A pocos días de haber visitado nuestro país, el cantante colombiano sigue recordando a Paraguay. El artista compartió en sus redes sociales un divertido video donde se lo ve –superenérgico– después de haber tomado “mate, café y tereré”.
El pasado 7 de marzo y en el marco de su segundo tour “De adentro pa fuera”, el cantautor colombiano –y ganador de cinco Latin Grammy– se encontró por primera vez con su “tribu” paraguaya. Desde el primer momento que pisó Asunción, con su esposa Evaluna Montaner y su hija Índigo, recibió todo el cariño de sus fans, quienes esperaban su primera visita al país con muchas ansias.
Como era de esperarse, su “tribu” (apodo que el mismo artista le dio a sus fans de Paraguay) lo recibió con cariño, carteles y varios regalos, entre ellos un termo de tereré. Al parecer, es la primera vez que Camilo prueba nuestra bebida tradicional, ya que en su show en la SND Arena opinó sobre la bebida.
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“Lo que no me advirtieron los que me pusieron a tomar tereré es óomo se pone uno cuando toma mucho tereré, si o qué. Yo como que soy una persona medio obsesiva y monotemática; ya tengo todo, la tribu me regaló un termo gigante que no sé donde voy a meter, pero me lo llevo”, dijo el artista durante su concierto.
En las últimas horas, el colombiano compartió en sus redes un video antes de su show en el Movistar Arena de Buenos Aires, Argentina, donde se lo ve bailando y lo tituló: “Yo llegando a trabajar después de tomar mate, café y tereré”. El posteo se llenó de likes y comentarios como: “aguante el tereré”, “tereré lovers” y muchos corazones y banderas de Paraguay.
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Justin Bieber reaparece con su séptimo disco “Swag”
La superestrella canadiense Justin Bieber lanzó su séptimo disco, “Swag”, algunas horas después de haber publicado un adelanto en su cuenta de Instagram. Compuesto por 21 canciones y con una duración de 54 minutos, el disco marca el retorno del cantante de 31 años a la escena musical más de tres años después de que lanzara su último single “Honest”, en un dúo con Don Toliver.
Su disco anterior, “Justice”, había salido en 2021. En su nuevo álbum, participan raperos estadounidenses como Gunna, Lil B, y Cash Cobain. El cantante había publicado el jueves un video en Instagram, en el que se ve la lista de canciones de “Swag” en una pantalla en Times Square en Nueva York.
El anuncio también apareció esta semana en ciudades como Reikiavik, Islandia, donde Bieber habría concluido el disco en abril, según medios estadounidenses. Sus fans, conocidos como los “Beliebers”, esperaban un nuevo disco desde hace meses.
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En 2022, Justin Bieber fue forzado a cancelar una parte de su gira mundial, 82 de 131 conciertos previstos, después de revelar que padecía el síndrome de Ramsay Hunt, un desorden neurológico que paralizó parcialmente su rostro. El hashtag “#SWAGOUTNOW”, “Swag ya disponible”, estuvo entre las tendencias de X horas después del lanzamiento del disco.
Bieber alcanzó la fama con su hit “Baby” en 2010, cuando apenas tenía 15 años, convirtiéndose en una estrella del pop que después incursionó en el R&B. En agosto de 2024, el cantante y su esposa Hailey Bieber anunciaron el nacimiento de su primer hijo, Jack Blues.
Fuente: AFP.
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Emoción y color en la atmósfera onírica de la pintora Carla Ascarza
- Jorge Zárate
- jorge.zarate@nacionmedia.com
- Fotos: Gentileza
La artista llama realismo lírico a su búsqueda, la transmisión con imágenes de sentimientos profundos e incluso valores. “Quiero transmitir la esperanza, la vitalidad, el misterio, la gratitud”, cuenta de sus bellas artes.
“Defino muchas de mis obras dentro del realismo lírico porque habitan una frontera entre lo real y lo simbólico”, cuenta Carla Ascarza. “Me interesa representar escenas, personas y objetos que existen, pero llevarlos a otro plano a través de la atmósfera, la paleta y la composición”, define.
Plástica de importante trayectoria, sus cuadros de la serie “Mensajeros” abordan lo mítico y lo tangible de los mainumby, colibríes que llevan y traen luces, colores, reflexiones.
“En esa transformación se produce el lirismo: lo que está cargado de emoción, de memoria, de misterio. La pintura me permite decir lo que no cabe en la literalidad. Puedo usar una figura humana o un objeto cotidiano, pero los rodeo de elementos poéticos para que emerjan como visión, como huella sensorial”, apunta.
Entiende al color como un comunicador eficaz. “Es una herramienta de intuición y también de resistencia: en un contexto como el nuestro, donde tantas veces se impone la opacidad, defender el color es también defender la vida”.
