El papa Francisco anunció este domingo un Año de la Familia dedicado al lugar de esta en la Iglesia, al acompañamiento a las parejas hacia el matrimonio y a las dificultades de la vida conyugal.
Este anuncio lo hizo en ocasión de la oración del Ángelus, cinco años tras la exhortación del sumo pontífice sobre el amor en la familia: “Amoris laetitia”.
El año comenzará el 19 de marzo del 2021, día de San José, y finalizará el 26 de junio de 2022 durante el 10º Encuentro mundial de las familias, en Roma.
En su homilía dominical, Francisco evocó extensamente desde la biblioteca del Palacio apostólico del Vaticano “el valor educativo del núcleo familiar (...) fundado en el amor”.
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Llamó a las familias a que prioricen “el perdón sobre la discordia”. “En la familia hay tres palabras que hay que custodiar siempre: ‘permiso’, ‘gracias’, ‘perdón’”, precisó.
“En la familia se podrá experimentar una comunión sincera cuando sea una casa de oración, cuando los afectos sean serios, profundos, puros, cuando el perdón prevalezca sobre las discordias, cuando la dureza cotidiana del vivir sea suavizada por la ternura mutua y por la serena adhesión a la voluntad de Dios”, agregó.
El Dicasterio (ministerio) para los laicos, la familia y la vida publicó doce propuestas que las parroquias y diócesis estarán encargadas de poner en marcha.
Se trata sobre todo de reforzar “la pastoral de la preparación al matrimonio”, de ayudar mejor a las parejas tras su unión y en la educación de sus hijos, crear círculos de reflexión y palabras sobre “la belleza y las dificultades de la vida familiar”, y también de apoyar a las parejas en crisis y a las “familias heridas”.
En tanto los países europeos lanzaron este domingo sus campañas de vacunación contra la pandemia de COVID-19, el papa argentino también brindó su homenaje a los trabajadores sanitarios, y en particular a las parejas y familias que sufren dificultades en el contexto de la pandemia.
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“Mi pensamiento va en particular a las familias que en estos meses han perdido a un familiar o han sido puestas a dura prueba por las consecuencias de la pandemia”, dijo.
“Pienso también en los médicos, los enfermeros y todo el personal sanitario cuyo gran compromiso en primera línea en la lucha contra la propagación del virus ha tenido repercusiones significativas sobre su vida familiar”, señaló.
Foto: AFP.
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La Iglesia exige justicia por el feminicidio de María Fernanda
La Arquidiócesis de la Santísima Asunción emitió un comunicado exigiendo justicia por el feminicidio de María Fernanda Benítez y otras mujeres víctimas de violencia. La Iglesia condena el abuso de poder, conciencia y sexual calificándolo como contrario al evangelio.
Al mismo tiempo, las autoridades eclesiásticas instan al Gobierno a implementar políticas públicas que protejan a las poblaciones vulnerables, especialmente niñas y adolescentes.
“En estos días nuestro país ha sido sacudido por hechos profundamente dolorosos, que interpelan nuestra conciencia como sociedad. Primero, la trágica muerte de un joven en el puente Remanso, que nos interpela con fuerza sobre la urgencia de acompañar con sensibilidad a quienes más lo necesitan. Luego el asesinato de un trabajador delivery, víctima de un acto de violencia perpetrado por un menor de edad, que nos revela el abandono de muchos jóvenes sin contención ni horizonte”, señala el manifiesto.
Alude igualmente al reciente feminicidio de María Fernanda “una adolescente de 17 años, embarazada, asesinada presuntamente por su pareja, que nos confronta con la brutal realidad de la violencia a la mujer”.
En el comunicado también se mencionan los casos de personas desaparecidas, especialmente niñas y mujeres, de quienes ya no se tienen datos “y cuyos nombres muchas veces se pierden en el olvido, sin justicia ni respuesta”.
“Estos hechos distintos, pero profundamente humanos, revelan una dolorosa realidad: estamos fallando como sociedad”, indica. “Se quebranta la dignidad humana cuando una mujer es asesinada por el solo hecho de ser mujer y por querer ser madre. Estamos en deuda como sociedad cuando la salud mental se ignora o se estigmatiza, y cuando el sistema no ofrece respuestas reales ni accesibles”, añade.
