La Justicia condenó a dos personas a 23 años de cárcel y a 15 años de pena privativa de libertad tras ser encontrados culpables por el homicidio de dos indígenas. El colegiado dictó la sentencia condenatoria luego del debate del juicio oral desarrollado en la sede judicial de Villa Hayes.
El agente fiscal Irán Suárez Galeano, titular de la Unidad Penal nro. 4, fue quien presentó todos los elementos para lograr la condena de Luis Adalberto Coronel Pessoa (hijo de la líder de la comunidad indígena Santa Rosa), quien fue sentenciado a 23 años de prisión, y de Juan Emanuel Yepogien Caballero Flores, a 15 años de prisión.
El hecho ocurrió el 24 de diciembre del 2018, donde perdió la vida Robert Benítez (indígena de la comunidad San Francisco - Cerrito) y Victorino Morales (indígena de la comunidad Río Verde), quienes sufrieron varias heridas con machetes, cuchillos y otras armas blancas.
El Tribunal de Sentencia, tras escuchar los alegatos finales de las partes, ha dictado el fallo mediante el cual los acusados fueron condenados.
Ante la sentencia condenatoria, la defensa de cada uno de los sentenciados tiene la posibilidad de apelar el fallo dictado en primera instancia y, en caso de ser así, será un tribunal de apelación de Villa Hayes el que deberá analizar el planteamiento hecho por los condenados y analizar si corresponde confirmar la sentencia condenatoria o, en su defecto, anularla y ordenar que se realice un nuevo juicio oral y público.
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Asesinan a balazos a un suboficial en Yby Yaú
Un suboficial de la Policía Nacional fue asesinado de varios balazos en el barrio Santo Domingo de la zona de Yby Yaú, departamento de Concepción. Los responsables del crimen se desplazaban a bordo de un automóvil y lograron darse la fuga tras cometer el crimen.
El homicidio registrado en la tarde de este domingo tuvo como víctima a César Arzamendia Ocampos, de 26 años, policía con rango de suboficial ayudante que prestaba servicio en la Dirección de Policía de Amambay. El uniformado, que tenía hoy su día libre, fue asesinado de varios disparos por un hombre que llegó a bordo de un automóvil plateado hasta la bodega donde se encontraba el personal policial, de acuerdo a los testigos del hecho.
En entrevista con el canal C9N, el suboficial Héctor Matto, de la Comisaría 7ª de Yby Yaú, confirmó que el fallecido es vecino de la zona y su vivienda se encuentra ubicada a pocas cuadras del sitio. Luego de perpetrar el crimen, el autor se dio a la fuga en compañía de su cómplice, quien iba al mando del vehículo. Ahora la Policía trabaja para identificarlos y dar con su paradero.
Personal de Criminalística e Investigaciones de la Policía Nacional fue convocado para el levantamiento de evidencias, al igual que el médico forense y otros funcionarios de la Fiscalía.
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Mujer habría asfixiado y abandonado a su bebé en un descampado
Una mujer que dio a luz el pasado 1 de agosto confesó que habría asesinado y abandonado a su hijo recién nacido en una zona boscosa entre las compañías Ypa’u de la ciudad de Piribebuy y Ybyraty de la ciudad de Escobar. La mujer enfrenta cargos por homicidio doloso.
Rosa Agustina Ovelar Contreras, de 23 años, habría ido desde Asunción hasta Piribebuy para dar a luz en el hospital regional de dicha ciudad. El parto se habría dado el pasado 1 de agosto y fue dada de alta el día 3; la misma se habría retirado del nosocomio sola y abordado un vehículo de una plataforma de viajes.
La joven habría ido rumbo a la casa de su madre y en el trayecto descendió en un patio baldío donde habría procedido a ahorcar y abandonar al recién nacido. Posteriormente, tras la visita a sus familiares, quienes aparentemente desconocían la situación de gravidez de la mujer, la misma regresó a Asunción, donde vive y trabaja.
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La denuncia que derivó en la investigación del hecho fue realizada por la hermana de la misma a la línea de ayuda 147 luego de encontrar un acta de nacido vivo de un bebé de 4 kilos en la fecha mencionada anteriormente y no encontrar explicación con sus familiares.
