Por dos días consecutivos se reportó el récord máximo de fallecidos por coronavirus desde el inicio de la pandemia en nuestro país. El doctor Tomás Mateo Balmelli explicó que fallecer por COVID-19 es como morir asfixiado sin estar bajo agua, buscando el oxígeno que nunca llega.
“Es como que te metan en una piscina o un arroyo y te sumerjan la cabeza. Después de tres minutos comenzás a patalear buscando salida a la superficie para recibir esa bocanada de oxígeno que nunca llega”, expresó el infectólogo en comunicación con radio Ñanduti.
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Sostuvo que la situación con relación del oxígeno en el Hospital de Clínicas es verdaderamente preocupante, ya que cuentan con menos de la mitad de la cantidad que necesitan para todos los pacientes.
“La muerte tiene que ser digna y tiene que ser bajo la asistencia sanitaria adecuada con las necesidades que el caso requiera. Morir asfixiado sin estar bajo el agua, no se lo deseo a nadie”, reiteró.
Según explicó, la población se está inmunizando de manera natural (por contagio y recuperación) que por medio de las vacunas. “Tenemos cerca de 400.000 vacunados contra el COVID-19”.
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Mencionó además que la evolución de la pandemia en nuestro país se da en su forma natural – ya que es poca la resistencia que le ponemos – debido a que se fueron aflojando las medidas sanitarias por diversos motivos.
“Dentro de dos meses tendremos probablemente 500.000 inmunizados más lo que se van a infectar, calculo que para agosto llegaremos al 30 o 35% de la población inmunizada ya sea de forma biológica o natural. Recién ahí podremos ver el descenso en la tasa de mortalidad”, explicó, lo que dará un desahogo importante al sistema de salud.
Durante el sábado y domingo pasado se reportaron las cifras máximas de muertes por la enfermedad en nuestro país, alcanzando en solo dos días 265 decesos por el COVID-19.