El exjugador de Guaraní y Cerro Porteño, Jonathan Fabbro, condenado a 14 años de cárcel en la Argentina tras ser encontrado culpable de un caso de abuso sexual en contra de su propia ahijada, fue víctima de agresiones dentro de la cárcel donde se encuentra cumpliendo su condena.
En la jornada de ayer, el medio TyC Sports dedicó un artículo extenso a Fabbro, exídolo del Legendario y del Azulgrana, quien hoy está tras las rejas en la Argentina.
Actualmente, el exjugador de Boca y River está privado de su libertad en el penal de Marcos Paz (Buenos Aires, Argentina), donde de acuerdo a sus abogados es objeto de distintos y diferentes ataques hacia su persona debido a las características del delito por el cual se encuentra privado de su libertad.
Fabbro fue sentenciado por haber sido encontrado culpable de abuso sexual, donde la víctima presentó todos los elementos de prueba como mensajes de textos que enviaba el futbolista a la menor, entre otras pruebas que se presentaron en el juicio.
De acuerdo al fallo judicial del vecino país, la niña fue víctima en cinco oportunidades e incluso en el 2020 la justicia argentina rechazó un pedido de arresto domiciliario de Fabbro, por lo que el mismo debe seguir cumpliendo su condena privado de libertad.
Proceso similar en Paraguay
La fiscala Carla Rojas imputó también al exfutbolista por supuesto abuso sexual en niños, en el marco de una causa que se encuentra con los plazos suspendidos por el proceso que enfrenta en Argentina. El atleta presuntamente intentó inducir a una menor de 5 años a realizarle prácticas sexuales.
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Cuando la “causa” se convierte en agresión
- Por Juan Carlos Santos G.
- Columnista
- juan.carlos@nacionmedia.com
El deporte fue concebido para ser un espejo donde se refleje lo mejor de la condición humana: disciplina, esfuerzo y respeto entre rivales. Lo que vimos en la Vuelta a España fue otra cosa: una imagen de intolerancia que, lejos de construir una protesta legítima, la desnaturalizó y la convirtió en violencia.
Grupos que se escudaron en la defensa de la causa palestina cruzaron la línea del reclamo y atacaron a ciclistas del equipo Israel-Premier Tech; la agresión no solo afectó a esos corredores, sino a otros deportistas, a la logística de la prueba y, peor aún, a la marca-país de España. Un evento que debería haber sido celebración del talento quedó ensombrecido por hostigamiento y alarma social.
Lo alarmante no es solo la violencia callejera: es la legitimación desde ámbitos de poder. Que figuras como Irene Montero e Ione Belarra –con pasado en responsabilidades de gobierno y peso político público– hayan mostrado una actitud comprensiva ante quienes participaban violentamente en la protesta es una señal preocupante.
Cuando quien fue responsable institucional coloca matices antes que condenas frente a episodios que ponen en riesgo la seguridad, el mensaje que llega a la ciudadanía es confuso y peligroso. La política, precisamente por su alcance, debe desactivar la fricción, el enfrentamiento violento y la agresión, no alimentarla.Defender una causa es legítimo; transformar esa defensa en agresión no lo es.
El fanatismo, cuando se camufla de militancia, atropella derechos: el derecho a competir, a organizar y a presenciar un evento en paz. Y, peor, perjudica a la misma causa que se pretende promover.
La indignación pierde credibilidad cuando se expresa a punta de empujones, insultos y acciones que vulneran la integridad física de otros.España necesita un debate serio sobre el papel de la protesta en espacios públicos y el límite entre reivindicación y violencia.
Necesita también responsabilidad por parte de quienes tienen altavoz político: el silencio o la ambigüedad frente a actos violentos es, en la práctica, un permiso social para su repetición.
El Estado y los partidos deben marcar con claridad los límites del pluralismo democrático: expresarse es un derecho; agredir, no.
La Vuelta es solo un episodio concreto, pero deja lecciones generales: la instrumentalización del deporte para gestos radicales desvirtúa la política; la tolerancia hacia la violencia socava la convivencia; y la complicidad desde la política desarma la credibilidad de las instituciones.
