Recientemente, el Ejecutivo declaró el uso del aopo’i como prenda oficial para la temporada veraniega en el país. Esta iniciativa y respaldo del Gobierno Nacional significa un importantísimo reconocimiento del trabajo y de la producción local de una de las técnicas textiles más representativas del país.
- Por Andrea Jazmín Vázquez Ayala
- Presidenta del Instituto Paraguayo de Artesanía (IPA)
El uso de este tejido no solo pone en valor el oficio de ciento de mujeres tejedoras, sino también aumenta las oportunidades económicas y de generación de mayores canales de comercialización a nivel local e internacional, además de otros aspectos intangibles como la transmisión, de generación en generación, de los saberes de esta técnica, el conocimiento de los territorios y los procesos de producción que tienen características muy propias de nuestra identidad local.
Teniendo en cuenta el registro de artesanos del Instituto Paraguayo de Artesanía, 1.267 artesanas están registradas en la confección del aopo’i, la mayor parte en el departamento de Guairá, que trabajan de manera independiente, en comités o asociaciones cuando existen pedidos a nivel colectivo. El ingreso promedio de las ventas se estima que va alrededor de 500.000 a 900.000, a excepción de los grandes pedidos que se pudieran dar en ocasiones especiales.
A este número se agregan las ventas de los comercios y empresas que también comercializan el aopo’i y que trabajan con mujeres artesanas. Esta iniciativa tiene un impacto directo con estas personas y empresas, y se abre también un mercado más consciente, teniendo en cuenta el trabajo artesanal que conlleva esta artesanía.
POSICIONAMIENTO
En los últimos 3 a 5 años el bordado del aopo’i y el tejido del auténtico aopo’i se han posicionado significativamente con acciones de fuerte promoción en las localidades productoras de este tejido. Especialmente, en el departamento de Guairá se han capacitado a mujeres artesanas en la cosecha del algodón, hilado y proceso en el telar rústico, la elaboración de materiales de referencia de este tejido para que nuevas generaciones conozcan los más de 100 bordados que se realizan en esta artesanía, experiencias de trabajo entre diseñadores y artesanos que dan resultado a nuevos productos con lenguajes más contemporáneos, el desarrollo de ferias en la modalidad textil, entre otras iniciativas y campañas de promoción.
PUESTA EN VALOR
La artesanía paraguaya es una de las expresiones culturales con alto valor histórico, social y turístico, es un elemento tangible e intangible de nuestro patrimonio cultural vivo. Por medio de este decreto presidencial se pone en valor la riqueza de este oficio, con el trabajo de mujeres de larga trayectoria que conservan la identidad cultural del país. El aopo’i, como expresión cultural, fortalece y enaltece nuestra marca país y también compromete a las instituciones culturales, educativas, entre otras, a trabajar en conjunto para salvaguardar nuestra producción local y mejorar las condiciones de miles de artesanos y artesanas del Paraguay.
Hoy en día, más que nunca, la difusión de la información, de las acciones y proyectos relacionados al sector constituye una pata fundamental en nuestra gestión, ya que si no se genera conocimiento, no se genera valor ni mercado local para la comercialización. Desde el IPA, uno de los pilares fundamentales es la promoción y poner a disposición de la ciudadanía de toda la riqueza de la artesanía paraguaya y contribuir con otros ejes fundamentales como el turismo vivencial, la cultura, el medioambiente, la economía local, entre otras dimensiones.
Invitamos a toda la ciudadanía que consuma nuestra producción nacional, que está cargada de historia, identidad, color y vida.
Teniendo en cuenta el registro de artesanos del Instituto Paraguayo de Artesanía, 1.267 artesanas están registradas en la confección del aopo’i
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Ricas experiencias de unos jóvenes genios paraguayos
- Jorge Zárate
- Jorge.zarate@nacionmedia.com
- Fotos: Gentileza
Dos equipos de estudiantes paraguayos participaron recientemente de eventos mundiales que exigen un altísimo nivel de preparación académica, dejando bien alto la bandera paraguaya: la Olimpiada Mundial de Química, en Dubái, Emiratos Árabes Unidos, y Olimpiada Internacional de Matemática, en Sunshine Coast, Australia.
“¡Fue sin duda la mejor experiencia de mi vida!”, dice Daftin Schenk, uno de los miembros del equipo nacional que intervino del 5 al 14 de julio en la Olimpiada Mundial de Química, IChO (International Chemistry Olympiad), en Dubai. “Estar rodeado de personas de más de 100 países en un mismo hotel, poder ir a hablar con cualquiera en cualquier idioma, es algo increíble”, apunta.
