Una verdadera joda que se replica en más instituciones se destapa a medida que se conocen los detalles de cómo cocinaron grandes adjudicaciones con ganancias triplicadas a favor del vendedor de la marca china. Copiatín del catálogo de la marca china, simulacro de subastas y hasta precios calcados entre oferentes.

Por Rossana Escobar M.

rossana.escobar@gruponacion.com.py

La forma en que llevaron adelante la repartija de contratos de com­pras Huawei en las licitacio­nes del Ministerio de Educa­ción y Ciencias (MEC) como el Ministerio de Tecnologías de la Información y Comu­nicación (Mitic) resulta una tomadura de pelo. Se previe­ron todos los detalles para el direccionamiento en beneficio de la marca china, que hasta aparecen lotes enteros con ofertas de relleno mediante precios idénticos. Lastimo­samente estas jugadas hacen perder millones al Estado, que podía ahorrar grandes porcen­tajes si la competitividad era real en las subastas.

Un comparativo de precios de importación registra­dos en las estadísticas de importación de la consul­tora OTIC publicados en un artículo anterior de nuestro medio reveló que el monopo­lio Huawei triplicó ganancias para los adjudicados, en este caso Celexx SA y Excelsis SA. El gran perdedor es el Estado.

Los requisitos técnicos de imposible cumplimiento según los proveedores que se postularon son apenas una parte del gran festín que armaron con las licitaciones de compra de equipos tecno­lógicos y conectividad en el MEC y el Mitic.

Hay más detrás de la nula competencia de precios en las dos grandes subastas de ambas carteras, una de G. 46.429 millones en el MEC y G. 150.820 millones en el Mitic, y que hicieron perder unos G. 69.000 millones al Estado. Otras licitaciones vía subasta a la baja electrónica muestran que si hay real puja de precios, las ofertas gene­ran un ahorro de hasta el 40%.

El documento de la subasta del Mitic muestra que hubo copiatín hasta en los precios entre los oferentes. Todo indica que incluso hubo proveedores de relleno.

En el lote 4 desde el ítem 2 al 11 cargaron el mismo precio las firmas Sanri SA y Excelsis SA. Llama la atención tanta coincidencia en los precios de los oferentes, al punto de postularse con cotizaciones calcadas.

Cabe recordar que los brazos ejecutores de estos proyectos son el ingeniero Hugo Tara­bini en el Mitic y Alejandro Duarte en el MEC.

En una licitación de unos G. 10.600 millones de Petropar también para compra de equi­pos de seguridad y conectivi­dad aplicaron la misma estra­tegia de nula competencia, pero dividiendo lotes.

Se repite el direccionamiento de las especificaciones técni­cas e incluso apareció un pro­veedor, en este caso TSV del Paraguay, el mismo de las comisarías móviles " de oro” en el Ministerio del Interior en época de Juan Ernesto Villa­mayor, que ofertó productos calificados como inexisten­tes para las soluciones que se requieren en la licitación.

En el lote 1 los mejores lan­ces apenas alcanzaron un piso del 5% en relación con el monto referencial de la con­vocante. Sin embargo, en el lote 2, en donde sí hubo una competencia de precios, los montos ofertados disminu­yeron hasta un 40% con res­pecto al valor estimativo, que es como generalmente se da en las subastas.

Si hubiese existido una compe­tencia de precios real en el lote 1 y si se hubiese mantenido la tendencia de mejorar hasta un 40% los precios, el Estado se hubiese ahorrado en el primer lote G. 3.630 millones.

Como se puede observar en planilla, en el lote menor de G. 1.600 millones sí realizaron una compe­tencia de precios y se generó una baja del 40% en las ofertas con relación al referencial. Esto eviden­cia que en la tajada más grande de la licitación hicieron un simulacro de subasta, siguiendo el mismo esquema del MEC y el Mitic.

Celexx es virtual ganadora del lote más grande, así que en pocos días más podría alzarse con otro inte­resante paquete disparando aún más el volumen de sus adjudicaciones que en 3 meses de pandemia trepó a G. 260.000 millones.