Los religiosos alzan su voz de protesta y piden que se aclaren los hechos que se encuentran en el ámbito de la Justicia. “Como Iglesia, no podemos permanecer en silencio. La vida es sagrada. Cada persona es imagen de Dios y merece ser acogida, protegida y valorada. No se puede hablar de una sociedad justa mientras persistan la violencia de género, el abandono institucional, el desprecio a la dignidad humana”, concluye el comunicado.
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Hace tres años el papa Francisco nombró a Adalberto Martínez como el primer cardenal del Paraguay
- Por Karina Ríos, karina.rios@nacionmedia.com.
Un domingo 23 de mayo pero del 2022, en la plaza de San Pedro, Roma, el papa Francisco anunció los nombres de los nuevos cardenales, entre ellos figuraba el arzobispo metropolitano de Asunción, el monseñor Adalberto Martínez Flores.
De esta forma, pasó a ser el primer cardenal del Paraguay y hace apenas unas semanas, en representación de Paraguay, Martínez participó por primera vez de la elección del nuevo Santo Padre, tras la muerte de su mentor, Jorge Mario Bergoglio.
“Monseñor Adalberto Martínez Flores, arzobispo metropolitano de Asunción, Paraguay”, fueron las palabras del Sumo Pontífice, mientras leía la lista de los nuevos cardenales. La feligresía católica vibró con este nombramiento. Así pasó a formar parte y tener voz para las importantes decisiones dentro del Vaticano.
“La designación de monseñor Adalberto Martínez como primer cardenal paraguayo constituyó un acontecimiento de gran relevancia tanto a nivel nacional como internacional. Marcó un hito histórico para Paraguay, dejando un antes y un después en la historia de la iglesia del país”, manifestó Mariano Mercado, exvocero de la Arquidiócesis de Asunción, en entrevista con La Nación/Nación Media.
Este evento reflejó la conexión entre la iglesia universal y la sociedad paraguaya, además el entrevistado destacó el papel fundamental que desempeña la fe en la vida de los paraguayos. Saber que Paraguay tiene un representante de semejante relevancia generó una profunda repercusión en la sociedad nacional y destacó la importancia para todo el pueblo paraguayo.
“La feligresía se sintió profundamente orgullosa y motivada con la designación de Martínez como cardenal, lo que fortaleció la identidad católica en Paraguay y trascendió el ámbito eclesial para convertirse en un motivo de orgullo nacional”, apuntó.
Repercusión internacional
Mercado siguió comentando que a nivel internacional, el nombramiento de Martínez fue visto como un reconocimiento a la importancia de la fe de nuestro país y sus habitantes. Además, colocó a Paraguay a la vista de todos, quienes visibilizaron la conexión entre el papa Francisco con la cultura guaraní.
“Este nombramiento puso a Paraguay en el radar de los vaticanistas y de la comunidad católica mundial en general. La designación, realizada por el papa Francisco, destacó la conexión del líder de la santa iglesia con el pueblo paraguayo, reafirmando la comunión y el compromiso”, agregó.
El antes y el después
Mercado reafirmó la alegría y el orgullo generado con este hecho. “El cardenal Martínez se convirtió en un símbolo de la identidad católica paraguaya y un líder espiritual para la comunidad en el país. Está guiando y pastoreando a los fieles con sabiduría. Adalberto Martínez es un pastor con olor a oveja”, señaló.
El 27 de agosto del 2022, Paraguay se regocijaba cuando el papa Francisco hacía entrega de la birreta y el anillo cardenalicio al monseñor Adalberto Martínez Flores, quien en ese momento pasaba a la historia como el primer cardenal de Paraguay y a formar parte del colegio cardenalicio de la iglesia católica.
El 21 de abril pasado, se confirmó el fallecimiento del papa Francisco y con mucho pesar el cardenal Adalberto Martínez viajó hasta Roma para despedirlo. Así también, por primera vez en la historia un cardenal en representación de Paraguay participó del cónclave, para la elección del nuevo Santo Padre León XIV.
Datos claves
- Adalberto Martínez cuenta con una vasta trayectoria; se encuentra ejerciendo como obispo de la Diócesis de Asunción y Arzobispo Metropolitano desde el 6 de marzo del 2022, previamente estuvo como obispo de Villarrica.