“Estuve aprendiendo con gente de otros países cómo ven ellos la química, cómo la viven, cómo la estudian lo que me dio más motivación para seguir estando en este mundo de la química, de la ciencia, del conocimiento”, agrega. “Es muy distinto cómo cada uno ve todo, fue superinteresante estar discutiendo sobre temas de química”, refiere.
Fabricio Marín cuenta que “lamentablemente no nos fue como esperábamos, fue como un golpe de realidad la brecha de nivel que hay en comparación con otros países, pero de todas maneras, fue una experiencia increíble, aprendimos bastante, pudimos socializar con personas brillantes de todo el mundo, sobre todo cuáles eran sus técnicas de estudio y cómo se prepararon para la competencia. Conocimos nuevas culturas aprendimos e hicimos muchos amigos”, reseña.
Para Ezequiel Rojas, “a pesar de aún no haber logrado una medalla, cada año Paraguay va mejorando su rendimiento en la IChO, y este año no fue una excepción”, apunta. “Para la preparación: para el examen teórico, estudiamos varios libros de la química mientras realizábamos problemas similares a los de la Olimpiada. Para la parte práctica, realizamos las prácticas que el comité recomienda manejar. Fueron problemas que nunca antes habíamos visto, pero siempre resultaron interesantes y divertidos de resolver”, comenta.
Pablo Sanabria considera: “Hicimos y dimos lo mejor de cada uno y espero realmente que algún día el país llegue a obtener alguna medalla o mención. Respecto a la experiencia, en mi opinión fue muy buena (diría que fue uno de los mejores momentos de mi vida) aprendimos mucho sobre la cultura y vida de los demás países, conocíamos muchas personas e hicimos varios amigos, además de conocer la belleza de los Emiratos Árabes Unidos y su gente”.
La evaluación es positiva también para Luján Simón, la tutora de laboratorio de la Competencia Nacional de Química: “Por sobre todo, volvemos con el compromiso de seguir promoviendo la ciencia en nuestro país”, apunta.
Luján, exganadora de la Competencia Nacional de Química y actual coordinadora de Olimpiadas Internacionales, cuenta que “en el examen práctico, los estudiantes debieron resolver problemas que abarcaban diversas ramas de la química, incluyendo la síntesis, la determinación de concentraciones y la caracterización de complejos y compuestos orgánicos. Para ello, utilizaron técnicas como cromatografía en capa fina (TLC), titulaciones complejométricas y espectrofotometría UV-Vis, entre muchas otras. Estas tareas no solo evaluaban conocimientos técnicos, sino que también fomentaban el pensamiento crítico, experimental y multidisciplinario. El examen tuvo una duración de cinco horas y se realizó de forma individual”, expone.
DURO EXAMEN
Pablo Sanabria explica que enfrentaron problemas complejos que se resolvían a la par de jóvenes talentos de todo el mundo: “El examen tanto práctico como teórico tenía una duración de 5 horas cada uno, en las cuales debíamos resolver los problemas y en algunos casos explicar nuestros procedimientos”.
De acuerdo a su experiencia y “hablando con los demás participantes, siento que como país debemos crecer más en educación, aquí en Paraguay tenemos potencial, solo que necesitamos más apoyo de parte de las diversas instituciones para poder destacarnos en esta y otras competencias académicas”, apunta.
Fabricio Marín entiende que se necesitaría más “respaldo del Gobierno. Me gustaría que a futuro las autoridades del Ministerio de Educación (MEC) tengan más consideración sobre estos temas que tienen relación con la ciencia e investigación, sabemos que existe un déficit en cuestiones de financiamiento o ayuda económica”, apunta.
“Tuvimos que autogestionarnos en varias situaciones para realizar esta representación. Paraguay tiene un potencial en estos temas y debe ser considerado como posible generador de futuros investigadores que aportarían al desarrollo del país”, señala.
Schenk analiza los exámenes: “Para mí fue sorprendente porque yo casi no tengo preparación de laboratorio y fue supercompleto. Pude deducir qué tenía que hacer, entender lo que estaba ocurriendo. Mi parte favorita fue un experimento de determinación de desconocidos, un análisis cualitativo mediante experimentos, un montón de reacciones y para mí fue superincreíble, fue el que mejor me salió, también porque me encanta todo lo que es la parte orgánica de la química”.
