El titular de la Secretaría de Prevención de Lavado de Dinero o Bienes (Seprelad), Carlos Arregui, dijo que nuevos datos fueron puestos a consideración en el marco de las investigaciones contra la empresaria Dalia López, imputada por la Fiscalía por la producción mediata y uso de documentos públicos de contenido falso y asociación criminal.
“Hay nuevos elementos que se obtuvieron durante la pandemia y fueron puestos a disposición del Ministerio Público para el procesamiento e hipótesis del caso que se manejan. Eso ya queda a cargo del trabajo de los fiscales y profundizar la investigación. Específicamente, todos los informes son del ámbito financiero”, sostuvo.
Por otra parte, evitó ahondar sobre los nuevos elementos que se manejan en cuanto al proceso, pero recalcó que son datos bastante interesantes para los agentes de la causa.
“Algunos detalles importantes: estamos trabajando muy de cerca con los fiscales, tratando desde Seprelad que los informes que lleguen a los fiscales sean importantes a la hora de tomar sus determinaciones”, afirmó mediante una comunicación con la radio emisora 1.000 AM.
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Antecedentes
López cuenta con un pedido de captura internacional tras declararse su rebeldía al no presentarse a la audiencia de imposición de medidas marcada para el pasado 7 de marzo. La misma fue imputada por la producción mediata y uso de documentos públicos de contenido falso y asociación criminal. En la causa también están involucrados el exastro del fútbol brasileño Ronaldinho Gaúcho y su hermano Roberto de Assis Moreira.
Ronaldinho tenía previsto asistir a la presentación de un programa de asistencia social a niños de Paraguay organizado por la fundación que preside la empresaria. La defensa de López afirmó que la mujer había encargado a una gestoría privada pasaportes paraguayos para el ex futbolista y para su hermano y que desconocía que estos estaban manipulados.
Por su parte, los abogados de Ronaldinho sostuvieron en ese entonces que los 2 hermanos analizaban abrir negocios en nuestro país y que incluso interpretaron esos pasaportes como una especie de regalo.
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Roberto y Rosaria, periodistas: investigaron a la Camorra que los condenó a muerte
- Ricardo Rivas
- Periodista
- Twitter: @RtrivasRivas
Roberto Saviano (45) –colega periodista y escritor italiano– estalló en llanto un puñado de días atrás en el recinto de la Corte de Apelaciones de Roma, Italia. Sobre el hombro de Antonio Nobile, su abogado, sus lágrimas mojan la tradicional toga negra que sobre sus ropas que viste el profesional que solo lo abraza, escucha y contiene. “Mi hanno rubato la vita”, dice entre sollozos.
Esas cinco palabras son las que encontró para sintetizar públicamente las angustias que asume y acumula en privado desde que tuvo 29 años.
Minutos antes ese tribunal colegiado condenó a Francesco Bidognetti (75) –capo de los Casalesi, famiglia mafiosa de Nápoles– a un año y medio de prisión (que se añaden a la prisión perpetua que cumple); y, a un año y cuatro meses a Michele Santonastaso, su abogado, que el 13 de marzo de 2008, por orden del jefe del clan, durante el desarrollo del proceso llamado Spartacus contra un total de 115 integrantes de la Camorra y los jefes de los Casalesi, leyó en alta voz un texto amenazante directo contra Saviano y la experiodista Rosaria Capacchione, a los que señaló por ser los “responsables” de que su cliente y cómplices fueran condenados, como finalmente sucedió.
Inmediatamente después de aquella intimidación –con la convicción de que el sicariato se organizaba para silenciarlos y condicionar al Poder Judicial italiano– a Saviano un contingente policial fuertemente armado lo obligó a salir de su casa y –como sucedía desde dos años antes– un equipo de custodios lo rodeó y no deja de hacerlo.
Ese equipo de agente del ministerio del Interior camina, duerme, desayuna, almuerza y cena con él. Lo rodean. Lo escoltan. Pero... ¿Qué hicieron Roberto y Rosaria para que tengan que vivir así? Trabajaron de periodistas. Ejercieron el oficio con calidad y excelencia.
Saviano publicó “Gomorra”, un libro tan esclarecedor como fascinante; y, Capacchione es autora de “El oro de la Camorra”. Leí Gomorra. Vi –hasta antes del 15 de mayo de 2020, cuando inesperadamente la retiraron del catálogo– todos los episodios que produjo Netflix que adaptó y realizó con aquel texto que devino en contenido audiovisual. Con esos capítulos sobre las actividades delictivas de la Camorra, aprendí y supe más de lo que sabía, intuía, suponía o imaginaba. Millones, tal vez, pueden sentir lo mismo que siento y destaco. ¡Vero capo lavoro!