Como periodista, no busco silenciar críticas legítimas ni minimizar tragedias reales que motivan la protesta. Pero sí insisto en esto: la causa que adolece de ética táctica y recurre a la agresión pierde, además de razón moral, la capacidad de convencer al resto de la sociedad.
España se merece propuestas públicas que busquen la paz y la justicia sin recurrir a la brutalidad ni a la teatralización del odio. Y, sobre todo, merece autoridades que condenen rotundamente la violencia, sea cual fuere su justificación. Lo peor de todo esto es que, Europa en general, se está contagiando del mismo mal.
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Con voto del quinto juez, condenan a 27 años a Bolsonaro por el golpismo en Brasil
El expresidente Jair Bolsonaro fue condenado este jueves a 27 años y tres meses de cárcel por haber tratado de dar un golpe de Estado, en un juicio inédito en Brasil a poco más de un año de las elecciones presidenciales.
Bolsonaro, de 70 años, fue sentenciado por haber liderado una organización criminal armada que trató de aferrarse al poder tras perder los comicios en 2022 contra el presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
La trama golpista, que habría incluido un plan para asesinar a Lula, no se habría ejecutado por falta de apoyo de la cúpula militar.
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Por cuatro votos a uno de los jueces a cargo del caso, también fueron condenados siete coacusados, entre ellos exministros y jefes militares.
“Se formó una organización criminal armada integrada por los acusados, que deberán ser condenados por las circunstancias fácticas que considero probadas”, dijo el último juez en votar, Cristiano Zanin.
Bolsonaro, en arresto domiciliario desde agosto, no participó en las audiencias en el tribunal al alegar problemas de salud.
“Llaman juicio a un proceso cuyo resultado todo el mundo ya conoció antes de que comenzara”, reaccionó en X el senador Flavio Bolsonaro, hijo del expresidente.
Una de las primeras reacciones llegó de la Casa Blanca.
El presidente estadounidense Donald Trump tachó la condena de “muy sorpresiva” y su secretario de Estado, Marco Rubio, aseguró que Estados Unidos “responderá en consecuencia” a la “injusta” sentencia.
Trump ya aplicó aranceles punitivos a productos brasileños bajo el argumento de que existe una “caza de brujas” contra su aliado.
Con el plan golpista, “Brasil casi volvió a una dictadura”, dijo al expresar su voto el martes el juez relator del caso, Alexandre de Moraes, presunto blanco también del supuesto plan de asesinato.
El juez Flávio Dino, también favorable a una condena, advirtió por su parte que los crímenes juzgados no son susceptibles de una amnistía, en momentos en que el bolsonarismo empujó por un perdón legislativo a su líder.
A contracorriente de sus colegas, el magistrado Luiz Fux advirtió contra realizar un “juicio político” a Bolsonaro y se inclinó por absolverlo por falta de pruebas.
El juicio “entra en la historia como una de las páginas más tristes de la justicia brasileña”, reaccionó por su parte el líder bolsonarista en la Cámara de Diputados, Luciano Zucco.
A prisión
La sociedad brasileña, polarizada, se muestra dividida entre quienes consideran el juicio un ejercicio de defensa de la democracia y quienes aducen motivaciones partidistas.
En un bar de Brasilia, donde el juicio era transmitido en pantalla gigante, los clientes rompieron en aplausos cuando se impuso la condena, algunos con gritos de “¡Bolsonaro a prisión!”.
“Después de tanta espera, este individuo despreciable está siendo enviado a la cárcel”, recibió el traductor Virgilio Soares, de 46 años.
“Este juicio es injusto, (...) no siguió el ritmo normal. Es más político que jurídico”, dijo por su parte en otro barrio de Brasilia Germano Cavalcante, un ingeniero civil de 60 años.
Fuente: AFP
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Canindeyú: expulsan a brasileño que fue condenado a 56 años de cárcel por abuso infantil en su país
La Policía Nacional del departamento de Canindeyú logró detener, ayer miércoles, a un hombre de nacionalidad brasileña que tenía una condena por abuso sexual infantil en su país, pero estaba prófugo. Hoy fue expulsado y entregado a las autoridades del vecino país para cumplir los 56 años de prisión a los que fue condenado.