Dice que en el teórico se le pasaron “volando” las 5 horas de tiempo: “Estoy muy motivado para el próximo año para volver a participar y conseguir algo, porque es posible, por más de que seamos un país que no tiene los mismos estándares de educación, se le mete mucha pasión”.
Para la coordinadora Luján, “llevar un equipo completo a esta olimpiada representa un logro significativo para nosotros, fruto de un gran esfuerzo tanto en lo económico como en lo académico. Contar con una delegación completa no solo refleja el compromiso y la preparación de los estudiantes, sino también de sus familias y las personas que hicieron eso posible. Es una señal de que estamos avanzando y nos inspira a seguir trabajando para llegar cada vez más lejos en futuras ediciones de la olimpiadas”.
MENCIÓN DE HONOR EN MATEMÁTICAS
La Olimpiada Internacional de Matemática (IMO, su sigla en inglés) consiste en una competencia de dos jornadas, con pruebas de cuatro horas y media cada día, en las que los participantes deben resolver seis problemas matemáticos de alta dificultad.
Por su nivel académico y el rigor de la evaluación, es reconocido como el Mundial de las Matemáticas, y representa una oportunidad única para que los jóvenes compartan con pares de todo el mundo en un entorno de excelencia científica.
Paraguay participa regularmente desde 1997, y ha obtenido hasta la fecha 1 medalla de plata, 11 medallas de bronce y 29 menciones de honor, logros que reflejan el compromiso y la calidad del proceso formativo liderado por la Organización Multidisciplinaria de Apoyo a Profesores y Alumnos (OMAPA).
En ese marco celebraron que “el estudiante Éver Moisés Ortega Portillo haya obtenido una Mención de Honor, uno de los reconocimientos más importantes que se otorgan en esta exigente competencia internacional”, indica Jorge Torres Amarilla de la OMAPA.
Lo hizo recordando que una Mención de Honor “se concede a los participantes que, si bien no han alcanzado medallas de oro, plata o bronce, han demostrado una habilidad sobresaliente al resolver problemas de alta complejidad de manera perfecta. En esta edición, Éver logró resolver dos problemas de manera perfecta, presentando soluciones completas, correctas y rigurosamente justificadas, que evidencian un profundo entendimiento de los desafíos planteados”, reseña Torres.
UNA EXPERIENCIA EXTRAORDINARIA
La delegación paraguaya que participó en la Olimpiada Internacional de Matemática (IMO) 2025 estuvo conformada por Stefany Fiorella Velázquez Ferreira (PAR 1), Fernando Daniel López Bobadilla (PAR 2), Alejandro Manuel Almaraz Aquino (PAR 3) y Éver Moisés Ortega Portillo (PAR 4), seleccionados por su destacado desempeño en el Programa Jóvenes Talentos de OMAPA. Acompañaron al equipo la ingeniera Carmen Sánchez, como líder de delegación, y Édgar Elizeche, como tutor. Aquí el diálogo del equipo con Nación Media:
–¿Qué pueden destacar de la experiencia de la Olimpiada Mundial de Matemáticas?
–Haber tenido la oportunidad de poder compartir con personas de diferentes países y culturas, conocer en persona a olímpicos, exolímpicos y profesionales del área de matemáticas y conectar con estas personas durante la semana de la competencia.
–¿Qué nos pueden contar de su paso por Australia, qué les llamó más la atención?
–Australia es un país muy lindo y con mucha diversidad, durante la olimpiada pudimos visitar un parque de diversiones y el zoológico. Lo que más nos llamó la atención fueron los distintos animales que pudimos ver en la visita, como los canguros, los koalas y las suricatas.
–¿Qué elementos de preparación creés que podrían ser útiles para las olimpiadas de matemáticas?
–Existen en internet muchos materiales teóricos y prácticos para resolver problemas de olimpiada, pero lo más importante siempre es ser constante, dedicarle el tiempo suficiente y esforzarse por alcanzar la meta.
–¿Por qué alentarías a los jóvenes paraguayos a intensificar el estudio de las matemáticas?
–Porque a través de las matemáticas se descubren muchas cosas, es también un complemento para otras ciencias como la física, por ejemplo, y es útil en todos los ámbitos.
Porque es realmente una muy linda experiencia la de participar en una olimpiada de matemáticas, no se trata solamente de hacer ejercicios de matemáticas, sino de resolver desafíos usando herramientas matemáticas. Animaría a otros jóvenes a comenzar con la olimpiada nacional, que comiencen a entrenar a partir de ahí, porque con suficiente esfuerzo y dedicación se puede llegar a las olimpiadas internacionales.
