El Tribunal Especial para el Líbano (TSL) anunció este miércoles que tras las explosiones del martes en Beirut decidió aplazar la lectura de la sentencia en el juicio de cuatro hombres acusados de participar en el 2005 en el asesinato del ex primer ministro libanés Rafiq Hariri.

El anuncio del veredicto, previsto para el viernes, se aplaza al 18 de agosto “por respeto a las innumerables víctimas”, declaró en un comunicado el tribunal, con base en Holanda.

Al menos 113 personas murieron en la devastadora explosión en el puerto de Beirut y decenas están aún desaparecidas, según un nuevo balance difundido este miércoles por el ministro de Salud de Líbano, Hamad Hassan. Unas 4.000 personas resultaron heridas en la explosión del martes.

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Procedimiento largo y costoso

Un tribunal apoyado por la ONU tenía programado dar a conocer el viernes su veredicto en el proceso contra cuatro hombres acusados de haber participado en el 2005 en el asesinato del ex primer ministro libanés Rafic Hariri, etapa clave de un procedimiento largo y costoso en el que los sospechosos continúan en libertad.

Los acusados, todos ellos miembros del movimiento chiita Hezbolá, son juzgados en contumacia por el Tribunal Especial para Líbano (TSL), con sede en La Haya, encargado de dictar sentencia quince años después del atentado con coche bomba en el centro de Beirut en que murieron el multimillonario sunita y otras 21 personas.

El asesinato de Hariri, por el que primero estuvieron acusados cuatro generales libaneses prosirios, desencadenó una ola de protestas que forzó la retirada del país de las tropas sirias tras una presencia de 30 años en este país.

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“Aunque Líbano tiene una larga historia de asesinatos políticos, este asesinato en concreto representó un verdadero terremoto”, subraya Karim Bitar, profesor en relaciones internacionales en París y Beirut, en declaraciones a la AFP.

Hezbolá, que niega cualquier implicación en el atentado, se opone a entregar a los sospechosos a pesar de varias órdenes de detención del TSL.

Este tribunal, constituido en el 2007 tras una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU a petición de Líbano, “ha sido muy cuestionado desde su creación” y ha supuesto un coste de “varios millones de dólares” para el Estado libanés, explica Bitar.

La sentencia se pronunciará el viernes a las 11:00 (9:00 GMT) con una “participación virtual parcial” debido a la pandemia de coronavirus, precisó el tribunal.

“Homicidio intencionado”

El multimillonario Hariri, quien ejerció como primer ministro libanés hasta su renuncia en el 2004, fue asesinado en febrero del 2005, cuando un kamikaze hizo estallar un coche bomba junto a la caravana en la que se encontraba en una carretera costera de Beirut, un ataque que provocó un total de 22 muertos y 256 heridos.

El primer sospechoso, Salim Ayyash, de 50 años, está acusado de “homicidio intencionado” y de haber encabezado el equipo que realizó el ataque.

Otros dos hombres, Husein Oneisi, de 46 años, y Asad Sabra, de 43, están procesados por haber registrado un video que reivindicaba el crimen en nombre de un grupo ficticio.

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El último acusado, Hasan Habib Merhi, de 52 años, se enfrenta a varias acusaciones, como complicidad en acto terrorista y complot para cometerlo.

Mustafa Badreddin, principal sospechoso y presentado como el “cerebro” del atentado, no puede ser juzgado al haber fallecido unos años después de los hechos.

Si los declaran culpables, los acusados podrían confrontarse a una pena de prisión perpetua, aunque las penas se precisarán más adelante.

La acusación y la defensa podrán apelar la sentencia y, si uno de los acusados se sienta finalmente delante del tribunal, puede pedir otro proceso.

Temor de que “resurjan tensiones comunitarias”

El asesinato de Hariri “tenía un objetivo político”, insistió la acusación durante el juicio y recordó que el ex primer ministro “era percibido como una grave amenaza para los prosirios y los partidarios de Hezbolá”.

El movimiento chiita aseguró que no reconoce el TSL, que desde el 2019 también investiga otro caso.

Saad Hariri, hijo del asesinado y que dimitió como primer ministro en otoño del 2019, afirmó en un comunicado la semana pasada que “no había perdido la esperanza en la justicia internacional y la revelación de la verdad”.

El actual primer ministro Hasán Diab advirtió que las autoridades “deben estar preparadas para hacer frente a las consecuencias” del juicio.

“Podemos temer que este tribunal, 15 años después, haga resurgir las tensiones comunitarias en Líbano”, alerta Bitar, lo que añadiría un problema más en un país que atraviesa “una crisis económica sin precedentes”.

Fuente: AFP.

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