La Comisión de Cuentas y Control de la Cámara Baja dictaminó que el subsidio alimentario es solo para los guardiacárceles, no así para administrativos. El proyecto que presentó Arnaldo Samaniego busca volver a incluir a todos los funcionarios como beneficiarios del mencionado subsidio, aunque cumplan horas mínimas de trabajo.

La propuesta Sama­niego fue dictami­nada el pasado martes 19 de abril por la Comisión de Control y Cuentas de la Cámara de Diputados donde aconseja aprobar el pro­yecto, pero con una modi­ficación: no se incluyen a administrativos.

El proyecto que también está en manos de la Comisión de Presupuesto de la misma Cámara busca volver a repar­tir subsidios sin excepción a todos los funcionarios peni­tenciarios del país, incluso a aquellos que cumplen 8 horas o menos de trabajo.

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Días atrás conversábamos con el diputado Celso Ken­nedy, uno de los miembros de la Comisión de Cuentas y Con­trol, quien nos comentó que se podía ampliar la posibilidad de que puedan recibir los que son merecedores, pero en la dimen­sión justa, refiriéndose nueva­mente a quienes cumplan 12 horas de guardia, excluyendo a los administrativos y a quie­nes trabajen 8 horas o menos.

El dictamen que había emitido el Ministerio de Hacienda es contundente y expresamente solo incluye a los guardiacárce­les como beneficiarios del sub­sidio de alimentación.

Arnaldo Samaniego había presentado el 22 de marzo pasado el proyecto que modi­fica el clasificador presupues­tario de la Ley de Presupuesto. El mismo pretende revertir la disposición del pago bimes­tral de “ayuda alimenticia” de G. 1.700.000 a los guardiacár­celes que cumplen una jornada laboral de 24 horas dispuesto este año para incluir a todos los funcionarios sin excepción dentro del beneficio.

Dictamen de la Comisión de Cuentas y Control de Diputados que modifica proyecto presentado por Samaniego y excluye a administrativos del subsidio.

Recordemos que la cuestionada propuesta de Arnaldo Sama­niego reivindica el acuerdo conocido como “acuerdo JJ”, de la época del ex ministro Julio Javier Ríos que se había dado como muestra de paz en el 2019 en medio de una vio­lenta huelga, y se autorizó una repartija de subsidio alimen­tario a todos los funcionarios de las penitenciarías del país, sin exclusión. Sin embargo, fue suprimido por el Congreso Nacional a inicios de este año.

Los sindicalistas respalda­dos por Samaniego, inicia­ron una fuerte presión entre manifestaciones y amenazas de huelga para ser nuevamente incluidos como beneficiarios de la ayuda alimentaria, pese a que existe una postura en contra por parte del Minis­terio de Hacienda. De igual manera, siguen insistiendo.

De 1.364 penitenciarios, solo 563 cumplen la jornada labo­ral de 24 horas, los demás no cargan con esa cantidad de horas en el trabajo, sin embargo, están a la expecta­tiva de un guiño político. Pre­cisamente, los más ansiosos son los mismos sindicalistas devoradores que llenaron de familiares los centros peni­tenciarios, quienes con la pre­sión que ejercen, aguardan lo que se decida finalmente en la Cámara de Diputados.

El proyecto Samaniego se da en un año electoral en el que el propio ministro de Justicia Edgar Olmedo intentó rifar contratos y nombramientos en puestos claves para algunos leales de Mario Varela, y en un contexto donde las peni­tenciarías están en manos de los propios reclusos.

En las propias narices de las autoridades y a la vista de todos, se muestran los privi­legios con que cuentan unos cuantos que dominan toda la cárcel de Tacumbú. Los perfi­les de Facebook de los propios reclusos están colmadas de fotografías y videos que com­parten la manera en la que viven dentro del penal, burlándose de los guardiacárceles y de toda norma dentro del penal.

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