TRADICIÓN EN COMPETENCIAS MATEMÁTICAS
La Organización Multidisciplinaria de Apoyo a Profesores y Alumnos (OMAPA) promueve la participación de los jóvenes paraguayos en la Olimpiada Nacional Juvenil de Matemática.
Luego, invita a los estudiantes con mejores resultados a formar parte del Programa de Iniciación Científica con Énfasis en Matemática para Jóvenes Talentos, en el cual los participantes adquieren un entrenamiento especializado en olimpiadas de matemáticas y entre los mismos se selecciona nuevamente a los mejores para representar a Paraguay en las Olimpiadas Internacionales.
El Programa Jóvenes Talentos “es el único en su tipo en Paraguay, tiene alcance nacional y probada efectividad a nivel internacional, ya que muchos de los alumnos que recibieron esta capacitación se encuentran hoy día becados en renombradas universidades de diferentes países”, se indicó.
Entre ellos se encuentra Ángeles Cibils Bernardes, la primera mujer paraguaya admitida y egresada del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Para formar parte de Jóvenes Talentos es necesario que el estudiante haya sido convocado por estar entre los finalistas de la Olimpiada Nacional de Matemáticas. Esta competencia se realiza cada año entre estudiantes de colegios públicos, subvencionados y privados de todo el país; en total cada año participan alrededor de 90 mil estudiantes, de los cuales solo 750 llegan al tramo final.
UNA OPORTUNIDAD PARA LA QUÍMICA
Industrias como la petroquímica, farmacéutica, agroquímica, alimentaria, textil, cosmética y de materiales se basan en procesos químicos. “La química está presente en todo lo que nos rodea; sin ella, no hay desarrollo en áreas clave como biotecnología, nanotecnología, ciencia de materiales, farmacología o energías renovables”, expone Luján Simón, tutora de laboratorio de la Competencia Nacional de Química.
“La química es fundamental para el desarrollo de un país porque está en el núcleo de los avances científicos, tecnológicos, industriales y ambientales. No solo impulsa la ciencia, sino también la salud, la economía, el ambiente y la tecnológica. Por lo tanto, la química es un pilar para el desarrollo sostenible, la innovación y la mejora de la calidad de vida de las personas en cualquier país”, reseña.
Simón entiende que “la química va ganando cada vez más protagonismo a nivel nacional; sin embargo, Paraguay aún enfrenta varios desafíos que dificultan un avance sostenido en esta área.
Entre ellos se destacan el financiamiento insuficiente para la investigación, la infraestructura limitada y, sobre todo, la falta de apoyo económico y educativo en el ámbito científico. Superar estas barreras es fundamental para impulsar el desarrollo de la química y su contribución al progreso del país”, reseña.
Si bien, la Competencia Nacional de Química (CoNaQ) y la participación de Paraguay en la Olimpiada Internacional de Química han marcado un antes y un después en el interés por la formación científica de jóvenes, “se requiere un fortalecimiento de la educación STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, su sigla en inglés) y aumentar el nivel de enseñanza en química en muchas instituciones educativas, porque aún estamos lejos de alcanzar una educación equiparable a la de otros países de la región”, indica.
El gran desafío pasa por “reducir la brecha en cuanto a conocimientos y preparación de los estudiantes, especialmente cuando se trata de una olimpiada a nivel mundial, donde los países competidores cuentan con sistemas educativos altamente desarrollados, caracterizados por una formación estructurada, avanzada y rigurosa”.
Simón cuenta que se trabaja cada año “para mejorar el rendimiento de nuestros estudiantes y extender la olimpiada nacional a más departamentos del país. Confiamos en que, a través de estas competencias, contribuimos al aumento del nivel educativo en química y otras ciencias. Creemos firmemente que la educación es un factor clave para el progreso de un país. Por ello, necesitamos más apoyo e iniciativas que fortalezcan la educación científica y siembren esperanza en una nueva generación de jóvenes que, con esfuerzo y pasión, lleven el nombre del Paraguay cada vez más lejos”.
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Jóvenes paraguayos en Roma, un encuentro con la fe y la esperanza
- Por Mariano Mercado Rotela
- Enviado especial, desde Roma
Roma, la Ciudad Eterna, está llena de peregrinos de todo el mundo durante este año de Jubileo de la Esperanza. Miles de personas llegan a la ciudad para participar en eventos y actividades espirituales, buscando renovar su fe y encontrar esperanza en un mundo que lo necesita. En este contexto, 32 jóvenes de Paraguay, en su mayoría provenientes de la Arquidiócesis de Asunción, se encuentran participando en la Semana, del Jubileo de la Juventud.