–¿Cuál fue el disparador de la colección “Mensajeros”?
–El disparador fue una vivencia íntima y una necesidad interior de nombrar lo intangible. Los colibríes llegaron a mí como metáfora de aquello que no permanece, pero deja huellas. En “Mensajeros” no los represento solo como aves, sino como símbolos de lo etéreo, de lo que se posa apenas en la conciencia. Ellos son portadores de mensajes del alma: la fugacidad del instante, la ligereza de lo esencial, la belleza que no se impone, pero transforma. La serie nace del deseo de capturar esa sutileza y convertirla en color, en forma, en presencia.
NARRANDO LO INVISIBLE
–En tus series anteriores se ve una búsqueda por retratar la escena cotidiana, los rostros cercanos. ¿Cómo vas volcando a los lienzos tus inquietudes? ¿Seguís un plan?, ¿pintás lo que te es urgente?
–Trabajo a partir de una urgencia interior. Hay veces en que una imagen se instala en mi cabeza y no me suelta hasta que le doy cuerpo en el lienzo. A veces es un rostro anónimo que encuentro en una fotografía o una escena callejera que me golpea. No siempre tengo un plan estructurado, pero sí una búsqueda constante: la de narrar aquello que suele pasar desapercibido. Lo invisible, lo que no está en los titulares. Pinto para dar visibilidad a lo común, pero con una carga simbólica profunda. En ese sentido, la serie “Contramundos” fue muy significativa: cada obra fue una pequeña crónica visual del Paraguay contemporáneo.
–Contanos un poco más de tu relación con el color. ¿Cómo decidís ese universo personal?
–El color para mí es emoción. Es lenguaje puro. Muchas veces dibujo con el color. Nunca lo uso de manera literal. Mi paleta se construye a partir de lo que siento, de lo que quiero provocar. La realidad ya tiene sus propios tonos, pero el arte me permite alterarlos, amplificarlos, volverlos signos. A veces un verde ácido, un fucsia estridente o un naranja encendido no tienen lógica si uno los mira desde lo mimético, pero sí si los entiende como pulsaciones anímicas. Pinto desde el color porque él habla más rápido que las palabras.
–También abordaste lo abstracto. ¿Cómo fue ese recorrido?
–Lo abstracto fue, en mi caso, un espacio de liberación. Al principio, mi obra estaba más centrada en el retrato y la escena figurativa, pero la abstracción me permitió explorar otros caminos: el gesto, la mancha, el ritmo. Fue como quitarme las palabras de encima y quedarme solo con la voz. Me interesa lo abstracto cuando nace de una pulsión verdadera, cuando no es solo una estética, sino una necesidad de expansión. Algunas obras de transición en mis series combinan ambos lenguajes: hay figura, pero también hay fuga hacia lo simbólico, hacia lo que no puede decirse con formas reconocibles.
CREAR CON HONESTIDAD
–Fuiste premiada y tu obra se exhibió en el exterior. ¿Cómo sigue ese camino?
–El reconocimiento que recibí en Moscú con “La dulcera”, obra de la serie “Contramundos”, fue muy importante para mí. No solo por el premio en sí, sino porque visibilizó una escena local que muchas veces queda relegada. Esa obra nació de una historia real, de una mujer que vendía dulces de mamón en Garibaldi. Yo la fotografié, hablé con ella, le comenté sobre mi trabajo, compré sus dulces, le solicité permiso para fotografiarla y luego la convertí en símbolo. Fue mi forma de hablar sobre la desigualdad, sobre la cultura del consumo, sobre lo invisible. A partir de esa experiencia se abrieron otras puertas, pero más allá de lo institucional, lo que me mueve es seguir creando con honestidad. Hoy me interesa explorar más a fondo las narrativas indígenas, la memoria colectiva, los ritos del presente. El camino sigue desde ahí.
–¿Cómo ves la plástica nacional?, ¿qué cosas destacás de este presente?
–La plástica nacional es profundamente valiente. Está llena de artistas que, a pesar de contextos hostiles, producen con una potencia conmovedora. Pero no puedo dejar de señalar la precariedad estructural en la que trabajamos muchos de nosotros. Los materiales son carísimos: un solo tubo de óleo, un pincel profesional, un lienzo, representan una inversión enorme. Muchos colegas pintan en condiciones mínimas, con recursos limitados y aun así construyen discursos estéticos de gran profundidad. Falta apoyo sostenido, políticas públicas reales, espacios de visibilidad. Aun así, el arte persiste. Se renueva, se reinventa. Destaco sobre todo el trabajo de mujeres artistas, de jóvenes que se animan a experimentar, de quienes cruzan el arte con la militancia, con lo social, con lo comunitario. Es un momento duro, pero fértil. Y estoy convencida de que el arte seguirá abriendo caminos, aunque tenga que hacerlo con las uñas. La plástica paraguaya está viva. Y lo está no por el mercado, sino por la urgencia expresiva de sus creadores.
