Un reciente caso de “gatillo fácil” conmociona al pueblo argentino. La víctima fue identificada como Lucas González, un futbolista del Club Barracas Central, quien el miércoles pasado fue blanco de un mal procedimiento de la policía porteña, cerca de la villa 21-24 de Buenos Aires, que terminó con la muerte del joven de apenas 17 años, por un disparo en la cabeza.

El hecho es muy debatido en la televisión de Argentina, uno de los programas que habló sobre este tema fue “Polémica en el bar” de América TV, donde su conductor Mariano Iúdica se mostró muy indignado por el caso y comparó a la víctima con su hijo adoptivo de 21 años, que es paraguayo.

“Yo a mis hijos se los digo siempre, especialmente a mi hijo que es morocho le digo siempre: parate, mostrá los documentos. Mi hijo, que es paraguayo, yo le digo: ‘Hijo, si vos vas en el auto con tus amigos, no te corras, bajá y mostrá los documentos, no te achiques’. Pero viene un auto sin nada, saca el fierro un policía, una nueve, qué iban a hacer, se fueron corriendo, le dieron dos tiros en la cabeza”, dijo, muy indignado, Iúdica durante el programa “Polémica en el bar”.

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Lamentó que exista una cultura de “gatillo fácil” y “anti negro” en las filas policiales argentinas y que por “portación de rostro”, es decir, si un adolescente es morocho, con gorrita, ya se lo defina como un asaltante. Mancionó que, en este caso, los futbolistas no tuvieron de otra que correr, porque al no estar identificados, éstos pensaron que los policías eran ladrones que pretendían asaltarles.

“Acaba de morir Lucas González, 17 años, un chico de las inferiores de Barracas Central, estaba por subir de categoría, con sus compañeros venía de entrenar en un auto, con la cedula azul, un móvil no identificado de la Policía se les acerca y por portación de cara, por tener gorrita, por ser morocho y sin decir nada. Los chicos piensan que los ladrones son los policías, por eso salen corriendo, por eso los chicos empezaron a andar más rápido y por eso le meten un tiro en vez de llamar. Es una cosa de locos lo que estamos viviendo, no lo puedo creer”, lamentó Iúdica.

“Es un caso de gatillo fácil espeluznante contra una criatura que podría ser mi hijo que va a entrenar con los amigos en el club y vuelven de noche y los persiguieron. Podrían haber llamado a un móvil o a 10 que los crucen, tenía la cedula verde de la madre”, relató indignado Iúdica.

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Papá del corazón

El periodista y conductor argentino, en una entrevista con Clarín de 2019, había hablado de “su hijo paraguayo”. Se trata de un joven de 23 años, que se llama Osvaldo, que el periodista había presentado en su programa en un especial por el “Día del padre”. Iúdica crió a este joven como hijo suyo desde los nueve años de edad, cuando su empleada doméstica Mirta, que era paraguaya, lo entregó.

La madre biológica de Osvaldo era apreciada en el hogar de Iúdica prácticamente como una abuela, y ella cuidaba al tercer hijo de la familia, que había nacido recientemente. Pero el conductor se daba cuenta que Mirta a veces lloraba y entonces le contó que tenía un hijo en Paraguay que era criado por sus abuelos, que “vivía solo en el medio de la nada”, describe Clarín.

“Traémelo. Traelo y que viva acá”, fue la respuesta contundente de Iúdica. “Fijate si tiene un familiar y sino que venga acá, pero lo crío yo. El chico va a vivir en mi casa, va la mía”, le dijo a la madre del niño. “Lo trajo y fue instantáneo. Las más grandes inmediatamente lo tomaron como un hermano. Osvaldo se dejó amar, era un cuidado intensivo de enseñarle a escribir, a estar en Buenos Aires, Argentina, todo un mundo nuevo”, relató.

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