- Así también, fue párroco de los Sagrados Corazones de Jesús y María; ejerció como auxiliar en la Arquidiócesis de Asunción. Estuvo en puestos claves dentro de la Episcopal Paraguaya y el Consejo Episcopal Latinoamericano.
- Fue obispo titular de San Pedro, San Lorenzo, de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional. En cuanto a sus estudios cuenta con formación en economía, inglés y filosofía.
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Isla Umbú: restaurarán templo que invita a viajar en el tiempo
- Jorge Zárate
- jorge.zarate@nacionmedia.com
- Fotos: Gentileza
A 12 kilómetros de Pilar, es punto obligado de visita para el que quiera conocer Ñeembucú y los sitios históricos de la guerra contra la Triple Alianza. El templo de la localidad, centro de memoria y religiosidad, será puesto en valor en el marco del programa Tekorenda, dando inicio así a una recuperación de un valioso patrimonio nacional. Aquí la historia.
“Venir a nuestro pueblo es como entrar en el túnel del tiempo”, dice Mabel Franco, de la Universidad Nacional de Pilar, describiendo la sensación que siente al ingresar al “cuadrilátero”, el antiguo dibujo de las manzanas centrales de Isla Umbú.
Un paisaje que refleja el estilo de construcción de la década de 1860 se percibe en las casonas de tipo colonial que enmarcan la plaza grande en la que está el cuartel desde que el mariscal Francisco Solano López dirigió en un momento la defensa del sur durante la Guerra Guasu.
En el centro mismo de ese espacio, como un elemento de identidad, está el templo San Atanasio, de gran valor simbólico, histórico y cultural. Este último fue elegido por el Programa Tekorenda de restauración de sitios históricos impulsado por la Secretaría Nacional de Cultura (SNC) para una intervención destacada.
El intendente Jorge Marecos se muestra agradecido: “Es la primera vez después de mucho tiempo que tendremos una intervención del Estado en esta refacción”, dice con alegría.
Sin embargo, los restantes edificios requieren intervenciones para preservar uno de los pocos cascos urbanos que ayudan a reconstruir época que quedan en pie en el país. “Este entorno le da ese toque cultural antiguo al pueblo, pero lastimosamente algunas casas están desocupadas, con techos derrumbados. Son casas particulares y es difícil intervenir, pero presentamos a la SNC un proyecto para conservar por lo menos las fachadas”, destaca el jefe comunal.
UNA INTERVENCIÓN NECESARIA
El intendente Marecos indica que “el templo está con dificultades. Los técnicos de la SNC el año pasado hicieron una visita y detectaron que necesitaba esta restauración que se va a encarar desde octubre si todo va bien”, apuntó.
“El edificio está sólido, bien parado, pero tiene sus años. Así que esta tarea que durará más o menos un año o un poquito más será más que importante para nosotros”. Entre tanto, habrá que encontrar un buen sitio para oficiar las misas, ya que allí se congrega la feligresía católica los domingos. “Es un tema sensible”, señala.
La activista cultural Mabel Franco recuerda que “es muy importante este acto porque la última restauración fue en 1979 y estuvo a cargo del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), donde se pudieron intervenir algunos horcones, ya que sus cimientos estaban muy comprometidos.
Pero desde esa vez a esta parte es la comunidad la que mantiene el edificio y ya se necesitan nuevas intervenciones en los cimientos, teniendo en cuenta el tiempo y que el edificio es original de la época, es un patrimonio demasiado importante porque es único en su tipo”.
Explica entonces que en Laureles tuvieron que hacer una réplica de la iglesia antigua, en tanto que en Guasu Kua se hicieron intervenciones que reemplazaron componentes originales de su templo. En cambio, San Atanasio, en Isla Umbú, mantiene su estructura original.
TURISMO
A apenas 10 minutos de Pilar, capital del Ñeembucú, se asienta esta población de 3.700 habitantes, centro de la producción lechera regional. Franco apunta: “Nuestra comunidad lleva hasta 2.000 litros por día de leche para las familias pilarenses”.
Enmarcada por el imponente paisaje de los humedales, su verde intenso, su laguna Capilla destaca por la belleza que aporta la visita de una variedad notable y colorida de aves silvestres.