–¿Cuál es tu materia pendiente en la plástica?
Siento que una de las búsquedas más importantes que tengo como artista –y también como ser humano– es profundizar en el compromiso del arte con las causas humanitarias. Vivimos en un mundo profundamente desigual, herido, con pueblos que luchan por su derecho a existir, a hablar, a vivir. Mi materia pendiente no es una técnica, ni siquiera una exposición; es usar cada vez con más claridad mi voz visual a favor de la vida. Me interesa cada vez más vincular mi obra a causas sociales, a los pueblos indígenas, a la defensa del planeta, a la memoria colectiva. Para mí, el arte no debe ser indiferente. Tiene que incomodar, abrazar, iluminar, conmover. Y ahí está mi tarea pendiente: seguir encontrando lenguajes que acompañen y denuncien. Que no se queden en lo estético, sino que toquen lo ético.
NARRAR DESDE OTRO LUGAR
Carla Ascarza estará exponiendo en la muestra colectiva “Sinergia, arte femenino en diálogo con la memoria urbana”, que abre el próximo 15 de agosto a las 19:00 en el Espacio Cultural Staudt, sito en Iturbe 333 casi Mariscal Estigarribia. Expondrá allí en conjunto con Norma Annicchiarico; Gloria Valle y Osvaldina Servián.
Vale recordar que Carla, además de artista plástica, es también comunicadora.
–¿Qué facetas de la expresión potencia la pintura?, ¿qué cosas permite expresar más allá de las palabras?
–La pintura es, para mí, el lenguaje donde lo no dicho se vuelve posible. Como comunicadora, valoro el poder de la palabra, pero sé que tiene límites. Hay experiencias que no se traducen fácilmente: el dolor ancestral, la belleza inexplicable, la rabia callada. La pintura me permite explorar dimensiones expresivas que la palabra, por momentos, no alcanza. Pero, como comunicadora, siempre he sentido un fuerte compromiso con la narrativa: contar historias, dar sentido, transmitir lo profundo de lo humano. En mi obra, esa narrativa se vuelve visual, simbólica, sensorial.
–Se sigue contando, descubriendo…
–Pinto no solo para emocionar, sino también para contar. Cada personaje, cada escena, cada fragmento de color tiene una historia detrás. La pintura potencia esa posibilidad de narrar desde otro lugar, de dar cuerpo a relatos que a veces no encuentran espacio en los medios tradicionales. Y me permite también generar otra temporalidad: la del silencio, la contemplación, el tiempo detenido que exige una imagen. La narrativa visual que construyo desde el arte es una extensión de mi voz como comunicadora, pero una voz que a veces se vuelve más poderosa, más ambigua, lo que es fundamental para interpelar al otro. La pintur a abre un campo de significación que no pretende cerrarse . Y en eso me siento profundamente libre.
BREVE BIO
Carla Ascarza es licenciada en Artes Visuales por el Instituto Superior de Artes Verónica Koop con la puntuación summa cum laude. Cuenta con un masterado en Antropología Social por la Universidad Católica de Asunción y especializaciones en antropología de la salud y derechos humanos. Dentro de su formación artística estudió en programas y talleres en la Escuela de Bellas Artes, talleres libres de Olga Blínder, Edith Jiménez, Lisandro Cardozo, Vicente Duré, Luis A. Boh y Jo Oliveira. Fue becada por el maestro Livio Abramo como asistente en sus talleres de línea y color.
Cuenta con numerosas exposiciones colectivas nacionales e internacionales. Entre las más recientes se mencionan Muestra Kuña Mbarete Rembiapo, Sala Jacinto Rivero, Centro Paraguayo Japonés (2025); Muestra Ñepyrumby, Apart Hotel Maison Suisse (2024); Muestra Apertura de ciclo. Casa Hassler, San Bernardino (2024); Muestra Incondición Interior, Centro Cultural Manzana de la Rivera (2023).
Obtuvo el Primer Premio de Pintura en el XII Festival Mundial de Bellas Artes VERA, Moscú, Rusia. Año 2017. Representó a Paraguay en la muestra internacional Passion Art Barcelona. Sus cuadros también representaron al país en muestras en Nueva York (EE. UU.), Canberra (Australia) y Seúl (Corea).
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¿Cómo suena “Tropicoqueta”? Karol G repasa sus influencias
- Bogotá, Colombia. AFP.
Con géneros como la bachata y la música que evoca las telenovelas de los años 90, la estrella del reguetón colombiana Karol G rinde tributo a los ritmos latinos populares con el estreno de su nuevo disco, “Tropicoqueta”. El álbum, de 20 canciones, incluye sonidos latinoamericanos que van desde el merengue hasta el vallenato. También tiene música romántica y de despecho, típicas de los dramas televisivos que marcaron la infancia de la generación de la artista de 34 años.
