La doctora Irene Fabiola Román Maldonado, bióloga, es uno de los tantos profesionales paraguayos que se destacan en el exterior a base de disciplina, dedicación y perseverancia. Reside en Cambridge y trabaja en uno de los laboratorios más importantes de Europa, asistiendo en importantes investigaciones encabezadas por renombrados científicos británicos y de otros países.

Vive en Cambridge, en el este de Inglate­rra, una ciudad que acoge a una de las universida­des más antiguas del mundo. Es paraguaya, tiene 39 años, egresada de la carrera de Bio­logía de la Facultad de Cien­cias Exactas y Naturales de la Universidad Nacional de Asunción. La doctora Irene Fabiola Román Maldonado es uno de los tantos profesio­nales paraguayos que se des­tacan en el exterior sobre la base del esfuerzo, disciplina, dedicación y perseverancia, a pesar de un episodio delicado de salud que pudo afrontar y sobrellevar lejos del país.

En la actualidad, se desempeña como asistente de investiga­ción en uno de laboratorios más prestigiosos del Reino Unido y del Viejo Continente: el Sanger Institute. Le gusta escribir y, de hecho, lo hace bastante bien; sus columnas se pueden leer cada fin de semana en las páginas de este diario del cual es corresponsal.

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Viviendo en Birmingham, durante la pandemia fue contratada por el Sanger Institute de Cambridge donde tiene una posición permanente como asistente de investigación.

Opina que el estudiante para­guayo está plenamente capa­citado para sobresalir en un mundo tan exigente y compe­titivo como el europeo, pero que falta más apoyo por parte del Gobierno para recuperar a las mentes brillantes que se forman en el exterior y que pueden aportar al progreso del país. La Nación del Finde mantuvo una entrevista tele­mática con la destacada inves­tigadora compatriota.

- Doctora, ¿cuándo se inició el desafío de especializarse en el exterior?

- Al terminar la carrera de grado, fui becada por el Pro­grama Estudiante Convenio de Posgraduación (PEC-PG) de Brasil para realizar la maes­tría en el Instituto Oswaldo Cruz (Fiocruz) de Río de Janeiro. Cuando terminé la maestría, realicé el examen de ingreso al programa de doc­torado en el mismo instituto; había diez lugares, siete con beca completa, y yo entré en la cuarta posición. En aque­lla época no había Becal (Pro­grama Nacional de Becas de Postgrado en el Exterior Don Carlos Antonio López). En mi doctorado, estudié la diversi­dad genética del parásito que causa la enfermedad de cha­gas. Lo realicé en Brasil, pero con un intercambio con Ingla­terra en la London School of Hygiene and Tropical Medi­cine (LSHTM).

- ¿Cómo surgió la oportu­nidad de viajar al Reino Unido?

- En el 2014 mi esposo tuvo la oportunidad de venir a Ingla­terra a hacer parte de su docto­rado en matemática aplicada en la Universidad de Bath.

Como mi ex laboratorio de Brasil tiene colaboraciones con un grupo de investigado­res de la London School and Hygiene and Tropical Medi­cine, entablamos una colabo­ración para mi tesis y fui a rea­lizar mis experimentos en ese instituto.

Luego de seis meses volvimos a Brasil a terminar nuestro doctorado y mi esposo aplicó a un trabajo de investigador posdoctoral en la Universi­dad de Bath. Meses después yo ganaría también un fondo para realizar mi posdoctorado en la misma universidad. Es importante dejar en claro que un posdoctorado es conside­rado el trabajo de un investi­gador junior, no un curso más. Investigamos sobre el com­portamiento del insecto que transmite la enfermedad de chagas. Este trabajo fue rea­lizado en colaboración con el Cedic (Centro para el Desarro­llo de la Investigación Cientí­fica) en Paraguay.

“El instituto en el que trabajo se enfoca en producir ciencia de alta calidad, que tiene una política de cuidar al empleado al máximo. Es un lugar excepcional para trabajar”, destacó la investigadora paraguaya del Sanger Institute de Cambridge.