Otros, seguramente, les pudo haber pasado lo mismo e incluso lo agradezcan porque, desde los resultados de esos trabajos periodísticos que los afectan pudieron verificar que no solo jueces, fiscales y policías son parte de las hipótesis de graves conflictos que deben prevenir para no ser atrapados esos definitivamente “malos” por los presuntos “buenos”, como allá lejos y hace tiempo imaginábamos con simpleza a las sociedades de antaño, aunque no todos ni todas lo eran.
Con las audiencias pasa lo mismo. Se constituyen transversalmente y en la diversidad con presuntos buenos y buenas, a la vez que con presuntas malas y malos, hasta que demuestren lo contrario.
DE PELÍCULA
En ese contexto, el profe Carlos Vallina, en tiempos que maestrábamos en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social (FPyCS) de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), con enorme precisión nos enseñó que lo audiovisual se compone de “lo visible” (las imágenes); lo invisible (la música, por ejemplo); y, lo que cada persona ve, en línea con su cultura. De allí que no todos ni todas cuando vemos lo mismo, miramos ni comprendemos lo mismo. Por nuestros habitus, tal vez, diría Pierre Bordieu. T
oda acción comunicacional produce sentido. De allí que dos años antes de recibir el Premio Nobel de Literatura –galardón que le fue conferido el 7 de octubre de 2010– Mario Vargas Llosa, luego de leer el libro de Saviano y apoyándose en él, escribió en un potente texto de opinión que “los grandes capitostes de la Camorra napolitana, y sus pistoleros y amanuenses, abandonan sus viejas costumbres y jergas para adoptar las que las películas de Hollywood les atribuyen.
Por ejemplo, en Casal di Principe, el jefe de familia, Walter Schiavone, hizo que los arquitectos le construyeran una suntuosa vivienda imitada milimétricamente de la que habita, en ‘Scarface’, Tony Montana (Al Pacino).
Hasta la aparición de la película de Coppola ‘El padrino’, los camorristas jamás habían llamado de este modo a los capofamiglie, pero desde entonces, aquel apelativo se ha generalizado, y no solo en Campania, también en Calabria, Sicilia y otras regiones de Italia”. Claramente impresionado por la obra puntualizó que “las esposas de los camorristas, desde hace algunos años, se visten como Uma Thurman en Kill Bill, con rubias pelucas y de amarillo fosforescente.
Y un veterano policía explicó, ante un tribunal que, desde que vieron las películas de Tarantino, los killers de las distintas ‘familias) napolitanas asesinan como esos personajes de celuloide: disparando al bajo vientre, a la ingle, a las piernas, hiriendo gravemente para que la muerte tarde, y rematando a las víctimas por fin con un tiro en la nuca”. A Roberto “Saviano (lo describió como) un periodista muy joven, pero, sobre todo, es napolitano, de origen humilde. (Que) Ha vivido en los pueblos y barrios donde la Camorra representa el verdadero poder y es la fuente, por un lado, de trabajo y oportunidades de supervivencia para los pobres, y, por otro, de violencias terribles que en las páginas de su libro están documentadas con nombres, fechas y precisiones”.
Es palabra de Vargas Llosa. Roberto Saviano y Rosaria Capacchione hicieron grandes trabajos periodísticos. ¿Triunfaron y se condenaron?
“ME HAN ROBADO LA VIDA”
En lo personal y profesional tengo la convicción de que no debo mirarlo así, pero... sé que en el colectivo podrían no escasear quienes piensen diferente o, en sentido opuesto y que, por ello, (aunque discretamente o con excusas banales y hasta temerarias) –por temor de que les pase lo que a otros y otras– dejen ganar espacio a sus sentires incontrolables hasta el punto negativo de atentar contra su propia libertad de expresión y optar por no informar lo que se propusieron saber. Autocensura, en defensa propia. Admitámoslo, el miedo, también es un sentimiento y es parte de la condición humana.
“Mi hanno rubato la vita e io ho lasciato che me la rubassero (Me han robado la vida y me la he dejado robar)”, dijo Saviano ante sus colegas periodistas, comunicadoras y comunicadores cuando consiguió superar el llanto tantos años contenido después de que se leyera la sentencia que condena al capo mafioso y su abogado por “intimidación”.