Finalmente, las autoridades dieron con Ovelar Contreras y fue detenida por efectivos de la Comisaría 24 del Bañado Sur, y si bien al inicio de las indagaciones la misma no daba mayores detalles, finalmente confesó el hecho y fue trasladada hasta Piribebuy y se encuentra bajo custodia en la Comisaría 14.
“Ella primero no decía nada, y no respondía a las consultas. Se le comunicó el hecho y, tras saber la denuncia, manifestó que habría entregado a la criatura en la zona de Puerto Elsa, pero no se pudo corroborar esa información, se continuó la investigación y se pudo trazar la ruta que habría realizado y, finalmente, ante las pruebas, la misma confesó que había asfixiado a su bebé y abandonado en un descampado”, explicó el comisario Miguel Olmedo en conversación con Telefuturo.
En horas de la tarde se dispuso que la mujer acompañara a la comitiva fiscal hasta el lugar donde habría abandonado al recién nacido y en el sitio fueron hallados una bolsa de plástico que contenía una pinza, parte del cordón umbilical y pañales, pero no se hallaron restos óseos, por lo que se sospecha que el pequeño fue devorado por animales.
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El “gusano” Menocchio: el oscuro hombre de mil caras y asesino serial
Luis Raúl Menocchio hijo de una familia importante y acaudalada de Misiones, Argentina, y quien llevaba una vida de playboy hasta que sus padres dejaron de asistirle económicamente, se instaló en Paraguay donde realizó negocios ilegales y hasta distribuyó drogas para luego asesinar a un empresario propietario de locales nocturnos y a la novia del mismo.
A raíz del doble homicidio, volvió a su país donde se retocó la cara y obtuvo una identidad falsa para volver a asesinar por dinero.
Este 16 de agosto se cumplen 21 años de que el conocido como “el hombre de las mil caras” demostró lo que era capaz de todo al asesinar a dos personas, cuyos cuerpos fueron encontrados en tambores sellados con cemento.
El asesino fue nada más y nada menos que Luis Raúl Menocchio, quien en su momento supo codearse con las más altas esferas del poder de turno en nuestro país, se convirtió en el autor de uno de los crímenes más atroces de comienzos de este siglo.
El “gusano”, como era conocido, estaba en un local bailable de nombre Puerto Madero, que era un sitio muy alto hace dos décadas, y que estaba situado sobre las calles Palmas y Colón de Asunción.
Por la noche del 15 de agosto del 2004, Menocchio se encontró con el empresario Eduardo Fidel Maciel, quien estaba en compañía de su pareja, Graciela Méndez. El primero era el propietario de Puerto Madero. Tras compartir la velada, todos los mencionados subieron a una camioneta de la marca Ford Explorer.
Esa fue la última vez que se los vio con vida a Maciel y su pareja. Eran las primeras horas del lunes 16 de agosto. Los días pasaron y estas personas no aparecían. Desde el día uno, el principal sospechoso del terrible crimen fue el hombre de las mil caras.
Cuerpos en tambores
Transcurrieron 11 días desde que el dueño del local nocturno y su pareja, desaparecieron cuando el 27 de agosto del 2004, a orillas de un estancamiento de agua en el lugar conocido como Laguna Grande de la ciudad de Fernando de la Mora, se encontraron dos tambores de 200 litros sellados con cemento que fueron dejados en el lugar llamó la atención de los vecinos.
Uno de los vecinos tomó la determinación de cortar el tambor y se encontró con el cuerpo desnudo de Eduardo Fidel Maciel. El tambor estaba totalmente sellado con una mezcla de cemento. El cuerpo de su pareja Graciela fue hallado en el otro tambor.
El crimen, de acuerdo a los investigadores, se habría cometido en la madrugada del 16 de agosto, con un revólver calibre 22 carabinero, y los cuerpos fueron mantenidos ocultos en algún lugar, hasta que salió la idea de guardarlos en tambores, al más puro estilo de la mafia.
