Varios aliados del principal opositor ruso Alexéi Navalni, que está a bordo de un avión que lo lleva a Rusia desde Alemania, fueron detenidos el domingo por la policía en el aeropuerto de Moscú, adonde vinieron a recibirlo, indicó un colaborador.
“Liubov Sobol, Ruslan Shavedinov, el jurista Alexéi Molokoyedov, el asistente de Navalni Ilia Pajomov, la directora de campaña Anastasia Kadetova y Konstantin Kotov fueron detenidos”, indicó en Twitter Ivan Jdanov, uno de los más allegados colaboradores del opositor.
Un video difundido por el medio opositor MBKh Media muestra a la policía escoltando a varias personas, entre ellas Liubov Sobol, figura ascendente de la oposición rusa detenido ya hace algunas semanas.
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Entre las otras personas detenidas figura Ruslan Shavedinov, un colaborador de Navalni que las autoridades enviaron a la fuerza al Ártico en 2019 para cumplir su servicio militar obligatorio, tras un registro de la organización opositora.
Konstantin Kotov también es un conocido opositor ruso, que fue liberado en diciembre tras cumplir una pena de año y medio de prisión por una “violación reiterada” de las reglas sobre la organización de manifestaciones.
El diario de oposición Novaya Gazeta también informó de la detención de su corresponsal en el aeropuerto moscovita de Vnukovo, donde está previsto que aterrice el avión de Navalni hacia las 16H20 GMT.
Según MBKh MEdia, una decena de personas fueron detenidas antes del regreso a Rusia del opositor, a quien las autoridades penitenciarias advirtieron que también detendrían.
Las autoridades rusas habían advertido de los riesgos de participar en un “acontecimiento público” no autorizado en el aeropuerto de Vnukovo, donde se encuentran unos 200 partidarios de Navalni y unidades antidisturbios.
Fuente: AFP.
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Rusia: Navalni podría ser enviado a un campo de trabajo
Un tribunal de apelación ruso confirmó este sábado la condena de cárcel del principal adversario del poder ruso, Alexéi Navalni, que es objeto de varias causas judiciales y podría cumplir su condena en un campo de trabajo.
El juez de un tribunal de Moscú Dmitri Balashov disminuyó, no obstante, en un mes y medio la condena del activista anticorrupción, que finalmente deberá pasar en la cárcel dos años y medio, por haber irrespetado un control judicial.
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Navalni fue encarcelado el mes pasado cuando regresó a su país después de pasar meses de convalecencia en Alemania tras sufrir un envenenamiento que casi le cuesta la vida y del que acusa al Kremlin.
En ese momento, la justicia transformó una sentencia por fraude que data de 2014 y que podía cumplir en libertad, en una condena con cumplimiento de la pena en prisión, debido a que el activista violó el control judicial durante su convalecencia en Alemania.
Esta es la primera pena de cárcel de larga duración confirmada contra el activista tras una apelación en la decena de asuntos judiciales que tiene pendientes en su país. Presente en la audiencia, Navalni, con gesto sonriente, rechazó la condena y aseguró que su intención, al ir a Alemania, no era librarse de las autoridades rusas, a las cuales advirtió de su retorno a Rusia.
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“Compré un billete y dije a todo el mundo que regresaba a casa. Esto es absurdo”, dijo al juez. El fiscal respondió que el opositor había quebrantado la ley “abiertamente” y que se comportaba como si estuviera por encima de las normas.
“Nuestro país se apoya en la injusticia”, dijo Navalni tras escuchar la sentencia, antes de citar la Biblia: “Bienaventurados aquellos que tienen hambre y sed de justicia porque se verán saciados”. El activista instó a los rusos a actuar y a convertir al país en un lugar mejor. “Rusia no debería ser solo libre, debería ser feliz”, dijo.
Campo de detención
Uliana Solopova, portavoz del palacio de justicia de Moscú, aseguró el viernes a la AFP que los servicios penitenciarios podrán transferir al opositor a alguno de los numerosos campos de trabajo de Rusia si su condena era confirmada.