El jefe comunal de Isla Umbú asegura que están preparados para recibir más turismo. “Formamos parte del circuito turístico, pero no tenemos mayores auxilios de la Secretaría Nacional de Turismo (Senatur), lo hacemos a nivel municipio”.
Contó que la gente no solo puede visitar el museo, el cuartel, el templo, sino que también acercarse a la laguna, “que ahora tiene un lindo muelle y caminero para tomar sol en estos días tan lindos”, propuso.
Recordó que una idea que tienen es avanzar en el recorrido turístico extendiéndolo hacia “las compañías como Boquerón y Tajy, donde hay escenarios de la guerra contra la Triple Alianza que ayudan a entender lo heroico de la defensa que se dirigió desde Isla Umbú”.
UN POCO DE HISTORIA
Mabel Franco, de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Pilar (UNP), recuerda que “la reorganización de Isla Umbú fue dispuesta por Carlos Antonio López, que le dio orden al jefe del cabildo de Pilar para poder formar el pueblo. Eligieron el mejor lugar para asentar el pueblo y luego se hizo una expropiación. Para ello tenían que pagar el diezmo los más adinerados y a los más humildes los ayudó el gobierno”.
Así fue que “se diseñó ‘el cuadrilátero’ en el estilo de los jesuitas, iglesia en el medio y en el lado oeste el cuartel, el cabildo y luego las casas a los costados con una gran plazoleta en el medio”, explica.
“Cuando la Triple Alianza, el Cabildo se convirtió en cuartel y fue el centro de aprovisionamiento del Ejército paraguayo en batalla, que entraba en acción más hacia el sur”, cuenta.
Posteriormente, en el siglo XX el cuartel fue escuela, juzgado de paz, todo lo que necesitaba administrativamente funcionó allí y el cuadrilátero se mantuvo”, refiere. “La Municipalidad aprobó en 2003 una ordenanza declarando las casonas antiguas patrimonio distrital, cultural, dictando así un no innovar para que se mantengan las casas antiguas”, recordó.
Ese elemento político necesita ahora de inversiones para una recuperación que se espera se inicie con la restauración del templo. Como antecedente, vale señalar que en 2002 se restauraron los tres cuarteles históricos de la llamada “diagonal de sangre”: Isla Umbú, Humaitá y Paso de Patria.
UN PATRIMONIO A DESCUBRIR
La arquitecta Silvia Rey es la coordinadora del Eje de Intervención del Programa Tekorenda y cuenta que la iglesia San Atanasio de Isla Umbú “es un templo típico paraguayo, con estructura de madera independiente, muros de adobe de simple cerramiento y techos de teja y picanilla. Debido a sus características materiales, las condiciones climáticas y el paso del tiempo han afectado su estado”.
Describe a su vez que “los problemas de conservación se concentran principalmente en la cobertura debido a filtraciones de agua pluvial. Asimismo, presenta lesiones en los muros, como grietas, fisuras y desprendimiento de revoque.
La presencia de murciélagos es otro de los factores de degradación; además, se observan rastros de la acción de termitas (kupi’i), que aunque parecen estar inactivas actualmente habrían afectado la estructura del altar y algunas piezas de la estructura”.
–¿Qué pidió la comunidad en el marco de la audiencia pública?, ¿cuáles son los reclamos centrales?
–La comunidad expresó su preocupación respecto a la necesidad de salvaguardar la memoria histórica, muchas de cuyas tradiciones y conocimientos se conservan y transmiten de manera oral, debido a la pérdida de las fuentes documentales. Asimismo, manifestaron su interés en la protección del patrimonio cultural material, tanto mueble como inmueble, especialmente la iglesia y el museo. Concientes del valor de su entorno, otra de las preocupaciones principales es la preservación del ambiente urbano y natural de Isla Umbú. Para ello, se considera fundamental la implementación de un plan de ordenamiento urbano-territorial que promueva un desarrollo sostenible en la zona.
POTENCIAL
–¿Está pensado también un tratamiento para los otros edificios?