Este sábado, la delegación paraguaya participó en la Misa de bienvenida, en la que estuvieron acompañados por la embajadora de Paraguay ante la Santa Sede, Romina Taboada. Este evento marcó el inicio de la participación en la Semana del Jubileo de la Juventud.
En los próximos días, los jóvenes paraguayos tendrán la oportunidad de participar en una Misa con el Papa León XIV, lo que será un momento destacado clausurando esta experiencia en Roma. Durante su estadía, también podrán participar en diversas actividades, como encuentros con otros jóvenes y visitas a lugares emblemáticos de la ciudad. La experiencia les permitirá crecer en su fe y fortalecer su compromiso con la Iglesia y la sociedad.
“Espero llevar al país frutos de misericordia y que más personas puedan tener fe y conocer a Jesús” resalta Macarena Agüero una de las jóvenes. Por su parte Fabian Arzamendia afirma que: “somos misioneros de la esperanza y esperamos renovar nuestra fe y fortalecer nuestro servicio en la Iglesia”.
La participación de estos jóvenes en la Semana del Jubileo de la Juventud es un testimonio de la vitalidad y la pasión de la juventud paraguaya por su fe. A través de esta experiencia, podrán establecer lazos con otros jóvenes de diferentes partes del mundo y llevarse consigo recuerdos y enseñanzas que les serán de gran valor en su camino espiritual.
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ueno bank y el Instituto Paraguayo de Artesanía fortalecerán nuestra identidad
ueno bank y el Instituto Paraguayo de Artesanía (IPA) firmaron un convenio de colaboración interinstitucional, en línea con su compromiso con la sostenibilidad, la inclusión y la promoción de la cultura paraguaya. El acuerdo se concretó en La Matrix, sede central de la entidad bancaria, y busca impulsar acciones que promuevan la identidad nacional y preserven el patrimonio cultural.
“Nuestro propósito es acercar soluciones reales a las comunidades, pero también honrar a quienes preservan lo más valioso de nuestro país: los artesanos, guardianes de nuestra historia, cultura y raíces. A través de esta alianza, impulsamos la inclusión financiera y acompañamos a los artesanos para que sus creaciones lleguen más lejos, generando oportunidades y orgullo para todo el Paraguay”, señaló Diana Mongelós, directora de ueno bank.
Por su parte, Andrea Vázquez, presidenta del Instituto Paraguayo de Artesanía, señaló: “Con esta alianza damos un paso fundamental para que nuestros artesanos puedan crecer sin perder su esencia. Venimos trabajando junto a ueno bank desde hace tiempo, y nos emociona seguir construyendo este camino en conjunto, porque compartimos los mismos valores: inclusión, autonomía y el orgullo por lo hecho a mano en Paraguay. Nuestro propósito es claro: que cada paraguayo y paraguaya se sienta orgulloso de portar una artesanía, de lucir una camisa de ao po’i, y de llenar sus hogares con el arte y la identidad de nuestra tierra”, resaltó.
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Entre los principales compromisos asumidos por el banco destaca el apoyo a las principales ferias organizadas por el IPA —como SOMOS Artesanía, ORE de Pueblos Indígenas, el Encuentro de Ceramistas del Paraguay, entre otras— mediante el acompañamiento personalizado en procesos de bancarización y onboarding financiero; así como la implementación de soluciones de pago digital.
Esta alianza forma parte de las iniciativas de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) de ueno bank, orientada a generar impacto positivo en comunidades y fortalecer sectores claves como el de la artesanía, vital para la historia y la cultura del Paraguay. En las primeras ferias acompañadas por la entidad, feriantes recibieron asesoramiento, se participaron también embajadores de la inclusión, quienes brindaron asistencia a los artesanos en el proceso de bancarización y orientación sobre el uso de herramientas de transacciones digitales.
Otras acciones
● El auspicio como main sponsor del Congreso de Artesanía + Diseño (A+D), que promoverá la innovación a través de espacios de intercambio y capacitación con expertos nacionales e internacionales.
● La campaña “Jopoi, identidad hecha a mano”, que ofrece talleres de formación en diseño y desarrollo de productos en distintos territorios para potenciar el valor del merchandising artesanal con identidad local.
● El fortalecimiento de la Ruta Nacional de Artesanía (RNA), mediante la mejora de herramientas digitales que faciliten su visibilización y promoción local e internacional.
