecto al Anexo C, así como las críticas a la sobrefacturación de la construcción de la hidroeléctrica que terminó saliendo más caro de lo presupuestado, en líneas generales fue un logro importante para el país.
“En el caso de la obra de Itaipú de 2.033 millones de dólares, pasó a costar un aproximado de 20.000 millones de dólares, hablamos de mucho dinero más de lo previsto y la deuda que significó para el Paraguay. La construcción, es cierto dinamizó la economía del país, todo ese dinero, lastimosamente no se invirtió suficientemente en infraestructura y desarrollo industrial, sino que fueron unos recursos no muy bien administrados”, agregó.
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