Según el reporte policial, la detención se logró durante la jornada de ayer, luego de que se realizó un trabajo de inteligencia con el acompañamiento de policía internacional y el Comando Tripartito. Se trata de Ever Gonçalvez, de 35 años, quien fue hallado culpable por abusar sexualmente de dos niñas en Brasil.
“Estaba condenado a 56 años de prisión por abusar de forma sistemática, desde el 2017 al 2023, de dos niñas de 4 y 10 años, se trata de un caso muy desgarrador. Rápidamente fue expulsado y entregado a las autoridades brasileñas”, expresó el comisario Carlos Duré, en entrevista con C9N.
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Explicó que cuando Gonçalvez se enteró que sería condenado a varios años de prisión decidió fugarse. Este salió de su país y de inmediato ingresó de forma ilegal al Paraguay, pero tras un largo trabajo de investigación lograron detectar dónde se encontraba.
“Presumen que entró por Encarnación y se movía mucho. Se constató que recorrió por María Auxiliadora y Ciudad del Este, pero durante la tarde de ayer cometió un error que nos permitió conocer su paradero y pudimos capturarlo en Katueté”, puntualizó.
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Condenan a 28 años de prisión a septuagenario por abuso sexual de una niña
Ciudad del Este. Agencia Regional.
En juicio oral fue condenado a 28 años prisión un hombre de 70 años, por abuso sexual en niños y coacción sexual. Fue víctima una niña desde los 6 hasta los 11 años. El fallo se dio a conocer este martes 9 de septiembre en el Palacio de Justicia de Ciudad del Este, por el Tribunal de Sentencia, presidido por el juez Herminio Montiel e integrado por sus pares Zunilda Martínez Noguera y Edgar Lezcano.
La fiscal Vivian Coronel, de la Unidad Especializada en Hechos Punibles contra Niños y Adolescentes de Ciudad del Este, fue quien defendió la acusación en el juicio y el fallo condenatorio de 28 años de prisión, fue lo solicitado por la citada representante del Ministerio Público.
El condenado abusó de su hijastra menor de edad durante varios años y también de la madre de la niña. La misma, se enteró del hecho y pasó a ser sometida a agresiones sexuales, de acuerdo a lo presentado en el juicio.
Los antecedentes indican que los abusos comenzaron en el 2018, cuando la niña tenía seis años de edad, y siguieron sucediendo hasta octubre de 2023, cuando ya tenía 14 años. Los hechos ocurrieron en una vivienda familiar ubicada en el kilómetro 14 de Minga Guazú.
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Inicialmente, las agresiones consistieron en manoseos, hasta que la niña fue más violentada físicamente, en ocasiones, el agresor sometía a la niña con una sonda puesta, según la exposición de la fiscal. Todo esto fue relatado con detalles por la niña, a una psicóloga del Centro de Atención a Víctimas del Ministerio Público, responsabilizando a su padrastro de los vejámenes.
El hombre actuaba con violencia y la amenazaba constantemente con matar a su madre, si revelaba los abusos, según lo expuesto en juicio. Cuando la víctima finalmente le contó a su madre, y esta confrontó a su pareja, también empezó a sufrir terribles castigos físicos y psicológicos, además de ser sometida sexualmente a la fuerza y amenazada de muerte, según la fiscal Coronel.
El abusador llegó al extremo de someter sexualmente a madre e hija al mismo tiempo. Durante la investigación, el médico forense de la Fiscalía, doctor Aníbal Duarte, había confirmado las agresiones sexuales.
Reportaron 1.959 casos en siete meses
De enero a julio de 2025, el Ministerio Público atendió un total de 12.943 niños, niñas y adolescentes víctimas por diferentes hechos punibles, lo que indica 61 niños por día, según los datos Abiertos del Ministerio Público.
De los hechos punibles contra niños y adolescentes, son 1.959 casos de abuso sexual en niños, de enero a julio de 2025 en Paraguay. De la totalidad, encabezan la lista los departamentos Central, con 724 casos y Alto Paraná con 240 casos. Se mantiene la cifra de 88 % de los casos cometidos que tienen como autores a familiares o a personas conocidas del entorno, como el caso que se reporta en este texto.
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