Herencia de la Unión Soviética, la mayor parte de las penas de cárcel en Rusia se efectúan en campos de trabajo penitenciarios situados a menudo lejos de todo. El trabajo de los detenidos, habitualmente en talleres de costura o de fabricación de muebles, es obligatorio.
Las condiciones de detención suelen ser motivo de denuncias frecuentes de los defensores de los derechos humanos. Este sábado por la tarde, Navalni comparecerá ante otro juez en un juicio por “difamación” contra un veterano de la Segunda Guerra Mundial.
La fiscalía pide por este caso una multa de 950.000 rublos (unos 10.600 euros, 12.500 dólares) y que la suspensión de pena se convierta en prisión firme. Las dos audiencias tendrán lugar después de que la Corte Europea de Derechos Humanos (CEDH) reclamara esta semana la liberación del militante anticorrupción de 44 años, alegando que existe un riesgo para su vida.
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Moscú refutó el pedido de la CEDH como ya hizo con los llamados en este sentido de la Unión Europea, pese a la amenaza de nuevas sanciones. Navalni, cuya encarcelación en enero provocó tres jornadas de manifestaciones reprimidas por la policía, denuncia que estos trámites judiciales son un montaje. Según él, el Kremlin quiere meterle en la cárcel para silenciarlo tras fracasar en su intento de asesinarlo por envenenamiento el verano (boreal) pasado. Moscú refuta estas acusaciones.
Navalni es objeto también de otros juicios. Por ejemplo, la justicia lo investiga por estafa y si es declarado culpable, podría pasar 10 años de cárcel. La Unión Europea y Estados Unidos han multiplicado los llamados para su liberación, mientras que los colaboradores del opositor exhortaron a Occidente a que imponga sanciones a los altos responsables rusos y allegados de Putin.
Moscú ve en ello una “injerencia” en sus asuntos y amenazó a los europeos con represalias. Navalni y sus partidarios cuentan organizar nuevas manifestaciones contra el poder en primavera y verano, con motivo de las elecciones legislativas.
Fuente: AFP.
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Rusia: policía detiene a 4.400 manifestantes pro-Navalni
La policía detuvo este domingo a más de 4.400 personas en Rusia y bloqueó el centro de Moscú en una nueva jornada de manifestaciones en todo el país para reclamar la liberación del opositor Alexéi Navalni.
Miles de personas desoyeron las advertencias del gobierno y salieron a las calles de varias ciudades rusas, desde Vladivostok a San Petersburgo, en el segundo fin de semana de protestas contra la detención del principal opositor del presidente Vladimir Putin. Coreaban lemas como “¡Libertad!” o “¡Putin es un ladrón!”.
Al menos 4.407 personas fueron detenidas en todo el país, de las cuales 1.365 en Moscú y 962 en San Petersburgo, al igual que unos 82 periodistas, según el último informe difundido por la ONG OVD-Info, especializada en el seguimiento de manifestaciones.
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En otras metrópolis rusas, como Krasnoyarsk (Siberia) y Vladivostok (Extremo Oriente), también se produjeron cientos de detenciones, según la la oenegé. La esposa de Navalni, Yulia Navalnaya, fue arrestada cuando se dirigía a la manifestación, indicaron varios medios opositores.
Estas nuevas movilizaciones ocurren tras las protestas del pasado fin de semana, que congregaron a decenas de miles de rusos y se saldaron con más de 4.000 detenciones y la apertura de unos 20 procedimientos penales.
En Twitter, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, criticó la represión de las manifestaciones mediante el “uso persistente de tácticas brutales” e instó a “liberar a quienes fueron detenidos, entre ellos Alexéi Navalni”. El ministerio ruso de Relaciones Exteriores no tardó en denunciar estas acusaciones como una “injerencia grosera en los asuntos internos” de Rusia.