● La protección de técnicas artesanales indígenas, a través de la provisión de insumos y herramientas que permitan completar el ciclo productivo.
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Sobre ueno bank
ueno bank se posiciona como el banco más grande del país en términos de cantidad de clientes y tarjetas de crédito. Inclusión, transparencia e innovación son los pilares distintivos que guían sus operaciones. Como líder del sector, colabora con las principales empresas del sistema financiero global, como Citibank, JP Morgan y Mastercard, y cuenta con el respaldo de diversos organismos de cooperación internacional.
ueno bank está adherido al Pacto Global de las Naciones Unidas y es la primera y única entidad regulada por el Banco Central del Paraguay que ha recibido el Sello de Integridad otorgado por la Secretaría Nacional Anticorrupción (Senac) y el Ministerio de Industria y Comercio (MIC).
Sobre el IPA
El Instituto Paraguayo de Artesanía promueve la salvaguarda y desarrollo sostenible de la artesanía paraguaya, fortaleciendo su potencial económico, social y cultural para el bienestar de artesanos, artesanas y sus comunidades Creado por la ley n.º 2448/2004 tiene por objeto promover el desarrollo de la artesanía nacional, estimular y proteger al artesano, buscar canales de comercialización e incentivar la formación de artesanos entre otras funciones.
Uno de los objetivos del IPA es “elevar el nivel de vida de las comunidades artesanales fortaleciendo el desarrollo de sus núcleos, capacidad productiva y de comercialización, generando alianzas de acuerdo con la demanda del mercado nacional e internacional, por medio de la competitividad”.
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El ñandutí: una tradición que lleva el pan a los hogares
- Jimmi Peralta
- Fotos: Matías Amarilla
El ñandutí, tejido tradicional del Paraguay, presenta en sí misma una sutil metáfora de su naturaleza dentro de la ciudad que sin dudas es su hogar, Itauguá. Situado a 30 kilómetros de Asunción, el distrito es conocido como el centro de producción de vestidos, cuadros, blusas y manteles confeccionados a base de este tejido artesanal, que representa al suelo guaraní en todo el mundo en diversas instancias y certámenes. Las artesanas redoblan la apuesta y ahora van por el Récord Guinness.
El ñandutí es realizado generalmente de manera individual por manos de mujeres. En su desarrollo, tejen más allá del bastidor una trama de producción en comunidad que traza formas, líneas rectas y curvas interconectadas en la diversidad de colores y direcciones.
Como artesanía, el ñandutí se aprende en la casa, con la magia de la formación no sistemática, que da vuelo y vida a su esencia. Al mismo tiempo, pone el sentido de la transmisión de conocimiento de madres a hijas y de hijas a madres, entretanto se cimenta parte del sustento familiar. Este tejido primero pone pie en la función más elemental: llevar el plato de comida a los hogares de los itaugüeños para después barnizar el vínculo colectivo de una ciudad que cuenta con varios centenares de tejedores y tejedoras.
“Mi abuela no sé si tejía, pero yo aprendí de mi mamá, de muy chiquita, y ni bien cuando yo empecé a hacer los bordados, me daba la plata mi mamá. ‘Este es tu trabajo. Te va a servir para comprar otra vez tus materiales’, me solía decir mi mamá. Y así nunca dejé de hacer. Este trabajo también ayudó para criar a mis tres hijas”, comenta Antonia Morínigo, tejedora itaugüeña que esta semana se sumó a la Red Tejiendo Cultura, una plataforma que nuclea a más de 500 artesanas del ñandutí del Paraguay y de países como Australia, Puerto Rico, Chile, Reino Unido, España y Argentina.
Más de 150 de estas artesanas son de Itauguá, algunas jóvenes y otras de más de 90 años. Ahora forman parte de este proyecto que busca sumar el trabajo individual para armar el tejido de ñandutí más grande el mundo, que será de 120 metros de largo por 5 metros de ancho, buscando el récord mundial.
TEMPRANA INICIACIÓN
Como la mayoría de las tejedoras, Antonia empezó de niña. Ahora es abuela y ya no puede producir en bastidores grandes como antes. Ella tiene a su cargo las labores del hogar y todos los días, después del almuerzo, se sienta en su dormitorio a dibujar con el hilo y la aguja sobre su tela. “Este bastidor armado yo termino en un día, porque yo soy ama de casa, tengo que cocinar todo, yo soy la mamá de la casa. A la tarde, puede comer la comida, me suelo sentar acá en mi pieza y hago mi ñandutí, a la noche ya quiero descansar”, comenta. El proceso de producción arranca con el dibujo sobre el papel “y regla”, recuerdan las tejedoras. Luego se estira la tela en el bastidor, se dibuja en la tela y se comienza a tejer. Terminado el trabajo, se separa el tejido de la tela, se lo lava y finalmente se le pone el almidón para que se endurezca.