Es un disco para "volver a la raíz, a las canciones con las que crecí escuchando, a los sonidos que me hicieron enamorarme de la música“, escribió en Instagram la “Bichota”, cuyo nombre real es Carolina Giraldo. En los videos que acompañan a las canciones aparece bronceada, con su cabello de color caramelo y vestida de tonos rojizos. Sus sonidos transportan de vuelta a los años 90 con letras que hablan del “amor de otros tiempos” y la “salsita lenta”, dice. Algunas son colaboraciones con artistas como el mexicano Marco Antonio Solís y el francoespañol Manu Chao.
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Karol G se consolidó el año pasado como una artista que trasciende la música latina, al llenar estadios en España y Estados Unidos. Uno de ellos fue el Santiago Bernabéu de Madrid, con capacidad para más de 78.000 personas. El recinto se llenó en los cuatro conciertos que la colombiana presentó allí.
Cinco veces ganadora de los premios Grammy Latinos, “La Bichota” es considerada la mayor voz femenina del reguetón en la actualidad y una referente del feminismo. Sin embargo, el año pasado fue blanco de críticas por una canción que realizó junto a otros cantantes colombianos como J Balvin llamada +57, tacha de sexualizar a menores de edad.
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La canción “Náufrago” perfila el primer EP de Mk92
Tras una serie de lanzamientos alternativos que delinearon su identidad, Mk92 da el primer paso hacia su primer EP de estudio, titulado “Luna de sangre”, con “Náufrago” como primer corte. Se trata de una canción que sumerge al oyente en la sensación de estar perdido por dentro, melancólica e introspectiva, que navega entre el indie pop y una poética emocional cargada de vulnerabilidad.
“La canción no habla de perderse en el mundo, sino de naufragar dentro de uno mismo”, explica el artista. A través de una interpretación cruda y sincera, Mk92 convierte ese estado interno en un relato musical que encuentra su eco en la producción envolvente de Iván Sosa Bofinger (BO.FI), quien también participa vocalmente en el emotivo cierre del tema, aportando un contrapunto íntimo y etéreo.
El videoclip oficial, dirigido por el propio Michael Kovich Jr., traduce visualmente esta desorientación emocional con una narrativa onírica y perturbadora. En él, vemos a Mk92 herido, cubierto de manchas de sangre, siguiendo a una figura oscura a través de escenarios fragmentados. Este viaje simbólico entre recuerdos, reflejos y heridas pasadas no solo acompaña la letra, sino que enlaza con el universo visual y lírico que compone Luna de Sangre.
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Rodado íntegramente en Asunción, el videoclip cuenta con un equipo técnico y artístico que refuerza la potencia estética del lanzamiento. Se destacan las actuaciones de Valentina Monrrat y el propio Mk92, bajo la dirección de fotografía de Diego Steady y un diseño visual cuidadosamente trabajado en vestuario, arte y maquillaje.
Con “Náufrago”, el artista nacional abre la puerta a un universo conceptual en el que las emociones no siguen líneas rectas, sino que se repiten, cambian de forma, se transforman. Este corte marca el inicio de un ciclo emocional profundo y honesto, que promete resonar con quienes alguna vez se sintieron a la deriva dentro de sí mismos.
Cabe destacar que Luna de Sangre estará compuesto por tres canciones, todas íntegramente en castellano. Luego de construir gran parte de su obra anterior en inglés —con apenas una excepción—, este EP marca un giro significativo en la búsqueda de Mk92 por conectar de forma más directa y emocional con su audiencia.
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Sobre Mk92
Mk92 es Michael Kovich Jr., director de cine y escritor paraguayo-estadounidense, quién a través de su seudónimo, nos introduce a un nuevo medio en donde combina su narración visual con sus sombrías melodías y letras. El artista adoptó dichas siglas para separar su trabajo musical de su persona y trabajo cinematográfico.
Michael Kovich Jr. estudió cine en FAMU y en American University. En el 2015, presentó un cortometraje en el Cannes Court Métrage, ganó Mejor Corto Dramático en el EuroFilm Festival y recibió el Premio Ron Sutton de la American University. Entre sus trabajos estrenados y galardonados están “El Supremo Manuscrito” (largometraje), “OPUS VR” (Serie VR), “El Regreso de las Sombras” (Programa #1 prime time) y “El Apartamento” (largometraje).
Actualmente se encuentra promocionando su primer EP musical “Luna De Sangre”. Y en lo que respecta a su faceta de director de cine, el artista cuenta con dos largometrajes en etapa de post producción; “La Sombra” y “Noche Buena”.