“Putin es el mal”
Recubierto por una fina capa de nieve, el centro de Moscú parecía en algunas zonas una fortaleza, rodeada por un fuerte dispositivo de policía antidisturbios. Varias estaciones de metro estaban también cerradas. Periodistas de la AFP vieron a docenas de manifestantes siendo detenidos y embarcados en furgones policiales.
Pese a las amenazas, Ekatarina Britshkina, de 39 años, no dudó en protestar en la capital rusa y aseguró a la AFP que tenía “más miedo de lo que iba a pasar en el país si no salía a la calle”. “Es la represión, meten en la cárcel a gente inocente”, abundó Daria, una veterinaria de 34 años.
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Al caer la tarde, los manifestantes de Moscú empezaron a regresar a sus casas, algunos de ellos preguntándose si la protesta serviría de algo. “Es verdad que nos preguntamos si estas protestas harán algún bien”, declaró Nadia, una estudiante de 21 años. “Pasará aún más tiempo antes de que Navalni sea libre. Y aún más antes de que Rusia sea libre”, agregó.
En San Petersburgo, segunda ciudad del país, casi 2.000 personas que se habían congregado en una plaza del centro fueron dispersadas por la policía antidisturbios. “Putin, es el mal. No hay futuro con él, imposible vivir con estos salarios y tan poco trabajo”, se quejó Andréi, manifestante de 30 años.
También hubo marchas en ciudades como Vladivostok, donde decenas de manifestantes huyeron de la policía por las heladas aguas de la bahía de Amur, bailando en círculo. Y miles de personas enfrentaron temperaturas de hasta -20 ºC en Novosibirsk, Siberia, para reclamar la liberación del opositor.
“Rabia”
Los días anteriores, las autoridades multiplicaron las advertencias a los partidarios de Navalni. La fiscalía y la policía afirmaron que los manifestantes podrían ser procesados por “disturbios masivos” si las marchas degeneraban en violencia.
La justicia rusa impuso el viernes arresto domiciliario a la mayoría de los aliados cercanos de Navalni, incluido su hermano Oleg y la opositora Liubov Sóbol, dos días después de una serie de registros contra, entre otros, el domicilio de su esposa y los locales de su organización, el Fondo de Lucha contra la Corrupción.
La comparecencia del líder opositor ante los jueces está prevista para la próxima semana. Navalni es objeto de múltiples procedimientos judiciales desde su regreso a Rusia el 17 de enero, que considera se deben a motivos políticos.
Las protestas también están alimentadas por la difusión de una investigación del opositor que acusa a Putin de beneficiarse de un opulento “palacio” valorado en más de 1.000 millones de euros (1.200 millones de dólares) a orillas del mar Negro. La grabación se vio más de 100 millones de veces en YouTube.
Navalni, un activista anticorrupción y enemigo del Kremlin de 44 años, volvió a Rusia hace dos semanas tras meses de convalecencia en Alemania por un presunto envenenamiento, del que responsabiliza a Putin y a los servicios de seguridad rusos.
Fuente: AFP.
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El opositor Alexéi Navalni, detenido a su regreso a Rusia
El opositor ruso Alexéi Navalni fue detenido este domingo a su regreso a Rusia desde Alemania, donde permaneció varios meses para recuperarse de un presunto envenenamiento en su país. Los servicios penitenciarios rusos (FSIN) buscaban desde finales de diciembre al carismático activista anticorrupción y enemigo jurado del Kremlin, al que acusan de violar las condiciones de una condena con suspensión de pena de 2014.
Cuando Navalni, de 44 años, se disponía a entregar su pasaporte en el control de fronteras, junto a su mujer, Yulia, varios policías lo detuvieron, constataron periodistas de la AFP. “Continuará detenido hasta la decisión del tribunal”, indicó el FSIN.
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“Alexéi fue detenido sin explicar el motivo (...) No me dejaron acercarme a él” tras haber pasado la frontera, indicó a la AFP su abogada, Olga Mijailova, poco después del aterrizaje del avión en el aeropuerto moscovita de Sheremétievo.