–En esta primera etapa, la intervención se centra específicamente en el templo. Sin embargo, la edificación que alberga el Museo Coronel Pedro Hermosa también se encuentra en el listado de edificios en necesidad de salvaguarda urgente de la SNC, lo que implica priorizar la obtención de fondos para su intervención en el marco del Programa Tekorenda.
No obstante, es importante señalar que el trabajo en territorio involucra varias otras acciones, las cuales son abordadas en un trabajo coordinado con la Dirección General de Patrimonio de la SNC en el marco de la política de protección del Patrimonio Cultural, como la documentación y el registro.
Dado el potencial que posee Isla Umbú, se espera que, con el proceso de puesta en valor, se genere un mayor interés hacia el sitio, lo que podría facilitar la inversión en la recuperación física y funcional de otras edificaciones.
–¿Qué rol tuvo el edificio durante la guerra contra la Triple Alianza?
–La Triple Alianza es el episodio más recurrente en la memoria colectiva de Isla Umbú. Según la tradición oral, la construcción de la iglesia fue motivada por la victoria que obtuvo el mariscal Francisco Solano López en la batalla de Estero Bellaco, cumpliendo una promesa hecha a San Atanasio, a quien se había encomendado. Sin embargo, el año de construcción referido, 1862, no coincide con este hecho histórico, que se dio cuatro años más tarde, en 1866.
–¿Cuáles son otros edificios históricos que requieren intervención?
–El edificio que hoy alberga al Museo Histórico Cnel. Pedro Hermosa, en homenaje a un combatiente de la guerra del 70, habría funcionado como cuartel de las tropas paraguayas durante las batallas desarrolladas en la zona de Ñeembucú. Se habría construido en la misma época que la iglesia, al igual que otras viviendas construidas alrededor de esta.
–¿Podría contarnos un poco la historia del distrito?
–A pesar de que los orígenes de Isla Umbú se remontan a 1779, cuando se inicia la ocupación efectiva de la zona del Ñeembucú, luego de la fundación de Pilar, la fecha de fundación que reconocen los pobladores es la del 8 de mayo de 1862, cuando, como parte de su política urbanística, don Carlos Antonio López ordena la reorganización del pueblo.
Sin embargo, según investigaciones realizadas por la historiadora Viviana Paglialunga, existen fuentes documentales en el Archivo Nacional de Asunción que dan cuenta de la existencia de cuatro escuelas y de trabajos en las obras del templo en el partido de Isla Umbú que datan de 1842.
–¿Cómo fue su evolución durante el siglo XX hasta la actualidad?
–A pesar del paso del tiempo, Isla Umbú ha mantenido sus características urbano-arquitectónicas, con la iglesia en el centro de la plaza y las viviendas con galería a su alrededor, disposición típica de los poblados del Paraguay desde la época colonial. La población va decreciendo debido a la migración campo-ciudad y, lamentablemente, hoy varias edificaciones se encuentran abandonadas y en riesgo de derrumbe.
–¿Isla Umbú está lo suficientemente referenciada como para movilizar el turismo histórico o ser parte de quienes llegan al Ñeembucú por sus humedales y paisajes?
–Isla Umbú está entre los secretos mejor guardados de nuestros pueblos pintorescos. Queda a tan solo 15 kilómetros –20 minutos en auto– de Pilar, recorrido que vale la pena, dadas sus características urbanas, ambientales y paisajísticas, así como su riqueza histórico-cultural y la calidez de su gente, que la convierte en un punto obligado para quien quiera conocer y disfrutar del Ñeembucú.
Entre sus tradiciones más arraigadas están la fiesta patronal en honor a San Atanasio, que se celebra el 2 de mayo de cada año y en la que no faltan las comidas típicas, los juegos tradicionales, la música y el baile.
Esta festividad culmina con el Festival Anual de la Leche, celebración en la que Isla Umbú hace gala de ser cuna lechera debido a que la producción de leche es la fuente principal de su economía.
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La Iglesia convoca a mirar hacia una misma dirección
Numerosos estudios y análisis de expertos sobre bases verificables han expuesto una cruda realidad: la corrupción es un fenómeno que ha cruzado todos los umbrales y traspasado todos los estratos de nuestra sociedad.
Cierto es que el Estado, con sus tres poderes, tiene la responsabilidad jurídica para combatir y reprimir este flagelo que deteriora la calidad de la democracia y degrada la condición de vida de los sectores históricamente golpeados por la desigualdad y la marginación.