- ¿ En qué laboratorio trabaja hoy día? ¿En qué pro­yecto o estudio están abo­cados actualmente?

- Tengo una posición perma­nente en el Sanger Institute, en Cambridge, Inglaterra, como asistente de investiga­ción. El laboratorio es de DNA Pipelines y lo que hacemos es el secuenciamiento de dife­rentes organismos. Actual­mente nuestro grupo forma parte del proyecto Darwin Tree of Life, que tiene como objetivo el secuenciamiento de 70 mil especies de Gran Bretaña e Irlanda.

- ¿Cuál es la investigación más importante en la que se vio abocada?

- Siempre trabajé, hasta hace poco, investigando y estu­diando la enfermedad de chagas. Desde el 2007, año en que empecé en el Cedic mi iniciación científica, estudié e investigué y aprendí sobre la enfermedad de chagas. Durante mi maestría y mi doctorado me enfoqué en el estudio de la diversidad gené­tica del parásito que causa la enfermedad. Trabajé con un número inusualmente grande de muestras para el estudio de ese parásito, lo cual dio rele­vancia a mi trabajo.

- Durante la pandemia del covid-19, el trabajo del bió­logo fue realmente deter­minante. ¿Qué puede res­catar de esa experiencia?

- Durante la pandemia yo fui contratada en el Sanger Institute. Cuando eso, vivía­mos en Birmingham y decidi­mos mudarnos a Cambridge debido a mi trabajo porque yo debía ir al laboratorio y mi esposo podía trabajar desde la casa. Ahora ya todo volvió a la normalidad aquí, pero la pandemia no acabó. Sin embargo, es importante señalar que, con las vacunas, la situación hospitalaria no es desbordante.

OTROS PARAGUAYOS

- ¿Mantiene contacto con otros paraguayos que estu­dian o trabajan en el Reino Unido?

- Sé que hay varios paragua­yos estudiando en el Reino Unido. Sin embargo, man­tengo contacto solo con una paraguaya que hace docto­rado en Bath. Me hubiera gus­tado encontrarme con más paraguayos, pero soy muy cuidadosa con el tema del covid, especialmente porque mi hija pequeña aún no puede recibir vacunas anticovid.

- ¿Qué le diría a los jóvenes paraguayos que quieren especializarse en el exte­rior?

- Que lo hagan. Hay muchas oportunidades actualmente y no solo con becas naciona­les, sino también internacio­nales, dependiendo del país. Además, hay lugares y profe­sores de primer nivel que enri­quecen muchísimo al becario.

Diría también que uno debe prepararse con antelación porque aplicar a una beca lleva tiempo y dinero.

Por otro lado, se debe pensar bien a qué país uno quiere ir y cómo va a encarar la situación, si piensa regresar a Paraguay, ya que los colegas que regresa­ron tienen muchos gastos para hacer valer sus títulos. Uno elige aplicar a un tipo de beca, dependiendo de si desea que­darse fuera del país o si desea regresar. Si desea regresar, Becal es una buena opción.

- A su criterio, ¿está pre­parado el estudiante para­guayo en general para afrontar el desafío de una especialización en Europa?

- Yo puedo hablar solo del Reino Unido. Creo que sí está preparado, pero se nece­sita inversión de tiempo y dinero. No basta con tener buenas notas en la universi­dad, implica además varios gastos. Pero si sacamos eso último, el paraguayo dedicado está preparado para enfrentar los desafíos que se presentan durante una especialización o posgrado aquí.

Me gustaría aprovechar la oportunidad para pedir a las autoridades que se enfo­quen en generar oportuni­dades laborales para atraer a los paraguayos que salieron a estudiar al exterior. Que la per­manencia de paraguayos en el exterior sea por elección y no por falta de oportunidades.

- De acuerdo con su expe­riencia, ¿cuáles son las claves para sobresalir en un escenario tan exigente como el europeo y, especial­mente, en el país donde se encuentra?

En mi caso, dedicación y per­severancia. Yo nunca fui una alumna de nota 5 absoluto; sin embargo, siempre me dediqué mucho a lo que me gusta.

