Una joven de 22 años se encuentra en terapia intensiva luego de sufrir un grave accidente de tránsito utilizando el servicio de Uber. El conductor en todo momento trató de minimizar la cuestión tras el percance vial, sin siquiera dar aviso a los familiares y hacerse responsable, de acuerdo a la denuncia.

La víctima es Ana Ojeda, de 22 años, quien sufrió un accidente de tránsito en la mañana del pasado miércoles en la intersección de las calles España y Casanova de la ciudad de Asunción.

Francisco Ovelar, pareja de la víctima, comentó al canal GEN que su novia se dirigía a su trabajo hacia el aeropuerto Silvio Pettirossi cuando se produjo el siniestro vial. La mujer estaba siendo trasladada por un conductor de Uber, a quien había contactado previamente a través de la aplicación de transporte alternativo para solicitar el servicio.

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En un momento dado, mientras iba manejando, el conductor perdió el control del vehículo y terminó impactando contra una columna de la Ande que estaba al costado del camino, según puede observarse en una de las filmaciones de circuito cerrado.

Actualmente, Ana se encuentra internada en terapia intensiva en el Hospital de Trauma y con pronóstico reservado debido a las graves lesiones que sufrió en el accidente. En este caso tuvo una fractura de cráneo, de mandíbula y un hematoma en el cerebro.

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Chofer no se hace responsable

El chofer de Uber fue identificado como Ezequiel Pérez González, de 24 años. El novio de la joven mencionó que esta persona en todo momento intentó minimizar lo ocurrido, ya que, según los datos que pudieron recabar, no dio aviso a las autoridades ni a los bomberos tras sufrir el accidente.

Ovelar señaló que él recibió el aviso de lo que había ocurrido recién cinco horas después, ya cuando su pareja estaba internada en el hospital y sin nadie que esté acompañándola.

Durante la entrevista, manifestó su inquietud debido a que existen varios aspectos del caso que llaman la atención y le generan dudas. Uno de ellos es la demora para dar aviso por parte del conductor de Uber, quien sigue sin hacerse responsable. Así también, el hecho de que la otra parte involucrada, una mujer de 68 años, le llamó después de varias horas de que se haya producido el siniestro vial.

El argumento del conductor de la plataforma es que el choque se produjo a raíz de la explosión de una cubierta, situación que le habría hecho perder el control del rodado. Para Ovelar, esta versión carece de lógica, puesto que el circuito cerrado muestra que tal cosa no sucedió.

De acuerdo al testimonio del paramédico del SEME que acudió al sitio, el chofer de Uber se hizo pasar en todo momento como un conocido de Ana, afirmando que él se iba a hacer cargo de las pertenencias. Igualmente, se percató de que tenía un fuerte olor a alcohol, por lo que se puede presumir que manejaba alcoholizado.

Por otra parte, la automovilista que venía detrás con su vehículo también contó que llegó a acercarse para consultar lo que había ocurrido y, al hablar con Pérez González, este le había dicho que no pasó nada y que siga su camino.

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Comunicación tardía

Otros hechos que llaman la atención, según el entrevistado, es que la Policía Nacional recién hizo la comunicación formal al Ministerio Público después de 24 horas de haberse radicado la denuncia, además de que la prueba de alcotest se habría hecho con un alcoholímetro que fue calibrado por última vez en marzo, indicó.

Ovelar cuestionó que hasta el momento la Fiscalía no se ha hecho presente para hacer las diligencias pertinentes en el marco de la investigación. La fiscala designada para esta causa es Teresa Sosa.

En paralelo, también exige que los responsables aparezcan y se hagan cargo, sobre todo para brindarles algún tipo de asistencia, dado que tienen que costear de su bolsillo varios gastos hospitalarios.

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