Condena perpetua en Argentina
Tras el doble crimen en Paraguay, el gusano reapareció como otro sujeto, de nombre Hugo Jara, se había hecho cirugías estéticas y se borró las huellas dactilares con ácido. Con el empresario televisivo Claudio Nozzi tenía un ambicioso proyecto de cine, pero lo mató de cinco tiros y se apropió de su lujoso yate y tarjetas de crédito, en marzo de 2005.
Menocchio fue detenido en la embarcación y estuvo en prisión, pero por falta de pruebas, fue liberado el 15 de mayo de 2009, lo que le permitió cometer otro doble homicidio, del estanciero italiano Manuel Rosseo, el mayor terrateniente del Chaco, y su cuñada, Noelia Bartolomé, una docente jubilada. El hecho había ocurrido el 13 de enero de 2011 en Castelli (Chaco); el empresario fue torturado y asfixiado por tres hombres, que pretendían ocultar una estafa para quedarse con La Fidelidad, una propiedad de 250.000 hectáreas.
El 25 de enero de 2011, Menocchio fue detenido en inmediaciones de un hotel céntrico de Corrientes, en compañía de una mujer. Esta situación llevó a que los investigadores sentaran nuevamente al criminal en el banquillo de los acusados por el crimen de Nozzi, y el 30 de mayo de 2012 recibió prisión perpetua, al igual que Luis Alberto Ramírez como coautor del crimen.
El 7 de octubre de 2013 recibió la segunda perpetua, junto a Claudio Alfredo Gómez y Salvador Borda, por el crimen de Rosseo y su cuñada. Estaba detenido en Sáenz Peña, pero tras un intento de fuga fue trasladado el 17 de enero de 2014 a la Unidad Penitenciaria n.º 6 de Rawson (Chubut). Debido a la doble perpetua, el frío criminal morirá sin pagar sus delitos cometidos en Paraguay.
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Condenan a dueño de “La Chispa” por emisión de ruidos dañinos
Un tribunal de sentencia en mayoría condenó a 9 meses de cárcel con suspensión de la ejecución de la pena a Juan Sebastián Coronel Bareiro, responsable del Centro Cultural “La Chispa” de Asunción, luego de ser encontrado culpable por contaminación del aire y emisión de ruidos dañinos.
El condenado no pisará la cárcel debido a que la sentencia será reemplazada por varias reglas de conducta que tendrá que cumplir Coronel Bareiro. Los jueces de sentencia que votaron por la condena son Héctor Capurro y Juan Carlos Zárate, mientras que la jueza Yolanda Portillo votó por la absolución.
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Los magistrados hallaron culpable al acusado de los delitos de contaminación de aire y ruidos dañinos, debido a que sobrepasó los niveles máximos de sonido en varias actividades realizadas en el Centro Cultural La Chispa, ubicado en Estrella entre Colón y Montevideo, de nuestra capital.
El magistrado Capurro señalo que La Chispa cumplía con su labor cultural, y que la música y el arte, era indudable, sin embargo, indicó que se constató que hubo violación de la ordenanza respecto a la medición de los decibeles, y que en ese sentido en dos hechos fueron los comprobados, el 21 de abril del 2024, a las 00:30, cuando se registró un máximo de 85 y en el 1 de marzo del 2024 con un máximo de 86 decibeles.
El juez Capurro manifestó que en dos ocasiones se superaron los valores máximos, en la ordenanza, no así en cuanto a las demás. Citaron también las actuaciones fueron por las denuncias de los vecinos.
Alegatos
La fiscala Elvia Chávez, en sus alegatos finales, pidió la pena de 4 años de cárcel, por los mencionados hechos punibles, tras indicar que los testigos que mencionaron que no podían dormir de los ruidos, lo que repercutió en su salud. Además, había señalado las mediciones que realizaron tanto la Policía como la Fiscalía y los funcionarios municipales, en los cuales se sobrepasó el tope máximo de decibeles de sonido que establecen las leyes administrativas.
Por su parte, la defensa a cargo de la abogada Emilia Yoguvich, había señalado que los hechos no eran típicos, ya que la Fiscalía usó leyes y ordenanzas que no estaban vigentes, por lo que no existía delitos. Esto fue rechazado en mayoría.
Los jueces habían dejado para más adelante, resolver junto con la sentencia, los incidentes presentados por la defensa al inicio del juicio oral.
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