Actualmente forma parte del proyecto Darwin Tree of Life, que tiene como objetivo el secuenciamiento de 70 mil especies de Gran Bretaña e Irlanda.

LA SALUD EN PARAGUAY

- ¿Cuál es su impresión sobre el sistema de salud en nuestro país?

- Al sistema de salud lo veo muy deteriorado. Es un cal­vario si uno cae gravemente enfermo en Paraguay. Una de las cosas que debería mejorar es en la aplicación de protoco­los que todo el plantel médico debería seguir. De lo contrario, te encontrás con médicos que practican su propia medicina, aplicando protocolos o medi­camentos sin ninguna eviden­cia que indique que es válida.

A mí me tocó atravesar el tra­tamiento de un carcinoma en uno de los senos. Desde el diagnóstico se siguió un estricto protocolo y mis con­sultas y operaciones fueron con médicos distintos. Al principio me preocupó no ser atendida siempre por el mismo cirujano; sin embargo, aquí, todo tu historial médico está en el sistema, de modo que, sea cual sea el médico que te trate, recibís el mismo cui­dado porque todo está dispo­nible en el sistema de salud. Actualmente, debido a ese diagnóstico, me someto a con­troles anuales, y recibo bene­ficios como medicamentos sin costo por cierta cantidad de años.

“Las claves para sobresalir en el exterior, en mi caso, fueron siempre la dedicación y la perseverancia. Yo nunca fui una alumna de nota 5 absoluto; sin embargo, siempre me dediqué mucho a lo que me gusta”.

Para capacitarse en el exterior “no basta con tener buenas notas en la universidad, implica además varios gastos. Pero si sacamos eso último, el paraguayo dedicado está preparado para enfrentar los desafíos que se presentan durante una especialización o posgrado aquí”.

Ciencia, familia y añoranzas

Está casada con Carlos Antonio Galeano Ríos, un ingeniero paraguayo con un doctorado en matemática aplicada; son padres de una niña de tres meses de nombre Rosalind Sofía.

Fabiola y su familia viven en la parte sur de Cambridge. “Optamos por vivir aquí ya que es cerca de mi lugar de trabajo. Es una zona donde hay varias empresas impor­tantes y campus tecnológicos. El instituto en el que trabajo se enfoca en producir ciencia de alta calidad. Una vez que tra­bajás ahí, el instituto tiene una política de cuidar al empleado al máximo. Es un lugar excep­cional para trabajar”, comentó la doctora.

La bióloga es flamante mamá. Su hija tiene tres meses y se llama Rosalind Sofía. “Actual­mente, estoy de licencia de maternidad. Aquí podés tener licencia por seis meses con sueldo completo; si que­rés extender la licencia dos meses más, ya es con la mitad de tu sueldo. Y si deseás com­pletar un año, ya es sin goce de sueldo en los restantes 4 meses”, mencionó.

Su esposo, Carlos Antonio Galeano Ríos, es ingeniero con un doctorado en mate­mática aplicada. Trabaja como research fellow en la Universi­dad de Birmingham y en junio comienza a trabajar en una consultora científica privada.

Pese a disfrutar un alto están­dar de vida en ese país de pri­mer mundo, Fabiola extraña los afectos que dejó en Para­guay, como sus padres y ami­gos cercanos. “Por más que esté muy acostumbrada y cómoda viviendo aquí, esas cosas que extraño son irrempla­zables, por supuesto”, expresó. En contrapartida, comentó que lo que más le gusta de su vida en el Reino Unido es la tranquilidad, la amabilidad y la informalidad en los códigos de vestimenta.

Volver a Paraguay en un corto o mediano plazo no está, por el momento, en los planes de su familia. “Por ahora no, ya que tanto mi esposo como yo tene­mos contratos permanen­tes en nuestros respectivos trabajos. Además, nuestra hija nació aquí y deseamos que se crie aquí”, indicó la investigadora al finalizar la entrevista con La Nación del Finde.

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