Con claridad comprendió que la Camorra ya lo había condenado a muerte. Con esa certeza y profundo conocimiento sostuvo ante el diario El País que, a esa organización criminal de alta complejidad, “lo que más le molesta es que muerte (lo que denuncia en Gomorra) tenga tantos lectores”.
Con claridad señaló: “Me han condenado porque el libro se ha leído mucho” y, desde esa perspectiva, sostuvo que, justamente, “es el éxito lo que me ha condenado a muerte”. Tremenda afirmación.
Pese a ello, aseguró que “volvería a escribir el libro; (y) no me arrepiento de haberlo hecho”. Aunque más allá de su sentir y decir, se autodefinió como un “prisionero” de su obra, aunque a pesar de todo, con firmeza (y, quizás, algo de autocrítica) admite haber “elegido quedarme, contar, resistir” y por esa decisión comprometida y ética: “Estoy en el banquillo de los acusados (por la Camorra).
Tenía que irme ante este estado de cosas. (Pero) No he tenido la fuerza de protegerme (…) Vivo una situación que me agota; (porque) es un gasto de energía brutal, una energía gastada no en escribir, sino en estar alerta, en estar encerrado en lugares horribles, en perder tiempo inútilmente... Y todo eso me vuelve loco”. Pero no se quedó allí. Compartió una comprobación en carne viva.
“Para ellos ni existe una sacralización de la vida, ni la muerte es un concepto negativo. Para la Camorra, la muerte no es un riesgo, sino una parte del oficio”. Desde muchos años sabe que el peligro de vida continúa. Quizás por ello, cuando consiguió contener las emociones, reclamó por su libertad.
Confesó ante los medios que quiere “cabalgar una moto, pasear...” Hizo públicos sus deseos, aunque admitió saber que su vida “ha sido destrozada” y que “no ha sido capaz de gestionar” esa situación. ¿Se le puede exigir más compromiso a quien nos dice saber que su vida “ha sido machacada”?
Saviano recomendó después a las y los periodistas que procuran historias como la que él escribió que “no lo hagan solos”. Les aconsejó que trabajen “en red”. Los exhortó a “no poner en juego solos vuestro cuerpo”. Y recomendó “no” hacerse “ilusiones” más allá de los límites éticos que cada quien y cada cual se imponga en el ejercicio profesional.
Memoria. Corría el mes de mayo de 2013. Tal vez era el tiempo de la sobremesa en el mediodía del sábado 4. Entre palmeras, muy cerca de una piscina, conversábamos sin plazos con el maestro don Javier Darío Restrepo. Enorme periodista. San José de Costa Rica nos regalaba un clima de excepción. La temporada verde recién comenzaba. Chubascos, calores intensos, humedades, mariposas multicolores, monos, caudalosos ríos, arroyos, cascadas, tucanes de pico gris, quetzales.
Exuberancia natural. Incluso con su más de un centenar y medio de volcanes activos. “¡Pura vida!”, como ese amable y hospitalario pueblo se presenta. Pero nuestros intereses dialógicos tenían otra derrota. Navegábamos otras aguas y discerníamos sobre la ética periodística, el compromiso profesional, las búsquedas de información para informar, los riesgos y desafíos que supone el oficio.
Lo escuché en silencio. Con profunda atención. Solo lo interrumpí brevemente para preguntar. Para aprender. Para esclarecerme. Algunas horas antes la Organización de las Naciones Unidas (ONU), a través de la Unesco, dio a conocer un “Plan de Acción sobre la Seguridad de los Periodistas y la Cuestión de la Impunidad”.
LIBERTAD DE PRENSA
Era el Día Mundial de la Libertad de Prensa. El lema de aquella cumbre: “Hablar sin miedo”. Como lo hicieron desde 2007 Roberto y Rosaria. “Se suele exigir a las y los periodistas la búsqueda de la verdad”. dijo Javier Darío Restrepo. “Los periodistas solo buscamos información para informar y, con ese objetivo, saber y conocer hechos. Sucesos”. La clase magistral estaba allí.
A mi alcance. Guardo en mi memoria que, palabra más, palabra menos, el veterano maestro dejo en claro que, desde algún lugar, se pide (y no pocas veces exige a las y los trabajadores de prensa) lo imposible. La idealidad. Tal vez, para que esa exigencia retórica de contar la verdad –que debiera solo ser la búsqueda incansable de datos, de sucesos verificables y verificados para que, tal vez, al publicarlos sobre ellos emerja un acuerdo social para discernir lo verdadero con el fin de separarlo de lo falso– devenga en una especie de misión imposible.