Pero no es menos cierto que este mal se volvió endémico y que, por tanto, sus tentáculos, como apuntamos, se expandieron a niveles insospechados.
Consecuentemente, ningún sector puede permanecer ajeno en la lucha que contribuya a disminuir su incidencia negativa en nuestra situación cotidiana. Sin embargo, todos los dedos índices apuntan hacia cualquier lado, menos hacia uno mismo.
El silencio cómplice hace tanto daño como la ejecución misma del ilícito. Porque alimenta la impunidad, la continuidad de la corrupción, que abona el camino para la repetición incesante de este delito.
Ya nos hemos explayado en varias ocasiones sobre este punto, pero creemos importante repetir una vez más que la drástica disminución de esta calamidad –que se resiste a retroceder por las razones antecedentemente expuestas– es una tarea de todos, sin exclusiones. Porque la descomposición moral se instaló hasta en los mínimos detalles que, para muchos, parecen inofensivos (como el fraude en los exámenes), pero que van engordando cada vez más a este insaciable monstruo.
El largo brazo de la corrupción se incrustó no solamente dentro de la esfera pública, sino también en la privada, de las que no escapan instituciones que anteriormente tenían alto grado de credibilidad, como la Iglesia y los medios de comunicación.
Muchos pastores de la fe cristiana corrompieron la Palabra de Dios, ajustándola a su propia visión del mundo y no a la esencia de las enseñanzas del Mesías en el Nuevo Testamento, principalmente en el legado del amor como valor supremo. En lo concerniente a los órganos de difusión masiva, hace rato que la deshonestidad intelectual hizo carne entre quienes practican esta profesión con inocultable deslealtad para acercarse a la verdad.
Más bien, prefieren la retorcida vía de la manipulación de los hechos para crear un relato que nada tiene que ver con la realidad, sino con las conveniencias mezquinas de los propietarios de los medios y con periodistas que repiten el mismo tono.
Las críticas construidas desde la buena fe deben ser asumidas en su real contexto, sin rechazarlas, desechando aquellas que se formulan con evidente sesgo para evadir culpas y repartir responsabilidades hacia sus antagonistas políticos, empresariales o gremiales.
Y, fundamentalmente, es necesaria una profunda autocrítica, que exigirá sinceridad y auténtico deseo de transformar esta lacerante realidad, que es la radical contraparte de la hipocresía para condenar y el cinismo para simular una bastardeada inocencia.
Los mensajes de la Iglesia católica por el día de nuestra independencia nacional, el pasado 14 de mayo, no deben interpretarse en un sentido unilateral, aunque muchos centraron las críticas únicamente en el gobierno de turno. El sayo está a la medida de cualquiera que finge poses de una santidad farisaica.
El obispo de San Pedro, Pierre Jubinville, presidente de la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP), describió claramente ese relativismo posmodernista que sufrimos: “Corramos, trabajemos, consumamos, acumulemos, parecen ser nuestros lemas y alimentan el desorden que también favorece la división de la sociedad entre ganadores y perdedores, entre conocedores e ignorantes, entre los que tienen y no tienen: ese tipo de esperanza nos agobia”.
Y lanzó un duro desafío a los cristianos, quienes “tienen que representarse una ‘esperanza integral’ que incluya a todos los espacios y todos los tiempos. Hacemos memoria de Jesús crucificado, un hombre descartado violentamente por la religión y el Estado de su tiempo, en los términos de hoy, un ‘gran perdedor’ que su posteridad proclama vencedor de la muerte y de la desesperación”.
Y, finalmente, un mensaje de esperanza: “De la misma manera vemos el presente: podemos superar las jerarquías, las divisiones y los órdenes falsos, somos hermanos y hermanas. Somos diferentes y podemos amarnos de verdad, lo que significa, para citar a otro poeta, no mirarnos los unos a los otros, sino mirar juntos en la misma dirección. Esto requiere un acto de fe en nosotros mismos; en los demás, en Dios”. Pero esos párrafos no interesan a los medios que solo están preocupados por deteriorar las bases del actual gobierno. Por eso la verdad no los hace libres, sino que están esclavizados por la mentira.