“Hay gente que tuvo que migrar a otros países, pero se llevaron parte de sus culturas y otras que se dedicaron a enseñar y así esparcir por todo el mundo. La ciudad de Itauguá es conocida como la capital del ñandutí y cuna de la misma. En cada compañía de Itauguá te encontrarás con un o una artesana elaborando su trabajo porque la técnica fue otorgada de generación a generación y se ha vuelto una tradición para las familias. Es por ello que hay más cantidad de artesanos en la localidad de Itauguá”, comenta Guillermo Acosta, coordinador de la Red, itaugüeño y profesor de ñandutí, quien en su propio perfil vital narra la historia del tejido y las familias de su ciudad.
“Todo se inició desde la tristeza de mi querida Maximina Quiñónez. En una tarde se puso triste y observaba su ñandutí y me dice ‘qué pena que ninguna de mis hijas va a legar esto que yo hago, ninguna de ellas dos sabe hacer’. Sentí tanta pena al oírla decir eso que entonces le pregunté cuál era el dechado más difícil y complicado de hacer. A lo que ella me respondió el arasape y la filigrana, que coincidentemente estaba haciendo. Entonces me fijo en sus idas y vueltas que realizaba sin decirle nada en absoluto. Como ella trabajaba cama adentro y venía a casa los fines de semana, la sorprendí con un trabajo que estaba realizando sin decirle nada. Era una imagen de san Blas, pero en ñandutí. Me pregunta quién hizo y le digo que yo.
Me mira y dice que no me cree. Para que me pudiera creer, me siento y le muestro que sí lo podía hacer y desde entonces le tomé como hobby”, narra Acosta sobre cómo en el ñandutí se reafirma el tejido social y el empoderamiento económico de las mujeres de una ciudad.
TRANSMISIÓN INTERGENERACIONAL
Juliana Centurión (88) y Esmérita Antonia Centurión (91) son dos hermanas tejedoras que viven junto a la hija de la segunda en una humilde casa en el centro de Itauguá, donde las tres comparten además el amor al ñandutí y su creación.
Las hermanas aprendieron el oficio desde pequeñas. Su madre transmitía el conocimiento a su descendencia femenina, “porque los varones buscaban otras formas de aportar, como trabajando en la carpintería y otras cosas”.
“Cuando teníamos entre 7 u 8 años nosotros mirábamos a escondidas cómo trabajaba nuestra mamá y hacíamos que practicábamos en papel. No podías hacerlo bien porque ella no quería que nosotras trabajemos. Pero cuando se dio cuenta de que ya lo hacíamos, finalmente decidió mostrarnos cómo hacerlo bien”, comenta Esmérita.
“Cuando me siento puedo producir rápido, pero ahora ya no puedo sentarme por mucho tiempo, ya estoy grande”, explica Juliana.
“Antes valía más nuestro trabajo, se pagaba mejor por el ñandutí. Nosotras ya no salimos a vender ahora, no nos vamos a ninguna parte. Vienen a hacernos el pedido y hacemos. Antes salíamos, ahora tenemos una patrona. Antes producíamos muchísimo más”, explica Esmérita.
El oficio que le legó su madre le sirvió para sostenerse durante una larga vida y para la crianza de su hija, que también teje. Las hermanas se sumaron esta semana al proyecto que busca batir el récord mundial con un tejido de producción colectiva.
ENSAMBLE
Actualmente la producción de las tejedoras se realiza de diversas maneras, pero la preferida es la realización individual de piezas que después son acopiadas e integradas a vestidos, manteles y otras piezas.
Los precios pueden variar y los productos se realizan en algunos casos bajo pedido y en otros es un proceso a la espera de clientes. Las pequeñas piezas se suman entre sí y de esta manera diversas tejedoras pueden finalmente articular sus trabajos en un producto final, que provee a sus hogares de sustento y de prendas a las principales tiendas especializadas de la ciudad o, como varias de ellas dicen, “a mi patrona”.
Entre tanto, para el proyecto del tejido más grande del mundo se les proveerá a todas las artesanas de insumos (bastidores, lienzos, hilos, agujas) y ellas decidirán cuántos módulos realizarán de acuerdo a sus capacidades y habilidades. Las piezas serán posteriormente certificadas para el ensamble. Como es dable esperar, la producción del tejido significará un ingreso económico.