El periodismo no crea verdades. No las construye. Cuenta historias que con multiplicidad de voces –voluntariamente o no– emergen desde la sociedad y son las que dan respuestas a las cinco preguntas básicas que no debieran jamás ser dejadas de lado, para saber qué, quién, cómo, cuándo y dónde.
Las y los periodistas solo tenemos preguntas que, casi siempre, son los interrogantes de quienes quieren saber y, como sujetos sociales y de derecho, exigen recibir información. El periodismo debe informarse para informar porque es pertinente –y hace al oficio– buscar respuestas. Sí y solo sí. Con esa convicción trashumará profesionalmente los espacios sociales para generar contenidos en, de, desde y con las sociedades en las que se intervendrá con escucha plural. El periodista tendrá que situarse para incidir.
El oficio de periodista es de contacto. Es cuerpo a cuerpo. Cara a cara. Y eso conlleva y supone riesgos. Restrepo recordó que, en su país, Colombia, tienen legislación para la protección de periodistas. Pero con mirada crítica fue al hueso. “Pasamos de ser periodistas en peligro, amenazados... a periodistas custodiados. ¡Muy grave!” Hizo un breve silencio.
“Por más buena intención y buena fe con la que los agentes del Estado aborden esa obligación porque somos sujetos de derechos, nuestras fuentes, allí donde procuramos informarnos para informar y a las que nos debemos para protegerlas y que no sean silenciadas no se sienten cómodas, ni seguras”. Enorme dilema. Una docena de años pasaron desde entonces. Roberto Saviano me trae la voz y las enseñanzas de don Javier Darío Retrepo.
La inseguridad de las y los periodistas no decrece. Poderosas y poderosos en el mismo nivel de intensidad que las organizaciones delictivas de alta complejidad con alcance transnacional planifican y gestionan estrategias para para silenciar y silenciarnos.
Con balas, con explosivos, con secuestros, con encarcelamientos, con exilios, con destierros, con apatridias, con campañas para desprestigiar, con noticias falsas, con mentiras que se producen con valiosas herramientas tecnológicas de todo tipo -incluso de bajo costo- al alcance de quienes estén dispuestos a utilizarlas para bien o para mal con mínima capacitación. Los estrados judiciales, también son.
“Ahora tenemos la prueba oficial de que los capos, con sus abogados, (en 2008, ante un tribunal constituido) firmaron una proclama en la que pusieron en el objetivo (para abatirlo, a) quien relataba su poder criminal” para que se sepa de los alcances de su criminalidad.
“Y no atacaron (a) la política, sino (fueron contra) el periodismo, insinuando que habrían considerado responsables (de tales revelaciones) a los periodistas, y dijeron mi nombre y el de Rosaria Capacchione, (caracterizándonos como) responsables de sus condenas. (Esto) No había ocurrido nunca en un tribunal, en ninguna parte del mundo”. ¿Qué es lo que no se entiende?.
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Hallan cuerpos de hombres desaparecidos en el interior de una camioneta rescatada de un tajamar
En la mañana de este sábado, una comitiva policial acompañó el trabajo de rescate de una camioneta de la marca Toyota, modelo Hilux de color blanco, del fondo de un tajamar en Puerto Risso, en la localidad de San Lázaro, departamento de Concepción.
Una vez fuera del agua, efectivos del departamento de Criminalística iniciaron la inspección del vehículo y se pudo constatar que en el interior del mismo se encontraban dos cuerpos, los cuales, según el informe forense preliminar, presentaban impactos de bala en diferentes puntos del cuerpo.
Tras la verificación de las identidades, se confirmó que se trata de los cuerpos de José Efraín Alfonso López y Fredy Echaüe Moreira, dos de los tres hombres reportados como desaparecidos el pasado miércoles.
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En cuanto al tercer desaparecido, Blas Antonio Centurión, sus restos fueron hallados el día de ayer por la tarde en el mismo tajamar y contaba con rastros de haber recibido varios impactos de bala. Al verse en la zona las huellas de neumáticos que terminaban en la orilla, se empezó la búsqueda del vehículo en el fondo del agua.
Como información preliminar, los investigadores manejan la hipótesis de que los hombres habrían sido perseguidos y, en medio de los disparos, los hombres a bordo habrían perdido el control, salido de la ruta y terminado ingresando al terreno donde estaba el tajamar, donde finalmente cayeron junto con el vehículo.