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, pidió a Moscú su liberación “inmediata”, mientras que Lituania, país de la Unión Europea (UE), urgió a “discutir nuevas sanciones” contra Rusia y Polonia llamó a una “respuesta rápida”.
Navalni “debe ser liberado inmediatamente”, instó por su parte Jake Sullivan, futuro asesor de seguridad nacional del presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, denunciando además los “ataques del Kremlin” contra el opositor.
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Los servicios penitenciarios habían advertido el jueves que detendrían a su llegada a Navalni, a quien reprochan incumplir, cuando estaba en Alemania, las condiciones de la condena de 2014, que le obliga a presentarse al menos dos veces por semana ante ellos.
Desde finales de diciembre, el opositor también es objeto de una nueva investigación por fraude, por sospechas de haber gastado para su uso personal 356 millones de rublos (3,9 millones de euros, 4,8 millones de dólares) de donaciones.
“Aquí estoy en casa. No tengo miedo (...) ya que sé que tengo razón y que los casos contra mí están completamente montados. No tengo miedo de nada y los llamo a no temer nada”, declaró Navalni a su llegada a Moscú, poco antes de su detención.
“Prisionero de conciencia”
Aunque aterrizó en el aeropuerto de Sheremétievo, su llegada estaba prevista inicialmente en el aeródromo moscovita de Vnukovo, donde le esperaban decenas de partidarios y agentes antidisturbios. Las fuerzas del orden detuvieron allí a varios de sus aliados, entre ellos Liubov Sobol, una figura ascendente de la oposición rusa, antes de liberarlos horas después. Según la oenegé especializada OVD-Info, se detuvo a 65 personas en Moscú y San Petersburgo.
La oenegé Amnistía Internacional estimó que la detención de Navalni lo convertía en un “prisionero de conciencia”, víctima de una “implacable campaña” de las autoridades rusas para “silenciarlo”. La principal figura de la oposición rusa cayó súbitamente en coma en agosto, cuando regresaba de un viaje a Siberia. Inicialmente fue hospitalizado en Omsk, una gran ciudad de la región, pero fue evacuado unos días después a un hospital de Berlín.
Tres laboratorios europeos concluyeron que fue envenenado con un agente nervioso del tipo Novichok, desarrollado en la época soviética, una conclusión que confirmó la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) pese a que Moscú lo ha negado.
El opositor acusa a los servicios especiales rusos (FSB) de haber tratado de asesinarle por orden directa del presidente Vladimir Putin. Sin embargo, las autoridades rusas lo achacan a los servicios secretos occidentales y hasta a la higiene de vida de Navalni.
Hasta ahora, Moscú se ha negado a abrir una investigación para descubrir lo que le ocurrió, debido al supuesto rechazo de Alemania a compartir sus informaciones con Rusia. Berlín anunció el sábado que ha transmitido a Moscú todos los elementos de su investigación judicial, en particular las “actas” de los interrogatorios y “muestras de sangre y tejido, así como trozos de ropa”.
La portavoz de la diplomacia rusa, Maria Zajarova, confirmó este domingo que Moscú recibió los documentos enviados por Alemania, pero aseguró que “no contienen nada realmente” de lo que Rusia quería.
Pese a que la prensa nacional lo ignora prácticamente, ni está representado en el Parlamento, Navalni sigue siendo la principal voz de la oposición en parte gracias a su canal de YouTube que cuenta con 4,8 millones de abonados y a su organización, el Fondo de Lucha contra la Corrupción (FBK), que denuncia la corrupción de las élites.
Pese a los allanamientos, las presiones y las condenas a penas cortas de cárcel a Navalni o sus aliados, éste ha logrado organizar varias manifestaciones muy seguidas en los últimos años, y ha provocado varios reveses al poder en elecciones locales. Su fama sigue siendo limitada fuera de las grandes ciudades. Un sondeo del centro independiente Levada de septiembre concluía que solo el 20% de los rusos aprueban sus acciones.
Fuente: AFP.