Se estima que se juntarán unas 2.200 piezas a través de la red. Esta será de los diez dechados (dibujos) seleccionados para la ocasión: jazmín poty, mbokaja poty, buey pypore, machete punta, arasape, arapaho un lado, estrella de cuatro puntas con kurusu’i, takuru con karê’i doble, margarita y pensamiento. A los costados la pieza contará con randas con cadenilla doble y en las esquinas estrellas de cuatro puntas con filete. La puesta en valor del ñandutí a través de este proyecto genera un aporte inmediato mediante la generación de pedidos para las tejedoras. A mediano plazo centralizará una red de trabajadoras, lo que podría facilitar a futuro la producción, la adquisición de insumos y la comercialización. A largo plazo se busca la valoración cultural y pecuniaria a nivel nacional e internacional de este tejido que data del XVI, y que surgió en estas tierras de la unión de una técnica europea y la creatividad de la mujer paraguaya.
“CADA VEZ QUE TE TENGO PEDIDO VENDO TODO MI ÑANDUTÍ”
Porfiria González (61), de Itauguá Guasu Costa Dulce, teje desde los 13 años. Ella valora la iniciativa del proyecto y celebra que significará más trabajo para ella.
“Aprendí a hacer ñandutí viendo a mi tía y mi prima. Al darle el primer trabajo que hice, mi tía ya lo llevó, vendió y me trajo ya directamente materiales para hacer más”, comenta Porfiria, quien trabaja mechando su artesanía con las labores domésticas con la ayuda de su hija.
“Yo me levanto a la mañanita y en medio de mi mate hago mi ñandutí. Después me levanto a hacer para el almuerzo, hago todo eso y ya me siento otra vez a trabajar. Si no hay pedido, igual nomás hago yo. En algún momento va a venir el pedido. Cada vez que tengo pedido vendo todo mi ñandutí; si no hago mi ñandutí, hago chipa”, comenta.
Relata que para ella la parte más difícil es el dibujo. “Eso se hace primero, el dibujo, con la regla se hace, se hace bien eso en el papel, después tenés que estirar con el bastidor la tela y dibujar. Ahí se trabaja”, narra sobre el proceso de producción.
“DESDE MUY CHIQUITA ME PAGABAN POR MI TRABAJO”
Felipa López (63) desde los 7 años se sumó a su mamá, su abuela y sus hermanas, todas de la ciudad del ñandutí, en el oficio de tejedora.
“Hago diferentes dibujos, con hilo fino y con hilo grueso, de ambas formas. Eso también me enseñó mi mamá. A ella le enseñó mi abuela. Desde muy chiquita me pagaban por mi trabajo. La plata me servía para mi escuela, para mis útiles. Tengo siete hijos, ahora conmigo ya solo vive uno. A tejer le enseñé solo a dos hijas mías”, comenta Felipa, quien desde sus manos y el arte dio de comer a su familia junto con su marido, quien es constructor.
“JAGANA´I, PERO JAGANA, UPÉA LA HE´ISÉVA”
Filemona Figueredo (68) arrancó como tejedora a los 12 años con su madre y sus seis hermanas. Ella también se sienta con su bastidor entre las actividades de cuidado y de la labor doméstica en su hogar itaugüeño.
“Recuerdo que cuando era chiquita cada 15 días nos tocaba a cada una ir a vender. De esa plata comprábamos para nuestra ropa para farrear”, comenta entre risas.
“Nunca trabajamos para otra persona”, refiere acentuando que nunca tuvo un trabajo en situación de dependencia.
“Siempre jagana’i, pero jagana, upéa la he’iséva. Igusto remba’apo, revende ha rejúma nde platamíre” (siempre ganamos poco, pero ganamos, eso es lo que importa. Da gusto trabajar, vender y venir con tu platita), explica Filemona, quien es madre de tres hijos.
SOBRE EL PROYECTO
Tejiendo Cultura – El Ñandutí Más Extenso del Mundo es una iniciativa impulsada por Innovaciones Comerciales y la Asociación de Ñandutí en Japón, con el acompañamiento de la Municipalidad de Itauguá y la alianza estratégica de la EBA.
Su objetivo no solo es confeccionar de forma colaborativa la pieza de ñandutí más grande del mundo, sino también visibilizar el trabajo artesanal, fortalecer el turismo cultural y abrir nuevas oportunidades económicas para las tejedoras del país a través del arte textil.