Todos los desaparecidos contarían con antecedentes; José Efraín Alfonso López tiene antecedentes por reducción, Blas Antonio Centurión tiene proceso por lesión grave y robo agravado y Fredy Echagüe Moreira cuenta con antecedentes por robo agravado, dos hechos de homicidio doloso y lesión grave.
Según los datos, los hombres se movilizaban en una camioneta de color blanco y, cuando llegaron al distrito de San Lázaro, tras haber pasado en balsa, se comunicaron con sus familiares a quienes comentaron que se encontraban viajando rumbo a Loreto. Y desde ese momento ya no se supo nada de estas personas. Fueron vistas por última vez en Tres Cerros, en la zona de San Lázaro.
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Abdo offshore: Peña respalda investigación, pero rechaza replicar persecución del gobierno anterior
El presidente de la República, Santiago Peña, respaldó la apertura de una investigación sobre el exmandatario Mario Abdo Benítez, tras los informes periodísticos que lo vinculan con una presunta fortuna no declarada en paraísos fiscales. Sin embargo, aclaró que desde el Poder Ejecutivo no se impulsará ningún tipo de persecución política, como ocurrió durante el gobierno de Abdo.
“Lo que puedo decir y ratificar es que nosotros desde el Poder Ejecutivo no vamos a utilizar el Estado como una herramienta de persecución política”, sostuvo Peña. Afirmó que si bien tiene “enormes diferencias” con su antecesor, no replicará prácticas que, según él, fueron cuestionables y que incluso derivaron en sanciones de otros países hacia los adversarios políticos de Abdo.
El mandatario recordó que el Ministerio Público ya tomó la decisión de abrir una investigación, la cual fue respaldada por un pronunciamiento del Congreso Nacional. También dijo que si la Contraloría General de la República confirma los datos publicados por la prensa, esa institución deberá actuar con independencia. “Me parece que es el camino correcto”, expresó.
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Peña subrayó que no le corresponde al Ejecutivo investigar este tipo de denuncias, sino al Ministerio Público, al Poder Judicial y a la Contraloría. “Mal podría estar haciendo en tratar de utilizar el Estado con un fin político. No es nuestra intención”, insistió.
En sus declaraciones, también lanzó una crítica directa a la administración anterior: “Lo que más cuestioné de la anterior administración es haber utilizado las instituciones del Estado, llámese Secretaría de Prevención de Lavado de Dinero o Bienes (Seprelad) y otras, como herramientas de persecución”, señaló.
La investigación surge tras la publicación de un informe que vincula a Abdo Benítez con movimientos financieros realizados durante su mandato, presuntamente vinculados a cuentas y activos en el extranjero. El exjefe de Estado y su esposa, Silvana López Moreira, tendrían depositados en Seychelles la suma de USD 21 millones.
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Caso Melania: adolescente sospechoso se negó a la inspección médica
En el marco de la investigación del asesinato de la niña de 11 años Melania Monserrath, los representantes del Ministerio Público continúan realizando diversas diligencias. Ahora surge como otro sospechoso de estar implicado en el homicidio el hermano del actual detenido.
En conferencia de prensa, la fiscal Laury Vázquez explicó que desde la Fiscalía se había solicitado como requerimiento inicial ante el juzgado penal adolescente la inspección médica y toma de muestras del adolescente de 17 años que sería hermano del único imputado en el caso del homicidio de la pequeña Melania, solicitud que fue aprobada por el juez.
“Vino en presencia de la madre, se presentó ante una entrevista previa con la psicóloga; esta dio un dictamen favorable para que él pueda participar en esta inspección. Sin embargo, en el momento en que se inició el procedimiento en presencia de la madre, el joven manifestó su oposición a la diligencia y la señora manifestó que la negativa es por sugerencia de su abogada y no se pudo llevar a cabo esta diligencia”, comentó la fiscal Vázquez.
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Entre los procedimientos se destacan los dos allanamientos realizados en la vivienda del principal sospechoso, de donde se lograron recabar indicios como prendas de vestir, calzado, colillas de cigarrillos, encendedores, envoltorios de caramelos y celulares.
A la recolección de indicios durante los allanamientos se le suman las declaraciones de los testigos, el resultado de la autopsia de la menor y el informe forense del cuerpo del imputado Marcelo Giménez, todas pruebas claves para que la fiscalía continúe trabajando en poder dilucidar cómo se habrían dado los hechos.
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